Especulación urbanística
A Paca Blanco y los ecologistas, por “lo de la Isla de Valdecañas”: ¡Dios, qué buenos ciudadanos, si hubiera buenos dirigentes!

Unas palabras de agradecimiento y apoyo a Paca Blanco, militante histórica del ecologismo peninsular, en estos momentos agridulces de reconocimiento judicial de su causa y, a la vez, de acoso mediático.
Ingeniero, politólogo y periodista. Profesor jubilado de la Universidad Politécnica de Madrid. Premio Nacional de Medio Ambiente (1998)
18 feb 2022 07:00

Me dices, querida Paca, que esa sentencia del Tribunal Supremo ordenando la demolición del complejo turístico llamado “Isla de Valdecañas”, sobre el inmenso pantano homónimo, te está mortificando y prolonga la larga cadena de desdichas personales con que el proceso judicial te ha ido machacando. Ya que la satisfacción de ver la Justicia cumpliendo con su deber en defensa del territorio, la vida y la legalidad, casi desde el principio te viene siendo acompañada por la hostilidad, el insulto y las amenazas de quienes se dicen perjudicados.

¡Perjudicados por el funcionamiento de la justicia, que tiene narices la cosa! Perjudicados se dicen aquellos que compraron sus chalets sabiendo que no debían pero creyentes, al mismo tiempo, en la generalizada impunidad con que se burla la ley en nuestra amada tierra; los vecinos del entorno que, sin más visión ni escrúpulo, se ciñeron a las promesas, falsas, del maná ladrillesco; los dirigentes de la Junta de Extremadura, que se exhibieron de irresponsables conculcando la ley, y ahora tiemblan sólo de pensar en las indemnizaciones debidas a esos inocentes propietarios, que son cantidades que harían tambalearse la economía de la institución autonómica; y esos medios de comunicación que nunca dudan en ponerse del lado del capital, la inversión y los espejismos, y que ni escarmientan ni escarmentarán.

La satisfacción de ver la Justicia cumpliendo con su deber en defensa del territorio, la vida y la legalidad, casi desde el principio te viene siendo acompañada por la hostilidad, el insulto y las amenazas

Me dices, Paca amiga, que sientes pegada a tu sombra esa persecución, marca de infames, que reproduce, a tono y con los rasgos del tiempo, la caza de brujas de siempre, cosa de iluminados y cobardes. Y aunque sé de sobra que te sabes defender, también sé de las noches en vela que este acoso conlleva, mezcla de tristeza e indignación: por eso vengo a darte ánimos, a recordarte que estas cosas se repiten… y a que sigas adelante. Porque ya eres símbolo de decencia, arrojo y responsabilidad, todo ello en ecologista, o sea: en vigilante alerta por el interés general y el bien común. Perteneces a ese movimiento que supone, desde hace décadas, la verdadera (evitaré decir la única, como me pediría el cuerpo) oposición a un sistema socio-económico-político-cultural odioso, enfangado y criminal, que malea a los humanos, saquea la tierra y oscurece el futuro; y esto, casi siempre, como tributo enfebrecido a la codicia de los pillastres, al timo de los influyentes y al negocio de los privilegiados.

¿Y sabes lo que te digo, Paca tenaz, de ojos nobles enrojecidos de fatiga? Yo creo que el desfalco hecho a la tierra por esa “Isla” innombrable, ya se buscó su castigo al perpetrarse a la vista y sin pudor del padre Almanzor, uno de los dioses por más que poco vigentes y escasamente comprendidos de nuestro particular Olimpo, pero cuya ira ha acabado cayendo sobre esta patulea de pringaos, que anotaron la brisa entre los beneficios de la macrourbanización isleña, como alivio seguro en la canícula temible, don oportuno de ese Gredos que marca, unificándola en sus tristezas, a la vieja Iberia, abundante en maltratos, populosa en forajidos, pero también resistente a estos, a aquellos y a los de más allá.

Voy a recordarte, por lo que a la maltratada tierra extremeña se refiere, cuando hubo que afrontar al veneno radiactivo, sembrado por enemigos de cuidado. Y esta misma tierra, tan perjudicada por miserables como ennoblecida por ciudadanos sin miedo, arrojó a la palestra ingrata a un tal Juan Serna (que tan bien conocemos, tú y yo), que dijo no a la central nuclear de Valdecaballeros lo que, además de poner a Extremadura en el mapa de la España indómita (y ecologista), acabó siendo hermosa lección para tantos: a los héroes de la campaña, por mostrar que nunca los castillos son tan grandes como para que no puedan ser derribados, y a los que tramaron la insidia, que ante ellos surgía un guerrillero invencible, el antinuclear (y ecologista), que acabaría amargándole los años al todopoderoso sector eléctrico. Y, aunque, parco en palabras, como el campesino extremeño y universal siempre se muestra, el Serna histórico (a quien este cronista acompañó, encantado, en sus combates) no ha querido contar lo que sufrió y encajó durante años, aunque le quedaron heridas dolorosas.

