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Países emergentes
Los BRICS acentúan en Kazán su perfil como alternativa
La elección de Kazán para la celebración de la última cumbre de los BRICS no es casual: esta ciudad, capital de la República de Tatarstán, tiene una de las mayores diversidades étnicas y religiosas de Rusia. Este hecho la convertía en uno de los mejores sitios para escenificar dos de los principales objetivos del encuentro: constatar la diversidad del grupo y comunicar su aspiración a ampliar el número de miembros que pertenecen a él.
Más de treinta Estados —desde México y Venezuela hasta Indonesia, pasando por Argelia, Turquía, Kazajistán o Laos— han expresado su interés en ingresar en una alianza que pasaría a llamarse BRICS+, pero que, de momento, tendrá aún que esperar: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica han decidido posponer cualquier tipo de ampliación para evitar crecer demasiado rápido. En su lugar se creará la figura de países socios.
Como se ha recordado estos días desde los medios de comunicación, los BRICS representan a casi la mitad de la población mundial. El peso de estas economías no puede desdeñarse —el Fondo Monetario Internacional (FMI) les atribuye en uno de sus últimos informes un mayor crecimiento que a las que forman el G7—, como tampoco puede obviarse el impulso político que ha adquirido esta alianza. Con los Estados Unidos de América a menos de dos semanas de sus elecciones presidenciales y una Unión Europea mirando con inquietud a lo que pueda suceder en los EE UU, la impresión es que nadie sabe muy bien qué hacer en Washington y Bruselas con esta cumbre. Como algunos mandatarios europeos han expresado públicamente a través de sus declaraciones a la prensa —de manera destacada el presidente francés, Emmanuel Macron— la situación de la UE es la más delicada porque se encuentra entre un polo y otro sin tener una posición común que sea autónoma y clara.
La cumbre en los medios
Los titulares en la prensa occidental, con todo, se los ha terminado llevando Rusia. Ya fuese porque su presidente, Vladímir Putin, no negó en respuesta a la pregunta de un periodista en rueda de prensa que hubiese tropas norcoreanas combatiendo la incursión ucraniana en Kursk, o porque la cumbre —y la controvertida reunión que mantuvo en los márgenes de ésta Putin con el secretario general de la ONU, António Guterres, muy criticada por Ucrania— ha permitido al Kremlin visualizar que Rusia no está aislada internacionalmente (mientras se celebraba la cumbre, las tropas rusas obtuvieron además importantes avances en Ucrania en Kupiansk, Chasiv Yar, Toretsk, Selídove y Kurájove). El portavoz de Guterres remarcó que el secretario general sigue manteniendo que la invasión de Ucrania es ilegal y contraria a la Carta de las Naciones Unidas, y que la reunión con el presidente de un Estado miembro es, al mismo tiempo, perfectamente acorde a los principios de la ONU.
También ha habido, por supuesto, referencias a los conflictos en Ucrania –en el que tanto Pretoria como Beijing han intentado mediar para encontrar una salida diplomática— y Palestina. Los comentarios más alarmantes hablan, al calor de la cumbre y otras noticias relacionadas, de la creación de “una amenaza a la seguridad” como consecuencia de “una creciente coordinación entre países antioccidentales” (CNN) o de un frente cuyo fin es “debilitar a los Estados Unidos y sus aliados” que “reduciría el atractivo de la democracia” y que “permitiría a China convertirse en la fuerza dominante en el Océano Pacífico y ganar en influencia en el resto del mundo” y a Rusia e Irán, “tener más influencia en sus propias regiones” (The New York Times). El discurso público en EE UU augura, por lo tanto, que, gane quien gane las próximas elecciones presidenciales, no se modificará la trayectoria de colisión con Moscú y Beijing.
En su discurso de inauguración de la cumbre, el presidente ruso afirmó asimismo que “el dólar está siendo usado como un arma”
Como ha señalado Ina Sembdner para el diario alemán junge Welt, no pocos comentaristas han repetido estos días que los BRICS no tienen ni estatutos ni una estructura sólida, que distan de ser un bloque homogéneo y que los países que lo componen tienen intereses particulares, en ocasiones divergentes y a veces hasta enfrentados. “Lo que no es falso”, explicaba Sembdner, “pero es aplicable a toda alianza entre Estados”. “Usar esta vara de medir con una alianza del Sur Global corresponde todavía a una lógica inherentemente colonial”, continuaba esta periodista, “que los desarrollos productivos estén al frente de todo para estas respectivas sociedades es aparentemente inconcebible” para los políticos y analistas del mainstream en Occidente.
