Hemeroteca Diagonal
Una filtración alerta de irregularidades graves en una planta de biometanización de FCC

La planta de obtención de electricidad a través de los residuos, que fue inaugurada en 2009, presenta graves irregularidades en materia de salud laboral que han sido denunciadas por sindicatos y organizaciones ecologistas.
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Mascarillas que no protegen los ojos de los trabajadores, desorden en la ubicación e identificación de productos químicos, bidones de sosa y ácido sulfúrico al intemperie; rotura en piezas de la depuradora... Son algunas de las irregularidades de la planta de biometanización de Las Dehesas, gestionada por FCC en el Parque Tecnológico de Valdemingómez, denunciadas por una ex trabajadora anónima. El texto en el que se explican las irregularidades, al que ha tenido acceso Diagonal a través de Fíltrala, proyecto en el que participa junto a La Marea, eldiario.es y Mongolia, está acompañado de una serie de imágenes y un vídeo en el que se puede ver una explosión. Según afirma la extrabajadora de FCC, la explosión tuvo lugar la pasada Semana Santa y habría sido consecuencia de no respetar los tiempos para la estabilización del gas que se ubica en el interior de la tubería antes de cambiar las juntas por orden del encargado y jefe de planta. El resto de imágenes aportadas por la extrabajadora son, según explica en el escrito, “vertidos de ácido en medio de la nave”.

La muestra recogida para hacer el informe de salud, entre junio y julio de este año, “se encuentra saturada de sulfuro de hidrógeno”

“Es el pan nuestro de cada día”, afirman desde CC OO preguntados por las supuestas irregularidades en salud laboral en la planta de Las Dehesas. Según explican a Diagonal desde el sindicato, en todas las plantas del complejo es habitual encontrarse escaleras rotas, muros que faltan, pero “lo más complejo de todo son cosas que no se ven ni se oyen, es la contaminación a la que los trabajadores están expuestos”. Desde CC OO señalan hay tan pocos técnicos encargados de supervisar el cumplimiento del programa de prevención de riesgos laborales que “no da tiempo a nada” y los problemas que se señalan se repiten cada mes durante años sin llegar nunca a resolverse.

Fotografía tomada en el interior de la planta de Las Dehesas por una extrabajadora.
Fotografía tomada en el interior de la planta de Las Dehesas por una extrabajadora.


Desde la Comisión de Residuos de Ecologistas en Acción han confirmado a Diagonal que también han recibido la denuncia de la ex trabajadora y están estudiando con sus abogados si emprender alguna acción legal. Otra extrabajadora de Valdemingómez confirma que es necesaria información sobre la suma de todos los agentes químicos a los que se expone la plantilla, ya que, aunque los límites de cada sustancia no se superan si se miden una por una, la suma crea un cóctel tóxico que degenera en mareos, cansancios, reproducción de cánceres anteriores, problemas psiquiátricos y un largo etcétera que debe ser estudiado ya que hay un “vacío legal” en torno al efecto suma de químicos en una exposición constante como la que se produce en este megacomplejo de los residuos. Las fuentes consultadas señalan la dificultad de identificar los gases que se generan en torno a la actividad de las plantas de Valdemingómez, la extrabajadora que ha filtrado las fotografías del interior de la planta alerta de este extremo: “Sabemos que lo que entra en la planta es basura procedente de lo que depositamos en cubos de basura en nuestras casas por lo que entra en planta puedes ser desde materiales de construcción porque alguien hizo una obra en su casa hasta todo tipo de materiales, yo he visto jeringuillas, ladrillos, vidrios, etc”. Javier Navascúes, de la organización Rivas Aire Limpio confirma que está autorizado que se quemen productos que vienen de tres sitios distintos y que los componentes que se incineran “son completamente distintos”.

Mediciones con previo aviso

La denuncia realizada a través de Fíltrala aporta también un informe de riesgos laborales elaborado por Unipresalud y fechado en septiembre de 2014 en el que se señala que la muestra recogida para hacer el informe, entre junio y julio de este año, “se encuentra saturada de sulfuro de hidrógeno” y señala que hay un riesgo alto por exposición a sulfuro de hidrógeno (H2Saq) para los trabajadores encargados de pinchar los inyectores. Dicho informe explica que esta saturación de sulfuro de hidrógeno puede estar motivada por “la caída del digesto sobre el tubo de captación”.

