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Economía colaborativa
Contra las nuevas fórmulas de explotación laboral
Nuevos modelos de explotación laboral avanzan en nuestro país, dando una vuelta de tuerca a la precariedad del mercado laboral, convertida ya en un hecho sistémico. Los promotores de estas nuevas fórmulas de explotación laboral son grupos empresariales y empresas multinacionales que apenas pagan impuestos en los países donde operan y que externalizan cualquier tipo de riesgo a costa de los trabajadores y trabajadoras. Ésta es, por tanto, su primera característica: externalizar los riesgos empresariales a costa de la clase trabajadora.
Empresas de la denominada “economía colaborativa” con gigantes como Amazon, Uber, Cabify o el grupo Inditex; casos como los de Deliveroo o Glovo, donde literalmente quienes quieren tener un empleo deben poner dinero de su propio bolsillo; subcontratas de las grandes empresas de las telecomunicaciones, energéticas o incluso administraciones públicas como es el caso del telemarketing, que tiene alrededor de ochenta y cinco mil personas ocupadas en nuestro país… Todos ellos comparten la misma filosofía empresarial: temporalidad salvaje, subcontratas descontroladas, ETT, falsos autónomos en algunos casos, jornadas maratonianas y sueldos de miseria son el pan de cada día en estas empresas de la nueva economía del siglo XXI.
Condiciones tan inestables que hacen casi imposible que la gente se organice para luchar contra estos abusos constantes. Por todo ello, parece que el primer objetivo ha de ser la creación de espacios comunes para que estas personas puedan ponerse en contacto (cuestión nada sencilla si tu centro de trabajo es un coche o una bicicleta, por poner un ejemplo) y ayudarles a que se organicen para que se frenen los intolerables abusos de estas empresas.
Solidaridad entre trabajadores y trabajadoras de distintos sectores productivos pero que comparten una problemática muy similar. No parece haber otro camino.
Sin embargo, este marco solidario no ha de quedar restringido a aquellos que necesitan ayuda de forma más urgente. Trabajadores y trabajadoras de empresas del resto de sectores productivos también están amenazados por estas nuevas fórmulas de explotación laboral, ya que como venimos observando, las grandes empresas de la economía colaborativa están sirviendo de desgraciada inspiración a la patronal en su conjunto, que comienza a adoptar de manera sistemática sus mismos principios y estrategias.
En una búsqueda insaciable por abaratar costes, muchas otras empresas están optando también por implantar sistemas de gestión de personal basados en plataformas digitales con idénticas estrategias de fondo: provocar un mayor aislamiento de unos trabajadores y trabajadoras respecto a otras (el teletrabajo se vende como una conquista de la libertad individual) cuando lo que se busca es destruir cualquier atisbo de lucha colectiva y favorecer tan sólo soluciones individuales que no solucionan nada; asimismo, el tiempo de trabajo pasa a ocupar todos los espacios de la vida cotidiana, ya que se pretende que trabajadores y trabajadoras estén disponibles en todo momento, y en definitiva, lo que se está fomentando es un tipo de trabajo “a destajo”, sin horario fijo y sin ningún tipo de cobertura.
La opinión pública debe conocer estas prácticas intolerables. Deben conocer que los productos que consumen favorecen también unas condiciones laborales determinadas. Si hacemos un pedido de comida a casa debemos saber que un falso autónomo, apenas sin ningún tipo de cobertura en caso de accidente, es quien lo llevará a nuestra casa en bicicleta. Si pedimos un coche con Uber o Cabify debemos saber que es muy probable que el conductor haya trabajado más de sesenta horas al volante esa semana. Si compramos en Zara, cuya plantilla es mayoritariamente femenina, debemos saber también que en ese grupo empresarial hace falta ir a los juzgados para que se respeten las condiciones mínimas establecidas por concreción horaria por cuidado de hijos/as.
El pasado 14 de diciembre, en la Puerta del Sol de Madrid, tuvo lugar el primero de los actos que tendrán continuidad en 2019 para fomentar este espacio de diálogo y lucha colectiva. En dicho acto, promovido por la Federación de Transportes y Comunicaciones de CGT, intervinieron trabajadores y trabajadoras de Deliveroo, Zara y Lefties, Amazon, Telemarketing y Carrefour. Organizaciones como Anticapitalistas y Abriendo Brecha, entre otras, también apoyaron la convocatoria.
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