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LGTBIAQ+
El retraso de la ley Trans embarra al Sánchez progresista y tensa la relación con Podemos
Hace unas semanas se cumplían 15 años del histórico discurso de Rodríguez Zapatero defendiendo el proyecto de matrimonio igualitario en el hemiciclo de las Cortes Generales, que ponía a España a la vanguardia en aquel momento en materia de derechos del colectivo LGBT (las letras que se sumarían a esas siglas vendrían años después). Era la culminación de un largo trabajo por parte de las organizaciones como Cogam y la FELGTB, pero fue el PSOE (con casi mayoría absoluta en esa legislatura) el que activó la concreción de ese importante anhelo.
Desde entonces hay una relación entrañable, casi emocional, entre amplios sectores del colectivo y el Partido Socialista. La hoy FELGTBI+ es muy cercana a ese partido, a pesar de permitirse algunas críticas, y la formación socialdemócrata lleva siempre como bandera la defensa de los derechos de este sector social, a pesar que, en los hechos, quienes primero impulsaron en el Congreso el matrimonio igualitario fueron diputados de Izquierda Unida.
La controversia que ha vuelto a dispararse esta semana en torno a la ley Trans lanza esquirlas a Pedro Sánchez justo en una fase de su gobierno en la que ha decidido virar hacia posiciones más nítidamente progresistas
Es por ello que la controversia que ha vuelto a dispararse esta semana en torno a la ley Trans lanza esquirlas a Pedro Sánchez justo en una fase de su gobierno en la que ha decidido virar hacia posiciones más nítidamente progresistas en un contexto de crisis energética y de inflación por la guerra en Ucrania. La apuesta por un presidente del Gobierno que avanza hacia la izquierda choca de frente con los insólitos obstáculos que está encontrando esta ley y, aún peor, ha despertado la ira y anuncios de movilización de la parte afectada: la Federación Plataforma Trans confirma a El Salto que preparan manifestaciones en las sedes del PSOE si no empiezan las ponencias en la comisión de Igualdad este mismo mes.
Un diputado socialista, azorado, comenta en off a El Salto la paradoja: “Una minoría del principal partido del Gobierno está haciendo un boicot a lo aprobado por su propio Gobierno”
Cabe recordar que la ley Trans es un proyecto, no una proposición, es decir, que ya ha sido avalado y aprobado por el Consejo de Ministros (en segunda vuelta, eso sí), pero es la insurrección de una parte del feminismo clásico del PSOE, encabezado por la exvicepresidenta Carmen Calvo, la que pone piedras en el camino. Un diputado socialista, azorado, comenta en off a El Salto la paradoja: “Una minoría del principal partido del Gobierno está haciendo un boicot a lo aprobado por su propio Gobierno”.
Lo cierto es que los socialistas consideran grupúsculos minoritario pero poderosos a quienes están poniendo trabas. Un partido con muchas familias internas y redes de lealtades que se extienden por todo el Estado y que a veces acaban colisionando. Esto recuerda la fuerza que a veces hacen sentir cacicazgos intermedios como el de Carmen Calvo inclusive cuando la dirección del partido está a favor de una legislación (en el PSOE aseguran que tanto el portavoz parlamentario Patxi López, como el poderoso ministro Bolaños y el propio Sánchez están a favor de la ley).
La pelea en arena legislativa
La batalla entre el feminismo clásico (cuyos detractores llaman transfobo) y quienes están a favor de la libre autodeterminación de género comenzó en 2020 cuando el Ministerio de Igualdad liderado por Irene Montero comenzó a trabajar en el proyecto. Tras los retrasos en el CGPJ (que extendió de manera muy poco frecuente los plazos en los que emitió su crítico informe) y un primer rechazo en el Consejo de Ministros, el texto fue aprobado en junio pasado. También se debe recordar que la salida de Calvo del Consejo de Ministros, en aquella renovación del verano 2021, tuvo que ver con el enfrentamiento que su posición provocó con los colectivos LGBTIQ+, que cuestionaron duramente al Gobierno por lo de la ley Trans (incluso en el Congreso anual de la FELGTBI+ hace un año el eje de los discursos fue la crítica al sector socialista alineado a Calvo).
