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Adelante Andalucía
El nacionalismo andaluz y la voz propia andaluza
El nacionalismo andaluz desde los tiempos del PSA , y posteriormente el PA, no ha conseguido pasar Despeñaperros y alcanzar voz en las instituciones estatales o europeas. Dicho lo cual , cada proceso electoral abre su peculiar intento con el que llevar a término la aspiración de que Andalucía tenga un sujeto político con el que romper muros y lograr que sus luchas y necesidades puedan ser conocidas, peleadas y resueltas.
Desde los años 90 del siglo pasado la proliferación de partidos, asociaciones o coaliciones andalucistas han crecido de manera posiblemente desmedida. Un claro abanico de idearios los sustentan y van desde el centro izquierda a la extrema izquierda. De ahí que unos sean nacionalistas, y otros soberanistas o independentistas andaluces. Estos partidos provienen, a su vez, de experiencias militantes diversas, de rupturas posiblemente traumáticas pero lo que los une no son los medios sino el fin : hacer que Andalucía como país decida su futuro .
Se acerca la cita electoral con Europa. Esa Europa nodriza, represora, sumisa al poder económico y político de EEUU, generadora de normativas que repercuten en Andalucía. Seguro que no es la Europa que a todas nos gustaría que fuera pero es la Europa que ata y dirige nuestros destinos y nuestra relación con el mundo como andaluces y andaluzas. Es la Europa de Ahora.
Cuántas veces he deseado que Andalucía pudiese debatir los tratados de pesca o la política agraria como país afectado, con voz propia, sin necesidad de esperar que algún parlamentario procedente del centralismo español lo haga por nosotras. ¿ Cómo sería hablar en Europa, en primera persona de la migración por nuestras fronteras ? ¿Cómo sería llevar a Europa los problemas de Andalucía conectados con las problemáticas de otras naciones sin estado? Creo que esas cuestiones supondrían un paso de gigante en el imaginario del pueblo andaluz ; ello nos permitiría abrir fronteras y ensanchar nuestro futuro de luchas en el Parlamento de Andalucía. Tendríamos, además de sentimientos andaluces, Orgullo de ser Andaluces.
Somos un país con casi 10 millones de habitantes entre los residentes y los emigrados y podríamos en unas elecciones como las europeas conseguir romper el techo de cristal que nos impide, hasta ahora, movernos y codearnos con las naciones sin estado del estado español y del resto de Europa. Sería como desprendernos del yugo neoliberal y centralista que nos oprime las entrañas y que no nos deja crecer como pueblo. Sería un auténtico y rotundo grito de Libertad.
¿Qué haría falta para ir dando pasos hacía un futuro hegemónico del Nacionalismo Andaluz? Diálogo,Confluencia y Unidad. Nuestra vida diaria está repleta de aspiraciones, negociaciones y acuerdos. Baste recordar lo que hacen a diario, con mayor o menos presión, con mayor o menor ambición, las centrales sindicales andaluzas. Ninguna de ellas, ni incluso la más radicales renuncian a un buen acuerdo para los trabajadores y trabajadoras, aún sabiendo que no están acabando con el sistema capitalista y que sólo mejorarán sus vidas parcialmente. Esto falta en Política.
En la política es curioso que todas queremos ir, cuando se trata de hablar con nuestro adversario, a un diálogo plagado de líneas rojas. Es cierto, como decía anteriormente, que casi todas tenemos experiencias previas y anteponemos lo que nos diferencia a lo que nos une. Ahí comienzan a ponerse sobre la mesa los apellidos (tú menos que yo en esto, yo más que tú en lo otro,…) Es tan difícil pensar exclusivamente en Andalucía...
Los andalucistas hemos criticado sobradamente, y con razón, a los partidos centralistas, sucursales de Madrid. Partidos que una vez recolectados los votos se olvidan del pueblo andaluz y sus urgentes necesidades. Y por supuesto no piensan en Andalucía como una Nación, aunque se pelearan en su momento, unas más que otras, por la introducción del concepto Nacionalidad Histórica en el preámbulo del Estatuto de Autonomía para Andalucía de 2007.
¿Os imagináis la existencia de aquel 4 de Diciembre sin la altura de miras y la generosidad de los partidos políticos andaluces,no todos, y de la sociedad civil andaluza con lo que se consiguió cambiar el rumbo de la Constitución Española? Y ahora , ¿por qué no Andalucía por encima de todo…?
Ya sé que lo que planteo no debe ceñirse exclusivamente al terreno de los partidos políticos de corte nacionalista y a la representación institucional. Es imprescindible que la sociedad civil andaluza se involucre en un proyecto de conciencia y por conciencia. Personas que a título individual puedan recorrer un camino indispensable para llegar a ser lo que Andalucía necesita, lo que fuimos. La construcción de un andalucismo que se rebela, si quieren utópico, será la base del futuro de nuestro pueblo como algunos lo soñaron y lo seguimos soñando.
La Igualdad entre Comunidades Autónomas, como algunos centralismos de derechas o izquierdas defienden, no es más que discriminación y sufrimiento para el país andaluz. No debemos renunciar a ejercer nuestro estatus como nación histórica y tener dentro del estado español un diálogo de iguales con otras naciones sin estado (Euskadi, Cataluña, Galicía). No deberíamos permitir que en este tiempo plurinacional que nos está tocando vivir Andalucía se quedara fuera de ese marco. A mi me duele.
El andalucismo combatiente tiene una encrucijada en estos momentos: replegarse o emprender la tarea de vincular a todas las personas que se sienta interpeladas en un Bloque Soberanista Andaluz de Izquierdas. No creo que se trate de cuestión de tiempo o dinero. Se trata de grandeza política, responsabilidad, valentía y un gran sentido de País. Y es que los andalucistas de hoy estamos llamados a conformar alianzas estratégicas para poder llevar la Voz del Pueblo Andaluz a Europa y pelear por lo nuestro. Es tiempo que el andalucismo de izquierda ensanche su mirada y busque las alianzas necesarias para que volvamos a Europa, al Congreso de los Diputados y pasado mañana también a lograr hegemonía en el Parlamento Andaluz, nuestra casa. La historia nos lo reconocerá o nunca nos lo perdonará.