Derecho a la vivienda
Tengo una casa: un striptease inmobiliario

¿Qué es una casa? Una casa es el derecho de base para acceder a tantos otros derechos. Por eso es importante que hablemos de las casas.

Sarah Babiker
11 ene 2017 06:32

Tengo una casa pero no es mi casa. Esta casa, que no es mi casa, no es un regalo, es el producto de un ejercicio extremo de solidaridad familiar. Un ejercicio que no era un capricho ni el traspaso de un privilegio sino un sacrificio para suplir una solidaridad social que se sacó a patadas de nuestro imaginario colectivo, en el que el derecho a techo fue brutalmente devorado por el monstruo de la economía inmobiliaria.

Una casa ha sido mi posibilidad de retornar de afuera con familia, la casilla de salida para una nueva partida, la serenidad que me permite escribir estas líneas. Hago este ejercicio de incómodo exhibicionismo porque a estas alturas no veo nada más revolucionario que despelotar nuestras realidades materiales, porque entiendo que un striptease inmobiliario masivo nos llevaría a ver los hilos de los que (aún) penden nuestras existencias.

¿Qué es una casa? Es el umbral que separa la cotidiana precariedad de la pura pobreza. Una casa es la posibilidad de salvaguardar tu pasado, refugiar tu presente, imaginar un futuro. Sin casa el tiempo se detiene, te conviertes en un exiliado de la vida y del abrigo; todo es travesía para alcanzar alguna orilla, o resignación de naúfrago.

No importa si es una casa en propiedad, en alquiler u ocupada. Hablo solo de un techo sobre nuestra humana cabeza que gusta de estar resguardada del sol y de las tormentas, de entregarse a una almohada y reposar sin hundirse en pesadillas sobre el alquiler que sube, o la letra de la hipoteca que devora un menguante sueldo. Hablo de mirar hacia delante sin tener que hacer apuestas sobre qué entidad insaciable será la siguiente en querer engordar engullendo tus anhelos de vivienda.

La casa, o la ausencia de casa, es el hilo argumental que ha atravesado las biografías de muchas de nosotras, las personales, las colectivas. Nosotras que fuimos buscando la independencia en otras ciudades, y que al volver la conquistamos en pisos compartidos cuyo alquiler total a veces superaba el salario de cualquiera de sus ocupantes. Bromeábamos diciendo que si tuviéramos hijos deberían pagar el alquiler de su habitación desde bebés para que la cosa cuadrara. Por su lado, las hipotecas se desbocaban. En la calle gritábamos: "¡Qué pasa! ¡qué pasa! Que no tenemos casa". El efímero Ministerio de Vivienda extendía algunos cheques de ayuda a los mileuristas veinteañeros, y los bancos nos guiñaban el ojo con sus hipotecas a 45 años. Eran los tiempos álgidos de la burbuja, se construían por todas partes bloques de pisos que no serían nunca casas. Mausoleos de la avaricia en las afueras de la vida. 

"¡No vas a tener casa en la puta vida!". Subía el tono de la constatación. Por aquella época, mi amigo J se compró, el muy loco, una casita él solo, cerca del centro. Brindamos por sus 40 años de hipoteca intentando ver en la copa un vaso medio lleno, donde en realidad había tanto vacío. Parejas de amigos casados por la hipoteca ante el altar de una oficina bancaria que no sabían cómo separarse. Otros que se fueron a vivir lejos, no a otra ciudad, pero sí a otra cotidianeidad desguarecida en la estepa de una PAU siempre a medio habitar, siempre a medio vivir.

¿Qué es una casa? Algo que la gente empezó a perder cuando la burbuja inmobiliaria nos estalló en la cara. Y entonces el problema ya no era que no ibas a tener una casa en tu puta vida, el problema era que ya ni vida ibas a tener por incurrir en la demencia de haber aspirado a una casa, de la única forma que en ese momento se podía aspirar a una casa, endeudándote hasta las cejas. Es que la gente, oías decir por ahí, ha querido vivir por encima de sus posibilidades. Imperdonable irresponsabilidad para un imaginario en el que el techo era un activo inmobiliario y no la condición necesaria para existir. Entonces, muchos respiraron aliviados por haber vivido de alquiler.

Han pasado muchos años, algunas personas fueron rescatadas del vértigo del alquiler por la solidaridad familiar y sus múltiples formas de manifestarse: en efectivo o en especie. O tuvieron la macabra suerte de perder a alguien querido cuya herencia se tradujo en techo. Otras no pudieron seguir pagando y regresaron a habitaciones de mobiliario juvenil que las hicieron sentir viejas y fallidas. Muchas otras siguieron alquiladas.

Y así pasamos de la PAH a los sindicatos de inquilinas. Quienes respiraron aliviados por no haberse hipotecado empezaron pronto a contener el aliento: este año se cumplieron cuatro desde que se aprobó la nueva legislación de alquiler, acicate de una nueva burbuja. Aniversario celebrado en forma de altas dosis de insomnio. Muchos de estos insomnes, fueron, como lo fuimos tantos, gentrificadores involuntarios del centro, ahora asediados por la turistificación de los barrios. Otros son clase media con niños pequeños que descubren que ya no son lo suficientemente clase media para aspirar a seguir en los barrios en los que nacieron sus criaturas, o cerca de los ahora imprescindibles abuelas y abuelos.

