Derechos Humanos
Derechos Humanos contra el neoliberalismo y el fascismo

A 70 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos es difícil pensar que los Estados actuales, con sus líderes ultraderechistas al frente, con el fascismo creando de nuevo hegemonía, la hicieran actualmente posible. Por eso, disputar y apropiarse de los Derechos Humanos es hoy revolucionario.  

Tribunal Europeo de Derechos Humanos
Sala del Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Sarah Babiker
10 dic 2018 13:00

“A día de hoy, Bélgica no firmaría la Declaración Universal de los Derechos Humanos” dijo la jueza belga Françoise Tulkens, ex vicepresidenta del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, el pasado sábado. Hablaba sobre la crisis que se está generando en su país porque uno de los socios del gobierno, el partido nacionalista flamenco, N-VA presiona para que no se firme el Pacto Internacional sobre Migraciones que aprobó la Asamblea General de Naciones Unidas hace dos años en Nueva York. Lo que enunció es relevante por generalizable. A día de hoy —podríamos parafrasear—no está claro que la Declaración Universal de los Derechos Humanos, firmada hace 70 años, con un mundo sobrecogido tras la barbarie de la Segunda Guerra Mundial, fuera posible.

El otro día en un acto el italiano Sandro Mezzadra, viejo conocido en los círculos activistas y de solidaridad con las personas migrantes, manifestaba en un acto su desconcierto. El Pacto Internacional por una Migración Segura, Ordenada y Regular que a partir de hoy los estados tendrían que ratificar en Marrakech, no es precisamente, como su nombre indica, un texto rompedor en materia de derechos. Si no una herramienta del sistema mundo para ordenar lo que ya existe, porque las migraciones no van a parar y los Estados deben afrontarlo. Y sin embargo, muchos países se niegan a rubricarlo. 

Estados Unidos, Israel o Australia, países construidos sobre una brutal inmigración con aniquilación de la población nativa incluida no acudirán a Marrakech, temen por su soberanía. Su libertad, en definitiva, para seguir construyendo muros y separando familias, favorecer la inmigración por criterios religiosos mientras se juega en los checkpoints con la vida de los palestinos, continuar hacinando a miles de migrantes en desoladas islas del Pacífico, respectivamente. En Europa, los países se dividen entre aquellos abiertamente fascistas (Hungría, Italia, Polonia y Austria se han retirado del pacto) y aquellos en los que una ultraderecha en expansión amenaza con hacer metástasis, como en el caso belga.

En Chile, anunciaron ayer su retirada del pacto. Cuestionan que migrar sea un derecho, y dicen que más bien lo que se debe proteger son los Derechos Humanos de los migrantes. Pero de la negación de que migrar sea un derecho humano se deriva la violación de los derechos de las personas que migran. De ello hay sobrada prueba empírica. En Dinamarca por ejemplo, van a llevar a los inmigrantes no deseados a una isla pequeña y remota: “no los queremos aquí y tienen que sentirlo” dijo la Ministra de Inmigración. A setenta años de la Declaración de los Derechos Humanos lo que se expande es el apartheid que nunca fue abandonado.

Un paradigma en disputa

Ha sido muy cuestionada la Declaración de los Derechos Humanos. Se ha apuntado, con razón, a su visión androcentrista —el masculino universal como medida—, a su naturaleza eurocéntrica, a la imposición de una ideología liberal que consagraba el derecho a la propiedad privada frente a lo colectivo. No en vano las primeras declaraciones de Derechos del Hombre en Francia o Estados Unidos convivieron con la esclavitud y el expolio de los pueblos. Tampoco hay que ignorar, que fueron las guerras en Europa y no los sucesivos holocaustos que produjo Occidente con el colonialismo, las que motivaron la creación de las Naciones Unidas. Por último, tras la pantalla de los derechos humanos se desataron neocoloniales ofensivas y se asentó el poder de las potencias.

Pensamiento
Contra el universalismo
La Modernidad eurocentrada impuso la obsesión por lo ‘universal’, una manera de aplanar las diferencias y de ningunear los ‘localismos’.

En un texto de principios de milenio el pensador portugués Boaventura de Sousa Santos se preguntaba cómo después del proclamado fin de la historia y el abandono del comunismo como ideario de autodeterminación, se podría pensar en unos derechos humanos que fueran emancipatorios. Para ello indagaba en el carácter occidental de los mismos. Toda cultura o civilización ofrece una visión propia del mundo que acepta como la válida, pero la occidental es la única que se pretende como universal, reflexionaba. La cultura occidental devendría así en un localismo globalizado, algo situado que se quiere global, imponiendo su hegemonía sobre el mundo. ¿Habría que abandonar entonces este paradigma, o podría ser rehabilitado, reapropiado?De Sousa Santos enunciaba una salida al laberinto, abogaba por una concepción multicultural de los Derechos Humanos que tomara las versiones más emancipatorias de cada cultura, las visiones que buscaran la igualdad, las miradas que apuntaran a un vida mejor. Para así desechar las fuerzas autoritarias, las pulsiones negadoras de la dignidad y la vida que existen también en cada sistema cultural. Porque al final, afirmaba, toda cultura, toda civilización, tiene una concepción de la dignidad humana.Los derechos humanos, tal como fueron pensados en Occidente, se basan en una corriente filosófica llamada iusnaturalismo. Apunta, en resumen, a la dignidad intrínseca de las personas. “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”, reza el texto de la Declaración. En estos tiempos en los que los sentidos comunes se pueblan de jerarquías y fronteras esa afirmación es revolucionaria. No es poca cosa pensar que todas y todos tenemos valor en nosotras mismas. Además los derechos humanos progresan, se amplían y enriquecen cuando incorporan otras visiones del mundo: las que incluyen lo colectivo, la naturaleza, las otras generaciones, miradas que compensan la miopía local del liberalismo occidental.

