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Trump, pasado y futuro del infierno que viven las personas trans en Estados Unidos
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“A partir de hoy, la política oficial del Gobierno de Estados Unidos será que solo hay dos géneros, masculino y femenino”. Así habló Donald Trump, presidente de EE UU, en el baño de masas que fue su inauguración presidencial el pasado lunes 20 de enero en el Capital One Arena de Washington. Durante el acto y posteriormente en el Despacho Oval, el mandatario firmó una batería de órdenes ejecutivas que cargó contra varias comunidades minorizadas, entre ellas el colectivo trans. Las personas trans están en el punto de mira de Trump y ya sufrieron sus políticas durante el mandato 2017-2021, pero también se enfrentan a una enorme ola reaccionaria que desde 2020 ha empeorado sus condiciones de vida mediante legislación estatal.
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Estados Unidos “Esta es una lucha no sólo para proteger a los inmigrantes sino para defender nuestra democracia”
En una de las órdenes firmadas el lunes, Trump ha eliminado la tercera casilla en la documentación para el género no binario que estaba presente en algunos Estados y ha obligado a que las personas trans que estén en lugares segregados como prisiones o refugios compartan espacio con personas de su género asignado al nacer. También ha establecido que ningún centro médico pueda usar presupuesto federal para tratamientos afirmativos de género, como terapia hormonal o cirugías de reafirmación de género.
Trump ha eliminado la tercera casilla de género, expulsado a las personas trans de espacios segregados por su identidad de género y prohibido el uso de presupuesto federal para transiciones médicas
A pesar de que las personas trans sean un colectivo relativamente pequeño —son trans en Estados Unidos 1,3 millones de personas adultas y 300.000 entre 13 y 17 años, según el Williams Institute—, el esfuerzo legislativo contra ellas por parte de la administración Trump ha sido y será, promete el mandatario, considerable.
Las personas trans no han tenido ningún respiro durante el tiempo en que Trump no era el inquilino de la Casa Blanca. El expresidente Joe Biden firmó algunos decretos impidiendo la discriminación contra las personas disidentes de género —ya derogados por Trump—, pero la ola reaccionaria ha venido desde los Estados. Actualmente, existen 196 proyectos de ley en tramitación en diferentes Estados que aspiran a mermar los derechos LGTBIAQ+, según la ONG ACLU.
Las personas trans, en la mirilla de Trump
En 2016, el Estado de Carolina del Norte aprobó una ley para obligar a las personas trans a utilizar los baños de su género asignado al nacer. “Hay muchos problemas [con la nueva ley]. Déjalo como está. Ha habido muy pocas quejas tal y como está. La gente va, usa el baño que considera apropiado, ha habido muy pocos problemas”. Esta fue la opinión de Trump sobre la ley estatal preguntado en abril de 2016, pero su postura en temas trans ha cambiado radicalmente desde entonces en línea con la oleada antigénero de la extrema derecha internacional.
En línea con la ola antigénero internacional, Trump establece que hay dos géneros inmutables determinados por las gónadas y elimina los planes de Diversidad, Equidad e Inclusión
Una de las órdenes ejecutivas que firmó el día de su inauguración establece que solo hay dos géneros, que estos son inmutables y que quedan determinados por si la persona nace con ovarios o espermatozoides. El decreto no hace referencia a qué ocurrirá con las personas intersex cuyo sexo no pueda identificarse tan fácilmente mediante esta categorización.
Además, la misma orden conmina a hablar de sexo y no género en documentos oficiales y establece que, en prisiones federales y refugios para personas sin hogar o supervivientes de violencia sexual que estén segregados, las personas trans se agrupen con las personas de su género asignado. El texto también añade que el presupuesto federal no podrá pagar “servicios de transición” como tratamiento hormonal o cirugías de reafirmación de género. En campaña, el magnate fue más allá y dijo que retiraría toda la dotación federal a cualquier centro médico que ofrezca estos servicios independientemente de si los dólares de la Unión van a parar a estos tratamientos u otros.
