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Energía nuclear
Crónica de la esperanza: jornada de convivencia entre activistas antinucleares de Portugal y España
Desde el Movimiento Ibérico Antinuclear de Portugal se organizó este pasado sábado 11 de mayo una jornada de convivencia entre activistas de ambos lados de la frontera. La cita comenzaba en la presa de Cedillo, a las 12:30 horas de España.
La iniciativa cumple un triple objetivo: acercar a las personas a ambos lados de la frontera que trabajan día a día para acabar con el peligro nuclear; hacer una llamada a la responsabilidad a los dos Gobiernos, tanto al gobierno en formación de España, para que no extienda el permiso de funcionamiento de la Central Nuclear de Almaraz, como al gobierno portugués para que sea más firme en su posición ya que los residuos nucleares viajan a través de las aguas del Tajo, un recurso hídrico de la máxima importancia; y recordar que los residuos nucleares siguen siendo un problema sin solución.
El primer objetivo se consiguió ampliamente durante la comida que tuvo lugar en Nisa donde las doscientas personas asistentes disfrutaron de un precioso día primaveral, degustando juntas según las opciones de alimentación, omnívoras o veganas, y por supuesto cantando.
Después, a las cuatro de la tarde, hora de Portugal, se formó una cadena humana para simbolizar la conexión deseada entre la dos márgenes del río Tajo, el lugar elegido fue el depósito de uranio Maria Dias en Monte Claro, Nisa. La cadena humana transnacional expresaba una vez más su oposición a cualquier tipo de proyecto explotación de uranio en esta región y exigir que se realice, de una vez, la rehabilitación de la zona del yacimiento.
La iniciativa buscaba hacer una llamada a la responsabilidad a los dos Gobiernos, tanto al gobierno en formación de España, para que no extienda el permiso de funcionamiento de la Central Nuclear de Almaraz, como al gobierno portugués para que sea más firme en su posición ya que los residuos nucleares viajan a través de las aguas del Tajo, un recurso hídrico de la máxima importancia.
Las organizaciones que se dieron cita recordaron que la central nuclear de Almaraz ha estado teniendo incidentes con regularidad, existiendo situaciones en que ya se han medido niveles de radioactividad superiores a lo permitido. Portugal, un país que no tiene ninguna central nuclear, ni minas de uranio y cuyo Parlamento aprobó por unanimidad en enero de 2017 su condena sobre la construcción del ATI (almacén de residuos) se ve afectado a través del agua, ya que los reactores de la central nuclear se enfrían en un afluente embalsado del río Tajo. Además, Portugal como país que no tiene centrales nucleares, no dispone de un plan de manejo del entorno en caso de accidente, lo que provocaría sin duda graves impactos inmediatos para toda la zona fronteriza, especialmente para los distritos de Castelo Branco y Portalegre.
El Gobierno español del PP extendió por cerca de dos años el plazo para que el consorcio Iberdrola, Naturgy y Endesa, que explota la Central Nuclear de Almaraz, y que se presentara la solicitud de renovación de la licencia de funcionamiento de esta Central. Se confirmó más recientemente, ya con el Gobierno del PSOE en funciones, que las empresas llegaron a un acuerdo y solicitaron una ampliación de la licencia de funcionamiento a la central para que esta no concluya en el plazo previsto de junio de 2020. Por lo tanto, es fundamental que el futuro Gobierno español, que está ahora en formación después de las recientes elecciones, asuma sus responsabilidades e impida todos los intentos de la central de Almaraz de ampliar su período de vida más allá de 2020.