Portugal
Portugal y el Partido Socialista: la geringonça y el conflicto de las dos almas

Este 10 de marzo Portugal encara unas elecciones parlamentarias decisivas para su futuro. Los inicios ilusionantes de la geringonça no culminaron en la formación de un bloque capaz de hacerse cargo de los principales desafíos del país.
Victoria del PS portugues
Victoria del Partido Socialista portugues. Foto de Mario Piedrafita

Este 10 de marzo Portugal encara unas elecciones parlamentarias decisivas para su futuro. El país vecino se debate entre la apuesta por los partidos del centro-derecha (Aliança Democrática) y centro-izquierda (Partido Socialista) o el apoyo a la lógica de bloques mediante el refuerzo de los partidos-empuje Chega! e Iniciativa Liberal por el lado de la derecha y Bloco de Esquerda, Coligaçao Democrática Unitária e Livre  por el lado de la izquierda. ¿Cómo llega a estas elecciones el PS? Cómo fue su recorrido en estos ocho años de gobierno?

La geringonça

En 2015 el Partido Socialista pactaba un programa de gobierno con el Bloco de Esquerda y el Partido Comunista Portugués. Era un acontecimiento excepcional en tres sentidos. Primero, era la primera vez en Portugal que no gobernaba la fuerza política más votada, en aquel momento el Portugal á Frente de Passos Coelho, una coalición entre el Partido Social Demócrata y el Centro Democrático Social. Segundo, era la primera vez en la historia del país que se producía una alianza gubernamental entre las izquierdas. Y tercero, suponía una nueva política de alianzas para el conjunto de la socialdemocracia europea, sumida en una crisis que la llevó a una bajada drástica en las urnas, hasta el punto de desaparecer en algunos países. El PS, liderazgo por António Costa, se convertía en un ejemplo de como la socialdemocracia podía reordenarse cómo fuerza dirigente en sus sus respectivos países. En el Estado español, periodistas como Enric Juliana condensaban lo excepcional de la situación en la siguiente frase: “La izquierda habla portugués”.

El acuerdo fue denominado peyorativamente cómo “geringonça” por el exvicepresidente conservador  Paulo Portas. La palabra remite a un “aparato inestable de manejo complicado que se estropea fácilmente”. Acto seguido las izquierdas le dieron la vuelta al término y lo dotaron de un sentido positivo: las diferencias y las tensiones entre los socios, lejos de impedir los acuerdos, podían garantizar la gobernabilidad del país. El PS, empujado por el BE de Catarina Martins y el PCP de Jerónimo de Sousa, implantaba una serie de reformas que revertían el programa de austeridad de Passos Coelho, mejorando los datos macroeconómicos y recomponiendo a una clase media proletarizada.

En lo socioeconómico se instalaban algunas reformas consistentes en la subida del salario mínimo y las pensiones, la reducción de las tasas de la matrícula universitaria y de los abonos de transporte público, la prohibición de nuevas privatizaciones o la apuesta por una fiscalidad progresiva. También se producían avances en el campo de los derechos civiles y las libertades individuales: ampliación de derechos de las parejas homosexuales, paridad de género en la representación, regulación de la maternidad subrogada, uso terapéutico del cannabis... La geringonça, con sus tensiones, disfrutaba de buena salud.

Salud que también se expresaba con sus liderazgos morales e intelectuales. Las reformas venían acompañadas por la promesa de “renovar el contrato social”. Una de las convergencias más interesantes fue la de António Arnaut, fundador y presidente de honor del PS, con João Semedo, exdeputado del BE, referida al debate sobre el Servicio Nacional de Salud. La conversación entre ambos culminó en un libro que trascendió a la opinión pública y puso en el centro del debate la necesidad de una reforma del sistema sanitario. La conversación  entre ambos era un ejemplo del tipo de conducción política que prometía la geringonça: revertir los ataques al Welfare State y proponer soluciones lejanas de las recetas neoliberales.

Las dos almas del PS y el deterioro de la geringonça

No todos los sectores del PS recibieron con agrado estas sinergias morales e intelectuales. Mientras transcurría la geringonça en el interior del partido se visualizaban dos almas: una centrista, incómoda con la política de alianzas y alineada con la pretérita tercera vía de Tony Blair; y otra abierta, atenta a la irrupción de las protestas populares, deseosa de  profundizar  en las políticas progresistas y consciente de la necesidad de los pactos a la izquierda. Este segunda alma, instalada en la base social del partido, era sensible a las marchas de los maestros, a la eclosión del feminismo, a las demandas de los precarios inflexibles y de las asociaciones de los cuidadores informales y de los inquilinos, o a las protestas de los movimientos ecologistas -recordemos las protestas contra las nucleares de Almaraz o contra la mina de uranio de Retortillo-.

