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Culturas
Cultura andaluza y vanguardias. Entrevista con Manuel Chaparro y Esteban Espada de Califato ¾
Javier García Fernández: En primer lugar, gracias a los invitados por aceptar la participación en este diálogo, en esta conversación. Gracias Manuel Chaparro y Esteban Espada. Gracias también al Taller de Musics y a Lluis Cabrera por acoger este conversatorio en un lugar inigualable y en una de las grandes casas de la cultura andaluza en Cataluña. Califato ¾ es una de las bandas que está representando la nueva ola cultural andaluza, una nueva forma de entender y representar la cultura andaluza, visitando lo jondo, el folklore y las raíces para representar todo ello desde nuevas formas de vanguardia. La primera pregunta que os quiero hacer es por vuestra trayectoria personal como llegasteis a la música y cómo llegasteis a la formación del proyecto Califato ¾.
Manuel Chaparro: Yo empecé hace como diez años, pero yo no pinchaba, ni hacía música, de hecho sigo sin hacerla. Yo produzco música electrónica, mezclo movidas en el ableton y de forma intuitiva me sale guay, pero todo esto nace de un proceso creativo inconsciente. Como decía Manuel Moneo El Torta “lo mio es transmitir”. Hace tiempo formé un colectivo con dos colegas, Breaking Bass que organizaba fiestas y alguno de sus miembros producía música. Como yo era parte del colectivo me pusieron fecha para pinchar en una fiesta, y me obligaron a pinchar. Más tarde este colectivo se convirtió en sello discográfico y me obligaron a producir música. Como colectivo organizaba fiestas y eventos de música electrónica y como sello sacábamos bastantes referencias de calidad. Esta fue nuestra plataforma y la base para ir más allá. Yo además tengo otros proyectos como The Gardener o Andreh & Manuela. Esteban tiene otro proyecto que es LIE Radio, y también tiene proyectos como Esteban Bove. También Lorenzo y Diego tienen el colectivo de Industria94. Curro Morales es parte del la banda Narco y como rapero tiene varios trabajos con S Curro. Seroka, el teclista, es parte de BSN Posse. Califato en realidad es un colectivo que surge de una quedada colectiva en forma de retiro en el campo con todos los instrumentos para producir música. Un grupo de colegas y productores que individualmente estaban experimentando con la tradición y la jarana y que encontraron unas coordenadas comunes, que eran el folklore, la cultura popular y la música electrónica. Este grupo de gente, de productores y músicos fue creado en el propio circuito de la música electrónica de club y calle en Sevilla.
El proyecto de Califato, por lo tanto, está compuesto por gente que produce de música electrónica con medios digitales. En 2018 después del primer retiro sacamos 6 temas editados en un EP que se llamó L'ambôccá. Los temas funcionaron bien y gustaron mucho, pero en ese momento era un formato de música electrónica. A partir de ahí, decidimos enfocar el proyecto de otra manera, es decir, formar una banda para poder hacer directos. En 2019, al año siguiente vino Puerta de la Cânne. En 2021 La Contraçeña y en 2022 Lô amantê de Çan Pablo. En los tres últimos trabajos, el proyecto ya lo hemos enfocado como banda. Para ello tuvimos que introducir instrumentos pues nosotros veníamos de producir música electrónica. Esteban introdujo el bajo eléctrico, Curro Morales la guitarra eléctrica, Seroka el teclado, Guille Iniesta la guitarra flamenca y Rosanita la voz, el compás y el baile. A partir de ahí fuimos formando la banda y construyendo los temas en forma de canciones para poder ser compartidas en un directo como banda. Ya no quedaban más instrumentos y yo empecé a introducir toda la sonoridad oral de la cultural andaluza, de la calle, de la semana santa y de tantos sonidos y acentos callejeros que también hemos incorporado a nuestra música.
Esteban Espada: Yo conocí a Chaparro en la calle, de fiesta. En Sevilla todo el mundo está en la calle, en los bares, en los garitos, en los clubs. Toda la gente que hace música, que tiene inquietudes coincide en los circuitos de música electrónica en Sevilla. Califato es la mezcla de 4 colectivos inquietos: Breaking Bass, Industrias94, BSN Posse y LIE Radio. Califato es una simbiosis de los puntos en común de los mismos y por nuestra amistad conseguimos una forma de trabajar peculiar. La composición en Califato es similar desde que empezó, solo que a partir del segundo trabajo teníamos presente la idea de interpretar en directo, y ahí aparecen los instrumentos: guitarras, bajo, percusión, voces, coros y teatro vivo como una capa más de las producciones.
