Opinión
La contaminación mediática, un problema de salud pública

Se habla mucho de ‘fake news’, desinformación y posverdad, pero ¿por qué sigue sin haber leyes capaces de prevenir este tipo de prácticas?
Joaquín Prat Irene Montero Nueva York
Joaquín Prat, presentador de 'Cuatro al día', en el programa en el que cargó contra Irene Montero.

Nada es más sencillo que destruir la imagen y la reputación de una persona desde un medio de comunicación. Basta con seleccionar sus palabras. Reordenarlas. Invertir el sentido de sus frases y verter el producto tóxico a las fauces de tu audiencia. Miles de voces furiosas e indignadas por muy diversos motivos —incluidos los bots— sabrán aprovechar la oportunidad para insultar, difamar, humillar, amenazar al objetivo de la manipulación mediática. Da igual lo que haga. Da igual lo que haya hecho. La víctima tardará un tiempo en reaccionar. Cuando reaccione, los mismos medios que lanzan la piedra esconderán la mano y guardarán silencio. Si meses o años más tarde todo se llega a aclarar, nadie recordará lo ocurrido, pero permanecerá el odio. Ese era el objetivo. 

¿Hasta cuándo tendremos que aguantar la manipulación mediática? En la segunda parte de El Quijote, capítulo décimo, escribió Cervantes que “la verdad adelgaza y no quiebra, y siempre anda sobre la mentira como el aceite sobre el agua”. El problema es que a veces hay tanta mentira que uno, por más que mire al lago, no encuentra el aceite por ninguna parte. 

El último caso de manipulación mediática tuvo por objetivo a la ministra de Igualdad, Irene Montero, a quien, por lo visto, no bastaba con amenazar a las puertas de la casa donde cuidaba a sus hijos recién nacidos. ¿Suficiente? En absoluto. Telecinco, Antena Tres y Onda Cero (Ana Rosa Quintana, Susana Griso y Carlos Alsina, en el mismo orden) consideran que, además de el hostigamiento físico, esta persona merece quedar retratada como una hipócrita que solo denuncia las violaciones de los derechos humanos cuando le conviene. Primero se pidió su opinión, luego se eliminó en la edición del vídeo, por último fue acusada de mantener silencio ante las mismas víctimas para las que pedía apoyo consular y una investigación independiente. A coro, los tertulianos exigen lo que la edición ha sepultado. Nada más falso y pernicioso y, sin embargo, nada nuevo.

Durante meses fue imposible escuchar hablar de Podemos sin que se comentase la supuesta financiación de Venezuela, Irene Montero fue víctima de un montaje para vincular la pandemia con el 8M y Ferreras utilizó su programa para repetir unas declaraciones de Garzón sobre las macrogranjas que el ministro no había hecho

Pese a lo frecuente, la contaminación mediática de la figura de Irene Montero es solo un ejemplo entre muchos. Aunque el artículo 20 de la Constitución española reconoce el derecho de la ciudadanía a “recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión”, este derecho —fundamental para toda sociedad democrática— es el felpudo con el que se limpian el barro muchos medios de comunicación en este país. 

Durante meses fue prácticamente imposible escuchar hablar de Podemos sin que se comentase la supuesta financiación de Venezuela: aquella vez se llegó a demostrar que Interior premió al venezolano que hizo el montaje contra Podemos. En pleno auge de la formación morada, OK Diario publicó un informe policial falso donde se afirmaba que el gobierno de Irán había financiado a su partido. Cuando el objetivo era vincular la escalada de la pandemia a la manifestación del 8M, Irene Montero volvió a ser víctima de un montaje donde (desde cierto ángulo) se la mostraba tosiendo en la cara de la líder LGTBI Boti García. Cuando Alberto Garzón dio su opinión acerca de las macrogranjas, el presentador García Ferreras utilizó tres cuartas partes de su programa para repetir las declaraciones que el Ministro de consumo no había hecho.

En paralelo, Vox se ha pasado los últimos años propagando bulo tras bulo contra sus rivales políticos, desde la imagen de una Gran Vía llena de ataúdes, la acusación de “autoatentado” por parte de Podemos en su sede en Cartagena o la asociación reiterativa de la inmigración con el 69% de las agresiones sexuales grupales cometidas en España. 

Irene Montero
Feijóo pide su dimisión La campaña contra Irene Montero alcanza su cota más alta tras su viaje institucional a Nueva York
A la polémica fabricada con la edición de un vídeo donde la ministra responde sobre su postura tras la masacre en Melilla se suman esta semana las críticas por el viaje a Nueva York en un avión cuyo uso está destinado, entre otros, a ministros. Miembros del PP lo usaron para acudir a mítines de su partido, pero Feijóo ha pedido la dimisión de Montero por hacerlo.

