Laboral
De 12 a 15 horas diarias conduciendo y sin dietas: el día a día de un camionero

Tras 20 días de paros, muchos trabajadores del sector del transporte denuncian que su empresas les están obligando a computar todos o parte de los días no trabajados como vacaciones. Es el último ataque a los derechos de los trabajadores tras diez años de degradación en sus condiciones laborales.
Camiones aparcados gasolinera
Varios camiones en un área de servicio de la autovía A3. David F. Sabadell
9 abr 2022 06:03

En principio, la empresa en la que trabaja Antonio [nombre ficticio para evitar represalias] le dijo que los ocho días que, en su caso, estuvo sin trabajar a raíz de los paros convocados en el sector del transporte en marzo, se iban a computar como días de vacaciones. Luego su empresa propuso que los compensara trabajando sábados y festivos. Finalmente, explica que han decidido que la mitad de esos días sean pagados y la otra mitad, no. “De los ocho días que no pude trabajar, cuatro no me los van a pagar”, resume este transportista a El Salto.

En su caso, trabaja desde hace tres meses para una pequeña empresa de transporte con sede en Valencia, para la que hace trayectos generalmente comarcales, pero también nacionales,  pero lleva trabajando en el sector ya 18 años y en ese tiempo ha visto cómo se han deteriorado las condiciones laborales. “Nos han cambiado las condiciones en cuanto a horarios y disponibilidad, sobre todo”, explica. 

El caso de este trabajador es habitual, al menos en Valencia, según confirma a El Salto Antonio Ruiz, asesor sindical y jurídico de CNT València. “Ha habido una temporada con paros en la que no se podía salir y las empresas lo que han hecho es decirle a los conductores que se quedaran en casa y, una vez que han pasado los paros, les han descontado los días no trabajados como días de vacaciones”, añade en referencia a los 20 días de paros en el sector del transporte que acabaron a raíz de la subvención de 20 céntimos por litro de gasóleo. 

“Las empresas lo que han hecho es decirle a los conductores que se quedaran en casa y, una vez que han pasado los paros, les han descontado los días no trabajados como días de vacaciones”, afirma Antonio Ruiz, de CNT València

Ruiz cuenta en al menos una docena las empresas que están computando como vacaciones los días no trabajados por los paros solo en Valencia y en varios centenares los trabajadores afectados. Son casos que van a llevar a los tribunales ya que es una práctica que, como señalan desde este sindicato, es ilegal. “Las vacaciones se pactan entre trabajador y empresario, lo que las empresas tenían que haber hecho es aplicar un erte por haber un periodo en el que se reduce la producción, en este caso los viajes, por circunstancias ajenas; deberían haber hecho un erte y estos trabajadores tendrían que haber percibido la prestación por desempleo durante esas semanas”. Pero prácticamente ninguna de estas empresas, según le consta al sindicato en Valencia, ha optado por el erte.

En Barcelona, al menos según le consta a Jonathan Montañés Soler, también de CNT, la situación es distinta en cuanto a cómo se ha respondido a los paros. “Nosotros no tenemos constancia porque la mayoría en Barcelona son empresas grandes y hay pocos autónomos organizados en el sindicato”. Montañés explica que los paros allí han sido secundados principalmente por los transportistas autónomos, mientras los trabajadores por cuenta ajena del sector han sido “expuestos frente a los piquetes”. “Las reivindicaciones que tenían los autónomos en estos paros no son las de los asalariados porque estos últimos básicamente lo que piden no tiene que ver con la subida en el combustible sino con el respeto del convenio colectivo, porque llevan diez años perdiendo derechos”, continúa este sindicalista. 

“Las reivindicaciones que tenían los autónomos en estos paros no son las de los asalariados porque estos últimos básicamente lo que piden no tiene que ver con la subida en el combustible sino con el respeto del convenio colectivo, porque llevan diez años perdiendo derechos”, explica Jonathan Montañés Soler, de CNT Barcelona

Según el Observatorio del Transporte y la Logística en España, dependiente del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, en 2019 —últimos datos publicados— se contaban 66.219 empresas de transporte y almacenamiento que sumaban 750.605 trabajadores empleados, a los que se suman 121.382 trabajadores autónomos. Aunque estos datos incluyen tanto el sector del transporte como el de almacenamiento, desde el mismo observatorio cifran que la mitad de las empresas y trabajadores autónomos de este sector en 2018 se dedicaba al transporte de mercancías por carretera. Y hace diez años que las condiciones laborales han ido deteriorándose tanto para trabajadores por cuenta ajena como para autónomos.

