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Colombia
La Colombia empobrecida se vuelca en la campaña de Petro y Márquez
Colombia vive sus 21 días de nerviosismo e incertidumbre entre la primera y la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Unos comicios particularmente históricos puesto que ninguno de los dos candidatos que pasaron a la contienda final pertenece a las élites políticas tradicionales del país a pesar de que éstas ya han definido su apoyo por el que mejor defenderá sus intereses, Rodolfo Hernández.
Si bien la clara ganadora de las elecciones fue la abstención, con 17 millones, el 46% del electorado, el 29 de mayo el resto de colombianos votaron mayoritariamente por Gustavo Petro y Francia Márquez, quiénes representan, como dice Márquez, “los excluidos de este país, los nadies”, y en segunda posición por Rodolfo Hernández y Marelen Castillo, quienes, con un discurso populista de manual contra la corrupción, representan más bien la clase adinerada y la mafiosidad colombiana.
Solo hay que comprobar cómo se distribuyó el voto en la primera vuelta. En los departamentos periféricos con más presencia de grupos armados y por lo tanto más golpeados históricamente por la violencia estructural como son Nariño, Chocó, Putumayo o el Cauca, ganó el Pacto Histórico de Petro y Márquez. En los departamentos centrales del país con más población urbana acomodada y en la colombianidad en el exterior, sobre todo la que reside en Estados Unidos, ganó la Liga de Gobernantes Anticorrupción de Hernández.
Los de Gustavo Petro alcanzaron un 40% del sufragio, pero las últimas encuestas indican que habría subido a un 48% del apoyo para la segunda vuelta
Solo en Antioquia, su departamento natal, ganó el candidato oficial del uribismo, el exalcalde de Medellín, Federico Gutiérrez conocido como Fico, quién se dibujaba como posible segunda fuerza, pero quedó de tercero. Sus cinco millones de votos irán mayoritariamente a ensanchar los apoyos de Rodolfo Hernández con lo cual se lo ponen muy complicado al Pacto Histórico porque, sumados a los de Hernández, ya representan el 51%, lo imprescindible para gobernar. Los de Gustavo Petro alcanzaron un 40% del sufragio, pero las últimas encuestas indican que habría subido a un 48% del apoyo para la segunda vuelta. Si el 29 de mayo, los ánimos de las comunidades rurales del país cayeron por los suelos, parece que con los días van encontrando cierta esperanza.
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Elecciones en Colombia La izquierda hace historia en la primera vuelta de las elecciones colombianas
De Miami a Quibdó
Estos 21 días se convierten en un pulso social por quién se gana a los 17 millones de colombianos que no votaron, a los indecisos y al 4,2% (800.000 votos) de los que votaron en primera vuelta al candidato del Centro Esperanza Sergio Fajardo, quien por ahora solo ha afirmado que no votará por Gustavo Petro. Las cuentas de Twitter de Petro y Hernández echan humo. Este jueves 9 de junio, el candidato de izquierda mostraba la humilde habitación de la ciudad de Quibdó, capital de Chocó y de la afrocolombianidad, en la que se levantaba para seguir con su recorrido por los territorios excluidos del país. Mientras tanto, el ingeniero Rodolfo, como lo llaman desde su paso por la alcaldía de Bucaramanga, ciudad en la que nació, se marcó un acto de campaña en el Hotel Hilton. No el de Bogotá, ni el de Cartagena, sino en el de Miami. Uno en la Colombia más profunda y el otro en el exterior, en la Colombia principalmente arribista que migró a Florida.
Colombia
Un cambio histórico Colombia puede dejar atrás el uribismo de la mano de Petro y Francia Márquez
El candidato populista, quién ha hecho afirmaciones misóginas y clasistas en repetidas ocasiones, anunciaba el día después que no regresaría temporalmente a Colombia porque había conocido “un plan para asesinarlo”. “Nunca había sentido tanto miedo”, aseguró a través de un video en Youtube. “Eso forma parte de una estrategia para llamar la atención de la opinión pública y de una agenda que el uribismo le está adelantando en esa región donde son fuertes”, asegura el senador del Movimiento Alternativo Indígena y Social (MAIS), Feliciano Valencia. Hernández ha aprovechado para reunirse con empresarios y aparecer en programas televisivos populares entre la población latinoamericana es Estados Unidos.
“Seguramente están maquinando la estrategia para los últimos días: la campaña de desprestigio del contrincante, la campaña de supuestas filtraciones. Y como en Colombia no es obligatorio ir a un debate, él no se va a arriesgar, porque le iría muy mal en un debate frente a Petro y por eso lo están evitando”. A tan solo una semana de los comicios, ni los principales medios de comunicación comerciales como RCN y Caracol, sospechosos de apoyar al empresario, han insistido para que se dé un debate político electoral entre los dos candidatos.