En una segunda orden ejecutiva, el presidente ha eliminado los planes DEI (Diversidad, Equidad e Inclusión) que utilizan fondos federales. Aunque estos programas se utilicen, por ejemplo, para fomentar el entendimiento entre culturas en los centros de trabajo o conseguir un estudiantado más diverso en las universidades, sus críticos afirman que son antiestadounidenses. “DEI, al discriminar por motivos de raza, sexo y muchos otros factores, no solo es inmoral, sino también ilegal”, llegó a decir el multimillonario y futuro miembro del gabinete de Trump Elon Musk.
El magnate ha prometido mano dura contra el tratamiento hormonal, llegando a proponer que se prohíba para todas las edades
Más allá de los hechos, Trump ha prometido poner fin a la “agenda woke” en las escuelas y excluir del deporte escolar y universitario a niñas y chicas trans. Ha afirmado en varias ocasiones y no solo en campaña que tendría mano dura con las terapias hormonales. Aunque en la mayor parte de las veces se refería al acceso a estos servicios por parte de adolescentes, en otras ha comentado que prohibirá el uso de hormonas para todas las edades.
Trump atacó al colectivo trans en su pasado mandato
El mejor predictor de la conducta futura es la conducta pasada, y en su anterior mandato Trump no se cortó a la hora de atacar a las personas trans. El primer presidente delincuente de la historia de EE UU limitó la protección a trabajadores y estudiantes trans, además de coartar el acceso a la terapia hormonal y cirugías de reafirmación de género. Algunas de sus medidas fueron revertidas por la administración Biden, pero vuelven a estar en vigor tras el regreso al poder de Trump.
El que fue presidente desde 2017 hasta 2021 prohibió el ingreso en el ejército de las personas trans por considerarlas enfermas mentales y eliminó las protecciones federales contra la discriminación. Dado el sistema descentralizado de Estados Unidos, esta medida quedó limitada a la Seguridad Social, Medicare —un precario seguro médico que ofrece el gobierno para personas vulnerables—, programas de vivienda o acceso al empleo público federal.
En su anterior mandato, Trump coartó el acceso a la terapia hormonal y cirugías de reafirmación de género, además de eliminar protecciones contra la discriminación o publicar una guía estereotipada sobre cómo identificar a una mujer trans
A punto de terminar su mandato, Trump derogó en 2020 un decreto de Obama que impedía la discriminación a personas trans en los refugios para personas sin hogar. Con el fin de detectar y expulsar a las mujeres trans de los refugios segregados femeninos, la administración Trump emitió una guía plagada de estereotipos misóginos sobre cómo identificar a estas personas por su aspecto físico.
Las amenazas a los derechos trans también llegan desde los Estados
Desde 2020, la mayoría de textos legislativos que atentan contra los derechos de las personas trans los han aprobado los Estados. Esta es una realidad que ha pasado desapercibida en España por estar más lejos de los focos, puestos en su mayoría sobre Nueva York y Washington, pero que ha afectado a la comunidad trans estadounidense. Una encuesta calcula que el 8% de la población trans de Estados Unidos se ha mudado fuera de su comunidad o Estado para huir de la legislación anti-LGTBIAQ+, y un 43% adicional asegura considerarlo.
El abanderado de la destrucción de los derechos trans es Ron DeSantis, el gobernador republicano de Florida. El Estado soleado ha introducido en su corpus legal en los últimos años medidas como la prohibición de espectáculos drag —revocada por el Tribunal Supremo— o la retirada de la custodia a progenitores que busquen tratamiento afirmativo de género para sus criaturas. Chase Strangio, abogado especializado en derechos civiles que está litigando en el Alto Tribunal para eliminar esta última medida, ha afirmado que estas normas constituyen un “proyecto genocida”. Según el letrado, la prohibición de acceder a tratamientos de salud y la posibilidad de que el Estado secuestre a criaturas o adolescentes trans encajan con la definición de genocidio de las Naciones Unidas.
