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Nicolás Maduro ha conseguido que el fracaso de la Operación Gedeón del pasado 3 de mayo y la revelación del contrato firmado por Juan Guaidó con los mercenarios de Silvercorp USA Inc para derrocar al Gobierno venezolano le dieran un respiro.
Uno más, porque cada intentona golpista fracasada de Guaidó ha supuesto mayor división interna y menor credibilidad de la oposición, aportando tiempo y margen de maniobra a Maduro.
Venezuela
Juan Guaidó, acusado de “incumplimiento de contrato” por los mercenarios a los que contrató
A pesar de ser apoyado explícitamente por EE UU y por decenas de países a los que la Administración Trump presionó de forma poco sutil, y a pesar de recibir millones de dólares de Washington y de ricos empresarios venezolanos, colombianos y españoles, Guaidó ha demostrado ser incapaz de mantener unida a la oposición y de ofrecer un programa de gobierno alternativo al de Maduro.
Tal como ha quedado claro por la reconstrucción cronológica de su gestión desde que se proclamara 'presidente encargado' el 23 de enero de 2019 hasta la fecha, tanto Guaidó como Leopoldo López y su entorno —ambos del partido Voluntad Popular— descartaron en todo momento cualquier tipo de diálogo político y de búsqueda de una salida negociada a la crisis.
La vía violenta callejera iniciada ya por Leopoldo López y Corina Machado años antes, desde 2014, se fue abriendo paso cada vez más en el seno de la dividida y variopinta coalición opositora, la Mesa de Unidad Democrática (MUD), desplazando a Henrique Capriles, el líder que esta logró consensuar por primera vez en 2012 tras años de división.
Venezuela
La letra pequeña del contrato que firmó Juan Guaidó para “capturar/matar” a Nicolás Maduro
En la segunda parte de su investigación sobre el último frustrado ataque contra Nicolás Maduro, el periodista Roberto Montoya analiza las exhaustivas cláusulas del contrato firmado por Juan Guaidó con la compañía de mercenarios estadounidense Silvercorp.
Fue una vía sin retorno. La línea más ultra, con fuerte apoyo de sectores empresariales venezolanos, colombianos, y de los gobiernos de EE UU, Colombia y otros países, se hicieron con el control de la oposición, convencidos de que Maduro caería a corto plazo.
No cabe duda de que ese sector más duro de la oposición política venezolana y ex altos cargos militares desertores que se encuentran en Colombia o en Estados Unidos volverán a intentar una operación militar para derrocar al Gobierno de Maduro.
Los militares que desertaron creyendo las promesas de sus jefes viven ahora miserablemente en Colombia abandonados a su suerte
Los cientos de jóvenes soldados que desertaron y se pasaron a Colombia siguiendo a sus jefes que les prometían un mundo mejor y que inicialmente fueron tratados como héroes, viven ahora miserablemente en el país vecino, abandonados a su suerte tras los fracasos de intentonas golpistas. Muchos de ellos pueden ser carne de cañón fácil para apuntarse a nuevas aventuras bélicas.
Maduro ha dicho públicamente el pasado 14 de mayo que su Gobierno sabe que en Colombia permanecen grupos de militares rebeldes y mercenarios entrenándose a la espera de una nueva oportunidad para intentar otro golpe de Estado.
“Se están conformando en Colombia nuevos grupos de sicarios, mercenarios y terroristas. Tenemos los nombres, el lugar donde están, quiénes los protegen y todo apunta a Iván Duque otra vez”, dijo.
Con el fracaso de la patética y suicida Operación Gedeón que tanto los mercenarios como militares rebeldes decidieron seguir adelante a pesar de que Guaidó desconfió de su resultado y se echó atrás, Maduro ha conseguido al menos por el momento reforzar la unidad de las fuerzas armadas venezolanas.
