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Análisis
La incapacidad de los líderes occidentales para hacer frente a la inflación
En el artículo anterior presentamos una serie de propuestas heterodoxas para luchar contra la inflación. En otro previo detallamos cómo la subida de tipos de interés no solo no iba a solucionar el problema de fondo, sino que lo iba a agravar hasta llevarnos a una gran recesión. Detrás, tanto de nuestras propuestas como de nuestra valoración extremadamente negativa del camino seguido por los bancos centrales, se encuentra nuestro diagnóstico sobre qué hay detrás de la inflación actual, y que hemos explicado hasta la extenuación -véase el artículo anterior publicado en estas mismas líneas-.
Recientemente el premio Nobel de economía, Joseph Stiglitz, se ha expresado en términos similares, aunque con ciertos matices o diferencias, que desde mi punto de vista son relevantes. Stiglitz parte de la siguiente hipótesis que compartimos: el endurecimiento de la política monetaria podría tener el efecto contrario al que se vocifera, es decir, podría aumentar aún más la escalada de precios. Para ello aporta distintas razones que podemos compartir, aunque es necesario en alguna de ellas hacer ciertas aclaraciones sobre el porqué.
Las materias primas como origen de la inflación actual
En primer lugar, el premio Nobel señala que el origen de la actual tasa de inflación es el shock de oferta, que ha disparado los precios del petróleo y alimentos de todo tipo. Por ese motivo, Stiglitz considera que subir los tipos de interés no va a servir para que haya más bienes básicos a un precio inferior, ya que el problema que ha originado ese incremento seguirá ahí. Frente a esta situación, sugiere que hay que invertir para aliviar algunos de los cuellos de botella que ahogan la oferta. Si bien acierta a señalar a los precios de materias primas energéticas y agrícolas como los responsables iniciales de la inflación actual, sigue sin entender el porqué de ello. No basta con achacarlo solo a desequilibrios entre oferta y demanda. El problema venía de antes de que se iniciara la guerra de Ucrania.
La razón fundamental de la escalada de precios del petróleo, gas o productos agrícolas, en el período 2002-2008, y desde finales de 2020, se debe a la financiarización de los mismos
La razón fundamental de la escalada de precios del petróleo, gas o productos agrícolas, en el período 2002-2008, y desde finales de 2020, se debe a la financiarización de los mismos, mediante la expansión y el acceso a los mercados derivados de materias primas a especuladores y a fondos institucionales. Como consecuencia, en determinados momentos, la evolución de sus precios no obedece a fundamentales económicos sino a burbujas especulativas y procesos de propensión o aversión al riesgo de los inversores, si bien no son simétricos, impactando mucho más en los precios, al alza, durante las fases de toma de riesgos excesivos, como la actual. La evidencia académica es abundante. En un blog de ¡noviembre de 2021! analizamos tres de estos artículos académicos. En este sentido, tengo la sensación, cuando expongo estos razonamientos, avalados por los datos, que predico en el desierto. Recuerden una máxima, cuando la ineptitud permanece en el tiempo es porque hay ciertos intereses de clase que se están protegiendo.
En nuestro primer blog publicado en estas líneas, en ¡septiembre de 2021! se detalló además porqué detrás de la descomunal subida del precio de la electricidad se encontraban los repuntes de los precios de determinadas materias primas, especialmente el gas, y, de nuevo, aportamos evidencia académica previa. ¿Hicieron algo las autoridades por entender estas dinámicas y corregirlas? No, porque además de poner en evidencia al rey desnudo, el fundamentalismo de mercado, de nuevo, se protegieron ciertos intereses de clase.
Pero si hay alguien que de manera inteligente lleva aprovechándose de estas dinámicas durante mucho tiempo, la Rusia de Vladimir Putin. Solo tras invadir Ucrania y demostrarse el análisis vacuo sobre lo mal que lo pasaría Rusia con las sanciones que les íbamos a imponer, los dirigentes europeos, en contra de su fundamentalismo de mercado, han empezado a hacer alguna pequeña cosa, insuficiente, por cierto.
El poder de mercado de ciertas empresas
A continuación, el Premio Nobel de Economía señala al poder de mercado de las grandes empresas, cuyos márgenes se han incrementado por encima del coste de los bienes y la energía. Por eso, Stiglitz ve peligrosa la subida de los tipos de interés porque la están aprovechando estas grandes empresas para encarecer aún más los precios y, por consiguiente, impulsar todavía más la inflación.
Cómo detallé en un blog reciente, en otras líneas, el aumento del poder de mercado y de la concentración empresarial ha sido ampliamente documentado, especialmente en el caso de Estados Unidos (Gutiérrez y Philippon, 2017; Covarrubias et al., 2019; Grullon et al., 2019; De Loecker et al., 2020), aunque también hay estudios con datos no estadounidenses (Gutiérrez y Philippon, 2018). Las consecuencias económicas del aumento del poder de mercado son diversas, y van desde la disminución de las cuotas de trabajo y de capital (Autor et al., 2020; Barkai, 2020, De Loecker et al., 2020), a favor de los beneficios puros (Barkai, 2020), así como la disminución del dinamismo del mercado laboral (De Loecker et al., 2020), hasta una menor inversión empresarial en relación con la Q de Tobin (Gutiérrez y Philippon, 2017; Crouzet y Eberly, 2019). Además, las empresas de los sectores con mayor aumento de la concentración del mercado han disfrutado de mayores márgenes de beneficio, vía mayores precios, rendimientos anormales positivos de las acciones y operaciones de fusiones y adquisiciones más rentables, lo que sugiere que el poder de mercado se está convirtiendo en una importante fuente de valor (Grullon et al., 2019).
Como detallamos en nuestro último artículo en estas líneas, debería abrirse una amplia discusión sobre el papel de los organismos reguladores de la competencia, la composición de sus miembros, y la necesidad de dotarles con todos los instrumentos necesarios para su labor. Deben disponer de equipos amplios que identifiquen el aumento de poder de mercado, y tener la capacidad ya no solo para imponer multas acordes con el daño causado por prácticas oligopolísticas, sino, sobre todo, llegado el caso, trocear y vender negocios y unidades de empresas demasiado grandes para quebrar e imponer precios. Pero ya avisamos, no lo harán. Las puertas giratorias trabajan sin descanso.
De todas y cada una de las dinámicas descritas, y la incapacidad de cambiarlas, por defensa de ciertos intereses ideológicos y de clase, los más perjudicados, la clase trabajadora y el capital productivo. Los más beneficiados, como en un neo-feudalismo, los extractores de rentas. ¡Hasta Francis Fukuyama considera que los neoliberales fueron demasiado lejos! Para partirse de risa sino fuera por los destrozos que toda esta gente ha generado.