Los DESC como impugnación del neoliberalismo

Otro episodio lo constituyen los Derechos Sociales, Económicos y Culturales (DESC). Conquista de la acción colectiva de las trabajadoras y los de abajo, los DESC obligan al Estado a garantizar la dignidad material de las personas, los recursos necesarios para sus supervivencia. Pero la gobernanza neoliberal los dejó en manos de los mercados.

Si pudiésemos arrebatar nuestros derechos sociales y económicos de esa lógica, reapropiarnos de ellos, entenderlos en toda su potencialidad no habría lugar para que nuestra supervivencia dependiese del crecimiento del PIB, nuestro acceso a la vivienda de la avaricia del capitalismo, nuestro salario de la capacidad del empresariado de juntar millones. Habría que darle una vuelta al Estado todo, a la redistribución de la riqueza, más allá del trabajo, condicionando la acumulación de capital a la supervivencia de todas, y no al revés. Limitando las rentas y los salarios máximos. Pensando en una renta universal que de las bases de una dignidad real.

Ante la gramática excedentaria, que apunta a poblaciones sobrantes: las inmigrantes, los pobres, las indígenas, quienes no han sabido jugar bien sus cartas o nacer en el lugar adecuado, reivindicar la dignidad intrínseca de los seres humanos, seguir ampliando el paradigma de los derechos humanos hasta que se descolonice todo, puede ser un arma potente contra el neoliberalismo y la ultraderecha. Para que no tengamos que explicar por qué no podemos dejar que la gente muera en el Mediterráneo, para que no se vuelva a suicidar nadie por miedo a perder el techo, para que no sea nunca más aceptable que un tercio de la población esté en riesgo de exclusión en un país rico. 
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Derechos Humanos
La compra pública como garante del derecho internacional Derechos humanos y compra pública
El derecho internacional subraya la importancia que ninguna actividad económica contribuya a violaciones del derecho internacional y los derechos humanos. Analizamos el papel de la compra pública en este ámbito.
Huelva
Derechos Humanos Fuego y Agua: Kullu Konay murió calcinado en un asentamiento inundado en Huelva
Al drama humano que es malvivir en los asentamientos de la provincia de Huelva se suman los efectos de las riadas y los incendios, sucesos que se suman a la larga lista de desastres que las administraciones son incapaces de solucionar.
México
Fronteras Tijuana concentra los estragos del cerrojazo de Trump
Frente a la aduana de Estados Unidos se acumulan los migrantes que se han quedado sin cita para su tramitación de asilo, cuya esperanza merma al ver los grupos de deportados que son devueltos a México.
#88782
5/5/2021 2:33

hola

0
0
#27573
11/12/2018 15:22

Señor suyo: Sarah es escritora, no escritor. Y tiene más sentido común y humanidad que todos los nacionalistas de derecha que pretenden una involución de derechos.

Por cierto, si defender los DDHH es marxista, me declaro comunista desde ya.

2
0
Daniel Antonio Jaimen Navarrete
11/12/2018 17:40

Una estupidez como una casa y una ignorancia penosa de lo que verdaderamente es el género gramatical. Toda escritora es un escritor porque el género común engloba a ambos sexos. En español hay seis géneros, entendidos como categorías nominales: masculino, femenino, neutro, ambiguo, epiceno, común. Aprendan un poquito de lingüística antes de rebuznar.

0
2
#27602
11/12/2018 18:58

Ya salió el académico testosterónico insultante (burro que rebuzna es el que impone sus reglas a coces) de la RAE. El día que esa institución acoja al 50% de la población, representada en las mujeres, admitiremos sus normas.

De todas formas, en castellano una mujer que escribe es una escritora y no tiene cabida el genérico que ¡oh casualidad! es idéntico al masculino.

Si dos milenios de matriarcado hubieran impuesto el genérico femenino, tampoco sería admisible. Pero, es el patriarcado el que ha impuesto el generico masculino.

2
1
Carlos Valdovinos
10/12/2018 21:29

Otro escritor de un pasquín marxista, con colitis por que muchos ya no creemos en los cuentos chinos sobre DDHH, cuando son incapaces de criticar a los dictadores de izquierda que fomentan la migración.

