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Países emergentes
¿Qué puede suponer la expansión de los BRICS para la economía y hegemonía global?
La semana ha sido movidita en el panorama político y económico global. En la ciudad estadounidense de Jackson Hole se han reunido los representantes de los bancos centrales de los grandes polos económicos occidentales para decidir el futuro del precio del dinero y las políticas monetarias que se tomarán en los próximos meses con un ojo siempre puesto en la inflación.
Pero a muchos kilómetros de allí, en Sudáfrica, se ha reunido un grupo de países que lleva tiempo rumiando cómo dejar de depender de esos banqueros de Jackson Hole y de las potencias a las que representan. El club de los países emergentes conocido hasta el momento como los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) se ha dado cita y ha decidido la entrada de otros seis países de entre los más de 20 que habían solicitado su ingreso. Desde el 1 de enero del próximo año, Argentina, Arabia Saudí, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía e Irán también formarán parte de esta unión de países con la intención de coordinar políticas comerciales y de presentarse al mundo como una alternativa occidental liderada por la Casa Blanca.
Esta expansión territorial de los BRICS y de la influencia china puede poner más nervioso todavía a Estados Unidos y abrir un nuevo abanico de posibilidades para ampliar dicha influencia a los de Xi Jinping
En el fondo de todo está precisamente la batalla geopolítica por la hegemonía mundial entre Estados Unidos y China. Esta expansión territorial de los BRICS y de la influencia china puede poner más nervioso todavía al primero y abrir un nuevo abanico de posibilidades para ampliar dicha influencia a los de Xi Jinping. Si ya las cifras económicas y la influencia de los BRICS hasta el momento estaba tomando posiciones en la carrera global y acaparando gran parte del mapa, las actuales incorporaciones le dan un nuevo impulso. El grupo resultante representa en torno al 30% del PIB mundial, el 46% de la población mundial y controlan el 42% de la oferta del petróleo en todo el planeta.
Pero, además, la incorporación de Argentina amplía la influencia de China en Latinoamérica y la de los países de Oriente Medio son un buen espaldarazo al maltrato estadounidense que ha recibido la zona históricamente. “China está tratando de expandir sus redes comerciales y diplomáticas en lugares tradicionalmente maltratados por occidente”, explica a El Salto el economista y profesor de Economía Aplicada en la URJC Iván Ayala.
Aunque la decisión de la ampliación es importante, todavía hay que ser muy cautelosos y no apresurarse a vaticinar cambios en ese equilibrio de bloques de poder global. “Siempre hay mucha euforia y se ven estos movimientos como casi una ruptura total del orden internacional liderado por Estados Unidos, pero hay que ser muy cauteloso”, afirma el economista e investigador Juan Vázquez Rojo. Señala que este movimiento es de peso y muy importante ya que le da más poder a este grupo de países, pero “no son una unión de países que tengan unos claros objetivos comunes y perspectiva úncia, de hecho, tienen países que tienen problemas entre ellos, como el caso de China e India que tienen unas relaciones bastante regulares”. Algo en lo que coincide Ayala, que apunta a que India era reticente a esta expansión: “Modi [presidente de India] tiene una estrategia ambivalente, posicionándose y llegando a acuerdos con EE UU, pero también con China e incluso Rusia”. Afirma que China está intentando doblar el bloque hacia posiciones más beligerantes, pero en el bloque siempre habrá posiciones divergentes que EE UU explotará para minar la cohesión del grupo”.
Desdolarizar el mundo
Uno de los principales temas en juego en esta lucha de bloques es la moneda que se utiliza para el comercio mundial. La hegemonía del dólar desde hace ya casi un siglo en el comercio internacional, en el del petróleo y otras materias primas, en la emisión de bonos de deuda de muchos países o por la dolarización de algunas economías latinoamericanas le concede un inmenso poder a Estados Unidos.
Desde los países que componen el BRICS se lleva rumiando el intento de empezar a sustituir esa moneda por otras pero, dado el peso y la importancia del billete verde, la tarea no parece sencilla por mucho peso económico que tengan estos emergentes. “Es un error pensar que esto va a ocurrir porque muchos de estos países tienen una fuerte dependencia del dólar”, argumenta Vázquez que coloca como ejemplo paradigmático de China. El gigante asiático tiene muchas reservas de dólares y bonos estadounidenses que utiliza para estabilizar y controlar el cambio de su moneda con la estadounidense. Por lo que una pérdida de poder y valor del billete emitido por la Reserva Federal (FED) podría afectar de forma negativa a la economía china.