Cabe resaltar que tanto Gustavo Petro como Francia Márquez han sido víctimas durante esta campaña de amenazas reiteradas por parte de panfletos de las Águilas Negras, histórico grupo paramilitar vinculado a anteriores gobiernos colombianos
Pocas horas después de denunciar el “plan para asesinarlo”, el ingeniero Hernández afirmó vía Twitter que el sábado estaría de nuevo con los colombianos gracias a las medidas de seguridad que le había brindado el gobierno nacional. Cabe resaltar que tanto Gustavo Petro como Francia Márquez han sido víctimas durante esta campaña de amenazas reiteradas por parte de panfletos de las Águilas Negras, histórico grupo paramilitar vinculado a anteriores gobiernos colombianos, y tuvieron que modificar el recorrido de su campaña previa a la primera vuelta y añadir protecciones como escudos antibalas en sus mítines electorales públicos. Ambos han sido víctimas de atentados armados en distintos momentos de su vida por su defensa de los derechos humanos.
Campañas radicalmente opuestas
En cuanto a los recursos económicos y humanos de las dos campañas, encontramos también gran contraste. Algo bastante inédito, Hernández aseguró desde un inicio que financiaría la campaña con su propio patrimonio conseguido principalmente a través del mercado inmobiliario en un país donde la posesión de la tierra ha sido y sigue siendo motivo de desplazamientos forzados y masacres. Donald Trump hizo lo mismo en su campaña para entrar a la Casa Blanca en 2016. Según la revista Semana el candidato conservador ha gastado aproximadamente 3.000 millones de pesos, 740.000 euros. La de Petro, en cambio, se ha dotado de 4 grandes créditos con bancos y cooperativas por un valor total de 9.000 millones de pesos, aproximadamente 2 millones de euros, la campaña más costosa. Sale caro abrirse lugar entre los partidos y las élites tradicionales.
Pero se ha dotado también del esfuerzo y los recursos propios de decenas de organizaciones sociales e individuos en muchos rincones del país. El pasado jueves 9 de junio arrancó por ejemplo la caravana Vientos del Sur en Minga por el Cambio, una iniciativa colectiva que busca hacer pedagogía para sumar apoyos al Pacto Histórico. Según Eduin Mauricio Capaz, consejero del Consejo Regional Indígena del Cauca, la propuesta nace de una “comisión política entre indígenas, afros, campesinos, movimientos estudiantiles e incluso ciudadanía no organizada y se construye como una respuesta a lo que pasó el 29 de mayo: es necesario bloquear los avances de la ultraderecha activando la reflexión, la socialización del trabajo de las organizaciones. Hay que salir a conquistar, a enamorar a escépticos, abstencionistas y a otros”.
La caravana, conformada principalmente por mujeres, guardia indígena y líderes negros y campesinos, inició su recorrido desde el sur del país, en Ipiales, departamento de Nariño, sigue en estos días por los departamentos del Cauca y Valle del Cauca y continuará por el eje cafetero y el Huila, parando en ciudades y pueblos. Sectores del movimiento estudiantil y de aquellos que salieron a las calles a protestar durante los dos meses de Paro Nacional en Cali se han sumado a esta movilización y se han montado al llamado Petrobus.
“Somos movimiento social, hecho en las calles, en las cocinas de las mamás y las abuelas, en los brazos de las matronas, somos los estudiantes, la gente de manos callosas de tanto trabajar, somos la gente que poco ha tenido que perder y que a riesgo de perderlo todo, hemos puesto la palabra y la acción transformadora”
Karen Grisales, lideresa estudiantil caleña, es una de ellas. “Somos movimiento social, hecho en las calles, en las cocinas de las mamás y las abuelas, en los brazos de las matronas, somos los estudiantes, la gente de manos callosas de tanto trabajar, somos la gente que poco ha tenido que perder y que a riesgo de perderlo todo, hemos puesto la palabra y la acción transformadora”, publicaba en su perfil de Facebook.
“Esta juntanza no es solo campaña electoral, es la muestra de una sociedad que busca un cambio de raíz”, asegura Claudia Inseca, del Tejido Mujer de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca, desde la chiva que va camino a Pereira. Según el líder indígena Capaz, que gane o no el Pacto Histórico “no es estructural, pero si es importante para los movimientos sociales que lo hemos pasado muy mal, para los pueblos que viven entre la guerra, ya que más allá de una propuesta política se trata de una propuesta para la vida”.
Las redes sociales se han llenado en estas semanas de ofrecimientos sospechosos: “Si estás dudando sobre quién votar, háblame, te invito a un café o una cerveza y conversamos y el día 19, tú decides”, subían muchos jóvenes en sus estados de WhatsApp o en su stories de Instagram. Hasta un trayecto en taxi puede convertirse en un ambiente de debate donde ganar un adepto más a la causa.
Un asesor de campaña de Petro quién prefiere no dar su nombre, explica que la movilización de las organizaciones sociales es un pilar de la campaña de Petro y añade que, como estrategia, “nosotros lo que queremos es destacar a nuestro candidato como una persona con un proyecto político serio, sólido y con experiencia frente un candidato que improvisa y que se sitúa como seguidor de Hitler; un fascista que no da garantías, que no propone, que no aparece en debates”.
En su programa hay políticas sociales enfocadas a las mujeres cabeza de hogar, planes económicos y tecnológicos “para la vida”, garantías para los derechos de los colectivos LGTBIQ con enfoque generacional e intercultural, un sistema único de salud que termine con la tercerización y división por estratos sociales de las empresas de salud actuales, y un largo etc. de medidas progresistas transformadoras que muchos dudan que puedan llegar a implementarse. El 19 de junio se sabrá si existirá la oportunidad de intentarlo.