We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Medio ambiente
Los proyectos en el litoral andaluz que permite la Junta mientras Moreno pide la demolición de El Algarrobico
Una enorme torre de balcones blancos observa el Mediterraneo. Varias grúas amarillas la acompañan. El hotel en la playa del Algarrobico (Almería) es el símbolo de una época. Un fantasma, incrustado en el paisaje entre arena y piedra, de los años del boom de la construcción y de la cultura del ladrillazo que, gracias al movimiento ecologista y a la población, se quedó a medio materializar.
El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno Bonilla, hace unos días anunció sus objetivos del nuevo año entre las que se encuentra la demolición del Algarrobico, ya que alega que es un “monumento a la irregularidad urbanística y al destrozo ambiental” y ha pedido al gobierno central colaboración para este proceso.
Desde Salvemos Mojacar, asociación responsable de la paralización del hotel del Algarrobico en 2006, han tildado estas declaraciones de “farsa”, ya que consideran que la actitud que la Junta ha tenido en relación con el hotel ha sido “un camino plagado de falsas declaraciones contra el hotel mientras en la trastienda trabajaba a su favor”.Además, el colectivo teme que esta nueva actitud de la Junta desemboque en un “pacto para negociar indemnizaciones inaceptable” a la empresa que se encuentra tras el hotel.
Urbanismo
El ladrillo que araña el Cabo de Gata
Desde grupos políticos de la oposición al gobierno andaluz comparten ese temor y esperan que “no suponga una indemnización millonaria de las arcas públicas a la empresa, igual que han hecho con el acuerdo de Doñana y que los responsables políticos respondan por sus acciones”, según comenta Maribel Mora de Adelante Andalucía. El activista ecologista almeriense, y portavoz de Verde Equo, Manuel Pérez Sola cree que “hay el peligro de que la empresa promotora exija una indemnización millonaria que acabaremos pagando los ciudadanos”.
Dos décadas después, y a la espera de que el complejo turístico a medio hacer sea demolido, los proyectos urbanísticos que amenazan al litoral andaluz siguen promoviéndose y ejecutándose. Apenas a 50 kilómetros del Algarrobico se encuentra la playa de los Genoveses, en pleno Parque Natural de Cabo de Gata, donde otro proyecto urbanístico amenaza la biodiversidad del espacio. En junio de 2020, la Junta de Andalucía aprobaba la construcción de un complejo hotelero de cuatro estrellas con 33 habitaciones, piscina y parking, en una de las zonas más vírgenes del entorno.
Pérez Sola cree que se trata de un cambio de paradigma de la Junta: de las macrourbanizaciones a “hotelitos con encanto” que pretende “que esas 400 habitaciones que iba a tener el Algarrobico, se repartan en 30 pequeños hoteles dentro del Parque”
El proyecto, promovido por la empresa Torres y González Díaz, pretende convertir el cortijo La Chiquera, que tiene autorización pública de museo etnográfico, en un espacio de restauración y alojamiento. “Es uno de los espacios más emblemáticos y frágiles del Parque”, comenta Pérez Sola, que, además, forma parte del patrimonio natural de la UNESCO y está protegido como Zona C1 de especial protección ambiental.
“La Junta de Andalucía, por un lado, dice de tirar el Algarrobico, pero autoriza la construcción de este hotel y abre la puerta que se llene de alojamientos, ya que hay muchos cortijos de este tipo dentro de la zona protegida”, argumenta el activista almeriense. Pérez Sola, además, añade que se trata de un cambio de paradigma de las macrourbanizaciones a “hotelitos con encanto” que pretenden “que esas 400 habitaciones que iba a tener el Algarrobico, pues se repartan a lo mejor en 20 o 30 pequeños hoteles dentro del parque hacer con el gran impacto que supone”.
Una de las provincias en la que los proyectos urbanísticos están proliferando desde hace décadas amenazando la identidad del litoral es Cádiz. Actualmente varios proyectos urbanísticos amenazan con ampliar las construcciones que ya se encuentran en la costa gaditana.