La mezcla de estilos y carácter de las canciones surgen en los primeros tramos de las composiciones. Es como el juego del dominó, alguien pone la primera ficha y va surgiendo el tema. Esa primera ficha puede ser una letra, un patrón rítmico o un sample. Todos disfrutamos mucho con la música. De todos los tiempos y estilos y somos capaces de llevarnos cualquier idea a nuestro terreno. Al ser muchos componentes con diferentes trayectorias, somos como un todoterreno.
Javier García Fernández: Califato además forma parte de una generación de andaluces que ha vuelto a retomar el folclore y a disputar las músicas populares. Esto supone reinventar el folklore desde nuevas formas de vanguardia como la música electrónica. Supone también repensar estas músicas populares desde el presente. Desde mi punto de vista se trata de una nueva ola, de un renacer de la conciencia andaluza que se plantea convertir las tradiciones en nuevas vanguardias. Califato retoma las músicas populares para proyectarlas al futuro, huyendo de una modernidad que corre hacia delante, para encontrar en el pasado y en las raíces un punto de apoyo para reinventar el presente. Esto es algo más amplio, que no solo interpela a Califato sino que se trata de un renacer colectivo de la conciencia colectiva y de la cultura andaluza. ¿Cómo entendéis vosotros la cultura andaluza?
Manuel Chaparro: En Andalucía siempre se han producido este tipo de mezclas entre la música tradicional y las músicas más vanguardistas. Sin ir más lejos nosotros ahora vamos a grabar nuestro próximo disco a Morón, que es un pueblo de la Campiña sevillana donde hay una base militar norteamericana. En los años sesenta, a través de las bases militares en Rota y en Morón había una circulación impresionante de discos, de revistas culturales, pero también de drogas y de nuevas tendencias artísticas que llegaban a Sevilla y a Cádiz en tiempo real desde los EEUU. Incluso antes que a Londres, París o Berlín. Eso hizo que surgieran bandas como Smash, Triana y que se produjera una revolución cultural en los años setenta.
Otra de las cosas que hemos retomado, es partir de la música de la Semana Santa para producir música electrónica. Esto ya lo hacían bandas como Delaygurrud. Es algo que ya se había hecho porque en Sevilla es algo muy natural e intrínseco en nuestro calendario cultural. Es verdad que es un tema muy sensible y que hay que tratar con mucho respeto. A nosotros hasta la gente más capillita se nos ha acercado a reconocer el trabajo que habíamos hecho llevando la música de semana santa a otros sectores y a otros espacios. Nos llegaron hasta a poner en un programa de radio sobre Semana Santa que es el más importante que hay, que es El Llamador, en Canal Sur y en cierto modo nos reconocen como parte de la cultura andaluza que se toma en serio la música popular y religiosa andaluza.
Para la gente que es de fuera de Andalucía puede parecer muy extraño cruzar música de cornetas y tambores con Breakbeat, pero en Sevilla tu cuando salías con tus amigos las primeras veces, le decías a tus padres que ibas a la SemanaSanta, pero después te ibas a los bares, a la discoteca y quizás a las raves donde sonaba música electrónica. Y al día siguiente tenías todas las músicas mezcladas con la resaca y las emociones. En Sevilla no son universos separados, son espacios de diversión, de celebración que se dan de forma simultánea. Para nosotros este cruce es muy natural y lo hemos vivido de forma cotidiana en nuestra infancia y en nuestra adolescencia en una ciudad de contrastes como es Sevilla, que es una de las capitales del flamenco, del breakbeat y de la Semana Santa. Además Sevilla tiene algo especial y es que todas las clases sociales, todos los grupos y todos los barrios de la ciudad se cruzan en la cultura y la música en las hermandades, en las peñas flamencas, en la feria, en el centro de la ciudad hay mucho cruce. A pesar de ser una ciudad muy señorial, a través de la cultura también hay momentos donde todo se iguala o se equilibra. En el cante, en la electrónica, pinchando, cualquier persona da igual “pobre o señorito” que quiera disfrutar de esa música o que quiera participar y tocar o pinchar tiene su lugar.