La sociedad civil portuguesa se movía y una parte del PS lo hacía con ella. Por el contrario, las élites del partido optaban por replegarse

La sociedad civil portuguesa se movía y una parte del PS lo hacía con ella. Por el contrario, las élites del partido optaban por replegarse tanto con sus socios de gobiernos como ante los movimientos sociales en auge. El alma centrista se cristalizó en el llamamiento a un “gobierno sin obstáculos” por parte del diputado Carlos Pereira y en la petición de António Costa de un “triunfo claro” del PS para evitar “el callejón sin salida del gobierno español”. La apuesta de las élites dirigentes del PS era evidente: había que finalizar con el espejismo de las alianzas con las izquierdas y recuperar la capacidad de pactar a ambos lados del campo político. Había que volver al centro.

Las diferencias de fondo entre las izquierdas se manifestaron con todo su vigor justo antes de las elecciones parlamentarias de 2019. El BE y el PCP manifestaron su oposición en múltiples ocasiones: en la venta de Banif al Banco Santander y del Novo Banco a Lone Star, en la reducción futura de impuestos y la concesión de beneficios especiales a la industria bancaria, en la reducción de la contribución de las empresas a la seguridad social... Pero el detonante llegó con dos asuntos. Primero, con las propuestas de reforma de la legislación laboral del PS, que implicaba el aumento del período de prueba (sin derechos y sin compensación por despido) o el establecimiento de contratos verbales de hasta 35 días. Y segundo, con la cuestión energética, cuando el PS en alianza con las derechas, previa presión del gobierno chino (principal inversor en las mayores empresas energéticas de Portugal), revertía el impuesto sobre las rentas energéticas aprobado en la Asamblea Nacional.

A esta fractura de la alianza en materia de políticas financieras, bancarias y laborales se sumaba una dinámica de negociación que distaba mucho del pacto programático inicial. Con el paso de los años la geringonça pasaba de ser el pacto de las izquierdas a ser una suerte de negociación multilateral del PS. Esa multilateralidad se reflejaba en los escasos acuerdos en las medidas socioeconómicas de los últimos años y las tensiones del PS-BE con el PCP en materia de derechos civiles.

Con el deterioro de la geringonça la disputa de las dos almas en el interior del PS se resolvía a favor del centrismo. Costa  guiñaba el ojo a António Saraiva, presidente de la de la patronal CIP, tratando de pactar una reforma laboral con la derecha, y el partido apostaba por intervenir en los espacios públicos arremetiendo contra sus socios parlamentarios. Los resultados de 2019 premiaban la estrategia de los sectores dirigentes del PS. Era el comienzo del final de la geringonça. Al poco tiempo llegaba un nuevo punto de inflexión: la pandemia.

Del ciclo de la mayoría absoluta a la crisis del gobierno en 2023

En medio de la sexta ola de la pandemia y de una espiral inflacionista sin precedentes, el PS daba un ultimátum al BE y al PCP: o apoyaban sus presupuestos o habría un adelanto electoral. Así fue. Acusadas de bloquear los presupuestos por primera vez en la historia democrática del país, el PS convocaba elecciones. Lo que vino a continuación fue una campaña apelando al voto útil siguiendo una doble estrategia: por un lado, atacar a las fuerzas de la izquierda mediante la acusación de desestabilizar el país en medio de una pandemia; y por otro, agitar el legado histórico antifascista y señalar el peligro de la llegada de la extrema derecha de Chega!

En 2022 el PS obtenía una mayoría absoluta que le permitía gobernar en solitario y las fuerzas a su izquierda perdían alrededor de la mitad de sus votos

La estrategia recogía sus frutos en el final de la campaña: en 2022 el PS obtenía una mayoría absoluta que le permitía gobernar en solitario y las fuerzas a su izquierda perdían alrededor de la mitad de sus votos. La geringonça caía  y el centrismo alcanzaba un resultado histórico. Comenzaba el ciclo de la mayoría absoluta y el gobierno de Costa se convertía en el más longevo en la historia de Portugal, superando los seis años y medio de Antonio Guterres.

Dos años después el PS afronta una crisis de legitimidad debido a varios casos de corrupción. Los casos más sonados fueron los escándalos del  TAP Air, donde se desveló un pago de reparación a la ministra Alexandra Reis por parte de la compañía aérea; y la crisis del gobierno desatada desde abril de 2023, por la que António Costa fue acusado cómo sospechoso en un caso de corrupción que involucra los negocios del litio y el hidrógeno. Estos casos pusieron de manifiesto la necesidad de renovar el liderazgo del partido bajo la  figura de Pedro Nuno Santos.

