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Economía colaborativa
¿Cuánto dinero necesitas para ser feliz?
Hace unas semanas falleció el economista Richard Easterlin, uno de los padres de la economía del bienestar. Nacido en 1926, Dick, como le llamaban sus allegados, hubiera cumplido 99 años en enero. En este artículo recuperamos su principal contribución y exploramos esta rama del conocimiento para tratar de responder a la pregunta: ¿cuánto dinero se necesita para ser feliz en España?
Se dice que el propósito de Easterlin era mejorar las vidas de las personas, y que él mismo era muy feliz. Sin duda, su principal contribución científica giró en torno a la medición de la felicidad y a la explicación de sus determinantes. Su artículo ¿Mejora el crecimiento económico la riqueza humana?, publicado hace 50 años, presenta la conocida “Paradoja de Easterlin”: ganar más dinero no siempre nos hace más felices.
Su investigación se basó en encuestas realizadas a miles de individuos en diecinueve países. Los resultados confirmaron que, dentro de un mismo país, las personas con ingresos más altos son generalmente más felices que aquellas con menores ingresos. Sin embargo, también demostró que los países más ricos no son necesariamente más felices que los más pobres y que, en estudios longitudinales, las generaciones con mayores ingresos no suelen manifestar niveles de felicidad superiores a las generaciones con menos ingresos.
Una de las causas que explica esto es nuestra capacidad de adaptación. Por ejemplo, no solo importa el nivel absoluto de ingresos de una persona, sino también su posición relativa respecto a un estándar de referencia, como el salario medio del país. Así, si una sociedad aumenta proporcionalmente los ingresos de toda su población, también lo hará el salario medio. Por ende, las personas con menores ingresos seguirán sintiéndose pobres al estar por debajo del promedio y, en consecuencia, infelices. Esto llevó a Easterlin a citar a Homans, quien indicaba que “cualquier deseo satisfecho da pie a otro insatisfecho”, y a cuestionar el fin último del crecimiento económico: ¿es una medida de progreso en sí mismo o engendra necesidades cada vez mayores para la sociedad?
¿Cuánto dinero necesitas para ser feliz en España?
Con el trabajo de Easterlin como uno de sus pilares fundacionales, la investigación en economía del bienestar destaca que el efecto de cada euro adicional en nuestra felicidad disminuye progresivamente a medida que aumentan nuestros ingresos. Los ingresos iniciales suelen destinarse a satisfacer necesidades básicas fundamentales, como la alimentación y el acceso a la vivienda. Los últimos, en cambio, suelen destinarse a caprichos o bienes menos necesarios que no suelen estar relacionados con cuestiones de vida o muerte. Por eso, se dice que los ingresos tienen una “utilidad marginal decreciente”.
El salario digno podría considerarse el nivel de ingresos mínimo necesario para asegurar el bienestar de una familia española. Este salario digno corresponde a la cantidad mínima requerida para garantizar un nivel de vida adecuado para una persona empleada y su familia. Según Valuing Impact, en España, este umbral se sitúa en torno a los 30.000 euros anuales por hogar en zonas urbanas.
En el otro extremo, también se ha investigado el concepto de 'saciedad': el umbral a partir del cual un aumento salarial deja de generar un impacto significativo en el bienestar de una persona. Según un estudio publicado en Nature Human Behaviour, un aumento en los ingresos una vez superados los 100.000 euros anuales no produce cambios relevantes en el bienestar en Europa Occidental. Este podría considerarse el punto a partir del cual más dinero no aporta más felicidad.
Por lo tanto, para ser feliz en nuestro país es necesario un nivel de ingresos superior a los 30.000 euros al año que permita satisfacer las necesidades básicas del hogar, y, a partir de los 100.000 euros, un aumento del nivel de ingresos probablemente ya no aportaría más bienestar.
¿Cómo tener una vida feliz según la ciencia?
Sin embargo, Easterlin escribió hace ya 50 años que “las consideraciones económicas son importantes para los individuos, pero de ninguna manera son lo único que importa”. En la actualidad, la economía del bienestar ha evolucionado significativamente, impulsada por figuras destacadas como el laureado Amartya Sen, lo que ha permitido identificar con mayor precisión los factores que influyen en nuestra felicidad. Según la OCDE, además de los ingresos y la riqueza, hay otras diez dimensiones que impactan en nuestro bienestar: vivienda, salud, conocimiento, calidad ambiental, bienestar subjetivo, trabajo y bienestar laboral, seguridad, equilibrio personal-profesional, compromiso cívico y conexiones sociales. Las relaciones personales estables son, precisamente, la clave de una buena vida para Schulz y Waldinger, autores de uno de los estudios más relevantes sobre la felicidad realizado por la Universidad de Harvard.
A nivel cuantitativo, el World Happiness Report, una publicación del Wellbeing Research Centre de la Universidad de Oxford, es la principal fuente de referencia. En su índice mundial, se muestra que en España, el trigésimo sexto país del ranking de felicidad, el 72% del bienestar de sus habitantes está explicado por variables que van más allá de los ingresos, como la esperanza de vida saludable, la percepción de apoyo social frente a dificultades o la libertad para tomar decisiones en la vida.
Trasladar estas conclusiones científicas a nuestras vidas no es sencillo puesto que cada persona es diferente, pero hay algunas ideas claras. Decir que el dinero no es importante es falso e ilusorio. El dinero es una necesidad crucial, particularmente si estamos por debajo de los 30.000 euros anuales por hogar. Sin embargo, no es ni mucho menos lo único que da la felicidad. Además, aunque sea complicado, debemos evitar comparar nuestra posición financiera con un estándar preconcebido. Como el propio Easterlin recomendaba, “céntrate en tu familia, deja de comparar tu estatus con el de otros” y valora positivamente cómo te encuentras con respecto a otras generaciones. En el caso excepcional de que ganes más de 100.000 euros al año, ten en cuenta que más dinero probablemente no cambie de manera significativa tu bienestar, por lo que deberías evaluar si vale la pena sacrificar tiempo personal por aumentar tus ingresos.
Pero, sobre todo, es esencial no perder de vista lo que está más allá del dinero, como mantener un estilo de vida saludable y cultivar relaciones personales profundas. Estos son los factores que más contribuyen a nuestro bienestar según la ciencia y, por lo tanto, son la clave de una vida plena.
Economistas sin Fronteras no se identifica necesariamente con la opinión del autor y ésta no compromete a ninguna de las organizaciones con las que colabora.