Pacifismo
Prepararse para la paz

El movimiento por la paz en todo el Estado afronta los aires de guerra en el continente sin la fuerza de otros momentos históricos.

@MiquelCarr

8 abr 2024 08:16

¿Dónde está Gila cuando más se le necesita? Confieso que estos días echo terriblemente en falta al genial cómico madrileño (del que, por cierto, se está rodando un biopic) y su flema de otro tiempo al enfrentarse a la guerra. De teléfono con operadora y sin pantalla, póngame con el enemigo que se nos han acabado las balas, a ver si nos las pueden devolver para que sigamos con esto. Otro cómico francés protagonizaba hace alguna semanas un monólogo en el que se reía de las palabras del presidente de la République, quien no descartaba en absoluto el envío de tropas europeas al frente ucraniano. ¿Quién va a ir a la guerra? ¿Yo?¿Van a venir los rusos hasta aquí y esto se va a llamar a partir de ahora Parisgrad? Von der Leyen, por su lado, respiraba tranquila en una entrevista en la que le preguntaban si sus hijos tendrían que ir a la guerra. A no, mis churumbeles no sirven en el ejército, por suerte.

Sería de risa, si no fuera trágico. Uno no sabe dónde empieza la broma y dónde acaba el órdago, en qué momento la disuasión se convierte en una posibilidad real de que la guerra vuelva a acabar con todo, de nuevo, otra vez. La OTAN cumple 75 años y Stoltenberg reclama sin despeinarse 100.000 millones de euros a sus socios, para sostener la trinchera ucraniana en los próximos años. Dos tercios de lo que dedican los países occidentales a la cooperación internacional, para que puedan ustedes comparar por dónde van los intereses.

En el metro de Parisgrad hay dos paradas consecutivas en la línea 5 que llaman poderosamente la atención. De Jaurès a Stalingrad se tarda apenas dos o tres minutos en llegar. Algo más duró el viaje entre que aquel dirigente socialista francés fuera asesinado, al oponerse en la Asamblea Nacional a que la clase obrera participara en la carnicería de la I Guerra Mundial, y la otra carnicería a orillas del Volga, que cambió el curso de la II Guerra Mundial y de la Historia. Esas dos estaciones nos recuerdan que en un santiamén podemos pasar a ser carne de cañón si no tomamos los mandos del convoy y lo hacemos descarrilar. Los medios del régimen en que vivimos repiten y amplifican el mensaje, hay que prepararse para una guerra inevitable. Si dejamos que Rusia venza en Ucrania, el proyecto europeo colapsará, y con él la democracia. Trump nos va a dejar en la estacada, así que nos tenemos que pagar la fiesta entre todos.

Frente a esta escenificación, la sociedad española reacciona de manera bastante discreta. A pesar de los esfuerzos, las movilizaciones de cada semana contra el genocidio en Palestina no son las de hace 20 años contra la Guerra del Golfo. No tenemos a la tele ni a esos medios llamándonos a las calles, y eso hace mucho. Con respecto a Ucrania, la rutina se ha vestido de parte de guerra y lista de bajas, y casi nadie habla de afrontar lo inevitable: tanta muerte de miles de personas no habrá servido para nada y habrá que sentarse a negociar, algo que evidentemente podría haberse producido mucho antes. Pero no, la respuesta es pedirnos que acuerpemos su delirio y olvidemos su incompetencia manifiesta y contumaz para construir algo que no se base en sufrir unos y ganar dinero otros.

Todo esto ocurre en un ambiente de sublimación de la violencia y el odio dentro de nuestra propia sociedad. La paz no solo se manifiesta en trincheras lejanas, también en autobuses, plazas, aulas y redes sociales. Cancelar al adversario, no dejar hablar a quien difiera un milímetro de nuestros postulados, gritarse porque es lo que se lleva en la capital o despreciar una ILP para regularizar la vida de miles de personas en nuestro país, por simples cálculos electoralistas. Todo eso forma parte de una maquinaria que alimenta también la guerra y el sufrimiento.

Ante todo esto, necesitamos movimiento, organizaciones, estructuras, recursos y políticas que trabajen activamente desde la cultura de paz. Por lo que respecta a las organizaciones, salvo honrosas excepciones, no han sabido conectar generaciones y seguir movilizando a la sociedad como cuando se trataba de cuestionar a la OTAN. La guerra videojuego chafó la guitarra de tanto hippie en procesión a Torrejón o Rota. Por lo que respecta a la política, no hay ambición ni visión a largo plazo para hacer de España un país que desactive bombas y conecte teléfonos, nos limitamos a seguir en el convoy europeo que se mueve, traviesa a traviesa entre Jaurès y Stalingrad. Ni siquiera nos atrevemos a dejar de venderle armas a Israel, por muchos aspavientos que hagamos.

A estas alturas de la vida y de la Historia, uno ya no espera que nadie le resuelva sus problemas. O logramos reactivar un sentimiento pacifista potente en nuestro país, que surja e interpele desde las bases, o nos veremos arrastrados a la barbarie. En Catalunya va a haber un intento que ojalá inspire más procesos similares al sur y al oeste del Ebro: el Fòrum Català per la Pau. Pero hace falta que desde lo personal y lo colectivo, en todas partes y a la vez, nos demos cuenta de la necesidad de estar, sostener y hacerse cargo de un destino construido con otros mimbres.