Tras la dimisión de António Costa el PS intentó continuar la legislatura con Augusto Santos Silva, quien fue rechazado por todos los partidos de la oposición —excepto el PAN—. En noviembre del año pasado, el presidente de la república Marcelo Rebelo de Sousa, procedente de la derecha tradicional, convocaba las elecciones a la Asamblea Nacional. Sería el segundo adelanto electoral en menos de dos años.

La llegada de Nuno Santos, que se impuso en las primarias con un 61,2% de los votos, fue anunciada como un giro a la izquierda del partido. Recordemos que Nuno Santos es un perfil que ascendió con un pie puesto en cada una de las almas del partido: duro en las declaraciones contra las derechas, fue uno de los que más empujaron por el pacto con las izquierdas en el 2015; al mismo tiempo, atesoró responsabilidades de gobierno como ministro de infraestructura y vivienda y mantuvo una relación cordial con Costa y sus allegados.

El PS afronta una campaña en la que de nuevo se manifiestan sus dos almas. Los socialdemócratas se debaten entre las alianzas con las izquierdas (nova geringonça)  y el acuerdo centrista con la Aliança Democrática, coalición de tres partidos conservadores encabezada por el PSD. Durante la campaña la balanza se inclina por momentos a favor del alma centrista, como puede verse en la oferta de Nuno Santos a un pacto con la AD de Montenegro para evitar la llegada de la extrema derecha a posiciones de gobierno. Estas dos expresiones de las almas del PS guardan algún que otro paralelismo con la fractura dentro del PSOE entre el deseo de Felipe González y Alfonso Guerra de una gran coalición y los apoyos incipientes al gobierno de coalición progresista.

El caso es que la apuesta centrista del PS tiene dos grandes resistencias. La primera se relaciona con la sombra histórica de José Sócrates, uno de los personajes políticos que afianzó la sospecha de corrupción sobre el PS, ahora reactivada con los últimos casos de corrupción. La segunda se relaciona con un sentir mayoritario en Portugal: y es que gran parte del electorado del PS entiende que la mayoría absoluta es algo indeseable, por no hablar del resto del electorado, entre el que se extendió la percepción de que la mayoría absoluta es sinónimo de abuso de poder y corrupción.

El declive del PS y el giro a la derecha de Portugal

El desarme de la ofensiva moral y política de las izquierdas en Portugal no es algo muy distinto de lo que sucede el resto de Europa. João Camargo resume así el cuadro político: “La polarización política en curso en la vieja Europa es apenas un giro total a la derecha, con la extrema-derecha dictando los programas, el centro-derecha apoyando nuevos fascismos, el centro volviéndose centro derecha, la izquierda volviéndose centro. Esto está plasmado en estas elecciones. La elección del  capitalismo europeo es la catástrofe y, para garantizarla, el autoritarismo. Su control sobre la hegemonía de la comunicación es de lo más fuerte que vemos desde hace décadas”.

La realidad es que a día de hoy Portugal vive en un clima de resentimiento por parte de sus clases medias y en una desconexión de las clases populares con la política

La realidad es que a día de hoy Portugal vive en un clima de resentimiento por parte de sus clases medias y en una desconexión de las clases populares con la política. Ambos fenómenos nutren las que se presume que serán las dos líneas maestras de estas elecciones: el giro a la derecha del parlamento, con el ascenso fulminante de la Aliança Democrática de Montenegro como primera fuerza política (más del 30%) y la sólida base de apoyos a la hayekiana Iniciativa Liberal (5-8%); y la consolidación como tercera fuerza política (alrededor del 15-20%) del Chega! de André Ventura, fuerza hermana de Vox que pertenece a la Internacional Reaccionaria y lleva consigo un programa neoliberal-autoritario.

El mapa del país vecino nos invita a pensar en que el ascenso del populismo reaccionario se relaciona con una socialdemocracia que no quiso abordar una serie de problemas permanentes.

El mapa del país vecino nos invita a pensar en que el ascenso del populismo reaccionario se relaciona con una socialdemocracia que no quiso abordar una serie de problemas permanentes. Los inicios ilusionantes de la geringonça no culminaron en la formación de un bloque capaz de hacerse cargo de los principales desafíos del país, como son la crisis ecológica, el problema de la vivienda o la crisis del tiempo y de los cuidados. Hoy no solo Portugal, sino que el conjunto de los países que forman parte de la Unión Europea dependen de la capacidad de romper con un ciclo de resentimiento político que crece y se nutre del efecto socialmente devastador de las políticas neoliberales. Y en esa labor será fundamental la posición de los partidos socialdemócratas. Volverá a hablar la izquierda en portugués?

