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El relato mediático juega muy malas pasadas a quienes desde lúgubres lugares, reunidos bajo la tenue luz de unas velas que ocultan sus rostros, maniobran de manera sistemática contra la soberanía popular. Ciertos relatos de los mass media patrios castizos, abrumadoramente conservadores, no se sostienen, y, paradójicamente, la realidad, a modo de Diablo Cojuelo, va exactamente por derroteros opuestos. En terminología pepera, sin duda el Diablo Cojuelo de la realidad es un aliado del “Sanchismo”. Pero, manos a la obra, desmontemos los mitos.
Hay tres mitos con la que la caterva mediática patria nos bombardea día sí y día también. El primero, las buenas dotes de gestión de la muchachada pepera. Nada más lejos de la realidad. Su política industrial, agrícola, y de innovación es, ha sido, es y será nula. Solo saben crecer con burbujas inmobiliarias. Nada más. El segundo, lo malo, malísimo que iba a ser para nuestros bolsillos el gobierno “bolivariano y social-comunista”. De nuevo, nada más lejos de la realidad. España crece más que ningún otro país europeo y con menor inflación. En 2022 se crecerá alrededor del 3%, mucho más de lo que inicialmente se pensaba –las previsiones de primavera de la Comisión Europea ya son papel mojado-. Por cierto, en un post próximo, comentaremos como el INE, por razones extrañas, está infravalorando el PIB desde 2021. Pero hay que dar un paso más, y alcanzar el pleno empleo para lo cual no debe volver jamás la austeridad fiscal.
En 2023 se están creando más empresas que nunca, salvo el período de la burbuja inmobiliaria, y el capital extranjero está entrando a saco
Y, finalmente, el tercer mito que se derrumba es lo mucho que este gobierno “bolivariano y social-comunista” maltrata a nuestros empresarios y empresas, los cuales huirían despavoridos de nuestra querida España. De nuevo, la realidad les juega a la caterva otra mala pasada. En 2023 se están creando más empresas que nunca, salvo el período de la burbuja inmobiliaria, y el capital extranjero está entrando a saco adquiriendo campeones ocultos, lo cual, desde mi punto de vista, como ustedes ya saben, implicará algunos problemas en el largo plazo. De lo de Ferrovial, empresa altamente endeudada, olvídense, su salida obedece a otras razones. Pero no solo es que se creen más empresas que nunca, sino que además los beneficios unitarios están creciendo más que nunca, muy por encima del incremento del deflactor del PIB.
La caterva solo generó una gran burbuja inmobiliaria
Ustedes ya saben mi valoración de los gobiernos conservadores patrios en materia económica. La principal herencia del PP, a modo de carga pesada, fue activar la mayor burbuja inmobiliaria de la historia, financiada por un ciclo de endeudamiento privado récord, que posteriormente el PSOE de Zapatero infló todavía más. Mientras duró la ola de la burbuja todo parecía cuadrar, desde la actividad económica y generación de empleo, hasta los ingresos fiscales. Pero no dejaba de ser una mera ficción, una ilusión óptica. Una vez que se pincha una burbuja inmobiliaria, financiada con deuda privada, el empobrecimiento masivo de la población es una de sus consecuencias, aderezado en nuestro país, en ausencia de la dación en pago, con cientos de miles de desahucios.
Pero no contentos con ello, la única salida que se ofreció, tanto desde el ejecutivo del PP como del PSOE, fue una devaluación competitiva, sazonada con austeridad fiscal, ambas medidas distópicas e innecesarias. No tuvieron las agallas de exigir a los acreedores de nuestro sector bancario que apechugaran con sus errores en la asunción de riesgos, de manera que se sometieran a una quita, tal como les ocurre a los acreedores de las empresas privadas que acaban quebrando. El resultado final de tanto desaguisado ya lo conocemos, un empobrecimiento de las familias, sobre todo aquellas cuyo principal perceptor de renta y riqueza era menor de 35 años, un país que se cebó con los más jóvenes, y una España profundamente desigual tanto a nivel de rentas como de riqueza. Resulta en este contexto irónico e hilarante ciertas recomendaciones sobre las pensiones futuras, mercado laboral o política industrial de quienes legitimaron tanto desvarío.
Bajo el gobierno “bolivariano y social-comunista” se generan más empresas que nunca
Ciertos relatos de terror apuntaban a que las empresas españolas abandonaría un país dirigido por un gobierno “bolivariano, y social-comunista”. Pero, de nuevo, ese Diablo Cojuelo llamado realidad, les ha jugado a la caterva otra mala pasada. En marzo de 2023, se observó un aumento del 8,9% en la creación de empresas, superando las 12.000 sociedades, lo que representa su cifra más alta desde 2007. Para la creación de estas 12.076 empresas, se invirtieron aproximadamente 525,8 millones de euros, lo que significa un aumento del 34,2% en comparación con marzo de 2022. Además, el capital medio suscrito por estas empresas fue de 43.548 euros, lo que representa un aumento del 23,2% en términos interanuales. En el mismo mes, la disolución de empresas disminuyó un 8,8% en comparación con marzo de 2022, con un total de 2.336 empresas disueltas. ¡No está nada mal para ser un gobierno “bolivariano y social-comunista”!
La caterva nos cuenta lo malo malísimo que este gobierno está siendo para las empresas. Hay que tener mucha jeta, o un profundo desconocimiento de la realidad económica
Pero las buenas dichas para las empresas patrias no paran allí. En el documento recientemente publicado por la Comisión Europea relativo a las previsiones de primavera de 2023, en el recuadro I.2.3, bajo el título “Profit margins and their role in euro area inflation”, se analiza el papel de los beneficios unitarios en la inflación actual de la zona Euro. En ese recuadro se analiza la contribución de los beneficios a la formación de precios internos en la zona del euro durante los tres últimos años y lo que ello podría implicar para la evolución de la inflación. Además de poner de manifiesto el papel de los beneficios empresariales en la inflación actual, lo más interesante es que España es donde el gap entre el crecimiento de los beneficios unitarios, alrededor del 15% anual, y del deflactor del PIB, en torno al 4% interanual, es más alto. Y luego la caterva nos cuenta lo malo malísimo que este gobierno está siendo para las empresas. Hay que tener mucha jeta, o un profundo desconocimiento de la realidad económica, o ser un iletrado en la materia para a fecha de hoy mantener tales afirmaciones.