La evaluación de Unipresalud califica de “muy grave” la severidad de la exposición al sulfuro de hidrógeno y de “grave” la presencia de otros gases: metiletilcetona, alcohol sec-butílico, tolueno y amoníaco. En el caso del sulfuro de hidrógeno, el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene (INSH) en el Trabajo establece como límite de exposición profesional la cantidad de 7 miligramos por metro cúbico (mg/m3), precisamente la cantidad que marca el análisis de uno de los dos informes de Unipresalud divulgados por Filtrala, mientras que en el segundo informe, la concentración de sulfuro de hidrógeno supera los 10 miligramos.  El INSH explica que la exposición de corta duración a este químico tiene efectos como irritación de ojos y de tracto respiratorio: “La sustancia puede afectar al sistema nervioso central. La exposición puede producir pérdida del conocimiento. La exposición puede producir la muerte. La inhalación del gas puede originar edema pulmonar”.

La denuncia de la extrabajadora señala que las mediciones que se realizaron en junio para la elaboración de este informe se hicieron un día que la planta estaba parada, por lo que en un día de actividad normal los resultados serían mucho mayores.

Evaluación de riesgo por exposición a químicos de la planta de las Dehesas de septiembre de 2014.
Evaluación de riesgo por exposición a químicos de la planta de las Dehesas de septiembre de 2014.


Según explica Javier Navascúes, la previsión por parte de la empresa del día que los técnicos visitan la planta para medir la emisión de gases es algo habitual en otra de las plantas de tratamiento del complejo, la de Las Lomas, gestionada por Tirmadrid (ACS). Aunque la empresa puede, así, disminuir la actividad que genera emisiones de más riesgo para obtener mejores resultados, la ley no obliga a que las visitas sean “por sorpresa”. Durante varios años, la organización Rivas Aire Limpio se ha encargado de controlar las mediciones en esta planta: “En las mediciones de 2011 y 2012, hemos visto que hay una cadencia muy sistemática, cada tres meses visitan un horno. Lunes, martes o miércoles”. Navascúes explica a Diagonal que en el expediente medioambiental de Valdemingómez vieron una carta en la que se avisaba a de la fecha de la siguiente visita para hacer mediciones de gases. También señala que, cuando Alberto Ruiz Gallardón era presidente de la Comunidad de Madrid, obligó a hacer una inspección por sorpresa. “En ese momento se vio que en la incineradora principal de Valdemingómez se estaban sobrepasando los niveles de contaminación. Hubo una intervención judicial, pero la empresa dijo que había fallado el horno y el juez aceptó la explicación. En 2007 obtuvo una nueva autorización ambiental en la que no se hizo ningún estudio”, explica Navascúes, quien afirma que esto es “una tomadura de pelo”, y como la Fiscalía no emprende acciones, han decidido presentar una denuncia. Otra extrabajadora de Valdemingómez confirma punto por punto que las inspecciones no tienen secretos para los responsables del complejo: “Se pactaba con la empresa inspectora el día y la hora de los análisis de inspección y no se permitían inspecciones sorpresa... era una práctica habitual en Valdemingómez. De hecho los vigilantes tenían orden de no dejar pasar al recinto a cualquier inspección que llegase por sorpresa”.

La planta de biometanización de las Dehesas en Madrid fue inaugurada en 2009 por Alberto Ruiz Gallardón, ya como alcalde de Madrid, y por Ana Botella, entonces delegada de Medio Ambiente y hoy al frente del Ayuntamiento. La empresa, cuya máxima accionista es Esther Koplowitz, indicaba en una nota de prensa que se trata de la más avanzada y moderna de Europa en el proceso de biometanización, para la obtención de electricidad a partir del biogás generado por la basura. En agosto de este año, el portavoz del PSOE en el Ayuntamiento, Jaime Lissaveztky denunció el “monumento al despilfarro y a la incompetencia” que suponen Las Dehesas y La Paloma (gestionada por Urbaser, del grupo ACS), las dos plantas de biometanización de Valdemingómez. El portavoz socialista aseguró a la prensa que la planta supuso en 2013 un ingreso de dos millones de euros al Ayuntamiento por la venta de gas, una cantidad “siete veces inferior a los 14,7 millones que cuesta su mantenimiento cada año”.

Financiada con fondos europeos
En 2005, FCC se introdujo en el negocio de Valdemingómez. El grupo se hizo con el contrato para la construcción de una de las dos plantas de biometanización, la de Las Dehesas, por 25,6 millones de euros, mientras que ACS –a través de sus filiales Urbaser y Geocisa– y Sacyr se quedaban con la construcción de la planta de La Paloma por 25,4 millones. La obra, financiada en un 80% por fondos europeos, tardó siete años en concluirse, con un coste final de 112 millones de euros, más del doble de lo contratado, para pasar a ser explotada por las mismas empresas que las habían construido por 93 –FCC– y 61 millones de euros –Sacyr y ACS–.

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