Perteneces a ese movimiento que supone, desde hace décadas, la verdadera (evitaré decir la única, como me pediría el cuerpo) oposición a un sistema socio-económico-político-cultural odioso

Heridas, Paca sufriente e insumisa, que fueron sobre todo políticas (o sea, y para entendernos: como ahora) porque aquel triunfo fue aprovechado por quienes tenían en perspectiva otra formas, no siempre admirables, de luchar por la propia tierra, Fue cuando surgió Rodríguez Ibarra, el demagogo, que se alzó con el poder y, más por lustre propio que por compensar sus méritos, nombró a Juan Serna consejero de Obras Públicas y Urbanismo, para poco después expulsarlo y declararle odio eterno; del exilio que siguió proceden las (peores) cicatrices de nuestro Juan.

Del largo historial de Ibarra como reyezuelo de una Extremadura atrapada en esa dinámica tercermundista que tan claramente contemplamos hoy día, sólo voy a recordar, ahora, su hostilidad obsesiva contra los héroes y las heroínas de Villafranca cuando, ya en este siglo tan inquietante, dijeron que no al proyecto de refinería de petróleo en la comarca de Los Barros. Magnífica epopeya, ejemplo de organización, inteligencia y tenacidad, una historia que iluminó a sus protagonistas y humilló a sus enemigos, que acabaron mordiendo el polvo del fracaso y el ridículo.

Voces de Extremadura
Entrevistamos a la activista Paca Blanco

La activista, de 69 años, conversa con Saltamos Extremadura sobre su vida, su compromiso y su conciencia feminista.

Y hablando de ridículos y patetismos ―y sintiendo en el alma la decadencia entrópica de la gran mayoría de nuestros políticos y, concretamente, del clan extremeño en el poder―, no puedo dejar de lado el penoso papel que viene representando el presidente socialista Fernández Vara en esta historia de la “Isla de Valdecañas”, incapaz de reconocer los errores propios y de sus antecesores, de querer salvar esa vergüenza con argumentos exóticos y falaces, y sobre todo de asumir que ante la ley siempre hay que dar muestras de un mínimo de hidalguía y allanamiento, dando la cara y estando a la altura de las circunstancias.

Entrar en la historia, Paca legendaria, ha sido, siempre, camino arriesgado e incierto, con muchas menos rosas de color que espinas dolorosas

Voy a darte, Paca Blanco, espejo de generosidad (y puesto que te gano en años y me alcanzó antes que a ti la magia condolida de la tierra extremeña), una pista para que puedas contribuir, mucho y bien, a paliar los sufrimientos de Fernández Vara, que pese a todo es tu presidente y al que se le ve, no sé, falto de imaginación y hasta de luces. Le vas a decir que pida, a ti y a Ecologistas en Acción (organización a la que deberá dejar de considerar su verdugo y prometer leal colaboración y amistad), resolver juntos el lío de la urbanización ilegal que ha de ser demolida. Y le vais a hablar de cómo los ecologistas de España, en este caso, los baleares del GOB ya en los años de 1970, supieron eludir, con hábiles y elegantes procesos judiciales, las responsabilidades indemnizatorias de las administraciones tras paralizar (los ecologistas) ciertos proyectos, avanzados o concluidos, que comprometían a las instituciones imprudentes. Recuerdo varios de estos casos (ya que no me los perdí), como el de la playa de Es Trenc o el de la cala Mondragó que, tras denodado empeño de los activistas, por ser dramáticamente perjudiciales a la ecología mallorquina, fracasaron y ―ya digo que con fina inteligencia― no llegaron a dañar al erario público.

Y cuando te diga gracias, contéstale que de nada, que estás, tú y los ecologistas, para eso, o sea, para desfacer, con tino, los entuertos enrevesados de políticos gamberros, tanto si lo merecen como si no. Porque, Paca afligida y estupefacta, ya sabes que perteneces a esa tradición ejemplar, la ecologista, que es intratable, sí, con necios y miserables, pero también es generosa, sin distinguir demasiado. Estás en tu sitio, y has sabido estarlo, para honra y asombro de quienes te han seguido, apoyado y conocido. Y así debes continuar un poco más, restañando tus llagas y tendiendo la mano a esos que ahora tras conducta tan ominosa más lo necesitan.

