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Elecciones autonómicas
La izquierda y la derecha en la línea de salida de las elecciones autonómicas
Unos días antes de Navidad, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha hecho pública una macroencuesta –la última del año– sobre las principales tendencias de voto autonómico de cara a las próximas elecciones, que tendrán lugar el 28 de mayo de 2023 en todas las comunidades autónomas, excepto Andalucía, Cataluña, Galicia, País Vasco y Castilla y León. Además, ese día se celebrarán las elecciones municipales, que servirán para elegir a los concejales de todos los ayuntamientos en España.
Estas elecciones, que suponen el inicio del ciclo electoral que comienza el próximo año, son de una extraordinaria importancia, puesto que, inevitablemente, fijarán el rumbo de las próximas elecciones generales, que se celebrarán –si todo va según lo previsto– apenas unos meses más tarde.
De las regiones que acudirán a las urnas, hay doce que están encabezadas por un Gobierno del PSOE, mientras que sólo en dos de ellas –en la Comunidad de Madrid y en la Región de Murcia– es el PP quién está al frente del Gobierno. Por su parte, en Cantabria es el PRC quién, en coalición con los socialistas, encabeza el Gobierno de la región.
Dicho de otra manera, es el PSOE quien más se juega en estos comicios, que pondrán a prueba la fortaleza de los barones del partido más críticos con el Gobierno de Sánchez –Page en Castilla-La Mancha o Lambán en Aragón– y, a la vez, aunque pueda parecer paradójico, tendrán un cierto aire plebiscitario sobre la labor del Gobierno de coalición. En resumen, si el PSOE y Unidas Podemos –o en lo que se termine convirtiendo este espacio– quieren volver a repetir un Gobierno como el actual es fundamental obtener un buen resultado en estas elecciones. Así pues, cabría preguntarse: ¿en qué condiciones afronta la izquierda esta cita electoral?
La encuesta del CIS muestra cuál es el punto de partida de los diferentes partidos políticos en cada una de las regiones. Sin embargo, también señala el estado de ánimo de la ciudadanía en cada una de ellas, haciendo referencia a cuestiones como la satisfacción –o la insatisfacción– con la situación de cada comunidad autónoma, la valoración de la labor de los presidentes autonómicos y su Gobierno u otras de carácter más específico, como la situación de la vivienda, los servicios públicos, etcétera.
En lo relativo al grado de satisfacción, es en Extremadura donde la población peor valora la situación de su región, con cerca de un 50% de sus habitantes que señalan esta como «Mala» o «Muy mala», y la gestión de su presidente, Guillermo Fernández Vara. En el caso de la Comunidad de Madrid, destaca lo polarizado de su situación política, al haber muy poca gente que se posicione en un punto intermedio tanto en la valoración de la situación de la región como en lo relativo a la gestión de su presidenta, Isabel Díaz Ayuso.
Por otra parte, esta encuesta también señala el grado de satisfacción en cada una de las comunidades autónomas con una serie de aspectos relativos al día a día de sus habitantes, indicando cuáles son las principales problemáticas de cada región. En cuanto a la facilidad para encontrar un trabajo, por un amplio margen, tanto Extremadura como Asturias serían aquellas con una mayor insatisfacción. En lo que respecta a la facilidad para encontrar una vivienda asequible, son las Islas Baleares y la Comunidad de Madrid las dos regiones más insatisfechas, especialmente la primera.
Por último, con respecto a la satisfacción con la salud y los servicios sanitarios, la Comunidad de Madrid, que se encuentra inmersa desde hace varias semanas en un ‘otoño caliente’ de huelgas y protestas en defensa de la sanidad pública, es la región donde sus habitantes se encuentra más insatisfechos, seguida de Castilla-La Mancha.
Ahora bien, más allá de esta serie de indicadores, ¿cuál es la proyección del CIS para cada una de las diferentes comunidades autónomas? ¿Quién ganará? En la propia encuesta queda señalado que sus estimaciones «no son en ningún caso una predicción de resultados», sino que su objetivo es el de ofrecer un diagnóstico y una medición aproximada del apoyo a las diferentes formaciones políticas. Sin embargo, la encuesta no ofrece una estimación de voto estimado, sino que su estimación consiste únicamente en una asignación de escaños a través de horquillas.
La situación en la Comunidad de Madrid
En la Comunidad de Madrid, que tuvo sus últimas elecciones durante el pasado año con una victoria arrolladora de Ayuso, la estimación de escaños del CIS muestra un resultado que está bastante alejado de lo que muestran el resto de encuestas. En ella, el PSOE obtendría entre 31 y 38 diputados en la Asamblea de Madrid, mientras que Más Madrid obtendría entre 21 y 25.
