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No dejo de pensar en las medidas ultras que están llevando a cabo los reaccionarios de Vox y que nos están dejando a las mujeres huérfanas y desamparadas. La última vino de la mano de Sonsoles Palacios tras anunciar que quitaba “de nuestras fiestas municipales los puntos violetas podemitas”. Lo dijo con orgullo prepotente y sin esconderse, porque hace mucho tiempo que no tienen la vergüenza que parecía que tenían años atrás. Pretenden quitar algo que ha evitado que existan más agresiones machistas de las que ya existen. En concreto una víctima de agresión sexual en los sanfermines acudió a buscar ayuda un Punto Violeta en Pamplona y fue atendida y acompañada. De hecho, esta fiesta ha registrado al menos 16 agresiones sexuales en solo cinco días, muchas más de las que se dieron el año pasado por estas fechas.
En 2014 se comenzaron a redactar guías y protocolos, y mujeres organizadas salían con brazaletes morados y montaban puestos en fiestas de todo tipo para defender los barrios y pueblos libres de violencia machista. Lo que hace ahora Vox es poner en riesgo nuestra seguridad y libertad, lo que hace Vox es negar un salvavidas en el océano a alguien que se está ahogando y necesita ayuda urgente. Lo que hace Vox con estas medidas y negando la violencia de género es dejar morir, es tolerar la violencia de género y sentirse orgullosos por ello, como si fueran rebeldes, como si fueran antisistema. Los puntos morados suponen saberse segura, sentir que pase lo que pase en el trascurso de la noche puedes confiar en que todo va a salir bien y en calma.
Los puntos violeta son una herramienta de empoderamiento feminista surge de la propia sociedad civil organizada ante un problema concreto que se repite una y otra vez en todo tipo de eventos
Esta herramienta de empoderamiento feminista surge de la propia sociedad civil organizada ante un problema concreto que se repite una y otra vez en todo tipo de eventos donde hay grandes concentraciones de gente. Ojalá hubieran existido estos puntos violeta cuando éramos quinceañeras y nos tocaban el culo en las verbenas, porque antes no podíamos disfrutar libremente ni ocupar espacios que no nos pertenecían. Entonces nuestros padres hacían turnos para venir a recogernos porque no se fiaban de que pudiéramos volver solas sanas y salvas a casa. Era la época de las chicas de Alcàsser y del fenómeno mediático tras ese caso tan desolador y nuestras familias temían que pudiera ocurrirnos lo mismo.
Sin embargo, en los últimos años y gracias al avance feminista por fin habíamos ocupado el espacio que también nos pertenecía y lo hacíamos con la libertad y la seguridad de que había compañeras que estarían velando por nosotras. Ahora pretenden usurparnos ese espacio y con ello quitarnos la alegría y la alegría debería ser nuestra trinchera intocable porque nos merecemos sentirnos seguras, ser libres y estar vivas. Creo que no pedimos demasiado.
Los ultras ya ha quedado claro que nos quieren sufriendo, desean borrarnos del mapa, las feministas somos su enemigo a batir. Estas personas son misóginas y machistas y esa es su ideología al más puro estilo Gilead en El Cuento de la Criada. Ellos aplastan todo lo que les huele a rojo o feminista, no les importa que exista una lógica detrás porque han aparecido para destrozarlo todo, para acabar con todo, para no proponer nada, sino eliminar sin piedad como ya hicieran sus antepasados. Les mueve el odio, y a nosotras el amor a una sociedad justa e igualitaria. Censuran, quitan puntos violeta, eliminan consejerías muy necesarias como la de Medioambiente o Igualdad. No proponen, solo se oponen y se aprovechan del descontento generalizado ante vidas complicadas y un sistema hostil que nos pone las cosas cada vez más difíciles.
Sus ideas de Vox, además de ultras y machistas, son contradictorias, porque por un lado esgrimen el relato de que la izquierda ha liberado violadores, pero son los primeros que niegan la violencia de género
Pero ellos no son de los nuestros, no son de las nuestras, no te equivoques, si eres trabajador o trabajadora es importante que eso quede claro, que lo primero que han hecho tras entrar en las Instituciones es subirse los sueldos, eso lo han tenido bien claro. Con tu dinero, con el mío, con el nuestro.
Sus ideas además de ultras y machistas son contradictorias, porque por un lado esgrimen el relato de que la izquierda ha liberado violadores, pero son los primeros que niegan la violencia de género y que eliminan los puntos violeta donde acuden mujeres para buscar ayuda en caso de agresión sexual. ¿A quién quieren engañar? Por desgracia a demasiada gente.
Por todo ello es tan importante el voto en las próximas elecciones, porque ya nos han dejado claro que suprimirán todos los derechos alcanzados y retrocederemos décadas, especialmente las mujeres y las más vulnerables.
En cualquier caso, las feministas no bajaremos los brazos y seguiremos organizadas con más entusiasmo, sororidad y entrega si cabe y montaremos de nuevo todos los puntos violeta que hagan falta y haremos las manifestaciones más multitudinarias que nunca antes se hayan visto. Y lo haremos porque estaremos seguras con nuestras hermanas feministas.
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