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Antifascismo
Sindicatos locales e internacionales unen fuerzas en la lucha contra el racismo
Consuelo Moreno es de origen colombiano, hace 19 años llegó a Reino Unido con grandes expectativas “venimos buscando oportunidades, pensando que era una región donde se respetaban los derechos laborales”. Con el tiempo, comenzó a trabajar como limpiadora en la Escuela de Estudios Orientales y Africanos (SOAS) de la Universidad de Londres, sin embargo, su contrato estaba terciarizado “una práctica común en las instituciones públicas, como la educación, que facilita la sobreexplotación”. Junto con muchas de sus compañeras, casi en su totalidad racializadas, comenzó a percibir las injusticias.
Hace 16 años, recuerda la sindicalista “eramos invisibles para la gerencia de la universidad, no contábamos en su esquema educativo”. Después de dos meses trabajando sin recibir sueldo “nos lanzamos a la lucha organizada”. Fue cuando su agrupación en SOAS se unió al enorme sindicato del sector público en Gran Bretaña, UNISON. De esta forma, se informaron de sus derechos y fueron conscientes de que podían hacerse respetar. No fue fácil lograr la contratación directa. “La universidad tomó represalias y como había migrantes indocumentados, hicieron una redada en la que deportaron a nueve compañeras, una de ellas con seis meses de embarazo”.
Las limpiadoras de la famosa Escuela de Estudios Orientales y Africanos (SOAS) crearon la campaña Justice for Cleaners, e hicieron protestas y ocupaciones, consiguiendo un apoyo muy amplio entre el resto de la plantilla de administración, el profesorado, y las estudiantes; así, se enfrentaron a los dirigentes de la Universidad
Lucharon contra viento y marea, crearon la campaña Justice for Cleaners (Justicia para las limpiadoras), hicieron protestas y ocupaciones, consiguiendo un apoyo muy amplio entre el resto de la plantilla de administración, el profesorado, y las estudiantes; así, se enfrentaron a los dirigentes de la Universidad. Uno de éstos, asegura Consuelo, llegó a decir que “solo lo lograrían sobre su cadáver”. Sin embargo, lo consiguieron, torcieron al gobierno y rompieron el esquema de terciarización. “Ahora somos 142 personas contratadas directamente y queremos que sirva de inspiración para que la gente se organice en Londres y en cualquier lugar del mundo, sí es posible y sí se puede”.
Consuelo fue invitada al encuentro de UCFR como delegada de limpieza del sindicato UNISON, de SOAS, junto con otros activistas como Wilf Sullivan responsable antirracista de la central sindical mayoritaria en Gran Bretaña (Trade Union Congress), Christian Pla y Gwen Gillet representantes de la organización intersindical contra el fascismo en Francia (VISA) y el responsable de formación antirracista del movimiento alemán “Levántate contra el racismo” (Aufstehen Gegen Rassimus). Del lado de los sindicatos locales participaron entre otros, CCOO, CGT, IAC, La Intersindical y la UGT.
La UCFR es una iniciativa que surgió en 2010 para plantarle cara a Plataforma por Catalunya, partido político de extrema derecha que después de nueve años se autodisolvió y recomendó a sus militantes que se unieran a Vox. David Karvala, miembro fundador, es coorganizador de las jornadas de UCFR y explica que son “un paso inicial para profundizar la unidad de los sindicatos contra el racismo, el reto es pasar de las declaraciones a la lucha coordinada contra las agresiones”. Para el activista, es importante una reflexión de fondo, ya que considera que los movimientos sociales “no siempre tienen claro cómo se combinan el racismo, la opresión de las mujeres y la cuestión de clase”.
David Karvala, de la UCFR, considera que los movimientos sociales “no siempre tienen claro cómo se combinan el racismo, la opresión de las mujeres y la cuestión de clase”
Karvala, siguiendo la experiencia británica, sostiene que puede ser muy útil la creación de grupos de miembros racializados dentro de las centrales sindicales “como una forma de hacer llegar sus reivindicaciones al conjunto del sindicato”. Y también considera clave la formación antirracista y en derechos laborales, tal cual lo explicaron los compañeros alemanes, quienes han formado a “18.000 sindicalistas a lo largo de 1300 talleres”. Pero la presencia y la formación deben de desembocar en acciones, asegura David, y recuerda el papel de los sindicatos en Grecia al colaborar con el movimiento unitario KEERA para derrotar al partido ultra Amanecer Dorado. “En los hospitales los sindicatos se negaron a aceptar sangre sólo para griegos, hacían huelga en las televisiones cuando pretendían que salieran nazis o en las escuelas, cuando no querían permitir la entrada a niñas y niños de campos de refugiados, los sindicatos los matriculaban, e hicieron huelga para que los dejaran entrar”.
En Catalunya, los retos más inmediatos de la UCFR son la lucha contra la islamofobia —un miembro destacado de UCFR, Mohamed Sais Badaoui, fue deportado a finales de 2022 tras una larga lucha contra esta y otras deportaciones— y la campaña #StopVox en las próximas elecciones municipales de mayo. Por otro lado, los sindicatos participantes en las jornadas se han comprometido mediante la firma de un manifiesto unitario a cuatro acuerdos: La reafirmación en el rechazo contra el racismo y la extrema derecha, el compromiso a sumarse a cualquier movimiento para hacer frente al racismo y el fascismo, la intención de continuar impulsando políticas propias para promover los derechos humanos ante el odio racista y fascista; y el compromiso a consensuar propuestas y acciones.