Incluso en la horquilla más baja del PSOE y la más alta de Más Madrid, los socialistas se encontrarían a una distancia muy considerable respecto de Más Madrid. Algo que, teniendo en cuenta que en las últimas elecciones la formación liderada por Mónica García se hizo con el segundo puesto y que, según todas las encuestas publicadas durante los últimos meses, su partido aumentaría la distancia con los socialistas en 2023, resulta difícil de creer. Además, Vox obtendría entre 7 y 9 diputados, lejos de los 13 de las últimas elecciones, mientras que Ayuso, que se quedó muy cerca de la mayoría absoluta con 65 diputados, obtendría ahora entre 55 y 67; una horquilla demasiado amplia que, en su valor más bajo, abriría la posibilidad a un Gobierno de izquierdas.
Ahora bien, aunque aún quedan varios meses para que se acerquen las elecciones y, por lo tanto, aún hay espacio para las sorpresas, una estimación como esta resulta, en estos momentos, poco realista.
Extremadura, ¿en peligro para el PSOE?
La situación política en Extremadura es la de un profundo descontento, tanto con el Gobierno de la región como con la figura de Guillermo Fernández Vara. En este sentido, la estimación de escaños del CIS augura un resultado que, salvo en su horquilla más alta, implicaría un retroceso del PSOE y la posible pérdida de la mayoría absoluta y del Gobierno de la Junta de Extremadura, que ostenta desde 2015, al obtener entre 24 y 32 diputados.
Por su parte, los populares, que obtuvieron 20 diputados en las últimas elecciones, obtendrían entre 26 y 35 diputados, absorbiendo por completo a Ciudadanos, que desaparecería de la Asamblea de Extremadura. En este sentido, el PP podría llegar a ser quien capitalice el descontento de los habitantes de Extremadura que muestra la encuesta. No obstante, aunque el resto de encuestas muestran un resultado ajustado entre ambos bloques, la izquierda aún contaría con una cierta ventaja.
La Comunidad Valenciana, Aragón o Castilla-La Mancha
Más allá de Extremadura y la Comunidad de Madrid, las regiones donde hay más en juego para los dos principales partidos son la Comunidad Valenciana, Aragón o Castilla-La Mancha. En la primera de ellas, donde el CIS muestra un resultado muy abierto, con horquillas muy amplias para los dos principales partidos, los populares tratarán de recuperar la Generalitat en el que ha sido un feudo histórico de la derecha hasta hace unos años, acabando así con el Botànic de Ximo Puig.
En Aragón, la horquilla del CIS para el PSOE está entre 27 y 40 diputados, cuando la mayoría absoluta se encuentra en los 34 diputados y el resto de encuestas le sitúa en torno a los 20 diputados, por lo que esta estimación es, de nuevo, muy poco realista.
Sin embargo, lo que sí muestran el resto de encuestas en Aragón es un escenario muy abierto donde Javier Lambán podría llegar a perder el Gobierno de Aragón, compuesto por un cuatripartito entre el PSOE, Podemos, la Chunta Aragonesista y el Partido Aragonés, o llegar a estar en manos de estos últimos y de Teruel Existe, que se convertirían en la llave que decidiría qué bloque se haría con el Gobierno de Aragón.
Por último, en Castilla-La Mancha, el CIS también abre la puerta a la posibilidad de que Emiliano García-Page pierda el Gobierno de la Junta de Castilla-La Mancha, aunque sólo en su horquilla más baja. Este resultado, que se sitúa en la línea de lo que muestran el resto de encuestas publicadas durante los últimos meses, ofrece una explicación a las recientes declaraciones de Page, que habría podido decidir confrontar con el Gobierno de Pedro Sánchez para evitar perder a los votantes más moderados en favor del PP y, con ello, su posición como presidente de Castilla-La Mancha.
En definitiva, nos encontramos ante un escenario aún muy abierto, en el que la izquierda –con el PSOE a la cabeza– aún tiene posibilidades de revalidar el Gobierno de la mayoría de comunidades autónomas. Sin embargo, en algunas regiones la ventaja entre ambos bloques ideológicos empieza a ser muy escasa, por lo que el resultado podría llegar a depender de un puñado de votos.
Ante unos comicios donde la lógica nacional impregnará la dinámica de las elecciones, el viento de cola que sople a nivel nacional determinará su resultado. Si Feijóo consigue remontar en las encuestas, convirtiéndose en una alternativa creíble a Sánchez –como ya llegó a ocurrir antes del verano–, la Comunidad Valenciana u otras regiones podrían llegar a caer del lado de la derecha, asegurando el impulso de los populares de cara a las próximas elecciones generales y, con ello, el camino a Moncloa.