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Libertad de expresión
Willy Toledo: “No he comparecido porque no he cometido ningún delito”
El actor ha explicado en la parroquia San Carlos Borromeo, arropado por compañeros del gremio como Javier Bardem, Leo Bassi o Alberto San Juan, por qué no se ha presentado ante la citación judicial por la causa abierta contra él por ofensa a los sentimientos religiosos.
“No me presenté la primera vez ni me he presentado la segunda porque no considero que haya cometido ningún delito”, ha afirmado el actor Willy Toledo en la Parroquia San Carlos Borromeo, en Entrevías (Madrid), arropado por decenas de personas, entre las que se contaban los actores Javier Bardem, Alberto San Juan, Leo Bassi o el cura de la parroquia, Javier Baeza.
Toledo había sido llamado a declarar hoy por segunda vez ante el juez de instrucción, acusado de un delito de ofensa a los sentimientos religiosos, aunque finalmente la citación ha sido pasada al 28 de junio por coincidir con una jornada de huelga en la judicatura. Sobre si asistirá a la citación de junio, Toledo afirma que “aún no lo sabemos”.
La denuncia, presentada por la Asociación de Abogados Cristianos, hace referencia a un post publicado por Toledo en 2017 en el que denunciaba el proceso penal abierto contra cuatro activistas feministas de Sevilla y Málaga por salir en procesión con un gran coño de plástico, bautizado como “Santo Coño Insumiso”, en denuncia de la precariedad laboral, en 2014. En el post se leía la frase: “Me cago en la conquista genocida de América, me cago en Dios, me cago en la Virgen del Pilar. Viva el coño insumiso”.
“Nadie puede ser juzgado por sus ideas ni por exponerlas públicamente”, ha afirmado Javier Baeza, sacerdote de esta parroquia y activista en diversos temas, entre ellos los derechos de las personas migrantes. “El consejo pastoral acoge y agradece que nuestro compañero y feligrés esté hoy aquí”, ha continuado.
Baeza ha afirmado que “nuestra vivencia de la fe y de la democracia incluye la expresión, crítica y discrepancia; desde el evangelio incluso la beligerancia contra aquello en lo que creemos”. Asimismo, ha señalado que, desde la parroquia, hoy están con Willy Toledo al igual que ayer estuvieron “con los refugiados y mañana con los desahuciados”.
Durante su intervención en la rueda de prensa, Toledo ha explicado que él no sabía “ni que existía la Asociación de Abogados Cristianos”, por lo que señala que difícilmente habría una intención por su parte de ofender sus sentimientos religiosos. “Yo también me veo ofendido por muchas expresiones y no se me ocurre ejercer acciones legales”, añadía.
Gran hermano
Por su parte, su abogado, Endika Zulueta, ha recordado que en 2004 los teatros de Madrid acogieron una obra llamada Me cago en Dios, que contaba con fondos de la Comunidad de Madrid, y que también fue denunciada. “La denuncia fue archivada de plano, algo pasa cuando 14 años después hay una causa como esta".
Zulueta ha señalado que el juez de instrucción, tras admitir a trámite la denuncia, ordenó que se revisara todo lo publicado por Toledo. “Esto no debería tener lugar en un Estado democrático, es el Gran Hermano controlando nuestro pensamiento”, ha apuntado.
“El Código Penal no está para proteger la religión. Ya tuvimos 40 años de Estado confesional. La libertad religiosa es un derecho fundamental y es lo que se protege, que no se obligue a nadie a doblegar un pensamiento o creencia”, ha apuntado el abogado, quien además ha indicado que “lo que ha hecho Willy Toledo en modo alguno afrenta con la práctica religiosa de nadie. Estamos ante derechos colectivos, defenderlos es defendernos”.
Condena por blasfemia
En la rueda de prensa también ha participado Isabel Elbal, abogada y profesora especialista en derecho penal, quien ha recordado que la última condena por blasfemia fue en 1979 y estos delitos estuvieron vigentes hasta 1988. “Los delitos por ofensa de sentimientos religiosos son lo que antes era blasfemia, se ha convertido en un cajón de sastre”, indicaba.
La jurista ha denunciado que actualmente la “sociedad no sabe lo que es delito y lo que no, estamos ante una completa inseguridad jurídica” y ha afirmado que el acto de desobediencia de Toledo en cuanto a no comparecer ante el juez es una petición para que este haga un análisis previo de la denuncia. “Todos debemos solidarizarnos, no hay que normalizar el desfile de titiriteros, raperos y personas no creyentes por los tribunales, no es normal en un sistema democrático”, ha concluido la jurista, que ha sido secundada por gritos de “libertad de expresión” del medio centenar de personas que llenaban la parroquia.
María Eugenia Palop, profesora de filosofía del derecho en la Universidad Carlos III ha señalado, por su parte, que “no existe el derecho a sentirse ofendido, el derecho de expresión incluye la caricatura y la mofa”. Palop ha denunciado que España es uno de los 71 países que contemplan delitos por ofensas a los sentimientos religiosas, delito que, en nuestro Código Penal, se recoge en el artículo 525. “Existe en nuestro ordenamiento igual que existe el de injurias a la corona, ultrajes a la patria o injurias al Gobierno de la Nación. Es un cuerpo jurídico que es herencia del franquismo”, afirmaba.
La profesora de filosofía ha citado el caso, en 2017, de la drag queen de Canarias que también fue denunciada por la Asociación de Abogados Cristianos por vestirse de la Virgen María en un desfile al ritmo de Madonna —causa que fue finalmente archivada— o el del joven de Jaén que fue condenado por publicar en redes sociales una imagen de Cristo con su cara.
“Se pretende fomentar la censura y la autocensura”, ha denunciado la jurista, que ha acabado su intervención recitando el poema de Blas de Otero Me llamarán.
Persecución del aparato eclesiástico
El último en intervenir ha sido el teólogo Benjamín Forcano, que ha recordado que él, como teólogo, sufrió un proceso que duró diez años por publicar un libro sobre sexualidad. “Los teólogos hemos sufrido la persecución del aparato eclesiástico”.
Forcano ha recordado que la denuncia a la que se enfrenta Toledo parte del proceso judicial del Santo Coño Insumiso. “Un coño de plástico contra la explotación y la precariedad”, ha recordado el teólogo.
También ha apuntado el post por el que Toledo se enfrenta a la denuncia. “Me cago en la conquista genocida de América, me cago en Dios, me cago en la Virgen del Pilar. Viva el coño insumiso”, ha leído, haciendo una lectura teológica sobre el mismo y relacionándolo con la parte de los Evangelios en la que Jesús de Nazaret expulsa a los mercaderes del templo. “El ‘Jesusito de mi vida’ les llama hasta víboras hipócritas. ¿Cometió Jesús de Nazaret delito contra lo sentimientos religiosas? ¿o cometió delito la Virgen María, que dijo que Jesús echaría a los poderosos de sus tronos?”.
El teólogo ha vuelto a reincidir en que, con respecto al post de Toledo, se podría discutir la forma, “pero nunca el contenido”. “A los que sí se podría denunciar es a otros hipócritas que se dicen creyentes y dan la espalda a los pobres y a los oprimidos”, concluye el teólogo.