Hay 196 proyectos de ley anti-LGTBIAQ+ en tramitación en 35 Estados. En Florida prohibieron los espectáculos drag o anunciaron que retirarían la custodia a progenitores que ofrecieran a sus adolescentes tratamiento hormonal. Un abogado lo califica de “proyecto genocida”
Actualmente, hay 196 proyectos de ley anti-LGTBIAQ+ en diferentes fases de tramitación en 35 Estados diferentes, según la ONG American Civil Liberties Union (ACLU). Texas está a la cabeza de este ránking de la vergüenza con 34 posibles futuras leyes en tramitación. Las iniciativas más comunes son las relativas al ámbito educativo: prohibición de hacer deporte conforme a la identidad de género de la persona trans, censura del currículum u obligación del profesorado de avisar a la familia si su hije dice ser trans en la escuela o instituto.
Después de la esfera educativa, las propuestas más frecuentes son las que buscan atacar los derechos civiles, como el establecimiento de la objeción de conciencia religiosa o la definición de sexo como realidad inmutable y determinada por las gónadas. Después de estas, se encuentran las restricciones al acceso a la sanidad, barreras para obtener documentación acorde a la identidad o limitaciones a la libertad de expresión.
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1. La transexualidad viene de muuuuy lejos. No es un invento moderno.
2. ¿Problemas con los baños? Pues que todos sean mixtos. Si un hombre quiere violar a una mujer en un baño, no creo que lo detenga un cartel en la puerta.
3. ¿Problemas con el deporte? Pues, para mí, el problema es que el deporte pueda ser una profesión y que despierte tantas pasiones y arruine tantos cuerpos y tantas vidas.
¡Libertad, carajo! Es lo que yo defiendo. Libertad para vivir la vida (y morir) como una quiera.
El eslógan final, es de poco recorrido, más allá de quedar bien con el personal lee estos artículos. Además, remite al infame Melei y su manoseada idea de libertad. Yo también defiendo la libertad, claro, el asunto está en los millones puntos de vista de la misma. Es entonces cuándo hay que bajar al barro y concretar, conceptos, uso del baño, competiciones deportivas, y otras muchas cosas. Saludos
Precisamente quería poner el foco en mi idea de libertad, frente a la libertad de los Mileis que gobiernan el mundo: libertad para robar, abusar y demás verbos que seguro que usted podría añadir a la lista. Este tema me toca hondo y no por mí misma, pues soy una mujer "blanca" casada con un hombre "blanco" (más bien rosado), sino por mi hijo, por mi sobrina, por las niñas y niños que crecen en mi comunidad... Quiero que sean libres de expresarse y de vivir sin miedo al desprecio, sin tener que ocultarse. Los baños y las competiciones deportivas me importan muy poco o nada.
Espero sirva este horror, y los que vendrán, para que las personas trans aprendan a distinguir quién es su verdadero enemigo, y no aquellas otras personas que, desde el respeto absoluto a su situación, y aún sin comprender todo lo que rodea, conlleva, o como se quiera decir, discrepan en algunas cosas o propuestas. Ya basta también de tachar de transfobia cualquier discrepancia se pueda tener puntualmente.
ah, que ahora nos tenemos que quedar calladites porque resulta que no lo tenemos tan mal? con todo respeto, ten en cuenta que para nada partimos de una situación de privilegio, y por ello claro que muchas reivindicaciones van a saber a incómodo. de hecho especialmente ahora, en vistas de esta situación internacional lo peor que podemos hacer es conformarnos con menos
Si quieres retorcer mis palabras, adelante. Sólo te diré que, dada tu incapacidad para entablar alianzas, guardes fuerzas para cuando gobiernen ppy vox. A ver si sigues tan beligerante.
Estoy bastante segura de que usted no es consciente de ello, pero su comentario es pura malevolencia.
Es su opinión. En cualquier caso, no hay más maldad en él de la que pueda haber en acusar de transfobia cualquier desacuerdo se pueda tener con este asunto.