Esteban Espada: Nosotros hacemos música únicamente con dos reglas del juego, que son la música electrónica y el folklore. Estas son las dos únicas líneas que tenemos. Y aquí entra todo. Nosotros tenemos influencias de muchísimas músicas, de todos los estilos y todas las épocas. Cada miembro de Califato traemos y escuchamos música muy personal y muy diversa. Para comprender bien el proyecto de Califato habría que analizar la trayectoria y el recorrido de cada uno de nosotros que, en realidad, es muy atípico. Además, existe una diferencia de edad muy grande que va desde los veintipocos a los cuarentaitantos. Por lo tanto, además se cruzan varias generaciones muy diferentes. La que se crió en los ochenta, la que se crió en los noventa y la que se crió en los dos miles. En todo este cruce de músicas, estilos y épocas diferentes nosotros jugamos a hacer combinaciones imposibles. Combinar músicas hiper aceleradas con músicas lentas, cumbia con trance o música de semana santa con breakbeat son algunas de las posibilidades que surgen de esta ausencia de prejuicios.
Para nosotros el flamenco y otras músicas andaluzas están conectadas con nuestra experiencia cotidiana, con el pueblo donde nos hemos criado, con el barrio, con nuestro día a día, con nuestras abuelas, con nuestras infancias. Además para nosotros la cultura andaluza supone mucha libertad, por que se puede cruzar y reconstruir con muchísimas otras músicas, culturas y estilos. La cultura andaluza es muy abierta, es mediterránea, árabe, americana, europea. La música andaluza es libre por que no tiene nada que perder, solo busca conocer al otro, ser libre y compartir con los demás.
Además, el carácter andaluz de la banda lo es todo. Tratamos de hacer música donde se reconozcan los andaluces. Donde reconocernos nosotros. Ese carácter es igual de específico que de universal. Si vivías fuera en el extranjero hace unas décadas le ponías a un inglés, un francés o un portugués un disco de Lole y Manuel o Camarón. Nosotros queremos que nuestra generación pongan nuestros discos. Esto se hace en Andalucía, y en realidad no se parece a otra cosa. Te recuerda a muchas cosas pero no es exactamente lo mismo. Andalucía es un gran caleidoscopio creativo. Nosotros cuando vamos a un sitio queremos escuchar lo que se hace ahí: comer local, sentir local, vivir local. Sea un viaje a un pueblo dentro de Andalucía o fuera siempre buscamos esa “casa” universal que aprendimos de nuestro carácter andaluz.
Javier García Fernández: Desde mi punto de vista este renacer de la cultura popular, estas nuevas búsquedas de las raíces, de lo propio, no está sucediendo tan sólo en Andalucía. La crisis de la globalización y de la hegemonía norteamericana y occidental ha provocado que los diferentes pueblos del mundo tomen la palabra y reconstruyan referentes propios, horizontes culturales propios pensados desde la tradición y de sus culturas, que habían sido interiorizadas como atrasadas, subdesarrolladas, rancias, antiguas o primitivas. Pero las culturas populares emergen, florecen y reinventar el mundo. ¿Qué otras expresiones musicales o de culturas del mundo han sido referencias para vosotros?
