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Tribuna
Es tiempo de andalucismo
Los autores de esta tribuna, coordinadores nacionales de Izquierda Andalucista, fuerza fundadora de Adelante Andalucía, desarrollan el análisis y las conclusiones derivadas del mismo que conducen a su formación a reclamar que la coalición sea “un verdadero sujeto político andaluz que lleve la voz de Andalucía a Madrid y a Bruselas”.
Hace más de cuatro años, en abril de 2016, inició su proceso constituyente Izquierda Andalucista. Mujeres y hombres con diferentes trayectorias y de diferentes ámbitos nos reunimos con una inquietud común: crear un instrumento para dar voz a una Andalucía muda en las instituciones del Estado durante demasiado tiempo. Una reflexión en la que compartimos un triple análisis y una conclusión.
En primer lugar la economía andaluza carece de una base sólida y sufre de una falta de inversión evidente en la cualificación de sus factores productivos; sufrimos el subdesarrollismo en el centralismo español y la dependencia como territorio periférico de la Unión Europea. Esta situación nos lleva a que suframos una doble brecha, la propia de la desigualdad interna empeorada por la crisis estructural del sistema neoliberal, y la desigualdad con el resto del Estado y la U.E. La Gran Recesión de 2008 y la incipiente coronacrisis, que sólo ha hecho empezar, demuestran que la estructura económica de Andalucía es terriblemente endeble y provoca que nuestros ratios diferenciales en desempleo, índice de pobreza y calidad de vida, no sólo no disminuyan sino que empeoren.
Andalucía sufre una democracia de baja calidad; los consecutivos gobiernos del PSOE dejaron una sociedad escasamente estructurada, con actores sociales de poco peso específico y en muchos casos acomodaticios para con el poder
Por otra parte Andalucía sufre una democracia de baja calidad; los consecutivos gobiernos del PSOE dejaron una sociedad escasamente estructurada, con actores sociales de poco peso específico y en muchos casos acomodaticios para con el poder. El actual gobierno de las derechas está ahondando en el desmantelamiento de la red social y de los servicios públicos, con especial relevancia en la sanidad cuando precisamente tenía que estar más fortalecida, y está provocando una involución en los derechos sociales y sacando a la luz los aspectos más regresivos de ciertos sectores que se resisten y reaccionan agresivamente ante los avances de la sociedad. La ultraderecha pone en el tablero un elemento tremendamente desestabilizador para Andalucía, el Estado español y Europa y expone lo más rancio del nacionalismo intolerante españolista.
Finalmente el 4D de 1.977 el pueblo andaluz parió una Nación; una nación nutrida por una cultura propia anclada en la historia; desde ese momento tenemos un corpus político que nos coloca en igualdad con el resto de las naciones de este Estado plurinacional llamado España. Sin embargo, este formidable legado y esa formidable maquinaria política y legal llamada Junta de Andalucía han sido y están siendo desaprovechadas en un alto porcentaje por los gobiernos de uno y otro perfil que no creen en Andalucía como pueblo y que utilizan los resortes del andalucismo sociológico como meros elementos de marketing político. Se recubren de regionalismo con facilidad cuando llegan al gobierno, incluso un PP heredero de la derecha que obstaculizó e intentó impedir aquel mítico 28F.
Este breve análisis nos llevan a una conclusión: Andalucía no es un territorio cualquiera, no es un país cualquiera, es diferente de otros territorios por múltiples circunstancias: por tener una economía dependiente y periférica, por tener una cultura singular y potente, tanto que es utilizada y apropiada por otros, por mantener y preservar sus hablas a pesar del menosprecio que suscitan en algunos, demasiados, por su patrimonio constitucional construido y desarrollado durante la revisada transición. Por todo ello necesita una respuesta diferente, soluciones diferentes, y estas sólo puede venir desde una opción ideológica propia; y esa opción en nuestro país se llama andalucismo, entendido no como una formulación política aislada sino en relación con la sociedad, la cultura, la economía y el territorio; como una conjunción entre un espacio, un tiempo y un pueblo. Nacionalismo heredero de sus raíces infantianas, de los andalucistas históricos, de los ideólogos andalucistas de mediados del siglo XX, nacionalismo tolerante e inclusivo y encuadrado en las izquierdas soberanistas.
El andalucismo es el antídoto para que Andalucía salga de su postración, de su situación subalterna económica y política
En estos cuatro años hemos luchado por ir conformando una herramienta política que estuviera acorde con este análisis, una estructura organizativa que nos permita tener capacidad de influencia en nuestro entorno cercano, huyendo de las viejas fórmulas y buscando nuevos caminos y nuevos compañeros de viaje, con la idea central de conseguir que otros muchos, aunque sea por diferentes caminos, lleguen a la misma conclusión: el andalucismo es el antídoto para que Andalucía salga de su postración, de su situación subalterna económica y política, porque andalucismo es defender la justicia social que sólo se puede conseguir con más capacidad de decisión, con más soberanía, con más Poder Andaluz.
En este camino ayudamos a construir Adelante Andalucía como sujeto político andaluz con otras fuerzas andalucistas y de la izquierda andaluza con la idea primigenia de constituir alrededor de esta confluencia no una simple coalición electoral a las elecciones andaluzas sino un verdadero sujeto político andaluz que llevara la voz de Andalucía a Madrid y a Bruselas, al igual que hacen otras opciones políticas del Estado español con evidente éxito. Sólo esa fue nuestra motivación como cofundadores de Adelante y ese es nuestro único motivo para mantenernos en Adelante, siempre bajo las mismas premisas de su inicio, con el objetivo de conseguir crear una alternativa andalucista fuerte y amplia, implantada territorialmente y que se implique y entronque con los movimientos culturales y sociales que están reverdeciendo en nuestra tierra.
Lamentablemente otros socios de confluencia han variado sus intereses, por las razones que sean, que respetamos pero no compartimos. Sin embargo desde Izquierda Andalucista, como no podía ser de otra manera ya que es nuestra razón de ser, seguimos apostando por una plataforma política de absoluta obediencia andaluza que sea capaz de ser alternativa de gobierno, por un andalucismo políticamente influyente con presencia en todas las instituciones, nacionales, estatales y europeas, y por un nuevo modelo de país más justo, tolerante, ecologista y feminista. En esto seguimos y seguiremos, sea por una Andalucía Libre.
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