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Guerra en Ucrania
Greenpeace lleva la guerra a Naturgy por su compra de gas ruso
Con el dinero que ha pagado la española Naturgy por los cinco buques que ha comprado desde el inicio de la Guerra de Ucrania a la rusa Yamal LNG —más de 530 millones de euros, según el Centre for Research on Energy and Clean Air— el Gobierno de Putin podría haberse hecho con 250 carros de combate T90. Greenpeace ha querido resaltar hoy este hecho con una acción en la que la organización ha convertido la sede de la gasista española en Madrid en una “zona de guerra” con el fin de denunciar la financiación del conflicto mediante la compra de gas ruso.
Naturgy, antigua Gas Natural, es el primer importador de gas ruso en el mercado español, responsable de la llegada del 10% del consumo total de gas del país en los últimos dos años. También es la tercera empresa que más contribuye a la crisis climática, según se desprende del informe Big Polluters, realizado por el Observatorio de Sostenibilidad. Precisamente, esta investigación resaltaba en su edición 202 que el sector energético había disminuido de forma considerable sus emisiones, a excepción de las empresas que están apostando por el gas, como es el caso de Naturgy. Endesa, por ejemplo, redujo sus emisiones un 45% de 2019 a 2020, mientras que Naturgy solo lo hizo un 4%.
En 2013, la española firmó un contrato de compra de gas a 20 años con Yamal LNG, un consorcio participado por la compañía gasista pública rusa Novatek al 80% —el 20% restante pertenece a la francesa Total— controlado por dos oligarcas cercanos a Putin: Gennady Timchenko y Leonid Mikhelson, según detalla Anders Åslund en su libro Russia's crony capitalism.
Los cinco buques llegados a España desde el inicio de la guerra son parte de los 37 anuales que salen del yacimiento South-Tambeyskoye, situado en la península de Yamal (noroeste de Siberia) y explotados por Yamal LNG. Cuatro de ellos han llegado a la regasificadora del puerto de Bilbao y una al de Ferrol.
Cómplices
Con la acción de protesta, en la que los activistas han utilizado humo y sonido de alarmas, Greenpeace pretende decirle a Naturgy “que cuando compra barcos cargados de gas por valor de cientos de millones de Euros a una empresa pública de un gobierno autoritario involucrado en una invasión injusta y sangrienta, se convierte en cómplice de lo que ese gobierno hace”, denunciaba Paco del Pozo, responsable de Combustibles Fósiles de la organización ambientalista.
Pero la ONG no pone el foco solo en Naturgy. Según los datos que maneja, al menos siete buques de petróleo y petroquímicos han llegado a la península desde el inicio de la guerra: cuatro de ellos descargados en las refinerías de Repsol en Cartagena y Coruña. “Repsol, en muchas ocasiones, ha realizado declaraciones sobre su abandono de sus negocios en Rusia. Sin embargo, parece que se trata más de una estrategia mediática calculada que de una intención real de hacerlo”, denuncian desde Greenpeace, quienes remarcan que, a pesar de sus declaraciones, Repsol contra toda ética, tiene previsto seguir importando petróleo y gas de la guerra.
Crisis energética
Crisis energética Frente social contra la gasificación de España
La ONG ha querido resaltar que energéticas europeas como Shell o BP ya han puesto fin a sus asociaciones con Gazprom y Rosneft.
“Si algo hemos aprendido estos años es a no confiar en ninguna empresa energética fósil ni dentro ni fuera de nuestra fronteras, pues su objetivo es mantener su negocio”, denunciaba Del Pozo, quien exigió a Greenpeace pide a Naturgy y al resto de energéticas que “cesen inmediatamente de importar combustibles fósiles rusos y un plan creíble, progresivo y ambicioso de descarbonización de su negocio suicida acorde a las demandas de la ciencia”.