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Manteros
La revolución pacífica de los manteros
El Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes de Barcelona lleva cuatro años logrando regularizar a manteros de la ciudad. Ahora organizan la Lotería Mantera, una iniciativa que nace de la colaboración del sindicato con veinte diseñadores gráficos e ilustradores.
Aziz Fate aprendió a coser en Senegal, a pescar en Mauritania y a vender sin ser detenido en España. Aziz fue mantero. Hoy, tras ser deportado tres veces a su país, es el portavoz del Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes de Barcelona. Gracias a esta organización, Aziz consiguió regularizar su situación en España. Cuatro años después de la creación del sindicato, este senegalés de 36 años lucha para que sus compañeros logren trabajar de forma legal. Lo está consiguiendo.
Conocer su historia supone acercarse a la de muchos otros. Aziz llegó a España con la esperanza de encontrar empleo en el campo, pero la Ley de Extranjería tumbó todas sus expectativas. Al menos debía permanecer tres años en el país para poder conseguir un permiso de trabajo. Pensó que era imposible ganar dinero si las leyes te prohíben hacerlo de forma legal.
Manteros
Siete manteros se enfrentan a cárcel o expulsión por vender en Barcelona
La Fiscalía pide la expulsión del país de Lamine Sarr, portavoz del Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes de Barcelona, y de otros dos manteros, y cárcel para cuatro personas más por vender falsificaciones en la manta.
“Yo no quería pedir limosna, entrar a supermercados a robar o traficar con droga”, recuerda Fate. Poco tiempo después encontró un grupo de manteros en Plaza Catalunya. Uno de ellos, Lamine Sarr (hoy también portavoz del sindicato), le enseñó todo lo que debía saber para vender sin ser detenido.
“Hay que aguantar, hay que ser fuerte”, le decían los otros manteros. Ellos ya habían aceptado su rutina, lo que la ley parecía haber fraguado como su destino: vender hasta que los Mossos llegasen, requisase todo el material, los pegase y nadie dijese nada. Aziz alucinaba con que sus compañeros naturalizasen de tal manera el modus operandi de la Policía. Perplejo por el grado de normalización que había adoptado la situación, decidió actuar: el 2 de octubre de 2015 se organizó junto a otros manteros para crear el Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes de Barcelona.
“Arrancamos nuestra revolución pacífica. Comenzamos grabando con los móviles imágenes de las actuaciones policiales. Fue cuando los agentes empezaron a pensar antes de actuar”
“Arrancamos nuestra revolución pacífica. Comenzamos grabando con los móviles imágenes de las actuaciones policiales. Fue cuando los agentes empezaron a pensar antes de actuar. Queríamos transmitir el mensaje de que solo queríamos conseguir derechos como cualquier otra persona”, explica. De hecho, al comienzo de su narración, Aziz ya ha reflexionado sobre esta realidad: “No puede ser que un blanco cuando venga a Senegal al día siguiente pueda trabajar y un negro cuando venga a España o a Europa no tenga acceso al mercado laboral”.
Desde un principio, este sindicato definió que su objetivo más importante sería la regularización del mayor número posible de manteros. Crear conciencia sobre la situación que soportan día a día es otra de sus metas. Por el momento, varios colectivos y personas de Barcelona les han echado una mano. Gracias a esta ayuda, otros muchos manteros han dejado de tener miedo y se han sumado al sindicato, pues han visto que no están solos.
Poco a poco fueron creciendo. Lo que comenzó con unos pocos manteros, finalizó con la colaboración de cientos de socios. Pasaron dos años y crearon una marca de ropa con el objetivo de realizar actividades legales. Querían ser “autónomos” y romper con el sistema “que garantiza que los pobres sigan siendo pobres de por vida”.
Para dignificar aquello de lo que habían estado viviendo durante años, el sindicato decidió llamar Top Manta a la marca de ropa que habían creado. “El logo que lleva, si te fijas, es como una manta. También, según cómo lo mires, verás un cayuco. Además, puedes llegar a visualizar unas olas del mar. Al juntar esas tres imágenes, si conoces nuestra historia, entenderás que este logo nos representa”. Todo encaja.
Lotería Mantera
Bad Gyal, El Kanka, Leticia Dolera, Putochinomaricón, Greta Fernández o Nacho Vegas. Estos son algunos de los artistas que han lucido durante estos días una de las veinte cazadoras de la firma del sindicato para dar a conocer la Lotería Mantera, otra de las iniciativas con las que recaudar fondos para ayudar a los trabajadores de la manta. Los beneficios se destinarán a asuntos de vivienda (20%), legales (20%), de salud (20%), de educación (13%), de participación política (7%) y de cultura (7%). El 13% restante se invertirá en la creación de una cooperativa con la que los manteros fomentarán el autoempleo.“También nos cuesta mucho conseguir un alquiler. Si eres inmigrante, las inmobiliarias actúan de manera muy racista con nosotros, considerando que somos sucios, que somos gente que no pagamos, etc. Ahora hay discursos que rechazan no solamente al inmigrante, sino que también al mantero”, explica Aziz. Una vez más se constata el fenómeno que ya definió Adela Cortina en los 90, la aporofobia: el miedo o rechazo a las personas pobres o desfavorecidas.
Desde el sindicato recuerdan que lo verdaderamente significativo “no es que se gane o no la chaqueta”, sino que los manteros logren vivir de manera digna.Conscientes de esta situación, el sector del arte se ha volcado para sumarse a la lucha contra el racismo estructural y fobia hacia el pobre. Hasta 20 diseñadores e ilustradores gráficos reconocidos en el panorama artístico nacional (como Flavita Banana, Marina Esmeraldo o Javier Royo) han plasmado su creatividad sobre la tela vaquera de cada una de las chaquetas que el sindicato sortea hasta el 6 de enero por diez euros. En poco más de una semana han conseguido 25.000 euros; casi 2.000 personas compraron un boleto.
Desde el sindicato subrayan lo importante que es para ellos que distintas personas pongan “su granito de arena” y recuerdan que lo verdaderamente significativo “no es que se gane o no la chaqueta”, sino que los manteros logren vivir de manera digna. Para Aziz y el resto de sus colegas el cambio real no vendrá del Ayuntamiento de Barcelona ni del Gobierno, sino de la solidaridad ciudadana, “que es lo único que puede mejorar la injusticias que vivimos día a día”.
Manteros
Un paso más en la estigmatización mediática de los manteros
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Los manteros que yo conozco venden mercancía ilegal. Productos que imitan a otras marcas. Si vendieran artesanía de su país o productos que compran en almacenes y luego les suben algo el precio bien pero venden productos que están prohibidos y que hacen daño a las marcas originales. No entiendo que les defendáis. Otra cosa es que la policía se propase con ellos, pero agradecería que dierais toda la información y no les victimizaseis. Hay grandes mafias detrás de los manteros que se lucran vendiendo imitaciones.