Archivado en: Elecciones Portugal
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Elecciones
Análisis 21A País Vasco, donde gobiernan los hombres de la derecha vasca desde el nacionalismo español
El soberanismo es mayoría absoluta, también lo son los votos de izquierdas. La política vasca sigue anclada a viejos acuerdos de gobernabilidad, y alejada de unas calles feministas.
Elecciones
Elecciones Euskadi Sumar araña un escaño, pero la izquierda confederal se hunde en Euskadi
Elkarrekin Podemos desaparece del Parlamento Vasco tras perder seis escaños y casi 50.000 votos que Sumar no recoge al completo, pero que le permiten acceder a un acta de diputado por Araba.
Genocidio
Genocidio La Flotilla de la Libertad pospone el viaje a Gaza hasta un próximo intento
Las activistas internacionales que tienen previsto zarpar para llevar ayuda humanitaria hasta Palestina anuncian que volverán a intentar zarpar para romper el bloqueo israelí.
Palestina
Palestina Estudiar y formarse mientras sobrevives a un genocidio
La destrucción generalizada de las infraestructuras ha tenido un impacto brutal en el sistema educativo palestino.
Política
Política El PSOE escenifica un apoyo unánime a Sánchez ante la incerteza sobre su dimisión
Miles de militantes y simpatizantes se concentran en Ferraz mientras la dirección socialista se reúne en su comité federal televisado y transformado en un mitin de apoyo al presidente.
México
América Latina México a las urnas: los claroscuros de AMLO y la primera presidenta
Todo apunta que el 2 de junio, por primera vez en la historia, una mujer llegará a la presidencia. Claudia Sheinbaum, sucesora de Andrés Manuel López Obrador, se presenta como “hija del 68” en un país todavía asolado por el conflicto interno.
Análisis
Análisis Racionar el agua, cortar derechos; historias desde Bogotá
Ante la sequía, la alcaldía de la capital colombiana arrancó con una política de racionamiento de agua. La medida ha puesto sobre la mesa las dinámicas estructurales que acompañan a la crisis climática.

Últimas

El Salto n.74
Revista 74 Cuando los algoritmos te explotan: no te pierdas el número de primavera de la revista de El Salto
De cómo los algoritmos y la IA gestionan el trabajo de cientos de millones de personas con ritmos y condiciones del siglo XIX, y de mucho más, hablamos en nuestro número de primavera. Ya disponible para socias y en los puntos de venta habituales.
Eventos
Evento Un Salto al periodismo del futuro: súmate a nuestro primer evento para estudiantes y jóvenes profesionales
El viernes 10 de mayo, El Salto organiza una jornada de periodismo joven para profundizar en temas clave, nuevos lenguajes y formatos, desde un enfoque eminentemente práctico.
Sidecar
Sidecar Prioridades cruciales de la izquierda francesa
La única forma que el partido de Mélenchon prevalezca en esta coyuntura desfavorable y preserve su frágil hegemonía sobre los demás partidos progresistas es ampliar su base electoral de cara a las elecciones presidenciales de 2027.
Galicia
Redes clientelares Todas las veces que la Xunta de Feijóo contrató a sus familiares y a los de otros altos cargos
Mientras Sánchez reflexiona sobre su dimisión tras el ‘lawfare’ contra su mujer, el líder del PP ha prometido que no consentiría a su pareja contratar con un Gobierno del que él formase parte, pero sí lo permitió con su hermana, su prima y su cuñado.
Más noticias
PNV
Opinión Más allá de la corrupción
Lo que parece perturbar al PNV es la posibilidad de que se establezca un sistema que priorice los derechos y el bienestar de la ciudadanía sobre sus intereses partidistas y clientelares
Palestina
Flotilla de la Libertad Los cargos públicos integrantes de la Flotilla a Gaza regresan a España
Mientras la flota que llevará ayuda a Gaza permanece en Estambul por los impedimentos de Israel para que zarpe, las políticas españolas deciden retornar a España, ante el anuncio de Pedro Sánchez.
Sanidad pública
Sanidad a la madrileña Vecinas y vecinos de Madrid acampan frente al Hospital Doce de Octubre de Madrid
El colectivo prevé permanecer frente al gran hospital madrileño para mostrar su rechazo al deterioro de la sanidad pública y programa actividades para los próximos tres días.

Recomendadas

Derecho a la vivienda
Derecho a la vivienda Vivir y resistir en Andalucía, la comunidad con más desahucios del Estado español
En Andalucía, la comunidad con mayor número de desahucios, se producen 11 al día. En todo el territorio surgen experiencias que luchan por la vivienda digna en un lugar donde tener un techo “se ha vuelto una utopía”.
Cine
Estíbaliz Urresola “El cine no debe quedar impasible ante las atrocidades que suceden”
La directora de ‘20.000 especies de abejas’ sigue recibiendo reconocimientos por su película, pero pide que se transformen en aplicación de mejoras concretas para el colectivo trans.