“Aunque los países de los BRICS empezaran todos a comerciar con el Renminbi, seguiría estando a años luz del 60% de EE UU”, Iván Ayala
La hegemonía del dólar se basa en que es la moneda de comercio internacional, “por lo que no creo que este movimiento pueda llegar ni a desequilibrar la balanza ni poner en peligro la hegemonía del dólar”, apunta también Ayala. “No hay otra alternativa”, asegura, “el dólar supone el 60% de todas las reservas», mientras que la segunda más importante, el euro, tiene una cuota del 20%. “Lo que se está intentando es conseguir un bloque que pueda tener un peso suficiente con sus relaciones comerciales internas que pueda atraer inversiones en otra moneda que, evidentemente, será el Renminbi”, el otro nombre que se le da al yuan. Pero esta moneda apenas llega a un 3%. “Aunque los países de los BRICS empezaran todos a comerciar con esta moneda, seguiría estando a años luz del 60% de EE UU”, matiza Ayala.
Aunque puede haber cambios significativos. “Ya llevan un tiempo diciéndolo y haciéndolo, los pagos entre ellos lo van a hacer en modenas comunes”, dice el economista Juan Laborda, que señala a las materias primas como uno de los principales mercados que se verá afectado por esta sustitución del dólar.
Para Laborda hay otra opción que está encima de la mesa con este avance de los BRICS: “Estos países pueden pedir que se sustituya el dólar por una cesta de monedas según el peso en el comercio internacional”. Cita una propuesta realizada por el economista y político fraces Frank Biancheri en la que, además, se dejan fuera monedas que estén ligadas a países y plazas financieras meramente especulativas. Es decir, que deje fuera la libra británica y el franco suizo. Presionando políticamente con esta opción, China o India podrían colocar sus monedas dentro de la cesta con un peso que podría favorecerles mucho más que la actual dominancia del dólar.
El nuevo comercio mundial y la desglobalización
Este proceso tiene grandes consecuencias sobre el comercio mundial y la globalización. Ya no solo por el papel de China en la producción y comercio mundial, sino por la entrada de nuevos países en los continentes del sur y su alto porcentaje de la población mundial (en torno al 46%). Pero también debido a los cambios que la globalización y las cadenas logísticas mundiales están sufriendo en los últimos años.
La globalización no ha salido tan bien como se esperaba y las externalidades negativas, como las ecológicas o las que se pudieron observar durante la pandemia, han hecho que se tengan que repensar estas cadenas globales
El mundo globalizado del libre comercio ha sufrido un duro revés tras los problemas de desabastecimiento que se sufrieron con los cierres de fábricas y puertos asiáticos durante la pandemia de la Covid. “El comercio no se va a establecer por las reglas de libre comercio pleno tal y como se ha establecido ahora, sino por relaciones comerciales por países pertenecientes a un área geográfica o de dominio”, opina el economista Juan Laborda. La globalización no ha salido tan bien como se esperaba y las externalidades negativas, como las ecológicas o las que se pudieron observar durante la pandemia, han hecho que se tengan que repensar estas cadenas globales. Se sustituye al proveedor más barato por aquel que está en un país con el que se mantienen relaciones pactadas o que te asegure seguir siendo tu proveedor en caso de que haya roturas en el comercio internacional por cualquier tipo de conflicto, como una nueva pandemia o una guerra. Se sustituyen las rutas de producción habituales de las últimas décadas para desplazar la producción a países amigos. “Estos avances de los BRICS van también en esa línea”, afirma Laborda.
Crisis económica
Crisis de suministros Las cadenas rotas de la globalización
Los “patios traseros” se quieren organizar
Tal y como señalaban Ayala y Laborda, los BRICS se han construido sobre una base de reacción al dominio hegemónico del norte que se ha impuesto hasta el momento. Un hartazgo de estas zonas a los dominios occidentales de “hombres blancos que se han impuesto mediante la guerra y la violencia”, tal y como lo define Laborda. La incorporación de varios países africanos o de Argentina sacude el tablero en zonas normalmente controladas por Estados Unidos, Europa y sus instituciones supranacionales como el FMI.
La incorporación de varios países africanos o de Argentina sacude el tablero en zonas normalmente controladas por Estados Unidos, Europa y sus instituciones supranacionales como el FMI
Uno de los claros ejemplos de este intento de reorganizarse y defenderse frente a la súperpotencia americana lo está protagonizando Brasil. Lula mostró su apoyo a la adhesión de su vecina Argentina, para reforzar su posición dentro de los BRICS y de latinoamérica frente a su vecino del norte. Ayala recuerda que, en los últimos dos años, Brasil ha intentando hacer freente a la influencia norteamericana tomando una posición crítica con Occidente respecto a la guerra de Ucrania, lo que ha provocado reacciones adversas por parte de la Casa Blanca.
