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Polonia
Un referéndum xenófobo para decantar las elecciones en Polonia
Al entrar en los colegios electorales, además de las papeletas de los partidos políticos en liza, a los ciudadanos polacos se les ofrecerá la posibilidad de hacerse con otra papeleta: la de un referéndum con cuatro preguntas, dos de ellas dedicadas a la cuestión migratoria con un claro sesgo xenófobo. Sin embargo, ninguno de los asuntos sometidos a plebiscito tendrá importantes consecuencias, pues su valor es más bien simbólico. La consulta es fruto de una estrategia del Gobierno, liderado por el partido populista y ultraconservador Ley y Justicia (PiS por sus siglas en polaco) para movilizar a su electorado y ayudarle a ganar las elecciones generales que se celebran este domingo.
El referéndum tiene cuatro preguntas, sin embargo, ninguno de los asuntos sometidos a plebiscito tendrá importantes consecuencias, pues su valor es más bien simbólico
“El referéndum es sobre medidas que ya fueron aplicadas o que no se aplicarán, su resultado no cambiará nada”, sostiene la analista política Marta Prochwicz-Jazowska. Una de las cuestiones hace referencia a la construcción de una valla de cinco metros en la frontera bielorrusa impulsada por el Ejecutivo después de la crisis migratoria de 2021. Otra pregunta cuestionará a la población sobre la propuesta actual de plan migratorio para la Unión Europea, que incluye el reparto forzoso y equitativo entre todos los Estados miembros de los migrantes que llegan irregularmente al entero territorio de la Unión. Los que se nieguen a hacerlo, deberán igualmente sufragar los costes de su acogida en otro país.
En concreto, la redacción tendenciosa de esta pregunta advierte a la población de que el acuerdo conllevará la “admisión de miles de migrantes ilegales de Oriente Medio y África”. Precisamente, el veto polaco y húngaro evitaron la aprobación del pacto en la reciente cumbre europea de Granada. Las otras dos preguntas del referéndum abordan una hipotética subida de la edad de jubilación de los 65 años actuales a los 67, y la privatización de activos o empresas estatales, unas medidas que el PiS atribuye falsamente al principal candidato opositor, Donald Tusk, de ideología de centro-derecha liberal.
“Ningún partido lleva esas propuestas en el programa. Su única razón de ser es la intención del Gobierno de difundir la idea de que si gana la oposición el país recibirá una ola de migrantes”
“Es un referéndum absurdo. ¿Por qué asustar con algo que nadie está proponiendo?”, se preguntaba el columnista Tomasz Krzyzak en un reciente artículo en el diario Rceczpospolita. “Ningún partido lleva esas propuestas en el programa. Su única razón de ser es la intención del Gobierno de difundir la idea de que si gana la oposición el país recibirá una ola de migrantes”, comenta el representante de una ONG que proporciona ayuda a los migrantes.
El PiS afronta el reto de imponerse en unos comicios y formar Gobierno por tercera vez consecutiva, algo inédito desde el advenimiento de la democracia polaca a principios de los años noventa. Sin embargo, las encuestas detectan una erosión en la popularidad del partido gobernante que lo aleja de la mayoría absoluta. La alternativa la lidera la Coalición Cívica (centroderecha liberal) liderada por Donald Tusk, exprimer ministro polaco y presidente del Consejo de la UE entre 2014 y 2019. Aunque improbable, no es imposible que una alianza postelectoral de Tusk con Lewica (izquierda), y Tercera Vía (centro) pudiera alcanzar los 230 diputados que requiere la mayoría absoluta
La explotación de los miedos que suscita la migración en una parte de la sociedad polaca, muy homogénea y con una fuerte identidad católica, ya resultó decisiva en la victoria electoral del PiS en 2015, que le permitió recuperar el poder tras ocho años. En 2021, el dictador bielorruso Alexander Lukashenko dio más munición al PiS al facilitar la entrada al país de miles de migrantes y enviarlos a la frontera polaca como estrategia de presión a la UE. “Creo que hay que ser solidario, pero no se puede aceptar la entrada descontrolada de migrantes a través de Bielorrusia, ni el chantaje de Lukashenko. Además, la mayoría no comparten nuestros valores”, comenta Bartlomeij, un cocinero originario de Poznan, haciéndose eco de una opinión mayoritaria en el país.