“En Cádiz hay un conjunto de playas paradisíacas que hace que grandes promotoras pongan los ojos en ella, con el beneplácito de los Ayuntamientos y de la Junta que se han olvidado de la crisis inmobiliaria y de lo que supuso el desmadre urbanístico”, comenta Juan Clavero de Ecologistas en Acción
Uno de esos proyectos pretende construir un restaurante en pleno faro de Trafalgar. En diciembre de 2023, la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz (APBC) daba una concesión a la empresa PENTAGONO COLON S.L., llevada por los empresarios Rafael Cebolla y Óscar Vega, para actividades hosteleras, lo que ha provocado la organización de diversos colectivos ciudadanos y ecologistas para mostrar su repulsa.
Desde Ecologistas en Acción señalan que “aunque la concesión no es contraria a esta ley, los ciudadanos de la zona quieren que el Faro se mantenga como está hoy, con su sistema dunar limitante bien conservado y con vegetación característica, insertado en el Tómbolo de Trafalgar con sus lagunas temporales y su avifauna y con acceso no motorizado”. La empresa aún necesita la licencia de obra que otorga el Ayuntamiento de Barbate y la licencia de Impacto Ambiental para hacer realidad su proyecto.
“En Cádiz hay un conjunto de playas absolutamente paradisíacas, lo que hace que grandes promotoras pongan los ojos en ella, con el beneplácito de los Ayuntamientos y de la Junta que se han olvidado de la crisis inmobiliaria y de lo que supuso el desmadre urbanístico que sufrimos”, comenta Juan Clavero, activista ambiental gaditano. Por todo el litoral más de una decena de proyectos urbanísticos están a punto de hacerse una realidad gracia a los permisos de la Junta.
El movimiento ecologista logró paralizar el año pasado el proyecto de una macrourbanización en Trebujena que afectaba a la Red Natura 2000. En la zona de Vejer se ha proyectado poner en marcha el complejo Trafalgar Golf en las inmediaciones del Parque Natural Pinar de la Breña. En el entorno de Zahara de los Atunes, han comenzado los trabajos para hacer realidad otra gran construcción hotelera, Atlanterra Golf, que proyecta más de 1.300 plazas hoteleras. En una zona que ya cuenta con una gran densidad de urbanizaciones y complejos hoteleros, y que en temporada estival sufre de restricciones en el uso del agua. “No sé cómo lo van a regar, porque no hay agua y además sería sorprendente que toda la zona tuviera restricciones en verano y estuvieran los periquitos regando el campo de golf”, se queja Clavero.
“Va a ser la iniciativa privada la que realmente recoja el testigo de la capacidad de ordenar nuestros territorios”, comenta sobre la Ley LISTA el urbanista Pedro Górgolas
En el perímetro del municipio de Tarifa hay hasta ocho proyectos urbanísticos que amenazan la zona. Entre ellos, la expansión de las urbanizaciones en el enclave natural de Bolonia. En Los Lances, en pleno Parque Natural del Estrecho, una de las pocas playas en el litoral gaditano que se encuentra sin urbanizar donde se está tramitando una urbanización que cubriría 618.578 m². Para poder tener los permisos, muchos de estos proyectos tienen “la consideración de proyecto estratégico según la Junta”, expone el activista.
La ley LISTA
A pesar de que Andalucía lleva décadas asolada por grandes proyectos urbanísticos con fines turísticos, buena fe de ello da la Costa del Sol malagueña. Sin embargo, en diciembre de 2021 el gobierno andaluz aprobaba la Ley de impulso para la sostenibilidad del territorio de Andalucía, o ley LISTA, que puede facilitar los trámites a proyectos como estos.
Elecciones
Elecciones Cádiz, tacita de la turistificación y el desempleo
El urbanista Pedro Górgolas expone que la ley “entre otras cosas ha derogado la norma del Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía, donde se establecían límites al crecimiento. Es decir, ya no hay límites al crecimiento”. Górgolas insiste que con la ley lista también “se pueden hacer buenos planes de ordenación del territorio” pero que “el problema que hay es que también puedes no hacerlo y además no hay ningún instrumento de control que pueden desembocar en realidades no recomendables para el territorio”. Además, cree que la Ley Lista da mucho peso a las empresas a regular el urbanismo de las zonas “va a ser la iniciativa privada la que realmente recoja el testigo de la capacidad de ordenar nuestros territorios”.