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Agresiones sexuales
Madres de un instituto de Móstoles señalan falta de protocolos al denunciar tres agresiones sexuales a alumnas
El pasado 16 de junio familias del IES Antonio Gala de Móstoles llamaron a la policía para denunciar tres agresiones sexuales a alumnas de 14 años sucedidas durante esa semana dentro del instituto, tal y como se recoge en las denuncias emitidas ese día. El presunto agresor es otro alumno de 13 años que fue expulsado cinco días después, según relatan las familias. Las agresiones sexuales, que consistieron en penetrar o intentar penetrar a las menores sin su consentimiento mediante la violencia y la amenaza, se pormenorizan en dos de las denuncias, a las que ha tenido acceso El Salto. Dos de las madres denunciantes, Clara y Sofía, que prefieren aparecer con nombres ficticios, aportan además un parte de lesiones.
En las denuncias se recogen los hechos ocurridos entre el 5 y el 16 de junio. Hasta el 16 de junio una de las agredidas no reaccionó ante lo ocurrido pues el agresor les habría pedido confidencialidad. “Mi hija fue agredida el martes. El viernes le dio un ataque de ansiedad cuando le vio. Una profesora la metió en la Jefatura de Estudios para tranquilizarla y allí contó lo que había pasado”, explica Clara. Sofía añade que su hija fue agredida el lunes de la semana anterior pero tampoco habló hasta ese viernes, cuando el resto de niñas agredidas secundaron la iniciativa y destaparon también lo que les había pasado. Las madres explican que el instituto procedió a comunicarse con las familias y fueron estas las que se encargaron de llamar a la Policía Nacional y a la Policía Municipal, que se personaron en el lugar junto a la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) y una ambulancia.
El parte de lesiones de la hija de Clara refleja “sospecha de agresión sexual con lesión genital”. “Fuimos al hospital con la Policía, las miraron. Mi hija tiene lesiones internas del forcejeo porque ella no se dejaba. Pusimos la denuncia nosotras. Desde el minuto cero, el instituto no ha actuado”, explica Clara. El Salto ha intentado recabar la versión del centro, que ha declinado participar en este reportaje, pidiendo a este diario que se dirigiera al gabinete de comunicación de la Consejería de Educación.
“Este niño lleva metiéndose con mi hija durante todo el curso con dos compañeros más. Yo he llamado al instituto en varias ocasiones, he mandado correos, y no hicieron nada”
“Este niño lleva metiéndose con mi hija durante todo el curso con dos compañeros más. Yo he llamado al instituto en varias ocasiones, he mandado correos, y no hicieron nada, ni abrieron protocolo ni nada de nada”, se queja Clara. “Sabemos que anteriormente las provocaba, se tocaba sus partes y se las enseñaba. Desde la agresión mi hija, como la de Clara, ya no quiere ir al colegio”, apoya Sofía.
Ambas madres denuncian que el instituto ha llegado tarde a esta agresión. “Prevención no ha habido ninguna. Nos han dicho que a partir de ahora se darán charlas, pero ya es tarde. Hasta que no pasa no se toman medidas”, denuncia Clara.
Para Pedro Manuel González, abogado de dos de las denunciantes, la responsabilidad del centro es doble: por un lado en cuanto a la responsabilidad directa que tiene sobre los actos que cometen sus alumnos en horas escolares y por otro lado el deber de protección para con las agredidas. “Ya no solo tienen que proteger para que los alumnos no hagan nada, sino para que a sus alumnos no les hagan nada. Tienen el deber de cuidar de la salud física y moral de los menores que están a su cargo”, explica. González destaca además la situación de hostigamiento previa denunciada por las menores. “Si esta situación se hubiera atajado antes, no se hubiera llegado hasta aquí”, valora.
Ausencia de protocolos
La ausencia de protocolos frente a agresiones sexuales en los centros educativo es una de las carencias presentes en la mayoría de comunidades autónomas. Así lo asegura María José Fernández Pérez, presidenta de la Asociación Madrileña contra el Acoso Escolar (AMACAE). No en vano, en la Comunidad de Madrid, y según la resolución de 4 de octubre de 2022, de la Viceconsejería de Organización Educativa, hay cuatro tipos de protocolos: contra el acoso escolar, para la prevención de conductas autolesivas, para la prevención del riesgo de pertenencia a grupos juveniles violentos y para prevención del consumo de sustancias adictivas por los alumnos de los centros educativos.
“Se han olvidado de las agresiones sexuales en las aulas”, se queja la presidenta de AMACAE, quien dispara contra la Comunidad de Madrid, por no diseñar herramientas ante casos así
“Se han olvidado de las agresiones sexuales en las aulas”, se queja la presidenta de AMACAE, quien dispara contra la Comunidad de Madrid, por no diseñar herramientas ante casos así, y contra los centros en los que observan “desidia y dejadez”.