La estrategia de Jaroslaw Kaczynski podría terminar favoreciendo a otro partido todavía más xenófobo que el suyo: Konfederacja. Casi todas las encuestas otorgan a este partido la llave del próximo Gobierno.
No obstante, la estrategia del maquiavélico líder del PiS, Jaroslaw Kaczynski, podría terminar favoreciendo a otro partido todavía más xenófobo que el suyo: Konfederacja, la extrema derecha pata negra polaca. Casi todas las encuestas otorgan a este partido la llave del próximo Gobierno. Konfederacja es un artefacto político curioso: ultraliberal en el ámbito económico y opuesto a enviar ayuda militar a Ucrania, defiende los postulados más reaccionarios de la Iglesia católica. Curiosamente, aunque por su xenofobia y hostilidad hacia la UE lógicamente le deberían impulsar a una coalición con el PiS, sus votantes prefieren pactar con Tusk. Por ello, durante la campaña, su líder, Shawomir Mentzen, no se ha cerrado ninguna puerta.
La movilización del electorado más conservador no es la única motivación de Jaroslaw. “El verdadero objetivo del referéndum es permitir al PiS elevar la tope de gasto de la campaña electoral, algo que le beneficia porque cuenta con más recursos”, comenta Prochwicz-Jazowska. De hecho, según datos oficiales, el partido gobernante ha gastado más fondos en propaganda en las redes sociales que el conjunto de la oposición. “Estas elecciones serán libres, pero no justas. El PiS cuenta con muchas ventajas, empezando por su absoluto control de los medios de comunicación públicos”, apostilla la analista.
Varios partidos de la oposición y ONGs de la sociedad civil están haciendo campaña a favor del boicot de la consulta, informando a los electores que tienen derecho a rechazar la papeleta del referéndum
Ahora bien, la indudable victoria en el referéndum de las posiciones apadrinadas por el Gobierno podría no ser suficiente. Para que sea vinculante, la participación debe superar el 50%. Con el objetivo de no rebasar este umbral, varios partidos de la oposición y ONGs de la sociedad civil están haciendo campaña a favor del boicot de la consulta, informando a los electores que tienen derecho a rechazar la papeleta del referéndum. Aunque el principal partido de la oposición, la Coalición Cívica del candidato Donald Tusk, en un principio sugirió que boicotearía la consulta, finalmente ha optado por dejar el asunto a la conciencia de sus votantes.
“¿Qué hacer cuando los que están en el poder organizan un referéndum inhumano y estúpido el día de las elecciones: NO VOTAR EN EL REFERENDUM … No basta con hacer un vuto nulo, porque aún contaría para la participación”, advierte en un comunicado la ONG Fundacja Ocalenie. Granica, otra organización humanitaria que trabaja en la frontera, prefiere no manifestarse públicamente al respecto. “Es necesario un debate público sobre la cuestión migratoria, pero esta no es la pregunta adecuada”, apunta el activista Bartek Rumienczik.
“Mi predicción es que el referéndum no alcanzará el umbral del 50%”, augura Prochwicz-Jazuwska. De la misma forma que podría ganar el referéndum sin que fuera efectivo, es muy probable que el PiS sea el partido más votado, pero podría no tener apoyos suficientes para formar gobierno. Desde Bruselas se seguirá con atención la noche electoral, ya que Varsovia se ha convertido en un dolor de cabeza por sus reformas políticas que violan los principios del Estado de derecho y su veto en cuestiones fundamentales, como el pacto migratorio.