Y es que, si mentir sale tan barato, ¿quién puede permitirse decir la verdad? Se habla mucho de fake news, desinformación y posverdad, pero ¿por qué sigue sin haber leyes capaces de prevenir este tipo de prácticas? ¿Es algo imposible de prevenir? Si las consecuencias del fraude mediático fuesen más severas y más rápidas de lo que son en la actualidad, ¿acaso nos veríamos sumidos de un día para otro en una total y totalitaria espiral de censura? ¿O simplemente viviríamos en una sociedad democrática con derecho a la libertad de expresión pero sin derecho a manipular la información para destruir a rivales políticos?

Quienes poseen medios de comunicación privada, y quienes pueden influir en la programación de la comunicación pública, siempre seguirán siendo capaces de seleccionar unas noticias verdaderas dejando otras a la sombra. Sin embargo, sería muy sencillo lograr que el fraude, el montaje, el engaño y la difusión de información no contrastada tuviese un coste mayor para los medios responsables. Si se hicieron juzgados exprés para tramitar desahucios, ¿por qué no hacer juzgados exprés para condenar casos flagrantes de manipulación mediática?

Decía otro grande de las letras españolas, Don Quevedo, que las mentiras del corazón comienzan en la cara. La cara de los presentadores es la fuente de muchas mentiras que más tarde la sociedad repite sin faltar a la sinceridad de lo que uno cree. Y ese es el gran problema: la gente puede ser sincera aun cuando lo que dice no sea verdad. 

Imaginen que el odio social y el estrés social generado por la “contaminación mediática” fuese considerado una amenaza para la salud pública de la misma forma que lo es la contaminación atmosférica

Imaginen que, frente al vertido de desinformación, existiese un sistema de penalización tan ágil como los sistemas de detención policial: multas proporcionales a la audiencia del programa. Imaginen que existiesen mecanismos institucionales para obligar a las cadenas a poner un rótulo semejante al de los paquetes de tabaco: “Advertencia: este programa miente”, y se quedase puesto, junto al logo del canal, hasta que dicha desinformación fuese públicamente desmentida. Imaginen, simplemente, que el odio social y el estrés social generado por la “contaminación mediática” fuese considerado una amenaza para la salud pública de la misma forma que lo es la contaminación atmosférica, lumínica y acústica. Imaginen que la salubridad de la información fuese protegida como la salubridad del agua.

En este punto, quien dice que el público debe contrastar la información por su cuenta nos quiere dar gato por liebre. La responsabilidad del receptor o consumidor de información no anula ni disminuye la responsabilidad del emisor o productor de información. Si una persona recibiera tres noticias falsas, ¿qué ganaría comparándolas? Los medios de comunicación vierten información en la sociedad y, en tal medida, deben ser responsables de sus vertidos.  

¿Y por qué no? La contaminación atmosférica contamina el aire que inhalamos y exhalamos, afectando a nuestro sistema respiratorio y disminuyendo nuestra esperanza de vida. La contaminación lumínica, como la acústica, bombardea nuestros canales visuales y auditivos afectando a nuestro sistema nervioso y dificultando nuestra capacidad para conciliar el sueño. La contaminación mediática, por su parte, contamina la atmósfera comunicativa dentro de la cual escuchamos y hablamos, interpretamos y juzgamos, interfiriendo en nuestra capacidad para orientarnos en sociedad. 

Al contaminar la atmósfera simbólica que respiramos, la “contaminación mediática” multiplica la desconfianza, la paranoia y la neurosis social. Fomenta la percepción imaginaria de que estamos rodeados de enemigos peligrosos y mentirosos que dicen, hacen y piensan cosas horribles —y no de gente sencilla que hace lo que puede con lo que tiene—. De este modo, este tipo de contaminación fomenta también el nerviosismo, la agresividad, la enemistad social y la percepción desproporcionada del peligro, obstruyendo la posibilidad de una convivencia democrática tranquila y pacífica. Sin tanto odio, porque ese es el objetivo. En nombre de la salud mental de nuestras sociedades, ¿no debería ser la contaminación mediática considerada una amenaza para la salud pública?

