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Derechos Humanos
Ola de calor en las cárceles andaluzas: “Las temperaturas son incluso más elevadas porque todo es de hormigón”
Falta de acondicionamiento, patios de hormigón, ventiladores estropeados y celdas asfixiantes son algunas de las realidades que estos días están experimentando las personas presas en las cárceles de Andalucía en un verano en el que las altas temperaturas son una constante.
El pasado 19 de julio la Asamblea de Familiares de Personas Presas y la APDHA presentó una queja a la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias (SGIP) para exigir “medidas para combatir el calor dentro de los centros penitenciarios”. Marta H. , desde el área de Cárceles de la APDHA, comenta: “la situación que se vive actualmente en las prisiones andaluzas es alarmante”, con temperaturas de 40 grados en muchos centros penitenciarios “no se garantiza unas condiciones mínimas de habitabilidad”.
“En el centro penitenciario las temperaturas son incluso más elevadas porque todo es de hormigón”, explica Pilar, nombre ficticio para mantener el anonimato, familiar de una persona presa. “A las cinco de la mañana tienen que tirarse cubos de agua porque no pueden dormir, la celda es asfixiante con las puertas cerradas”, comenta sobre las condiciones en la celda, que solo cuenta con una pequeña ventana insuficiente. “El ventilador solo lo tienen quién puede permitirse el lujo de pagárselo”, se queja esta familiar.
La queja redactada por la APDHA pone en el foco que en algunas prisiones ni siquiera en las zonas comunes y locutorios existe algún tipo de climatización o ventiladores y si los hay se encuentran averiados, como es el caso de la prisión de Córdoba. Muchas familias se han quejado de que los reclusos y reclusas no pueden hacer uso de las cabinas telefónicas: «ya que en las prisiones muchas de las cabinas se encuentran en espacios cerrados y las altas temperaturas que presentan hace que sea imposible hacer uso del auricular».
“A cinco de la mañana tienen que tirarse cubos de agua porque no pueden dormir". Pilar, familiar de una persona presa.
Los patios de centros penitenciarios como el de Sevilla II o Córdoba no disponen de zonas de sombras y si lo hacen sigue siendo un “gran peligro para la salud, estar a las horas de máxima temperatura en esos patios de hormigón“, comentan desde la APDHA. “No tienen medidas alternativas en vez de bajarlo al patio a las 16.30 de la tarde, deberían bajarlos a las 18.00”, se queja Pilar de cómo exponen a las horas de máximo calor a las personas presas. Una de las exigencias de los familiares es que se permita a los internos que así lo soliciten permanecer en sus celdas las horas de máximo calor, así como que se amplíe el horario de patio a horas con temperaturas más suaves: “para garantizar la salud de las personas privadas de libertad ante el riesgo de sufrir un golpe de calor”.
La Ley Orgánica General Penitenciaria en su artículo 19 y por el Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura (MNPT) en su informe de 2014 reconocen la necesidad de adaptar los centros penitenciarios para satisfacer las necesidades de “higiene y bienestar de las personas presas”. En las celdas “los ventiladores no son suficientes”, comenta Marta H. desde la APDHA. Por ello, una de las peticiones que se han remitido a la SGIP es que “se autorice a la compra de sistemas de refrigeración individual mediante demandadero o bien que se autorice a los familiares hacer entrega de estos a las personas privadas de libertad que lo soliciten”. Pilar comenta que ante la intención de entregarle un pequeño aparato de refrigeración a su familiar se ha encontrado con la negativa de la institución: “No se ponen a darte ninguna explicación, dicen que no y punto”.
Cárceles
Tres años reconstruyendo la lucha anticarcelaria
En Andalucía, según los últimos datos oficiales, hay 13.220 personas privadas de libertad en los 14 Centros penitenciarios de la comunidad. La falta de infraestructura ante las olas de calor es una problemática que se suma a la falta de otros servicios esenciales, personal cualificado y denuncias de tratos vejatorios y discriminación. En el año 2018, Andalucía fue la comunidad con más muertes en prisión a causa de uso de drogas y suicidio, según denunció la APDHA que instaba “investigar con diligencia todas y cada una de las denuncias por tratos inhumanos o degradantes”.