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Análisis
Juanma Moreno y la batalla contra sí mismo en Andalucía: entre Ayuso y Mañueco
De cara a las próximas elecciones en Andalucía, una cuestión que parece cada vez más evidente según se acerca el momento de acudir a las urnas es que Juanma Moreno no ha encontrado en el resto de candidatos un rival que sea capaz de disputar su hegemonía. En realidad, con quién está compitiendo el candidato de los populares en Andalucía no es Juan Espadas o, por el contrario, Macarena Olona. La verdadera batalla de Moreno Bonilla se libra frente a las expectativas. Unas expectativas que podrían resumirse en la siguiente incógnita: ¿logrará gobernar en solitario, como Ayuso en la Comunidad de Madrid, o, por el contrario, seguirá el camino de Mañueco en Castilla y León y se verá obligado a integrar a Vox en el Gobierno de la Junta de Andalucía?
Por un lado, Feijóo y el Partido Popular esperan que lo que pasó de Castilla y León sea un accidente en su carrera a la Moncloa. Para ello, necesitan conservar el liderazgo en la derecha con la suficiente holgura, demostrando así que la disputa por el liderazgo de la derecha está zanjada y la papeleta que determinará las próximas elecciones será la suya. Por otro lado, Santiago Abascal y Vox están tratando de replicar el éxito que tuvieron en las últimas elecciones de Andalucía apostándolo todo al ‘efecto Olona’ con el objetivo de demostrar lo contrario: que Castilla y León no fue un accidente, sino un cambio de paradigma en lo que respecta a su relación con los populares que les permita tratarlos de tú a tú a partir de ahora.
Juan Espadas, el candidato del PSOE a la Junta de Andalucía, que ha sido alcalde de Sevilla durante los últimos años, sólo es conocido por un 67,5% de los andaluces
Ahora bien, ¿es cierto que Moreno Bonilla no tiene rival en Andalucía? La publicación, hace unos días, del barómetro preelectoral del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) demuestra que sí. No sólo es el líder político más conocido de Andalucía por un 96,6% del electorado, sino que sus rivales se encuentran muy lejos de esta cifra. Juan Marín, el que ha sido vicepresidente de la Junta de Andalucía durante estos últimos cuatro años, sólo es conocido por un 68% de los andaluces. Juan Espadas, el candidato del PSOE a la Junta de Andalucía, que ha sido alcalde de Sevilla durante los últimos años, sólo es conocido por un 67,5% de los andaluces.
Además, Moreno Bonilla es, con diferencia, el líder político mejor valorado de Andalucía con un 6,28 de media. Por su parte, Marín y Espadas sólo obtienen un 5,19 y un 4,88 de media respectivamente. Esta enorme diferencia puede producirse porque Moreno Bonilla es capaz de generar simpatías más allá de sus votantes habituales. Así pues, no sólo los votantes del PSOE y Vox —lo cual, por sí mismo, ya es bastante llamativo— le valoran positivamente, con un 5,25 y un 7,15 de media respectivamente, sino que también lo hacen los abstencionistas y quiénes no tenían edad de votar en las últimas elecciones.
Ahora bien, lo más determinante a la hora de concluir que Moreno Bonilla no tiene rival es el hecho de que un 44% de los andaluces prefiere que sea él quién, tras las elecciones, se encuentre al frente de la Junta de Andalucía; seguido por Espadas, que es el preferido para un 13,4% de los andaluces. De nuevo, ¿por qué ocurre esto?
Sorprendentemente, esto se produce porque hay una amplia mayoría de andaluces que, más allá de la identidad partidista, prefiere que sea Moreno Bonilla, y no el candidato de su partido, el próximo presidente de la Junta de Andalucía. Entre ellos, encontramos un 23,8% de los votantes del PSOE y un 42,7% de los votantes de Vox en las últimas elecciones generales. En este sentido, Moreno Bonilla es la demostración de que, desde la llegada de Feijóo, el PP está siendo capaz de recuperar el centro de forma significativa. Además, es capaz de lograr esto sin perder apoyos en su flanco derecho.
Más de un 10% de los votantes del PSOE en las últimas elecciones generales afirma que votará por el PP el 19J, mientras que los votantes del PP que se decantan por el PSOE apenas llegan al 1%
Otra de las razones de los buenos números de Moreno Bonilla es que, en un momento en el que la competición política en España —y, por lo tanto, también en Andalucía— está estructurada en torno a dos bloques ideológicos claramente diferenciados, mientras que el principal rival de la izquierda es la desmovilización, así como quienes serían sus potenciales socios parlamentarios, la derecha está restando votos directamente de sus rivales. En concreto, más de un 10% de los votantes del PSOE en las últimas elecciones generales afirma que votará por el PP el 19J, mientras que los votantes del PP que se decantan por el PSOE apenas llegan al 1%. Es decir, que la derecha en Andalucía está recibiendo más votos de los que pierde a favor de la izquierda.
Sin embargo, para apreciar realmente la fortaleza del liderazgo de Moreno Bonilla hay que prestar atención a la distribución de la preferencia para ocupar la Presidencia de la Junta de Andalucía en función de la autoubicación ideológica.
En este sentido, Moreno Bonilla es el preferido, con una abrumadora diferencia, para aquellos que se sitúan en todo el espacio de la derecha, superando a Macarena Olona incluso en las posiciones consideradas tradicionalmente de extrema derecha. Además, también supera ampliamente al resto de candidatos en el centro, donde se encuentran la mayoría de votantes, y es capaz de penetrar con una fuerza considerable en las posiciones donde se encuentran los votantes de los partidos de izquierdas.
Por su parte, la fuerza de Espadas en la derecha es testimonial. Además, en los valores tradicionales del PSOE se encuentra encerrado entre las candidatas de Por Andalucía y Adelante Andalucía, Inmaculada Nieto y Teresa Rodríguez, y Moreno Bonilla, lo que apunta en la dirección de la falta de liderazgo en el espacio de la izquierda en Andalucía. Asimismo, esto se aprecia en cómo la indecisión es mucho mayor en las posiciones de izquierdas, lo que señala la falta de convicción de estos votantes a un par de semanas de acudir a las urnas.
En definitiva, nos encontramos ante un líder que, según los datos, está logrando una importante posición de centralidad en el entorno de la competición política en Andalucía. En este sentido, lo que se dirime en estas elecciones no es la victoria de Moreno Bonilla, sino su contundencia, lo que permitirá saber si este seguirá el camino de Ayuso en la Comunidad de Madrid o el de Mañueco en Castilla y León. Este es el rival, y, para poder hacerle frente, hará falta profundizar en la unión de la izquierda de manera que el verbo ‘Sumar’ no se traduzca únicamente en un sumatorio de partidos políticos, sino también en un programa común que cuente con un horizonte de progreso y tenga en cuenta también a las personas y sus afectos, tanto en Andalucía como en España.