Pero, una vez más, quien juega un papel fundamental en esta integración y colaboración es China. Que, por otro lado, no le ha hecho falta que entraran más países en los BRICS para aumentar su influencia económica y comercial en la zona. “Recordemos”, apunta Ayala, “que entre 2000 y 2020 el comercio entre China y Latinoamétrica se ha multiplicado por 26”. Hace dos décadas el gigante asíatico no era ni tan siquiera un socio importante. En la actualidad es el mayor, por delante de los Estados Unidos. Todo apunta a que la entrada de Argentina en los BRICS, si el candidato a presidir el país y abiertamente anticomunista y defensor de la dolarización de la economía argentina Javier Milei no lo impide, podría desequilibrar balanzas de poder en la zona. “La entrada de Argentina supone un avance para la posición estratégica de China en el continente y en efecto podría llegar a suponer un problema para la hegemonía del FMI en la zona”, avisa Ayala.
Sustituir no, pero sí crea una alternativa
De momento no va a haber una sustitución de la hegemonía comercial y política de los países occidentales, del dólar y de instituciones como el FMI o el Banco Mundial. Pero no por ello hay que perder de vista unos movimientos de expansión que nos muestran la nueva realidad de la geopolítica internacional: se ha acabado ese mundo unipolar donde no hay más alternativa que bailar al son que marca Estados Unidos. Bienvenidos al mundo multipolar.
“Ahora hay alternativas”, dice Vázquez Rojo, “que aunque no vayan a sustituir y reemplazar a las organizaciones internacionales que llevan siendo la única opción desde los 90, como el G7, sí que ofrecerá a algunos países una nueva alternativa”. La lista de espera que se ha creado tras esta reunión en la que se ha aceptado la entrada de seis de los 23 países que habían solicitado adherirse demuestra que ya son muchos los países que tienen otro sitio al que mirar.
El resumen podría ser que China va a incrementar su poder e influencia, pero que Estados Unidos va a seguir siendo el que siga cortando la mayor parte del bacalao
En cuanto a la hegemonía. El resumen podría ser que China va a incrementar su poder e influencia, pero que Estados Unidos va a seguir siendo el que siga cortando la mayor parte del bacalao. Bien es cierto que China da un paso importante en el papel de nuevo orden político y económico internacional, así como su rol de potencia sobre los países en los que influye. “Auspició que Irán y Arabia Saudí retomaran relaciones diplomáticas lo que ahora sabemos que era el paso inicial para ampliar el bloque de los BRICS a esos dos países”, señala Ayala como ejemplo de este nuevo papel que está jugando el gigante asiático.
Lo que queda claro es que la sustitución no llega de momento pero, como alternativa, también tendrá el poder de ejercer presión política “para que la composición de los organismos multilaterales y el tipo de medidas que se implementen no pivote en el mundo occidental”, pone Laborda como ejemplos. “Tenemos que asumir un mundo multipolar”, añade Laborda. Aunque también señala algo que ha ocurrido históricamente cuando la potencia hegemónica ha visto peligrar su poder: “Otra cosa es que Occidente no quiera aceptar ese mundo multipolar y entremos en conflicto con este nuevo grupo a un nivel económico, político y geoestratégico”.
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Mientras tanto en la oscuridad de la noche una filósofa sostiene una calavera entre sus manos diciendo: BRICS o No-BRICS, es la misma explotación.
¿Y en que queda la democracia? ¿Cambiamos bloques hegenómicos de poder, por democracia? Bien o mal, en algunos países de occidente, funciona. Interesante leer este asunto desde la perspectiva de los derechos, de la democracia. Insisto.
¿Y Etiopía? ¿Porque Etiopía ha sido incluida también ahora? ¿mano de obra barata, traslado de factorías?
Aunque es cierto, como dicen los economistas, que ahora mismo el dominio economicl y militar es el de EE.UU, los BRICS refuerzan esa hipotética y futura alternativa al capitalismo neoliberal y globalizado yankee.
Creo que sería un paso importante para la humanidad, impidiendo el poder absoluto de un solo país y generando espacios de comercio más justos y desarrollistas.
Eso sí, no esperemos que esto vaya a significar una oportunidad para la toma del poder de la clase trabajadora...
¿Cuál es la postura de este club neocapitalista respecto a una inflación por debajo del 2%?¿Quién se está beneficiando del alza del interés del dinero?¿Tiene todo que ver con la pérdida de hegemonía Occidental?¿Hasta cuándo soportará el pueblo la pérdida de poder adquisitivo y la codicia empresarial?¿Jerome Powell y Christine Lagarde son los gendarmes económicos para que los BRICS no descabalguen a EEUU y Europa?¿Cuál debe ser la postura de España ante estos cambios y estas políticas monetarias?
De un mundo unipolar a otro multipolar. ¿El cambio será pacifico o, como señala Laborda, habrá tensiones económicas, políticas y geoestratégicas? Y quizá se llegue a un escenario de guerra; Ucrania pudiera ser el inicio. Algo grande se está fraguando y las consecuencias para la humanidad nos son todavía desconocidas. Los pueblos deberían tomar la palabra.
Para mí, en esa pregunta está todo: ¿será pacífico ese posible cambio? Yo lo veo complicado...