Y con todo y con eso, al margen de la cumbre hubo también reuniones bilaterales, la más importante de las cuales acaso fuese el encuentro entre el presidente de China, Xi Jinping, y el primer ministro de India, Narendra Modi. Ambos mandatarios trataron, entre otros temas, el de la distensión en el Himalaya y la ampliación de las inversiones chinas en India. Modi también se reunió con el presidente de Irán, Masoud Pezeshkian, con miras a profundizar las relaciones bilaterales. “Los BRICS pueden ser un camino para salir del totalitarismo estadounidense y crear una vía para el multilateralismo”, declaró Pezeshkian al agregar que esta alianza “puede ser una solución para enfrentarse al dominio del dólar y a las sanciones económicas a países” y conseguir, así, un mundo libre “de sanciones, guerras y genocidios”.
El largo camino para abandonar el dominio del dólar
En su declaración de clausura de esta cumbre, los BRICS volvieron a incluir la llamada a una reforma del sistema de Naciones Unidas —Rusia defiende la inclusión de manera permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU de India y Brasil, así como de algunos Estados africanos— y de las estructuras financieras globales, y también a una mayor cooperación económica y tecnológica entre los miembros. También se repitieron las condenas a los ataques terroristas y a las injerencias, de manera destacada las sanciones económicas.
Además de las ya citadas declaraciones de Pezeshkian, Putin se refirió a las sanciones en su reunión con la presidenta del Nuevo Banco del Desarrollo (NBD) de los BRICS, la brasileña Dilma Rousseff, al asegurar que el uso de las divisas locales en vez del dólar o el euro “ayuda a mantener el desarrollo económico libre de la política tanto como es posible en el contexto del mundo actual”. En su discurso de inauguración de la cumbre, el presidente ruso afirmó asimismo que “el dólar está siendo usado como un arma”. “Es algo que podemos ver y creo que es un gran error por parte de quienes hacen esto”, añadió al recordar que casi el 95% de las transacciones con China se realizan ya en rublos y yuanes.
Parece fuera de toda duda que los BRICS no se han quedado quietos en su búsqueda de una salida de lo que el economista griego Yanis Varoufakis llamó una vez “el laberinto del Minotauro”
Lógicamente, los países más afectados por las sanciones son los que más empujan en esta dirección —con la creación de un sistema de pago propio para sortear el SWIFT, con sede en Bélgica, además del intercambio comercial en divisas locales—, mientras otros, aunque no son ajenos a que lo ocurrido a Irán o Rusia podría pasarles a ellos algún día, prefieren emprender este camino más lentamente. El caso más destacado es, obviamente, el de China, cuya economía está mucho más integrada en el sistema mundo, pero también el de India o Brasil.
Países emergentes
EMERGENTES ¿Qué puede suponer la expansión de los BRICS para la economía y hegemonía global?
En una situación de evidente inestabilidad global como la actual nadie puede hacer un pronóstico claro. Puede que el estado de salud del sistema dólar esté siendo subestimado por sus críticos. Puede que esté siendo sobrevalorado por sus defensores. Pero lo que parece fuera de toda duda es que los BRICS no se han quedado quietos en su búsqueda de una salida de lo que el economista griego Yanis Varoufakis llamó una vez “el laberinto del Minotauro”.
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Al fin una crónica de la reunión de los BRICS que suponen un hito en las relaciones económicas y políticas del mundo. Buenas palabras, buenas intenciones y acabar con la dictadura global de EEUU y sus criados. Eso me mantiene con fe en un futuro mejor. Cuando empiecen a sacar los pies del tiesto, ya se verá cómo hacer, pero ahora, y visto lo visto, es decir la destrucción sistemática de TODO por parte de "Occidente" los Brics y este nuevop orden mundial propuesto merece todo mi apoyo.