Archivado en: Opinión
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Opinión
Opinión 5A, jornada de lucha por la vivienda desde y para las clases populares de Andalucía
Este 5 de abril más de ocho ciudades y pueblos de Andalucía saldrán a la calle. ¿Qué explica que Andalucía sea uno de los territorios con más convocatorias?
Opinión
Opinión ¿Cómo acabar con el negocio de la vivienda?
Las reivindicaciones del 5A, bajada de alquileres, paralización de desahucios, desmantelamiento de las empresas de desokupación, ayudarían a aliviar la crisis de vivienda. Pero para acabar con el problema de raíz, hace falta algo más.
Opinión
Opinión La infiltrada y el relato de ETA
La historia moderadamente entretenida sobre la desarticulación del Comando Donosti se muestra como otra decepcionante contribución al relato oficialista sobre el conflicto vasco.
ibalrussaf
9/7/2022 21:47

Es muy bueno. Hay que tratar el tema desde ahí. POR SALUD PÚBLICA. Tenemos derecho a nuestro destino propio y colectivo. A encaminar nuestra vida. Es necesario sacar este debate, no es menor. Pienso que deberia ir siempre al lado de cada lucha. Me gustaria formar parte de algun grupo que investigara y lograra una formulacion de propuesta de cambio de la INFORMACION PÚBLICA. A tiempo de unir reflexiones que ayuden a concretar propuestas creativas y liberadoras. Que motiven ilusionen..

1
0
Nerea-chan
Nerea-chan
8/7/2022 11:12

Tienes toda la razón.

0
0
Almería
Medio ambiente La demolición del Algarrobico será “este mismo año”
El Gobierno ha publicado en el BOE el proceso de expropiación de la parcela. La ministra de Hacienda asegura que el derribo será “con o sin la colaboración de la Junta de Andalucía”.
León
Accidentes laborales Cuatro mil personas despiden en Villablino a los mineros muertos
Los sindicatos se concentran en Oviedo y exigen al Principado que se persone como acusación particular en el proceso penal. En 2023, un vecino alertó de las condiciones de inseguridad bajo las que operaba la mina.
Desempleo
Empleo El paro en mujeres marca un mínimo histórico desde 2008
El desempleo se ha reducido en 146.865 personas en los últimos 12 meses, de los que casi 79.000 son mujeres. La tasa de población activa femenina llega al 47%.
Asturias
Asturias Cinco muertos en la mina de Zarréu: demasiadas preguntas sin respuesta
El accidente más grave en la minería asturiana en casi tres décadas vuelve a poner en cuestión el sistema de permisos, controles y ayudas públicas para minas en proceso de reconversión.

Últimas

Universidad
Educación El Gobierno anuncia el endurecimiento de la normativa para la creación de universidades privadas
El Consejo de Ministros aprueba la tramitación urgente de una modificación en la legislación que regula la creación de centros privados de enseñanzas universitarias.
Formación El Salto
Formación Masculinidades neoliberales: afectos de odio, cultura bro y extrema derecha
Abiertas las inscripciones para esta nueva propuesta de formación online, que abordará la relación entre el fortalecimiento de las derechas, el avance de un neoliberalismo desbocado y la aparición de culturas de género cada vez más conservadoras.
Estados Unidos
Estados Unidos Estudiantes de Columbia luchan contra las amenazas de deportación
Los estudiantes de Columbia se unen mientras el ICE y el Departamento de Policía de Nueva York (NYPD) atacan el activismo palestino. “[Columbia] está dispuesta a concederle al gobierno de Trump todo lo que quiera”, declara un estudiante a Mondoweiss.
Ecuador
Hacia el 13 de abril Acuerdo histórico de la izquierda y el movimiento indígena para la segunda vuelta de las elecciones en Ecuador
La alianza entre la Revolución Ciudadana y Pachakutik, el brazo político del movimiento indígena, no se producía desde 2006 y podría ser determinante para la victoria de la candidata correísta, Luisa González, en las elecciones del 13 de abril.
València
València La turistificación masiva asfixia los distritos valencianos de Camins al Grau y Algirós
El vecindario se organiza en una plataforma para luchar por el derecho a la vivienda en dos de los distritos con mayor presión turística de la capital del Turia.

Recomendadas

Violencia obstétrica
Violencia obstétrica Helena Eyimi, matrona: “El parto es un misterio y queremos controlarlo todo, pero no podemos”
Consentimiento informado, trato personalizado y libertad de elección. Para Helena Eyimi (Madrid, 1975) , matrona asesora de Naciones Unidas, es fundamental que las mujeres se sitúen en el centro de las decisiones durante el parto y esos tres conceptos son clave.
Culturas
Culturas Lorca fue también un visionario que intuyó los vínculos entre la música negra y el flamenco
La 24ª edición del Festival de Flamenco de Nueva York abrió un espacio de debate para analizar el impacto que tuvo el movimiento cultural del Renacimiento de Harlem en la obra del poeta granadino.
Militarismo
Alejandro Pozo “El oportunismo de la industria militar española aprovechando lo que pasa en Gaza es grave”
Este investigador sobre paz, conflictos armados, desarme y acción humanitaria denuncia que el rearme ya está teniendo lugar y que el Ejecutivo escamotea información sobre las relaciones comerciales de la industria con Israel.