“Tenemos trabajadores que cobran plus de antigüedad y, con esos pluses, cobran lo mismo o algo menos que hace 15 años, sobre todo en las grandes empresas”, afirma Montañés. Son empresas que, según explica, no se han visto tan afectadas por la subida del precio del carburante ya que, al hacer grandes compras, acceden  mayores descuentos. Al revés: con los paros realizados por pymes y autónomos, han salido beneficiadas.

“Tenemos trabajadores que cobran plus de antigüedad y, con esos pluses, cobran lo mismo o algo menos que hace 15 años, sobre todo en las grandes empresas”

“En 2008 ganaba entre 2.200 y 2.300 euros mensuales, y ahora unos 2.000 dando gracias, y yo no tengo horario: hoy me levanto a la 1 de la mañana, mañana a las 3 y al día siguiente a las 5. Desde que empiezo a trabajar cuenta 15 horas, y así todos los días de lunes a viernes y a veces también los sábados. No tenemos vida”, relata Alberto Cots. Él trabaja desde hace años para el Grupo Alonso, dedicado al transporte de contenedores marítimos por carretera, grupo que el pasado año ya vivió una huelga en las siete empresas que lo componen y que tenía como objetivo obligar a la empresa a cumplir el convenio. Fue en abril de 2021 y, un año después, según señala este trabajador, no ha habido muchos cambios más allá de una “irrisoria” subida de las tarifas.

Cots explica que, según convenio, los trabajadores por cuenta ajena en el transporte de carretera tienen un salario base más un plus por convenio más prorratas de las pagas extra, dietas y las horas extra, porque las ocho horas de jornada pasan en la práctica a entre 12 y 15 horas conduciendo el camión cada día. “Pero no nos las pagan, solo el salario base, el plus de convenio y la prorrata de las pagas extra”, afirma este transportista. “El resto lo pagan como incentivos, por kilometraje. Cuantos más kilómetros hagamos, más cobramos”, explica. Unos incentivos basados en ratios por kilometrajes con tarifas estancadas desde hace catorce años.

De primeras, los 2.000 euros que este trabajador afirma que cobra suenan bien, casi alcanza los 2.300 euros de sueldo medio que hubo en España en 2021 según el INE. Pero es una cantidad que incluye 300 euros por antigüedad y para una jornada laboral de entre 12 y 15 horas diarias cinco o seis días a la semana. Y pagándose ellos el desayuno, comida cena y la cama si les toca nocturnidad y no quieren dormir en el camión.

“Para mi, levantarme a las 5 de la mañana es ser un señor, cuenta 15 horas de trabajo más media más hasta que llego a casa: me queda ducharme, cenar y dormir. De lunes a viernes no veo a mis hijos porque cuando me voy están durmiendo y, cuando vuelvo, también”

“Es un pez que se muerde la cola que los empresarios están aprovechando y estamos sufriendo tanto los trabajadores por cuenta ajena como los autónomos”, afirma Cots, que fecha en 2008 el año en que las condiciones laborales comenzaron a degradarse.  “Para mi, levantarme a las 5 de la mañana es ser un señor, cuenta 15 horas de trabajo más media más hasta que llego a casa: me queda ducharme, cenar y dormir. De lunes a viernes no veo a mis hijos porque cuando me voy están durmiendo y, cuando vuelvo, también. Puedes preguntar cuantos camioneros o trabajadores del sector del transporte están separados, ¿cuántas mujeres aguantan no ver a sus maridos ni poder contar con ellos? De mi plantilla, el 70% está divorciado. Y ni siquiera tenemos jubilación anticipada, ni enfermedades laborales reconocidas, aunque el 90% de la plantilla tiene vértebras chafadas o discos desplazados. Esto no es vida, y el salario no lo compensa”, relata este transportista.

“En la televisión después salen noticias de que faltan conductores… Si pagaran lo que tienen que pagarnos no faltarían conductores, pero hemos pasado de ser señores a ser los más precarios, la última mierda, hablando en plata”, sentencia.

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