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Educación
El Gobierno Vasco elige a Microsoft para privatizar los datos de los colegios públicos y renuncia a la soberanía digital
En las negociaciones sobre el devenir de la Ley Vasca de Educación existe un factor determinante que no se ha puesto sobre la mesa: la titularidad de las plataformas tecnológicas sobre las que se erigen los centros educativos públicos. Bajo retóricas tecnoutópicas sobre la digitalización, el Gobierno Vasco ha destinado, sin realizar debate público alguno, tres millones de euros en cinco años para que sean empresas privadas como Microsoft quienes gestionen los datos de miles de estudiantes. Si bien los partidos de la oposición, EH Bildu y Elkarrekin Podemos-IU, comparten una posición crítica con esta privatización encubierta, los distintos debates parlamentarios y las lógicas de la política institucional han impedido politizar una cuestión central para el futuro de la educación y de la soberanía digital en Euskal Herria.
Digitalización de la educación significa privatización
Los datos recopilados por Hordago-El Salto hablan de cifras millonarias y muestran los sobrecostos asociados con estas externalizaciones. Hasta el momento, el Gobierno Vasco ha firmado dos grandes acuerdos con Microsoft, una de las grandes multinacionales de Silicon Valley, por valor de 18 millones de euros (15 millones entre 2018 y 2020; 3 millones en 2017) para que asuman el control de las infraestructuras tecnológicas. Según ambos pliegos, se contrata a Microsoft para paliar y responder a “necesidades” de la Administración General del Gobierno Vasco, entre ellas, las Redes Sectoriales de Justicia, Sanidad, Seguridad, Educación, la Sociedad Informática del Gobierno Vasco (EJIE) y los Servicios de Correos. Esto es, la gestión tecnológica del lehendakari Iñigo Urkullu se ha limitado a entregar la soberanía digital a una empresa situada en Palo Alto.
Esta serie de contratos se suma a los 3,237 millones de euros por un periodo de cinco años para el “Licenciamiento de Productos Microsoft para Educación”. Al menos desde 2015, la empresa fundada por Bill Gates y el Gobierno Vasco, liderado por Iñigo Urkullu, han firmado contratos en el ámbito de la educación. Ese año, del primero en el que hay constancia pública de un contrato entre ambos, Hordago-El Salto ha podido comprobar que se pagaron 698.109 euros en concepto de “Enterprise Agreement Subscription (EAS) de Microsoft para Educación 2015”. Es decir, un paquete de licencias de la tecnológica. Contratos similares se han repetido en 2018, 2019, 2020 y 2021, con montantes de 518.490, 677.576, 684.186 y 658.968 euros, respectivamente.
“Nos encontramos ante una no muy sutil privatización de la educación. Un negocio que no sólo consiste en vender hardware o software a los centros, sino que también se comercializa con los datos del alumnado,” afirma Nagore Iturrioz (Steilas)
Las adjudicaciones de 2018, 2019 y 2020 recayeron en Specialist Compute Centres (SCC), la empresa tecnológica privada más grande de Europa. Su fundador, Peter Rigby, es una de las personas más ricas de Gran Bretaña, llegando a poseer varios aeropuertos, como el de Exeter o Norwich. A SCC fueron a parar tres contratos que, sumados, alcanzan 1.880.252 euros. Por su parte, Academic Software BV es la empresa que comerció el paquete de licencias de Microsoft en 2021. Se trata de una parte de los servicios de una empresa francesa, Signpost Group, que hace “acompañamiento” en TIC (Tecnología de la Información y la Comunicación).
La mitad de los estudiantes vascos, en la base de datos de Microsoft
Sin saberlo, casi 200.000 personas, las matriculadas en los centros públicos están obligadas a ceder sus datos a Microsoft. Un 51% del total del alumnado de la educación vasca pertenece a la red pública y un 49% a colegios concertados o privados —ikastolas, centros religiosos y, en menor medida, unos pocos relacionados con el Opus Dei—. Esto es, un 51% de los estudiantes de Euskadi están en las bases de datos de Microsoft, quien los comercializa y gana increíbles cantidades de dinero por ello, o, están obligados a utilizar los servicios digitales de esta empresa sin poder escoger una alternativa pública.
“Digamos que nos encontramos ante una no muy sutil privatización de la educación. La educación es un apetecible nicho de mercado, un negocio que no sólo consiste en vender hardware o software a los centros, sino que también se comercializa con los datos del alumnado,” afirma Nagore Iturrioz, portavoz del sindicato Steilas. Este es un negocio redondo, ya que gigantes como Microsoft pueden vender el pack completo, desde programaciones, material didáctico y ejercicios hasta enlaces a páginas web o sistemas de evaluación. “De esta forma fidelizan al alumnado, pero sobre todo hacen imposible que nadie se escape de su ecosistema informático, ya que alumnado y profesorado, junto con las familias, se convierten en rehenes de estos gigantes informáticos'', concluye Iturrioz.
Alternativas de código abierto
El desembarco de Microsoft en la Educación vasca ha venido de la mano de una inversión millonaria. Con las puertas abiertas, las grandes tecnológicas han llegado a las aulas. Andrea Alfaro, autora del libro Manual de supervivencia para madres y padres en tecnologías y redes sociales, apuesta por debatir sobre la ética tecnológica: “¿Y si ahora Microsoft pusiera una nueva condición que tuviéramos que cumplir para usar su software? Nos la tendríamos que comer con patatas porque está instalado en más del 70% de los centros escolares en el Estado español. Por eso tenemos un gran reto aquí, infraestructuras públicas que garanticen la soberanía de los datos y las tecnologías”.