Muchos se lo pensarán dos veces antes de embarcarse en una aventura bélica como esta última, donde se han mezclado, como ya viene siendo habitual, los intereses de políticos, empresarios, militares que se han rebelado por distintas causas, mercenarios, paramilitares colombianos y mercenarios estadounidenses. Máxime cuando la contrainteligencia venezolana ha demostrado gran eficacia para desarticular ya varias conspiraciones.
EE UU se ha desvinculado de la última intentona golpista, pero exige a Venezuela la repatriación de los dos mercenarios estadounidenses capturados
El Gobierno de Estados Unidos se ha desvinculado de la Operación Gedeón. “Yo no enviaría un grupito de personas, no, no, lo llamaría Ejército”, dijo Trump en una entrevista a Fox News. En tono de burla añadió: “Sería un poquito diferente, lo llamarían invasión”.
Sin embargo, su secretario del Departamento de Estado, Mike Pompeo, se mostró muy preocupado por la suerte de los dos mercenarios de Silvercorp participantes de la intentona golpista fallida y detenidos por las fuerzas bolivarianas: “Si el régimen de Maduro decide retenerlos, utilizaremos todas las herramientas que tengamos disponibles para tratar de traerlos de regreso”.
Menos de un mes y medio antes, el 26 de marzo, EE UU había lanzado su oferta de recompensa de 15 millones de dólares por la cabeza de Maduro y sus principales ministros y generales acusándolos de 'narcoterrorismo' y pocos días después, el 3 de abril, anunciaba que duplicaría el número de barcos militares y tropas en las costas de América Latina .
Según Washington, el objetivo era “luchar contra el tráfico de drogas” en el este del Océano Pacífico y el mar del Caribe, abarcando así especialmente a Venezuela y México.
A pesar de que la pandemia del covid-19 comenzaba a hacer estragos en EE UU y ya se habían producido las primeras 4.700 muertes y 200.000 contagios, Trump no descuidaba a Venezuela y ordenaba amplias maniobras navales frente a las costas venezolanas y mexicanas.
“Hoy EE UU está fortaleciendo sus operaciones contra las drogas en Latinoamérica para proteger al pueblo estadounidense del azote mortal de las drogas. No dejaremos que los carteles del narcotráfico se aprovechen de esta pandemia para amenazar la vida de los estadounidenses”, anunciaba Trump en rueda de prensa.
Por si quedara alguna duda sobre el objetivo real de esas maniobras, que incluyeron el despliegue de destructores, aviones de combate y helicópteros, el secretario de Defensa estadounidense, Mark Esper, declaraba junto a Trump: “El régimen ilegítimo de Maduro en Venezuela se nutre del dinero que le llega de la venta de droga para mantener su poder opresor”.
El Comando Sur amenaza con impedir la llegada a Venezuela esta semana de cuatro buques cisterna iraníes transportando millones de litros de combustible
Por su parte, el jefe del Comando Sur de EE UU, el almirante Craig Faller, advirtió el pasado 18 de mayo que varias naves de guerra estadounidenses estaban en “máxima alerta” en el Caribe ante la llegada en los próximos días a Venezuela de buques cisterna iraníes portando combustible para ese país.
La crisis que vive la petrolera gubernamental venezolana PDVSA, asfixiada por el congelamiento de sus activos en el exterior por EE UU y por las sanciones impuestas a quienes transporten petróleo venezolano, han provocado una aguda crisis energética en el país que tiene las mayores reservas de crudo del mundo.
Faller acusó a Irán, China y Rusia de “querer reescribir el actual orden mundial” apoyándose en “narcodictaduras como la venezolana”. El Gobierno de Maduro ha respondido por su parte que barcos y aviones de la Fuerza Armada Venezolana “escoltará a las embarcaciones iraníes al entrar próximamente en la zona económica exclusiva de Venezuela”.
Los buques cisterna Fortune, Faxon, Petunia, Clavel y Forest partieron el pasado 30 de marzo del puerto de Bandar Abbas, en el Golfo Pérsico, transportando un total de 127 millones de litros de gasolina y 800.000 barriles de hidrocarburos, insumos y aditivos, con los que se podrían cargar los depósitos de 500.000 vehículos venezolanos por semana.