Ya en el presente, y con el parto listo para la ley Trans, la sombra de Calvo reaparece y se activa la oposición a la ley el martes pasado, cuando la Mesa del Congreso aprobó con los votos del PSOE, PP y Vox la prórroga del período de enmiendas al articulado, un síntoma de la división en la bancada socialista. Esto generó estupor también en Unidas Podemos, que pensaba que la cuestión de esta ley era algo zanjado.
Según fuentes que conocen el interior del PSOE, el problema no es de cuántas se oponen sino quiénes: una dirigencia intermedia de mujeres feministas clásicas que ostentan un estatus de poder, que pertenecen a instituciones, gobiernos autonómicos, con aceitados vínculos con los grandes medios de comunicación
Según fuentes que conocen el interior del PSOE, el problema no es de cuántas se oponen sino quiénes: una dirigencia intermedia de mujeres feministas clásicas que ostentan un estatus de poder, que pertenecen a instituciones, gobiernos autonómicos, con aceitados vínculos con los grandes medios de comunicación y la academia, que acaban haciendo un ruido mayor del peso político y electoral que en realidad tienen.
Vale recordar las mejoras que impulsa la ley Trans para entender a sus detractores: primeramente, avanza en la despatologización y ya no obliga a acreditar disforia de género mediante un informe médico para formalizar el cambio en el Registro Civil. Tampoco exige iniciar un tratamiento médico de al menos dos años para acomodar las características físicas al sexo reclamado. Con la nueva normativa las personas trans dejarían legalmente de ser consideradas enfermas.
Además, refuerza el derecho de los menores a ser escuchados, permitiéndoles el cambio de nombre en el Registro Civil a cualquier edad y el cambio de sexo a partir de los 12 años. Los mayores de 16 años no necesitarán representantes legales y podrán asistir por ellos mismos al Registro Civil. También hay otros aspectos, como la prohibición de las terapias de conversión, pero es lo antedicho, conocido como libre autodeterminación del género, lo que provoca el rechazo del sector liderado por Calvo.
De trasfondo también está la batalla política y por quién se queda con el premio de las loas del colectivo LGBTIQ+ por la aprobación. Tras la inesperada prórroga de las enmiendas, Podemos dijo a través de su cuenta oficial de Twitter: “El PSOE, a veces apoyado por el PP, ha aprobado leyes trans con libre autodeterminación de género en más de la mitad de las CC.AA. del país. Cabe preguntarse cuál es el interés en frenar la Ley Trans de Igualdad. Sea cual sea, los derechos de las personas trans no pueden esperar”. En las filas moradas desde el año pasado aseguran que el problema de Calvo es personal y no perdona haber perdido las competencias de Igualdad en manos de Montero y que los socialistas hacen lo posible para que el partido a su izquierda no se quede con los réditos de una ley de fuerte calado social.
La ley Trans no es orgánica, por tanto no requiere de ser aprobada en el hemiciclo y su aprobación en la Comisión de Igualdad (que preside Calvo) la remitiría al Senado y luego directo al BOE. Por eso lo del período de enmiendas es la última trinchera que les queda a sus detractores. Para comenzar las ponencias hay que cerrar el período de enmiendas.
Fuentes de Igualdad recuerdan que Irene Montero “pactó no por casualidad” con el PSOE (inclusive con Calvo, recalcan) que la tramitación fuera de urgencia para que los tiempos legislativos sean más breves y la ley ya esté en funcionamiento en 2023
Fuentes de Igualdad recuerdan que Irene Montero “pactó no por casualidad” con el PSOE (inclusive con Calvo, recalcan) que la tramitación fuera de urgencia para que los tiempos legislativos sean más breves y la ley ya esté en funcionamiento en 2023. Al ser de urgencia, en el Senado tendría como máximo cuatro días de enmiendas al articulado. Los plazos se achican y ahora todo depende que la cúpula socialista exija a Calvo convocar a la ponencia para que antes de Navidad esté publicada la ley en el BOE.