Cabe en estos momentos adoptar el rictus de Gila, calarse la boina, esperar tono y encarar el auricular de baquelita: oiga, ¿dónde se preparan para la paz?.

Sobre este blog
Un blog desde la convicción de que la cooperación internacional es política con letras mayúsculas, lo otro se llama caridad. El internacionalismo nos hizo así, es la única manera de vincular las luchas en las que creemos, aquí y en todas partes.
Ver todas las entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Crisis climática
Análisis ¿Cómo contribuye el sector militar a la crisis medioambiental?
Del 11 al 22 de noviembre se celebra la COP29, la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático. Por ello, es oportuno hacer público un aspecto poco conocido de la crisis medioambiental.
Cádiz
Genocidio en Palestina El Puerto de Algeciras espera la llegada de dos buques con armamento para Israel
Más de 25 embarcaciones cargadas de material bélico con destino Israel han atracado en el puerto del municipio gaditano desde mayo a septiembre según un estudio de Progressive Internacional y Palestinan Youth Movement
Industria armamentística
Genocidio Interior anula el contrato de compra de munición con la filial israelí Guardian Defense & Homeland Security
La empresa había obtenido un contrato de seis millones de euros para el suministro de munición para diversas Unidades de la Guardia Civil. Interior lo anula después de que se divulgara la información.
Sobre este blog
Un blog desde la convicción de que la cooperación internacional es política con letras mayúsculas, lo otro se llama caridad. El internacionalismo nos hizo así, es la única manera de vincular las luchas en las que creemos, aquí y en todas partes.
Ver todas las entradas
Crisis climática
Informe de Unicef El cambio climático multiplicará por tres la exposición de los niños y niñas a las inundaciones para 2050
Es la proyección que hace Unicef en su informe 'El Estado Mundial de la Infancia 2024'. La exposición a olas de calor extremas será ocho veces mayor para 2050 respecto a la década del 2000. “El futuro de todos los niños y las niñas está en peligro”, advierte la agencia de la ONU.
Barcelona
Derecho a la vivienda El hartazgo por la vivienda impagable se da cita este 23 de noviembre en Barcelona
El amplio movimiento por la vivienda catalán, sindicatos y organizaciones vecinales, sociales y soberanistas demandan soluciones urgentes ante una crisis de vivienda sin solución a la vista
Tribuna
Tribuna Vivienda: es hora de organizarnos
La situación de crisis inmobiliaria nos exige leer el momento para acertar en las batallas que debemos dar ahora, reflexionar sobre los modos de acción colectiva y lograr articular una respuesta política amplia.
Turismo
Opinión Abolir el turismo
VV.AA.
Lleguemos a donde lleguemos, no puede ser que sea más fácil imaginar el fin del capitalismo que el fin del turismo.

Últimas

Palabras contra el Abismo
Palabras contra el Abismo Lee un capítulo de ‘Café Abismo’, la primera novela de Sarah Babiker
El barrio es el espacio físico y social en los que transcurre ‘Café Abismo’, la primera novela de la responsable de Migraciones y Antirracismo de El Salto, Sarah Babiker.
Unión Europea
Unión Europea La ultraderecha europea, ante la victoria de Trump
El triunfo de Donald Trump da alas a todas las formaciones ultraderechistas de Europa y del resto del mundo, que han visto cómo el millonario republicano ha conseguido volver a ganar las elecciones sin moderar un ápice su discurso.
Comunidad de Madrid
Paro del profesorado Nueva jornada de huelga en la educación pública madrileña
Este jueves 21 de noviembre el profesorado se vuelve a levantar contra las políticas del gobierno de Díaz Ayuso, que mantiene paralizadas las negociaciones para mejorar sus condiciones laborales.
Memoria histórica
Memoria histórica Museo del franquismo, ¿eso dónde está?
España sigue ajena a la proliferación mundial de espacios museísticos dedicados a dictaduras y resistencias democráticas.
Más noticias
València
dana A las 20:11, era tarde
Todavía conservamos el horror de cientos de coches amontonados y arrastrados por la riada. Es por esos millones de turismos y sus emisiones ─aunque no solo─ que vivimos en un planeta que se está calentando demasiado rápido.
Dana
Encuesta Tres de cada cuatro personas en España ligan la virulencia de la dana con el cambio climático
Una encuesta realizada por More in Common señala que una amplia mayoría de la población considera que el país está mal preparado para adaptarse a los fenómenos extremos que trae la crisis climática y debe hacer más esfuerzos al respecto.

Recomendadas

València
Dana y vivienda “La crisis de vivienda multiplicada por mil”: la dana evidencia el fracaso de las políticas del PP en València
La dana ha dejado a miles de familias sin hogar. Ante la inacción de las instituciones, han sido las redes familiares las que han asumido el peso de la ayuda. La Generalitat, tras décadas de mala gestión, solo ha podido ofrecer 314 pisos públicos.
Redes sociales
Redes sociales Bluesky, la red social donde se libra la batalla por el futuro de internet
Ni es descentralizada ni está fuera de la influencia de los ‘criptobros’ que han aupado a Trump a la Casa Blanca, pero ofrece funcionalidades útiles para recuperar el interés por participar en redes sociales.