A EE UU le preocupa que este abastecimiento por parte de Irán resquebraje el bloqueo que impone a Venezuela. A inicios de mayo llegaron a Venezuela aviones iraníes portando catalizadores y otros equipos para poder reactivar el que fuera el mayor complejo refinador de petróleo del mundo, el de Praguaná.
Reino Unido se suma al boicot a Venezuela y rechaza devolverle 31 toneladas de oro depositadas en el Banco de Inglaterra
El embajador de Venezuela ante la ONU, Samuel Moncada, anunció el pasado 20 de mayo que su país llevará a juicio al Banco de Inglaterra “por robar 31 toneladas de oro” que el Gobierno venezolano tiene depositado en custodia en esa entidad financiera.
“¡Una alerta al mundo para nunca más confiar en estos piratas del siglo XXI!”, escribió el embajador en su cuenta de Twitter.
El Gobierno de Maduro lleva dos años intentando rescatar los lingotes de oro que en un momento depositó en el Banco de Inglaterra, y que hoy necesita más que nunca. El banco central británico tomó esa decisión por presión de la Administración Trump. En noviembre de 2018 Donal Trump firmó un decreto ejecutivo para imponer otra tanda de sanciones contra Venezuela y entre ellas figuraban duras restricciones a la industria minera del oro venezolano,
El Banco de Inglaterra ahora exige 'garantías' a Venezuela de que esas 31 toneladas de oro propiedad del Estado venezolano no vayan a ser utilizadas “en beneficio personal del presidente Maduro y su entorno”.
Maduro tiende la mano a la oposición
En ese contexto de cerco político, económico, financiero, diplomático y con militares y desertores entrenándose en campamentos en zonas fronterizas colombianas esperando una nueva oportunidad para intentar otro golpe, Maduro intenta rentabilizar políticamente la crisis interna de la oposición.
Desde hace meses muestra su talante más negociador elogiando y dando protagonismo a la oposición 'moderada'.
En enero pasado ya aprovechó la división interna producida en el seno del bloque opositor de la Asamblea Nacional —mayoritario en el hemiciclo— que había dado lugar a un cuestionamiento del liderazgo de Guaidó por parte de numerosos parlamentarios.
Siguiendo la máxima del “divide y vencerás” los diputados del bloque gubernamental respaldaron con su voto al bloque de la oposición crítico con Guaidó, y en una turbulenta sesión parlamentaria llena de irregularidades se aupó a la presidencia de la Asamblea Nacional a Luis Parra, líder del partido Primero Justicia.
Guaidó calificó de fraude esa votación y en otra sesión parlamentaria ese mismo día se hizo a su vez reelegir por los suyos como el 'presidente legítimo' de la AN. Así quedaron conformadas dos cámaras legislativas paralelas, aunque en realidad la única cuyas decisiones son vinculantes es la tercera, la Asamblea Nacional Constituyente, presidida por un peso pesado del chavismo, Diosdado Cabello.
Son varios los partidos opositores, además de Primero Justicia, que a pesar de ser sumamente críticos con el Gobierno han aceptado mantener una mesa de negociación con este, distanciándose totalmente de Guaidó y el resto de opositores. De esta forma la división de la oposición se ha formalizado e institucionalizado.
Luis Parra ha reclamado en nombre de 'su' Asamblea Nacional que se investigue a Guaidó por su relación con la Operación Gedeón y ha rechazado toda injerencia extranjera para resolver los problemas de Venezuela. “Exigimos la devolución de los capitales y bienes de Venezuela congelados en el exterior para que se pueda hacer frente a la pandemia del covid-19”, dijo.