Manuel Chaparro: Bueno vivimos en una época en la que se ha puesto el folklore de moda, esto está pasando en otros sitios, por ejemplo en América Latina. Yo y otra gente hace unos años estábamos pinchando cumbia electrónica. Y esto pasaba también pasaba en muchos otros sitios como en Jamaica con el Dance hall, el Balkan Beat Box, el Afrobeat. Por ejemplo a Esteban lo reclutamos en un concierto de Omar Suleiman, el músico sirio que mezcla música árabe y mediterránea con electrónica. Al final cada uno lleva su cultura ancestral o tradicional a un nuevo nivel de creatividad donde lo mezcla con música electrónica. Para nosotros ha sido una gran influencia el breakbeat y los sonidos rotos, la música rota, que nos recordaba a las juergas flamencas, que incorporan mucho ¾ o 6/8 que son ritmos rotos, sesiones que no acaban nunca, que no tienen ni principio ni final
Por otro lado, aunque creamos que estamos innovando y que la mezcla entre música electrónica y flamenco es una vanguardia, tenemos que mirar atrás y reconocer todo lo que ya se ha hecho. Tu ves un video de Remedios Amaya del 1979 cantando acompañada por un Sitar en TVE, o la Leyenda del Tiempo de Camarón de 1979, el disco New Hondo del Turronero de 1980. También Smash, Peña Wagneriana, Omega. A pesar de todo eso, estas vanguardias no siempre se reconocieron. Por ejemplo, Remedios Amaya quedó la última en Eurovisión. Recibió cero puntos y se la criticaba por ir descalza, incluso creo que no volvió a cantar nada de ese disco después de Eurovisión siendo el disco que incluye ese tema, Luna Nueva, uno de los referentes más grandes de vanguardia andaluza y el pionero uso de máquinas como la Roland 303, 808, Prophet y demás sintetizadores míticos de esa época. Pero todo esto hoy lo estamos retomando, toda esas vanguardias, son el punto de partida para otra generación que hoy está reinventando todo de nuevo. Gente como Romero Martín, Le Parody, Perrate, nosotros y otra mucha gente que está experimentado no parte de cero, recoge muchas otras cosas que ya se han hecho.
Javier García Fernández: En este sentido, y desde aquí, desde Barcelona, es importante abordar una cuestión. Se trata de qué es la cultura andaluza. En Cataluña, debido a la construcción y manipulación del estereotipo del emigrante andaluz, tanto por la burguesía catalana como por la dictadura militar, se ha construido un estereotipo del emigrante andaluz, como espacio en disputa. O se asimilaba a la lengua y cultura catalana o se instalaba en la identidad españolista y reaccionaria. Gran parte de la comunidad andaluza en Cataluña ha huido y se ha mostrado disidente de estas dos identidades impuestas. Y eso ha generado muchos debates y muchas polémicas desde quien entiende que los emigrantes andaluces tienen que asimilarse a la cultura y la lengua catalana, hasta quien identifica lo andaluz con lo español. ¿Cómo vivís vosotros la identidad andaluza y como reaccionáis esta confrontación permanente entre lo andaluz, lo español y lo catalán?
Esteban Espada: Hay algo que considero ADN andaluz: no creerse ni más ni menos que nadie. Ahí está la clave hospitalaria y humilde. Si alguien quiere ser andaluz, puede serlo, y esto no se encuentra en todos sitios. Ahí se resume la confrontación del poder y de la lucha de clases de tu pregunta. Es una pena chocarse discutiendo del blanco y el negro y no disfrutar la riqueza de la gama de grises, y más triste no solucionar problemas reales y que duelen a nuestra sociedad.
Manuel Chaparro: Bueno es que España siempre nos ha robado nuestra cultura. Además de ser uno de los pueblos más empobrecidos del Estado, expropiados de tierra y de industria, el Estado nos ha robado nuestra cultura para mercantilizarla y venderla. El gazpacho era alimento de pobres, hasta que llegó un dietista y dijo que el gazpacho era un gran alimento por incluir verduras crudas y aceite de oliva y ahora el gazpacho es español. El flamenco era una música popular de gitanos, de perseguidos, de pobres, de mineros, de pescadores y de jornaleros pero España se apropia de la cultura flamenca y la exporta y la vende en el exterior y de cara al turismo. La imagen de España es una imagen construida con fragmentos de cultural andaluza porque como bien sabemos “España es Andalucía, pero Andalucía no es España”. Y eso se ha hecho en contra de la sociedad andaluza. Pero nosotros no tenemos nada que ver con esa España. Yo pienso como Blas Infante cuando decía que Andalucía es un continente entre España y África. La cultura andaluza es una cultura de frontera. Nosotros somos diferentes, ni mejores ni peores diferentes. Pero esto lo hemos comprendido ahora. Nadie nos explica a los andaluces nuestros verdaderos orígenes, nadie nos explica Al-Andalus, la literatura y la filosofía andalusí ni nuestra propia histórica. Y los andaluces terminan reflejándose en España porque es quien domina Y aunque oficialmente no seamos una colonia, los andaluces somos un pueblo colonizado.