Fernández alerta de que lo sucedido en el IES Antonio Gala no es un caso aislado y que están asistiendo a una evolución “peligrosa” dentro de las aulas. “Hace años que veníamos detectando agresiones tipo realizar tocamientos o levantar la falda. Recuerdo que en un centro, en una ocasión, a una madre le decían que eso eran “cosas de niños”. Hoy las agresiones que nos llegan son más graves y seguimos igual”, se queja.
Y, volviendo a lo sucedido en el IES Antonio Gala, la presidenta de AMACAE, que ha seguido el caso, explica que tras la denuncia de las agresiones el equipo directivo ha ido por las clases a informar de que están prohibidas las relaciones sexuales, “como si esto fuera algo consentido”, se queja quien incide en la revictimización de las jóvenes, que no quieren ir al colegio, mientras se ha tardado cinco días en expulsar al agresor, asegura.
Casi la mitad de adolescentes, sin educación sexual
Pese a que la nueva ley educativa, la LOMLOE, recoge la enseñanza de la Educación Afectivo Sexual en Secundaria en cuatro asignaturas (Biología, Educación Física, Educación en Valores, Geografía e Historia), la ausencia de conocimientos en esta materia es preocupante, tal y como denuncian estudios y expertas consultadas para este reportaje.
Según el estudio La situación de la violencia contra las mujeres en la adolescencia en España presentado por la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género en 2021, el 14% de las chicas afirma haberse sentido presionada para actividades de tipo sexual. Sin embargo, casi la mitad de los y las adolescentes manifiestan no haber recibido educación sexual. Así, el 48,3% de las encuestadas y encuestados para este estudio, no recuerda que se haya trabajado en su centro nada sobre la sexualidad. Entre el alumnado que sí recuerda haber abordado la sexualidad en las aulas, los temas tratados más mayoritariamente son la prevención del contagio de enfermedades (94,5%) y de embarazos no deseados (89,7%). Por contra, los temas menos tratados son: qué hacer para que se respete mi derecho a la libertad sexual (69,5%), otros tipos de diversidad afectivo-sexual (69,7%), cómo puede influir el machismo en la sexualidad (72,3%) y cómo evitar situaciones de riesgo de abuso sexual (74,9%).
“Según los estudios, los chavales están viendo porno desde los 8 años, ¿cómo vamos a llegar con 14 a dar un taller de sexualidad cuando ya deberían haber recibido información sobre deseo, placer, límites y consentimiento?”
Pitu Aparicio, educadora social que imparte talleres sobre sexualidad en colegios e institutos, corrobora que, en la mayoría de los casos, se llega tarde y mal con este tipo de formación. Destaca que su presencia ha sido reclamada en algunos centros cuando la violación ya ha tenido lugar. “Según los estudios, los chavales están viendo porno desde los 8 años, ¿cómo vamos a llegar con 14 años a dar un taller de sexualidad cuando ya deberían haber recibido información sobre deseo, placer, límites y consentimiento?”, expresa Aparicio, para quien no se trabaja desde el cuerpo en las aulas.
“Hay agresiones que los chavales cometen sin ser conscientes porque nadie les ha dicho cómo deben actuar. Si la otra persona no está diciendo que sí es que no, pero esto nadie se lo ha explicado”, añade esta tallerista que se queja de que para eso están las profesionales, que podrían hacer un abordaje preventivo para que alumnos y alumnas se relacionen con la vida de cara a la madurez emocional. “Yo he ofrecido talleres gratis en colegios de algunos barrios de Madrid y me han respondido que no tienen hueco en el currículo”, se queja.
“Los agresores continúan yendo a clase con todo el estigma para la víctima que eso supone: denunciar es una doble victimización en el centro escolar"
Del lado de la víctima, la denuncia de lo ocurrido supone una “revictimización” por los fallos en las praxis de los centros que en ocasiones no toman las medidas adecuadas. “Los agresores continúan yendo a clase con todo el estigma para la víctima que eso supone: denunciar es una doble victimización en el centro escolar. Estamos hablando de que le han destrozado la vida a una persona”, denuncia Aparicio.
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Hay dos niveles sobre los que se debería actuar. No sé cómo son los protocolos estatales o autonómicos ante los abusos sexuales dentro de los centros escolares. Lo que sí sé es que no funcionan: los centros se ponen automáticamente de parte de los agresores y en contra de las víctimas. El primer nivel en el que creo que se debe actuar, es obligar a los centros a ponerse de parte de las víctimas y en contra de los agresores por principio. Y después que la justicia compruebe quién tiene razón. El método actual (dar la razón al agresor, culpabilizar a la víctima y comprobar después) no es eficaz ni justo. El otro nivel sobre el que hay que actuar, es penalizar a los padres de los agresores menores de edad. A la larga, eso sí que sentaría una diferencia notable.