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Energía nuclear
La nuclear no ayuda en la lucha contra el cambio climático I
Artículo publicado originalmente en Beyond Nuclear International.
La mayoría de centrales nucleares estadounidenses cuestan más que la riqueza que generan. En todo el mundo, el World Nuclear Industry Status Report 2019 informa que la nuclear se halla en un colapso comercial a cámara lenta. Que se muere por el ataque constante de la economía. Sin embargo, abundan los políticos que declaran que es esencial, o de gran ayuda, en la lucha contra el cambio climático. Esta afirmación es falsa.
De hecho, construir centrales nuevas u operar las existentes dificulta nuestros esfuerzos en comparación con destinar las mismas cantidades de dinero a otras formas energéticas menos contaminantes. Quienes se niegan a renunciar a la nuclear (o a no rescatarla) tienen amigos poderosos, pero no por ello la razón.
Si mis palabras sorprenden y resultan inusitadas, se debe a que la industria nuclear mantiene su influencia sobre los medios de comunicación y busca silenciar las voces discrepantes. Muchos analistas y periodistas no informan de esta realidad. Y escasean las figuras políticas que comprenden la situación en la que estamos.
Voy a intentar que para el final de este artículo, la entiendas. Me baso en los detalles y documentación de las páginas 228-256 del World Nuclear Industry Status Report 2019. Un artículo adjunto provee de ejemplos sencillos sobre la comparativa de distintas maneras de descarbonizar la energía eléctrica.
El potencial de la energía nuclear en el desafío contra el cambio climático
Si la nuclear, que provee el 10% de la electricidad mundial, desplazara en exclusiva los combustibles fósiles y nada más, reduciría en un 4% las emisiones de CO2. En una era necesitada de acción urgente, ¿debería continuar, expandirse o reducirse esta energía?
En mayo de 2020, un informe de la Agencia Internacional de la Energía asegura que aumentar el papel de la nuclear convertiría la solución del cambio climático en algo “drásticamente más difícil y caro”.
En mayo de 2020, un informe de la Agencia Internacional de la Energía asegura que aumentar el papel de la nuclear convertiría la solución del cambio climático en algo “drásticamente más difícil y caro”. Para aseverar dicha afirmación, debemos comparar la energía nuclear con otras soluciones potenciales. Voy a utilizar dos criterios a la vez, los de coste y de rapidez, porque si la nuclear no tiene viabilidad o tarda demasiado tiempo no necesitamos ni molestarnos en considerarla como opción.
¿Cómo comparar diferentes maneras de generar electricidad? Nuestra sociedad ha construido centrales de carbón pensando en el coste, no en la huella de carbono. La gente pronuclear defiende su preferencia hablando del carbono, pero no del coste. Pero para proteger el clima debemos ahorrar la mayor cantidad de carbono por el menor coste y en el menor tiempo posible. Necesitamos contar las tres variables: carbono, coste y tiempo.
Las opciones más caras reducen menos emisiones (carbono) por dinero invertido que las opciones más baratas. Las opciones lentas ahorran menos carbono anual que las más rápidas. Así, incluso una opción baja en carbono, pero demasiado cara o demasiado lenta, reducirá o retardará la protección climática que necesitamos. No por emitir poco se es efectivo contra el cambio climático.
Dado que tanto el dinero como el tiempo son limitados, nuestras prioridades deben considerar velocidad y coste relativo. Un coste inferior ahorra más carbono por dólar. A mayor rapidez, más carbono se ahorra. Necesitamos ambos.
La mayoría de centrales nucleares estadounidenses tienen pérdidas y muchas están cerrando. Para seguir exprimiendo estos recursos, sus propietarios exigen y a veces consiguen rescates de miles de millones de dólares. El 10% de las centrales ya ha conseguido al menos uno.
La energía nuclear desplaza dinero que podría ir a las renovables o a la eficiencia energética. El lobby nuclear quiere sobrepasar al carbón y al gas mientras todos van contra las renovables. Pero la mayoría de centrales nucleares estadounidenses tienen pérdidas y muchas están cerrando. Para seguir exprimiendo estos recursos, sus propietarios exigen y a veces consiguen rescates de miles de millones de dólares. El 10% de las centrales ya ha conseguido al menos uno.
Esta conspiración contra las opciones más económicas distorsiona los precios, ahuyenta la competición, retarda la innovación, reduce la transparencia, recompensa la influencia desmedida, introduce parcialidades, invita a la corrupción e incluso amenaza con destruir los mercados energéticos regionales, en los que las renovables y la eficiencia tienden a ganar.
Sin embargo, muchas figuras políticas consideran que la urgencia climática demanda todas las opciones, incluyendo la preservación de la energía nuclear cueste lo que cueste. ¿Y cuánto cuesta esto, en resumidas cuentas?
Costes de la nueva nuclear contra su competencia
El 7 de noviembre de 2019, la financiera Lazard, de 170 años de edad, publicó su decimotercera radiografía anual sobre los precios de 2019 de las diferentes formas de generar un megavatio-hora de electricidad. El análisis tiene cierta autoridad aunque sea imperfecto.
Lazard eliminó el crédito fiscal de las renovables, pero mantuvo los subsidios, mucho más permanentes, de las fuentes de energía no renovables, que para las nuevas centrales nucleares estadounidenses igualan o exceden los gastos de construcción y también subsidian los costos de operación nucleares. En mayor proporción que la eólica.
Lazard también favorecía las centrales nucleares y los combustibles fósiles al asumir los mismos gastos de financiación y estructura para todos los modelos de generador, aunque las renovables consiguen financiación dada la rapidez de su construcción y sus menores riesgos.
Además, Lazard asumía unos costes de operación nucleares inferiores a la media de acuerdo con el Instituto de Energía Nuclear, la organización del lobby nuclear por excelencia. Sin embargo, llama la atención la comparación de Lazard entre los diferentes recursos electrónicos:
Energía nuclear: 118-192 dólares por megavatio-hora (de los cuales 29 suelen ser por costes de operación).
Carbón: 66-132 dólares por MWh (de los cuales 33 se destinan a costes de operación).
Gas de ciclo combinado: entre 44 y 68 MWh.
Solar a gran escala: de 32 a 42 dólares MWh.
Eólica onshore: 28-54 dólares por MWh.
En ediciones anteriores se establecía el uso eficiente de la electricidad entre los 0 y los 50 dólares por MWh, normalmente alrededor de 25. La eficiencia, que se hace notar en el contador, también evita aproximadamente 42 dólares por MWh por costes de prestación típicos de generadores remotos.
Los gastos de la nuclear no dejan de subir mientras que los de las renovables bajan. Las nuevas centrales nucleares ahorrarían carbono en comparación con los combustibles fósiles. Sin embargo, debemos considerar la experiencia histórica a la hora de establecer expectativas: de los 259 proyectos para construir centrales nucleares en los EEUU, a mediados de 2017 solo 28 unidades, o el 11% se habían construido, seguían siendo competitivas en los mercados regionales y no habían sufrido al menos un apagón con una duración mínima de un año.
Continúa en la segunda parte.
Traducción de Raúl Sánchez Saura.