A pesar de la desconfianza que el Gobierno de Maduro le merece a este sector de la oposición, desde hace meses se ha logrado mantener una mesa de diálogo y ambas partes habrían logrado consensuar el inicio de un proceso que permitiera renovar con garantías a los miembros del polémico Tribunal Supremo de Justicia.
Igualmente el Gobierno se mostró dispuesto a preparar las condiciones para poder convocar elecciones presidenciales. La irrupción del covid-19 ha alterado el proceso, como en muchos países, aunque no lo ha paralizado totalmente.
Siguiendo la 'tradición' del sector más intransigente de la oposición, Guaidó y su equipo rechazaron participar de cualquier mesa de negociación aduciendo que 'el régimen' solo quería ganar tiempo, pero que esas reuniones no conducirían a nada. Su única propuesta alternativa: la formación de un “Gobierno de Emergencia Nacional”… en el que no participe Maduro. Y es, claro, la alternativa que apoya Estados Unidos.
Frente común ante el Covid-19
A fines de marzo pasado, más de un mes antes de que se produjera la fallida invasión anfibia, Nicolás Maduro había hecho un amplio llamamiento a la oposición: “Como ciudadano de este país estoy listo para hablar con toda la oposición, con parte de ella, o con quien quiera hablar para llegar a acuerdos que favorezcan y protejan a nuestro pueblo por encima del sectarismo, la politiquería y los orgullos”, dijo por televisión.
Maduro mencionó especialmente a dirigentes 'moderados' de la oposición, a Henrique Capriles (Primero Justicia), a Henry Ramos Allup (Acción Democrática) y a Manuel Rosales (Un Nuevo Tiempo), pero dijo que todos estaban invitados a dialogar: “Si ustedes no me reconocen como presidente no me importa, lo que me importa es que reconozcan la necesidad de proteger al pueblo y cese la conspiradera y se levanten las sanciones contra los venezolanos”.
Paralelamente, el Parlamento de Mercosur viene acogiendo las reuniones de la Comisión de Diálogo entre el oficialismo y dirigentes de la opositora MUD, con presencia de la Iglesia católica como “observadora de buena fe”.
Participan incluso cancilleres de países hostiles a Maduro, como Brasil, Colombia y Ecuador, que lo hacen en representación de Unasur.
Para los más escépticos, todas esas negociaciones conducirán nuevamente a un fracaso. Consideran que solo le permiten a Maduro ganar tiempo. Sin embargo, son cada vez más los sectores críticos al Gobierno que insisten en que hay que persistir en el intento, que después del fracaso de la Operación Gedeón se muestra más que nunca que la negociación es la única salida para la crisis venezolana.
Maduro está tomando también iniciativas para contrarrestar los informes de organismos humanitarios y medios de comunicación internacionales sobre los millones de venezolanos que se han visto obligados a abandonar Venezuela a causa de la crisis económica.
Desde hace tiempo ha lanzado la campaña Vuelta a la Patria que atrae a miles de emigrantes que no han encontrado acogida ni en Brasil, Colombia, Ecuador ni otros países de la región, sino explotación laboral e incluso rechazo y hostilidad de mucha gente de esos países que vive miserablemente y que ve a los emigrantes venezolanos como competidores en el mercado laboral y en el uso de los raquíticos servicios sociales públicos.
A pesar de su intento, en un momento de crisis económica profunda como la que vive Venezuela, en su tercer año de hiperinflación, acosada económica, financiera y políticamente, mucho tendrían que cambiar las cosas para que la operación Vuelta a la Patria tenga posibilidades de facilitar la vuelta al país en condiciones dignas a los millones que emigraron.
Ni España ni la UE han cambiado su postura sobre Guaidó después de revelarse su contrato con mercenarios para derrocar a Maduro por la fuerza
El Gobierno español al igual que sus homólogos de la Unión Europea y de las otras docenas de países que reconocieron hace más de un año como legítimo 'presidente encargado' a Juan Guaidó no parecen haber cambiado de actitud hacia él tras conocerse el contrato firmado con los mercenarios de Silvercorp USA Inc para “capturar/detener/matar” a Maduro y hacerse con el poder.