A este respecto, la Comunitat Valenciana es la única región en toda la Unión Europea que ha diseñado herramientas de código abierto para proteger la privacidad de sus estudiantes. En Euskadi, algunos colegios e institutos han dado pasos en esa dirección, por ejemplo en Tolosa y en el IMH (Campus de Fabricación Avanzada y Digital) de Elgoibar, que se han alejado de la dependencia de las empresas estadounidenses. Alfaro destaca también el trabajo de Aitor López de Aberasturi, en Gasteiz: “Lleva siete años trabajando como profesor de informática en el centro Diocesanos y ha impulsado el sistema operativo de software libre Linux, con el fin de poder disponer de programas y aplicaciones informáticas en euskera”.
“¿Y si ahora Microsoft pusiera una nueva condición que tuviéramos que cumplir para usar su software? Nos la tendríamos que comer con patatas porque está instalado en más del 70% de los centros escolares en el Estado español", explica Andrea Alfaro
Algo similar ha ocurrido en Andalucía, donde se han desarrollado proyectos para propulsar una reflexión y un debate público sobre las tecnologías, como el programa GRITE. En casi todas las comunidades se ha realizado alguna iniciativa fuera de las grandes tecnológicas. “Lo que pasa es que no invertimos en infraestructuras públicas en este sentido”, apunta Andrea Alfaro. Esto no puede depender de la voluntad de algunas personas que quieren cambiar las cosas ellas solas sin publicidad o apoyo institucional. En este sentido, no hay que olvidar que el Gobierno de España también ha firmado contratos con estas tecnológicas para la digitalización general del país.
La única excepción al respecto la encontramos en la Generalitat de Catalunya y su proyecto barcelonés Xnet, que no abre los telediarios pero ha conseguido desplegar herramientas alternativas de la máxima calidad mediante una inversión de 140.000 euros, una cantidad nimia en comparación con los millones que se externalizan a Microsoft Education, por ejemplo desde el Gobierno Vasco. “Hemos simplificado y parametrizado las herramientas de software libre, como Moodle o Next Cloud, para que sean fácilmente utilizables por el profesorado y no existan problemas de implementación”, comentaba Cecilia Bayo, miembro del grupo de padres y madres aliados con Xnet para la democracia digital en las escuelas, en una conferencia organizada por Euskal Herria Digital. También apuntaba la potencialidad de las herramientas libres en los proyectos piloto alternativos que han implantando en hasta tres centros catalanes y subrayaba la importancia de entender la relación entre las tecnologías y las cuestiones pedagógicas más allá de las puramente materiales sobre la infraestructura, para evitar caer en el mantra solucionista que imponen las herramientas de Silicon Valley.
Debate en la oposición
¿Es este el futuro de la educación que quiere la izquierda vasca? Para EH Bildu, “no podemos dejar la educación pública en manos del mercado”. Lorea Martínez Axpe, diputada de este grupo político, apuntaba a la creación de un software libre como modelo de gestión de las plataformas digitales públicas y criticaba la negativa a implementarlo del PNV y el PSE-EE, socios en el Gobierno Vasco. “Es una herramienta para transformar la sociedad y promueve la cooperación y la solidaridad, ayudando a crear un mundo más justo”, expresó sobre garantizar la posibilidad de utilizar software libre en todos los centros educativos de la Comunidad Autónoma Vasca. No puede ser que “todos o la mayoría de los centros educativos se sirvan de Windows, creándose una clara dependencia tecnológica de las empresas estadounidenses”
“Las tecnologías crean oportunidades para utilizarlas como palanca y garantizar la educación como un servicio público, o innovar en las técnicas de enseñanza del euskera, pero también amenazas, como automatizar la privatización”, apunta Geo Saura
Por su lado, Isabel González, diputada del Parlamento Vasco por Elkarrekin Podemos-IU, apoya la propuesta de EH Bildu y aboga por el blindaje de la educación pública ante la entrada en tromba de los gigantes tecnológicos de Silicon Valley. “La concepción del software privativo o software libre es la disputa entre el apropiacionismo de ese genio emprendedor de un garaje de California o la que nosotras defendemos, donde el desarrollo de conocimiento y tecnológico son un producto social y un devenir colectivo”. En su opinión, como explicó ante la Cámara autonómica, “conocen nuestros deseos, nuestras enfermedades. El principal negocio de estas corporaciones no es otro que nuestros datos”.
“Estamos decidiendo las políticas y las leyes que van a regular el mundo digital del futuro en el que van a crecer los niños y niñas de las próximas generaciones. Ello genera nuevas oportunidades para utilizar las tecnologías como palanca para garantizar la educación como un servicio público, o innovar en las técnicas de enseñanza del euskera, pero también amenazas: automatizar la privatización”, apuntaba Geo Saura, profesor de política educativa en la Universidad de Granada, en un debate reciente en el Kursaal organizado por Steilas. “Cualquier propuesta para garantizar la soberanía de la lengua vasca a largo plazo debe tener en cuenta eso no puede existir sin el acceso a plataformas digitales públicas”, afirmaba el también coautor del libro Educados por las máquinas, de próxima publicación.
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