Acusar de transfobia a la ligera lo veo como un modo de expresión rápido, sencillo, sin pararse a pensar en la cuestión en profundidad. Una suerte de defensa ante una situación de clara desventaja. No veo maldad ahí. Pero en cuanto a su " a ver si sigues tan beligerante" me parece hiriente, amenazante, injusto. Lo considero a usted, después de varios años leyendo sus comentarios en este medio, a un compañero de causa en cuanto a su visión política y social, pero en este caso creo que no fue afortunado en sus palabras. A pesar de todo, supongo que es bueno no estar siempre de acuerdo y le deseo un feliz día.
Gracias por todo su comentario. Y, sí, pueda ser desafortunado mi comentario, pero desde luego no hay afán de ofender.
Que yo sepa los temas que más han alarmado en las sociedades anglosajonas a las personas que no aceptan la transexualidad como una realidad y lo consideran un delirio, son los temas educativos, los deportivos y los de la organización de espacios públicos como los WC.
Como ejemplo tomo las nuevas estrategias educativas para incluir las realidades de género en las escuelas y familiarizar a l@s estudiantes con ellas que se han desarrollado estos años. Con su existencia mediante presentaciones de personas trans y no binarias, han tenido el efecto de que much@s más niñ@s de lo habitual han manifestado que se sentían trans o no binarios. Muchos progenitores han creído que ésto, lo cual consideran ajeno e indeseable, no hubiera sucedido sin la presencia en las aulas de personas trans o no binarias. Mi conclusión es que si les doy la razón en lo último, lo que no creo que cuestionen es su deseo de que sus retoños sean heterosexuales o por lo menos gays, pero no más; y ese es el lío desde mi punto de vista. Por supuesto que si a la infancia la rodeas de un marco concreto, van a buscar la manera de identificarse con ello de primeras; es algo tan obvio y reconocible respecto a cómo ha funcionado esta dinámica por las consecuencias de cómo hemos sido inundado@s de creencias en la heterosexualidad como única opción durante siglos, que me sorprende que estos padres y madres no vean que sigue funcionando así. Con ésto quiero decir que cuantas más opciones más posibilidades de identificación se darán en las mentes de l@s niñ@s, lo cual me parece natural y sano. Ésto obligaría a desarrollar una nueva estrategia educativa para dar cabida a todas estas personitas y que pudieran vivir sus procesos de forma sana y segura. Pero parece que todo ésto es too much para Trump y los suyos.
Se valen de la simplificación o de poner el foco en los casos donde hay mayor dificultad para la integración, como en los de aquellas mujeres trans deportistas cuyas características físicas les supone una ventaja sobre el común de las mujeres biológicas. Lo cual puede suceder en algunos casos pero puede no suceder con otras mujeres trans, pero eso es ignorado en el debate de los anti.
O la situación en los WC, como he escuchado a personas lesbianas, que sin ser anti trans no les tranquiliza la posibilidad de que haya mujeres trans con genitales masculinos pululando por espacios que han considerado seguros a ese respecto hasta ahora. Ésto identificaría como violadoras potenciales a la totalidad de las mujeres trans, lo cual es injusto.
Mi conclusión es que, en general, es un movimiento de resistencia ante los cambios y la diversidad. No lo ven como natural ni positivo. Supongo que cuestiona sus creencias y eso les pone en una posición que no quieren vivir. Y aquellas personas que sí lo consideramos real y sano parece que tuviéramos que aguantarnos y vivirlo en secreto. Y la infancia parece que tampoco debe de tener la posibilidad de conocer realidades ajenas a la de sus familias, aunque existan.
Toda esta diversidad, pro y anti, existe. Y, visto lo visto, seguimos socialmente en el esquema mental de la ley del más fuerte. La educación en el respeto a la diversidad, incluso a la diversidad que existe dentro de los heterosexuales (religiosos o no, por ejemplo) parece que sería un buen antídoto para estas guerras, un punto de partida para una nueva sociedad más real. Pero parece que es la reducción lo que prefieren como un buen punto de partida en el trumpismo y aledaños. Piden respeto pero lo niegan al resto. Y ahí estamos.