Hasta ahora España y la UE asisten impasibles a todas las agresivas medidas unilaterales e ilegales según el derecho internacional que aplica la Administración Trump contra el Gobierno de Venezuela.
Venezuela
Roberto Montoya: “Esto es un golpe de Estado en toda regla”
Para el periodista Roberto Montoya, la autoproclamación de Juan Guaidó y el reconocimiento en cadena de su figura solo puede calificarse de “golpe de Estado”. El ex director de la sección de Internacional de El Mundo señala la responsabilidad de Pedro Sánchez, quien “se ha sumado obedientemente a las direcciones que venían de la administración Trump”.
Una vez más Europa demuestra la falta de una política exterior y de seguridad independiente.
No hace falta apoyar políticamente al Gobierno de Maduro para adoptar una postura firme de condena a las agresiones de EE UU en la ONU y en todos los foros internacionales.
España y la UE tendrían todavía ahora una gran oportunidad para jugar un rol realmente activo en busca de una solución política negociada e impedir el bloqueo imperialista.
Josep Borrell, alto representante de la UE para la Política Exterior, ha presentado como gran logro la convocatoria de una Conferencia de Donantes para este mismo mes para ayudar en la crisis de los refugiados.
Pero el objetivo no es recaudar dinero para contrarrestar el bloqueo que sufre Venezuela y apoyarla en su lucha contra el covid-19 en tan difíciles circunstancias, sino para ayudar económicamente a los países vecinos donde hay refugiados venezolanos.
“La conferencia apoyará a los vecinos de Venezuela que están recibiendo niveles sin precedentes de refugiados”, explicó Borrell.
La conferencia ha sido promovida por España y la UE con el apoyo de las agencias con las que cuenta Naciones Unidas para las migraciones (OUIM) y para los refugiados (ACNUR).
España tiene una oportunidad para mostrar su propio perfil diplomático ante esta crisis y rectificar la actitud que tuvo Pedro Sánchez en enero de 2019 al dar un 'ultimátum' a Maduro para que convocara inmediatamente elecciones, y la actitud que tuvo tres meses después al acoger en la embajada en Caracas al golpista y prófugo de la Justicia Leopoldo López.
La derecha y ultraderecha española sigue calificando al actual gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos de “dictadura bolivariana comunista” y lo seguirá haciendo porque le resulta útil políticamente en clave nacional.
Sin embargo después de las revelaciones sobre el contrato firmado por Guaidó con los mercenarios de Silvercorp USA Inc lo tendrá más difícil para seguirlo llamando “presidente democrático y legítimo de Venezuela”, al que rindieron grandes homenajes y a quien entregaron las Llaves de Oro de Madrid.
A pesar de la proliferación de medios independientes y redes sociales la batalla sigue siendo totalmente desigual. Este blog intentará con sus análisis, principalmente centrados en temas de geopolítica, estrategia internacional y derechos humanos, aportar en esa lucha desde esta trinchera de El Salto.
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No hace falta conocer la realidad venezolana, basta conocer cuáles son las reglas internacionales, que deben ser iguales para todos; el simple sentido común para saber si una persona puede autonombrarse presidente de algo, así sea de la junta de condominio del edificio donde se habita, y ahora, por si faltaba, algo, ver el contrato de Guaidó para la parodia de invasión.
Una persona puede autonombrarse presidente...¡y ser reconocido por 60 países, claro!. Más la OEA y UE. Pequeño detalle que vd. omite.
El sistema de derecho internacional no admite reconocimiento de gobiernos, sino de estados.
Yo puedo nombrarme la reina de los mares. Si mis colegas e interesados me apoyan.... ¿Eso me da derecho a gobernar los mares del resto?
Venga, que ya somos adultos
Este hombre no conoce la realidad de Venezuela, quizás debería viajar hasta allá y pasar una semana para ver si escribe lo mismo después
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