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Honduras vive una situación totalmente inusual: las elecciones generales se celebraron el domingo pero los resultados no se sabrán hasta el jueves.
Así lo anunció el presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Honduras, David Matamoros. La razón por la que no se pueden dar los resultados, según el TSE, es porque quedan 7.500 actas por llegar a Tegucigalpa que representan dos millones de votos. Los últimos datos que ha dado el tribunal, con el 58 por cien del recuento escrutado, dan al candidato de la oposición, Salvador Nasralla, un 45,2 por ciento de los votos y 40,2 al candidato del partido nacional, Juan Orlando Hernández.
En medio del silencio del TSE, ambos candidatos celebraron ayer sus victorias.
El partido de la oposición y supuesto ganador, la Alianza de Oposición, convocó a sus simpatizantes en la calle Golán, frente de la sede del tribunal. Miles de personas se vistieron de rojo para recibir a su presidente, el ingeniero Salvador Nasralla, que enfatizó que el resultado es “irreversible” y pidió a Hernández que “acepte ya su derrota”.
Un populista Nasralla, conocido presentador de deportes en la televisión de Honduras, recordó sus promesas electorales: electricidad gratis para algunas personas, rebaja de impuestos, empleo y solicitar una Comisión Internacional Contra la Impunidad (CICIH), tal como se ha hecho en el vecino Guatemala.
El candidato se dirigió a miles de personas concentradas en la calle como si estuviera retransmitiendo un partido de fútbol. El publico estalló en aplausos cuando Nasralla se refirió a la CICIH, un comisión podría ayudar a paliar las altos niveles de impunidad y corrupción. Iba acompañado por el expresidente Manuel Zelaya y la esposa de éste, la excandidata a las presidenciales del 2013 por el partido LIBRE, a quien supuestamente Juan Orlando Hernández robó las elecciones.
Dos horas más tarde, el Partido Nacional de Juan Orlando Hernández reunía a sus seguidores a la sede de la formación para celebrar su victoria. El presidente del partido anunciaba una ventaja de “más de cinco puntos” respecto a Nasralla con el 80 por ciento de actas. Simpatizantes nacionalistas festejaron fuera de la sede del partido y en una caravana de coches en el bulevar Suyapa de Tegucigalpa.
El candidato del Partido Liberal, partido que tradicionalmente se disputaba las elecciones con el partido nacional, Luis Zelaya, salió en rueda de prensa junto a Salvador Nasralla. Zelaya dijo que “el pueblo ha rechazado la reelección de JOH”. Luis Zelaya ya había reconocido a Nasralla como el ganador de los comicios.
Desestabilización innecesaria
La tardanza en emitir los resultados de las elecciones han generado todo tipo de rumores e incertidumbre. La Coalición de Observación Electoral N-26, un grupo imparcial de la sociedad civil, expresó su preocupación por actitud del TSE: “Sin datos oficiales se genera una especulación en la población, una desestabilización innecesaria que no ayuda a la transparencia y la legitimidad del proceso”.
Por su parte, Carlos Eduardo Reina, coordinador antifraude de la Alianza, cree que se están demorando porque “les cuesta digerir que han perdido” y “porque no estaban preparados para perder”. Reina considera que el TSE debería dar los resultados hoy mismo.
Un magistrado del TSE, Ramiro Lobo dijo a los medios el lunes por la mañana que la tendencia de los resultados era “irreversible”. Parece que el mismo TSE está dividido. El mismo Nasralla dijo a los medios: “Hay dos magistrados que admiten mi triunfo y dos que no quieren reconocerlo.”
Una noche de elecciones inusual
La tensión empezó en la noche electoral cuando el TSE no daba a conocer los datos después que muchos centros de votación cerraran más temprano de lo habitual. Según los observadores, las elecciones sucedieron con algunas irregularidades que se pudieron solucionar pero en general fueron transparentes y tranquilas.
Antes de que el TSE se pronunciara, Nasralla daba a conocer sus resultados de actas físicas y se declaraba ganador. Hernández hacia lo mismo con los datos que maneja su partido. Eran ya la 1.30 de la madrugada cuando el TSE daba a conocer la ventaja de Nsaralla sobre Hernández.
Honduras se iba a dormir con dos presidentes y el silencio del TSE, un órgano que no genera mucha confianza a los hondureños.
gobierno corrupto
La corrupción y el trafico de drogas persiguen al gobierno de Hernández. El exlíder del cartel de los Cachiros, Devis Leonel Rivera Maradiaga, testificaba en la corte de Nueva York que el hermano de Hernández, el diputado Tony Hernández, estaba implicado en una serie de irregularidades. El traficante dice que Hernández pidió un soborno a cambio de contratos en el gobierno para saldar así una deuda del gobierno con el cartel. El hermano del presidente niega las acusaciones.
En 2015, se hizo publico que el partido nacional habían destinado dinero del Seguro Social para la campaña electoral del partido. Una ola de protestas de los indignados se esparció entonces por todo el país.
Deriva hacia el autoritarismo
Hernández se presentó en una reelección que ha supuesto grandes criticas por parte de la oposición y por miembros de su propio partido. La Constitución de Honduras prohíbe la reelección del presidente pero la Corte Suprema sentenció a favor de permitir la reelección.
La Corte Suprema esta controlada por el mismo Hernández. En diciembre de 2012, Hernández suspendió a cuatro jueces de la Corte Suprema que no querían aprobar sus proyecto de ciudades modelo y designo a cuatro jueces favorables a sus intereses.
Ironicamente, el 2009, el presidente democráticamente elegido Manuel Zelaya fue expulsado del gobierno por un golpe de estado que apoyó el partido nacional. El motivo del golpe fue que Zelaya quería convocar una cuarta urna para preguntar al pueblo sobre la modificación la Constitución para poder ser reelegido.
Honduras es el segundo país más pobre de América Latina, uno de los más violentos y con más defensores de la tierra asesinados. La violencia es una de las más altas del mundo de países sin guerra.