Mientras tanto en los barrios obreros, viviendo entre propietarios de viejas viviendas y de casas de protección oficial, hay también tanta gente que no puede pagar alquileres baratos con sueldos que no existen. Un paisaje en el que florece una industria paralela de ocupación de pisos vacíos previo pago. Un mercado negro como efecto natural de convertir una necesidad en privilegio, pero también un germen de guetificación. Aquí en la calle se oyen los tambores que anuncian una guerra de intereses entre pobres fértil para el voto reaccionario.

En fin ¿qué es una casa? Una casa es el derecho de base para acceder a tantos otros derechos. Por eso es importante que hablemos de las casas. Porque un país que tiene casas para los bancos y los fondos de inversiones, para los turistas y los jeques, un país que que tiene casas hasta para la nada, pero no tiene casa para la gente, no es un Estado de Derecho. Es otra cosa

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Cádiz
Derecho a la vivienda Una mujer víctima de violencia de género, con cáncer y dos hijas menores desahuciada en Cádiz
La empresa pública de vivienda de Cádiz ha emprendido un desahucio por la vía penal contra esta vecina de Cádiz que la APDHA define como “injustificado”.
Derecho a la vivienda
Manifestación estatal Mapa | Más de 40 ciudades se movilizan este 5 de abril por el derecho a la vivienda
Decenas de miles de personas en más de 40 localidades de todo el Estado español saldrán a la calle el próximo 5 de abril para reclamar medidas para hacer frente a la crisis de vivienda.
Opinión
Vivienda Abrazar la reacción para salvar la propiedad privada
La rearticulación de las posiciones políticas de las clases propietarias con los discursos de extrema derecha alumbran la hipótesis del rentismo nativista.
seba
20/1/2018 18:06

Excelente descripción y análisis. Poéticamente dicho y argumentado.

0
0
#6417
13/1/2018 13:45

Muy interesante! Genial!

0
0
#6279
11/1/2018 17:23

Muy oportuna Sara, como siempre. Gracias

0
0
#6287
11/1/2018 20:17

Me colocada está realidad,imposible!!

0
0
Represión
Policía infiltrado La Directa destapa un nuevo caso de policía infiltrado, esta vez, en el activismo de Lleida
Bajo la identidad falsa de Joan Llobet García, un agente de la trigesimosegunda promoción de la Academia de Ávila, pasó dos años infiltrado en espacios independentistas, estudiantiles y ecologistas.
Madres protectoras
Madres protectoras Una madre, condenada a tres años y medio por secuestrar a su propia hija, solicita su indulto
La libertad de Jewel Lázaro depende de la respuesta del Ministerio de Justicia de España a su petición de indulto con el fin de no separarla de otro bebé de nueve meses.

Últimas

Israel
Guerra en Gaza Israel ordena evacuar Rafah ante la previsión de un ataque terrestre
En la mañana del 31 de marzo, las fuerzas militares de Israel han ordenado a la población evacuar gran parte de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza.
Francia
Francia Marine Le Pen es condenada por malversación y no podrá concurrir a las elecciones de 2027
Un caso de corrupción con los asistentes del Parlamento europeo golpea a la ultraderecha francesa. Le Pen y su partido, Agrupación Nacional, son condenados por el Tribunal Penal de París.
Myanmar
Terremoto Myanmar: un país bajo los escombros
Con el cronómetro en contra, los equipos de rescate de Myanmar continúan buscando bajo los escombros a los supervivientes del que ya se considera el peor terremoto sufrido en las últimas siete décadas en el país.
Precariedad laboral
Precariedad laboral Europa presiona de nuevo a España para que modifique la indemnización por despido improcedente
El Consejo de Europa concluye que el sistema español viola la Carta Social Europea al considerar que la compensación española no repara el daño a los trabajadores ni disuade de hacerlo.
Memoria histórica
Opinión La maldición de los agotes
Los agotes son una minoría que habita el Pirineo occidental. Están concentrados principalmente en el valle del Baztán, en Navarra, y si bien su origen no está claro, hay varias teorías al respecto. Se cree que la palabra agote proviene del francés cagot y significa “perro godo”. El término es por tanto un insulto.
Huelga
Huelga Nueva jornada de huelga en Renfe el 1 de abril
Los tres sindicatos que no firmaron el acuerdo recuerdan que hay convocatoria de paro en todo el territorio. Reclaman mejoras en el servicio público.
Más noticias
Comunidad de Madrid
Comunidad de Madrid Los trabajadores de Metro celebran el nuevo convenio pese al temor de perder empleos por las automatizaciones
“Es el mejor acuerdo que he visto en 43 años que llevo trabajando aquí”, explica el representante de Solidaridad Obrera en la mesa negociadora, Braulio del Pozo, que destaca que se recupera en parte el poder adquisitivo de la plantilla.

Recomendadas

Militarismo
Alejandro Pozo “El oportunismo de la industria militar española aprovechando lo que pasa en Gaza es grave”
Este investigador sobre paz, conflictos armados, desarme y acción humanitaria denuncia que el rearme ya está teniendo lugar y que el Ejecutivo escamotea información sobre las relaciones comerciales de la industria con Israel.
Galicia
Galicia Bimba y Lola se aleja de las fibras textiles de Altri con la salida del presidente de Greenalia de su consejo
El presidente de Greenalia y antiguo consejero delegado de Inditex, José María Castellano, abandona su puesto en la empresa cerrando una puerta más a la salida de la celulosa supuestamente creada para fibras textiles.
Redes sociales
El asesino de los CEO El fenómeno fan Luigi Mangione, ¿por qué tanta gente apoya a un asesino?
El caso del chico de clase alta que disparó sobre un CEO de una aseguradora médica ha desatado una ola cultural y de apoyo como no se había visto antes.