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Ríos
Destrozo medioambiental del Henares a su paso por Guadalajara
La agresiva intervención en el tramo urbano del río es innecesaria, derrocha dinero público y destruye el patrimonio natural más valioso de la ciudad.
A contracorriente de lo que está sucediendo en otras ciudades, donde las actuaciones que se están llevando a cabo son de renaturalización de los ríos, —como el caso del Manzanares, en Madrid—, el Ayuntamiento de Guadalajara está realizando una agresiva intervención en el tramo del río Henares que atraviesa la ciudad.
Hormigón, pavimento, fuentes, toboganes gigantes, farolas con USB para cargar el móvil, pérgolas y todo tipo de mobiliario urbano convertirán la orilla del río en un parque más de la ciudad, sin tener en cuenta el efecto que esta obra tendrá para el paisaje y el ecosistema del bosque de ribera.
Las maquinas ya han entrado, convirtiendo en grandes explanadas el patrimonio natural más valioso de la ciudad. El siguiente paso será asfaltar y amueblar la orilla del Henares.
Lo innecesario del proyecto cuando hay un parque a escasos metros, el destrozo medioambiental que se está cometiendo y el derroche de dinero público que supone la intervención son tan evidentes que tiene alarmados a vecinos, organizaciones ecologistas y parte de la corporación municipal.
En menos de un kilómetro y medio se va a gastar un millón y medio de euros, una intervención cofinanciada con fondos europeos destinados al desarrollo urbano sostenible. Nada menos sostenible que gastar tal cantidad de dinero en una obra innecesaria, que duplica equipamientos y que se va a realizar en una zona inundable, algo que en los últimos diez años ha sucedido hasta en tres ocasiones.
Desde Ecologistas en Acción, WWF y el grupo municipal Ahora Guadalajara reclaman a las diferentes administraciones implicadas y con competencias en la materia la paralización de un proyecto que incumple la autorización de la Confederación Hidrográfica del Tajo, ignora la legislación medioambiental y no ha tenido en cuenta los requisitos que marca Europa relacionados con la participación.
Estos colectivos tienen muy claro que no es necesario alfalfar y amueblar los recursos naturales que se encuentran dentro de las ciudades para poder disfrutar de ellos, un río no necesita convertirse en un parque para integrarse en la ciudad. Muy al contrario, supone una gran pérdida de patrimonio natural.