Fuentes cercanas a la ministra señalan que Montero y su equipo se sienten bastante sorprendidos y molestos porque su socio haya reabierto un debate que ya estaba solucionado ya que la ley puede salir tal y como está. Desde el PSOE han buscado calmar las aguas y a finales de la semana dejaron trascender a los medios que no impulsarán ningún cambio relativo a la autodeterminación de género pero que aún persisten “dudas” sobre la “equiparación de algunas violencias a la violencia de género” que conlleva la normativa y que quieren darle “seguridad jurídica a una ley que seguramente será recurrida por el PP”.
En pie de guerra
La Federación Plataforma Trans está presente en 12 comunidades autónomas y concentra a más del 80% de los colectivos de personas trans que existen en el Estado español. Por eso su presidenta, Mar Cambrollé, dice conducir la organización “no solo más representativa del colectivo, sino la más legítima”.
En conversación con El Salto, Cambrollé dice que las del PSOE “son excusas muy hechas y que no se sostienen, dicen que la ley necesita debate pero señores, no puede durar hasta el fin de los días. Esto no lleva cuatro meses, ¡empezamos en 2016!”. Se refiere a los primeros borradores que los colectivos presentaron. En 2018, Podemos registró la ley y luego se disolvieron las Cortes y con la investidura de Sánchez en enero de 2020 retomó impulso, ya que estaba dentro del acuerdo de coalición.
Mar Cambrollé, presidenta de la Federación Plataforma Trans, recuerda que en 2021 Carmen Calvo “echaba del orden del día” la ley Trans para que no fuera debatida en el Consejo de Ministros y que la Federación tuvo que reaccionar y anunciar una huelga de hambre para llamar la atención
La dirigente tiene malos recuerdos de la gestión de Calvo en el Gobierno. Recuerda que en 2021 “echaba del orden del día” la ley Trans para que no fuera debatida en el Consejo de Ministros y que la Federación tuvo que reaccionar y anunciar una huelga de hambre para llamar la atención.
Pero Cambrollé comenta una impactante anécdota que muestra el pensamiento de Calvo y el sector que comanda: “Un día asistí a una reunión online, cuando Igualdad hizo la mesa de trabajo y yo le hice una pregunta sobre si ella creía que los trans teniamos que tener los mismos derechos y su respuesta me dio un poco el termómetro de lo que ella piensa. Me respondió ‘yo también tengo un nieto que le gustaría sentirse negro, pero no es negro’. Le respondí que las personas trans no somos una moda, hemos existido siempre y dejaremos de existir cuando deje de existir la humanidad. Su visión es negacionista”.
La líder de la Federación cree que este sector feminista tiene “miedo y rabia de haber perdido el control del feminismo hegemónico y que ahora venga gente joven y de otros partidos” y añade que “todo también supone un negocio, cuando eres ministro o tienes un cargo en el feminismo institucional, te invitan a conferencias y tienes beneficios”. Para rematar, califica a estas feministas clásicas de “casposas, son rancias como la gente de ultraderecha”.
Las modificaciones en los temas de violencia de género que ahora pregona el PSOE no le parecen mal, siempre y cuando no se menoscaben derechos a la baja del proyecto. Pero Cambrollé ha advertido que ya hay un plan de movilización, además de la manifestación de este sábado convocada en la Plaza Zerolo por Orgullo Crítico, la Federación Plataforma Trans y Cogam.
“Las personas trans sabemos que la presión en la calle es el único camino. Por eso si el martes el PSOE se confabula con PP y Vox para pedir otro aplazamiento y atrasar la ley o enmendar a la baja el texto, nosotros convocaremos una jornada de lucha trans que consistirá en concentraciones ante las sedes del PSOE en toda España, y si siguen enrocados, pediremos a la militancia que abandone el partido”, afirma Cambrollé.
Al finalizar la conversación, recuerda lo más importante: no solo que el colectivo trans ha sufrido la discriminación sistémica y familiar que los ha empujado “a las esquinas y las drogas, pero por suerte ahora eso está cambiando y hay trans en las universidades”, sino algo del presente: desde 2019 a la fecha, ha aumentado la violencia y agresión cibernética contra los trans 253%, y las agresiones físicas un 70%. No faltan razones para la reivindicación.
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