1
6
#27552
11/12/2018 11:51

La migración la fomentas tú, que todo el mundo sale corriendo cuando estás cerca.

1
0
#27517
10/12/2018 19:20

Brillante, esencial y oportuna defensa de los DDHH.

3
2
Desahucios
Escudo social Sanitarios y sanitarias de atención primaria se unen contra los desahucios, “un problema de salud pública”
Depresión, ansiedad, empeoramiento de enfermedades crónicas o surgimiento de nuevas afecciones acompañan a los problemas habitacionales. Lo denuncian médicos de Vallecas (Madrid) y lo refrendan los estudios.
Sareb
Madrid Una rentista planea desahuciar a una pareja con tres niños en Tetuán
Su vivienda pertenecía al parque de pisos de la Sareb, que puso a subasta pública en 2023. Hoy, la nueva propietaria pretende echar a la calle a Alam y a su mujer “para arrendar la casa a un precio mucho más alto”
Argentina
Argentina “Existen solo dos géneros: fascistas y antifascistas”: las luchas LGTBIQ+ aglutinan el rechazo a Milei
Una gran movilización recorrerá centenares de localidades en Argentina y en grandes ciudades del mundo este 1 de febrero en respuesta al discurso de odio del líder ultra.
Periodismo
Premio libertad de expresión Las periodistas de El Salto Aurora Báez y Susana Sarrión, premiadas por su trabajo sobre violencia sexual
La investigación que recoge la denuncia de nueve alumnas contra el director de una escuela de teatro por violencia sexual ha merecido el reconocimiento en los Premios de Periodismo de la Asociación de Periodistas de Granada.
Palencia
Agresión El Sindicato de Estudiantes denuncia una agresión fascista en Palencia: “Rojo de mierda”
Los hechos ocurrieron delante del profesor del aula, que no actuó para evitarlos. El estudiante ya ha denunciado lo sucedido ante la Policía y exige la expulsión inmediata de los agresores y una investigación a la directora del centro y al docente.

Últimas

Estados Unidos
Extrema derecha Trump anuncia un campo de concentración para 30.000 migrantes en Guantánamo en el 80 aniversario de Auschwitz
La estrategia de llevar la detención de migrantes a territorios lejanos, opacos y sin garantías de derechos también ha sido la opción elegida por la Unión Europea en el último año.
Comunidad de Madrid
Sanidad a la madrileña Huelga indefinida de ambulancias en Madrid ante un nuevo concurso que consideran “fraude de ley”
Sindicatos denuncia que la empresa Santa Sofía ha impuesto sus condiciones para que ninguna otra empresa pueda presentarse al pliego. Temen que peligren la subrogaciones de parte de la plantilla.
Educación
Educación La escucha activa en la propaganda de Educación del Gobierno Vasco
El Departamento, que nunca se pone en contacto con el profesorado, nos escribió una carta tratándonos como “compañeras y compañeros” a raíz de la convocatoria de huelga
Hidrógeno
Descarbonización Los planes de expansión del hidrógeno en Europa chocan con la falta de energía verde para producirlo
La escasez de hidrógeno producido con renovables y el exiguo desarrollo del aluvión de proyectos anunciados ponen en entredicho la estrategia de descarbonización en Europa, según un informe de Global Energy Monitor.
El Salto Radio
El Salto Radio Árboles contra el desierto
Las señales de hoy no sólo quieren hablar de árboles y bosques, de reforestación, de recuperar nuestros entornos maltratados. También pretenden sembrar un poquito de esperanza ante tanta desolación, porque hay muchas cosas que podemos hacer, que ya s
Crisis climática
Parlamento Ciudadano Climático Un jurado popular ciudadano para combatir la crisis climática y el retroceso democrático
En un momento crítico para la democracia y la acción climática, cinco organizaciones medioambientales reunieron en el Congreso de los Diputados a científicos, actores sociales y asambleístas para impulsar un Parlamento Ciudadano Climático Permanente.

Recomendadas

Siria
Kurdistán Entre las bombas turcas y las negociaciones con el Gobierno: Rojava ante la construcción de la nueva Siria
La Administración Autónoma del Norte y Este de Siria presiona al nuevo Gobierno para crear un Estado que respete los derechos de las mujeres, descentralizado, tolerante y multiétnico.
Dana
Tres meses de la dana “Aquí no llovió casi nada”
VV.AA.
Un vecino de Benetússer explica cómo la riada arrasó y cambió para siempre las vidas de miles de personas.
Crímenes del franquismo
Isabel Alonso Dávila “El franquismo fue una máquina de fabricar miedo y dolor hasta el final”
Detenida en Granada en 1974 y 1975 por su vinculación con el movimiento estudiantil antifascista de la época ha presentado la primera querella en Andalucía por Crímenes contra la Humanidad en la dictadura franquista
Jaén
Andalucía Lopera no quiere que Greenalia especule con sus olivos
Decenas de pequeños olivareros de la Campiña Norte de Jaén podrían perder sus terrenos en beneficio de una empresa que quiere talar los árboles para instalar siete parques fotovoltaicos.