Porque entrar en la historia, Paca legendaria, ha sido, siempre, camino arriesgado e incierto, con muchas menos rosas de color que espinas dolorosas.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Madrid
Cañada Real Habitantes de Cañada Real se manifiestan para señalar, por primera vez, al Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid
Los y las vecinas se han manifestado este domingo contra las políticas fallidas de todas las administraciones local, regional y estatal. que han actuado, o dejado de actuar, en este poblado de la periferia madrileña.
Almería
Medio ambiente La demolición del Algarrobico será “este mismo año”
El Gobierno ha publicado en el BOE el proceso de expropiación de la parcela. La ministra de Hacienda asegura que el derribo será “con o sin la colaboración de la Junta de Andalucía”.
Galicia
Galicia Vigo, A Coruña y Ourense compraron material policial a Israel por medio millón de euros en solo cuatro años
El alcalde ourensano, Gonzalo P. Jácome, adjudicó un contrato por 70.000 euros días después del siete de octubre. Abel Caballero firmó otro de más de 200.000 euros y la alcaldesa de A Coruña siguió la estela con un contrato de 170.000 euros.
Turquía
Pinar Selek “Turquía sigue gobernada en base al miedo”
La profesora y socióloga turca, quien ha sufrido además de cárcel, un acoso judicial por 27 años, habla de la falta de independencia del poder judicial, del adoctrinamiento social y de la formación de la sociedad turca.
Gasto militar
Gasto militar ¿De dónde sacará Sánchez el dinero para financiar el incremento del gasto en defensa?
La promesa de aumentar las partidas presupuestarias militares necesita redirigir 10.471 millones de euros para alcanzar el 2% del PIB. Cumplirlo este año abre a su vez un grave problema para hacerlo en 2026.
Eventos
Evento Un Salto al periodismo desde el barrio: acompáñanos en un directo sobre periodismo situado
El Salto organiza un evento centrado en el potencial de los formatos sonoros para transmitir información veraz y fiable de forma cercana. Para hacer periodismo desde el barrio y barrio desde el periodismo.

Últimas

Salud
El precio justo La nueva ley del medicamento o estrategias para bajar el precio de los genéricos (que son caros)
En España pagamos de media un 10% más por los medicamentos genéricos que consumimos que en el resto de la UE. Al mismo tiempo, nuestro gasto farmacéutico ha aumentado un 33% en la última década.
Galicia
Galicia Más de 200 colectivos exigen transparencia sobre la mina Doade y piden la intervención del Parlamento Europeo
Organizaciones de toda Europa, lideradas por SOS Suído-Seixo, exigen a Bruselas acceso a la documentación sobre la explotación prevista, denunciando opacidad, privilegios empresariales y riesgo ambiental en zonas protegidas de Galicia.
Laboral
Laboral Tres nuevos días de huelga para parar el ERE en Bridgestone
Los sindicatos de forma unánime convocan paros los días 24, 25 y 26 de abril y no descartan ampliar las acciones de lucha para evitar el despido de 546 trabajadores.
There Is Alternative
There Is Alternative De redes, software, cacharritos y todo lo que no sea Elon Musk | TINA #1
Primer programa del podcast There Is Alternative de El Salto Radio sobre el lado oscuro de la tecnología y sus alternativas éticas y responsables.
El Salto Radio
El Salto Radio A dos velas
El documental “A dos velas”, de Agustín Toranzo indaga en las causas de los cortes de suministro eléctrico sistemáticos e indiscriminados que varios barrios obreros de Sevilla vienen denunciando desde hace años.
Más noticias
Opinión
Opinión Priorizar bombas sobre camas de hospital
El presupuesto público parece tener siempre un límite cuando se trata de contratar personal o mejorar infraestructuras en Sanidad. Pero no lo tiene cuando se trata de gasto militar.
Opinión
Guggenheim Urdaibai Respuesta al Agirre Center: no participaremos en este juego con cartas marcadas
VV.AA.
El “proceso de escucha” se invalida a sí mismo al existir un plan ya elaborado y no publicado “de expansión discontinua del Guggenheim de Bilbao en Urdaibai”.
Comunidad de Madrid
Huelga de universidades públicas Con un gigantesco mural profesorado y alumnado exigen más inversión en las universidades públicas de Madrid
Después del encierro del pasado 7 de abril, una espectacular acción de la comunidad universitaria ha llamado la atención sobre el recorte de recursos que prevé el gobierno de Díaz Ayuso en su nueva ley de universidades.

Recomendadas

El Salvador
El Salvador El caso Ábrego García destapa el turbio pacto de Trump con Bukele
El joven salvadoreño no ha sido condenado ni en Estados Unidos ni en su país de origen, pero es uno de los cientos de personas con la vida pendiente de un hilo por las políticas de Trump y Bukele.
Siria
Siria Fragmentos de un retorno
Regresar no siempre es fácil. En estas misivas, los sirios Naoura A., residente en Francia, y Basem Al Bacha, residente en Alemania intercambian opiniones con motivo de la vuelta de Naoura a la ciudad donde se conocieron: Damasco.
Historia
Historia Miguel Martínez: “En Villalar, la izquierda arrancó los comuneros al franquismo”
Miguel Martínez, profesor de historia y literatura españolas en la Universidad de Chicago, analiza desde una óptica progresista la Edad Moderna, el momento histórico fetiche de las derechas españolistas.