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Guerra en Ucrania
Una llamada delimita los términos de la “paz trumpiana” para Ucrania y reintroduce al apestado Putin
![Putin plaza roja](/uploads/fotos/r2000/5142fa6b/s2osZUTEeVeuBnu8FKdoQIbWWwnPWHoW.jpg?v=63810341340)
Fueron 90 minutos en los que los líderes de Estados Unidos y Rusia conversaron sobre “Ucrania, Oriente Medio, energía, inteligencia artificial, el poder del dólar y otros temas”, o al menos eso es lo que ha dicho Donald Trump. Pero ha sido mucho más. Una hora y media en la que el nuevo presidente estadounidense ha establecido los términos de una nueva fase en la relación de los Estados euroatlántico con Vladimir Putin, presunto criminal de guerra —igual que Benjamin Netanyahu— según la Fiscalía de la Corte Internacional de Justicia.
Trump informó de esta llamada en su red Truth Social y avanzó que el contacto telefónico puede dar lugar a una visita al Kremlin. Se trataría de la primera desde que Barack Obama acudió a la cumbre económica del G-20 en San Petersburgo en el año 2013. Tras unas semanas de coqueteo, la llamada entre Putin y Trump se produjo después de la liberación el martes de Marc Fogel, profesor estadounidense detenido en Rusia y preso desde 2021 por cargos de posesión de marihuana.
Hegseth habla de que las demandas de Ucrania son poco realistas
Un año después arrancó la guerra de Ucrania, cuya segunda fase está a punto de cumplir tres años, y desde comienzos de esta década, con el Gobierno de Joe Biden, el Pentágono y la Casa Blanca indujeron el aislamiento del régimen de Putin. Por medio de sanciones, del —anunciado pero relativo— corte del acceso a los mercados del gas y el petróleo ruso y de una alianza inquebrantable con el Gobierno de Ucrania, Estados Unidos y la Unión Europea se comprometieron a sostener la demanda de Volodimir Zelensky, el presidente ucraniano, basada en que cualquier acuerdo de alto el fuego debía garantizar la mínima pérdida del territorio sobre las fronteras establecidas en 1991 e, idealmente, abrir el camino para la adhesión de Ucrania a la OTAN.
La llamada de ayer entre Trump y Putin se produjo el mismo día en el que secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, analizaba como “poco realistas” las dos premisas: tanto el restablecimiento de las fronteras en los términos anteriores a 2014 como la inscripción de Ucrania en la alianza del atlántico norte. “Perseguir esta meta ilusoria solamente prolongará la guerra y causará más sufrimiento”, dijo Hegseth con respecto a la cuestión territorial. En el lenguaje exclamativo de Trump “Esta guerra DEBE TERMINAR y TERMINARÁ PRONTO. Hay demasiada muerte y destrucción", según posteó en su red social.
Trump ha anunciado que ha encargado el proceso hasta la mesa de negociación al secretario de Estado, al director de la CIA, al asesor de seguridad nacional y al empresario Steve Witkoff
Los términos de la 'paz trumpiana' quedan así establecidos como una cuestión europea, entendido esto como una muestra del desinterés que la UE y el continente tiene para la Casa Blanca, que ha orientado sus miradas hacia el eje Asia-Pacífico. “Las autoridades de Estados Unidos no creen que el ingreso de Ucrania en la OTAN pueda ser un resultado realista para un acuerdo negociado. En cambio, cualquier garantía de seguridad debe estar respaldada por tropas europeas y no europeas capaces de ello”, añadió el secretario de Defensa estadounidense.
Con posterioridad a la llamada de 90 minutos con Putin, Trump realizó otra llamada, esta vez a Zelensky, según este comunicó en su cuenta de Telegram. Se trató de una llamada con vistas a lograr la paz, las capacidades tecnológicas de los dos ejércitos y el apoyo de EE UU en esta nueva etapa. Para Kiev, la clave de la negociación de un próximo acuerdo pasa por recuperar algunos de los cinco oblast controlados de facto por Rusia con la moneda de cambio de la región del Kursk, tras el avance del verano pasado de las tropas ucranianas.
Posibles cesiones territoriales de Ucrania
La web de análisis Slavyangrad refleja que Zelensky no ha enseñado sus cartas sobre lo que tendrá que ceder y lo que quiere retener en la negociación. Es un hecho que Crimea es innegociable para Rusia, y que los dos oblast de Donetsk y Lugansk —a partir de los cuales se produjo la invasión de 2022, están cargados de simbolismo para el Kremlin. Slavyangrad señala, en cambio que “es evidente que, ante las dificultades para la producción eléctrica, salta a la vista que uno de ellos podría ser Energodar, donde se ubica la central nuclear de Zaporiyia, que en el pasado Ucrania ha atacado con la intención de hacer imposible la permanencia de Rusia en el territorio.
Trump ha anunciado que ha encargado el proceso hasta la mesa de negociación al secretario de Estado Marco Rubio, al director de la CIA John Ratcliffe, al asesor de seguridad nacional Michael Waltz y al empresario Steve Witkoff, quien también estuvo implicado en el alto el fuego en Gaza auspiciado por el millonario neoyorquino. Leyendo entre líneas, destaca la ausencia en ese equipo del general retirado Keith Kellogg, que en noviembre defendía que “Ucrania debería negociar desde una posición de fuerza”. Kellog, no obstante, no ha salido completamente de la foto. Junto con el vicpresidente JD Vance, está previsto que esta semana haya un encuentro sobre los esfuerzos de paz con “altos responsables políticos europeos” en la Conferencia de Seguridad de Múnich.
El ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, ha criticado que Estados Unidos haya “hecho concesiones” a Rusia antes del comienzo de las negociaciones
Los ministros de Exteriores de Francia, Gran Bretaña, Alemania, Polonia, Italia, España, Ucrania y la Comisión Europea se reunieron el miércoles 12 de febrero para estudiar una situación que supone la reintroducción de Putin en el juego diplomático después de tres años de aislamiento. “Ucrania debe contar con garantías de seguridad sólidas“, explicaron en un comunicado. “Una paz justa y duradera en Ucrania es una condición necesaria para una seguridad transatlántica sólida”, señalaron.
Menos ambiguos han sido los líderes alemanes. Desde el comienzo de la invasión de 2022, Alemania ha sido el país señalado por unos y por otros por su dependencia del gas ruso. La ruptura con Rusia ha tenido importantes consecuencias para el debilitado Gobierno de Olaf Scholz que, con altas tasas de probabilidad, será uno de los más efímeros de la historia de la Alemania reunificada. El ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, ha criticado que Estados Unidos haya ”hecho concesiones" a Rusia antes del comienzo de las negociaciones, en referencia a la adhesión a la OTAN y a la cuestión territorial.
Por su parte, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, sí ha reaccionado con doblez a la cascada de acontecimientos: “Todos queremos que Ucrania esté en la mejor posición posible cuando comiencen esas conversaciones para asegurarnos de que puedan concluir con éxito”. Como en el primer mandato de Trump, la Alianza del Atlántico Norte parece la gran marginada en la hoja de ruta internacional de Washington.
Desde la invasión de Rusia, la UE ha proporcionado apoyo económico, humanitario y militar a Ucrania por un valor de más de 88.000 millones de euros, sin contar lo aportado por los estados miembro. Estados Unidos ha proporcionado 175.000 millones desde febrero de 2022. El propio Zelensky ha descartado que el apoyo de la UE sirva para sostener el esfuerzo bélico si Trump corta el flujo de ayudas a Kiev: “Las garantías de seguridad sin Estados Unidos no son reales”, ha concluido el presidente ucraniano.