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Ferrocarril
Navalmoral frente al muro y en defensa de las personas
Después de mas de cuatro años y medio de la creación de la Plataforma No al Muro, Soterramiento Ya, en un nuevo acto público y de debate en la Casa de Cultura (martes 18 de abril), determinamos que Navalmoral no necesita defenderse ni de Adif, ni del Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana, ni del presidente Vara, ni de la actual alcaldesa Medina.
La única defensa posible ante la destrucción de una ciudad es de la gente, de toda la gente. Y lo es porque ya somos mayores de edad para comprender de qué se trata: de un proyecto único y tan singular (cercano a los 100 millones de euros), que va a definir la ciudad para los próximos cien años y, por tanto, exigimos que se construya, que se realice con las debidas afecciones positivas para toda la población. Incluso para las comarcas vecinas que usan y usarán, cada vez más, el tren rápido tan demandado, así como para los visitantes.
Ferrocarril
Incertidumbre e inconcreción ante las obras del tren en Navalmoral
No parece haber una solución plenamente satisfactoria para todas las partes en relación al paso de las nuevas estructuras ferroviarias por el municipio, a pesar del tiempo transcurrido.
Las personas nos merecemos que se nos escuche con razonamientos, análisis y deseos posibles. Profesionales y técnicos en la materia han trabajado durante varios meses con responsables del proyecto de Adif para llegar a un entendimiento del cual solo hemos recibido como respuesta el desprecio y la burla. Todavía estamos reclamando la reunión con el Ministerio de Transportes. Y la respuesta del presidente Vara ha sido la de “ya os escuchamos antes”. Y estas actitudes acerca de comprender la solución más adecuada, se han reproducido desde el propio gobierno municipal, pues es el que nos representa, elegido en las urnas hace cuatro años. Se presentaron en defensa del soterramiento del tren durante la campaña electoral del 2019 y, sin consideración ninguna, los soterrados somos toda la población.
Se presentaron en defensa del soterramiento del tren durante la campaña electoral del 2019 y, sin consideración ninguna, los soterrados somos toda la población
Las personas no nos merecemos que con el poder de la institución municipal se nos intimide, como así fue en dos ocasiones: una con la retirada de todos los carteles pidiendo el soterramiento puesto en distintos lugares con la autorización pertinente y, la segundo, y mucho más grave, el envío de la guardia civil a la entrada de uno de los plenos municipales. Nos hemos sentido, por tanto, agredidos, en las dos circunstancias, por un abuso de poder manifiesto. Un abuso que lo único que provoca es el deterioro de las instituciones democráticas que tanto nos ha constado restablecer, y que desde luego, no vamos a consentir.
Y comprobamos, cuatro años mas tarde, que las mismas personas de los dos partidos del actual gobierno municipal se vuelven a presentar, es decir a querer volver a repetir actitudes que consideramos de “deterioro democrático”. Y ese deterioro, por ejemplo, lo confirma el crear una “mesa de dialogo por el soterramiento” y que, sin contar con nadie, la propia alcaldesa decide prescindir de todo lo iniciado entre todos. Y la tal “mesa de unión” desaparece.
¿Qué es lo que está ocurriendo con estas actitudes antidemocráticas con la defensa de uno de los proyectos que precisamente van a impulsar una vida sin pasajes subterráneos, sin paredes y sin muros?
Una ciudad como la de Navalmoral que pretenda tener la mejor sanidad, la mejor educación, una mejor industria, no puede desarrollarse adecuadamente con un muro, con limitaciones y subterráneos ampliamente superados
Desde el poder institucional se sigue promoviendo el desánimo, el “ya se cansarán”, con la frase; “ya todo está hecho y no vamos a conseguir nada”. Sin embargo, la gente, en el debate del martes, sigue pidiendo la unión política a fin de conseguir que la mejora de lo presentado por Adif, que en definitiva deja el muro intacto, sea un modificado del proyecto actual a su paso por la ciudad. El soterrado de 2 km de punta a punta de la ciudad creando un ecobulevar.
También en el debate surgió también la palabra “miedo” a salir a la calle, a decir en voz alta lo que se piensa más allá de los bares. Desde luego la última manifestación multitudinaria expresó claramente que miedo no hay.
El término “clientelismo”, según algunos, podría definir la situación, pero lo que mejor lo hace es el de “apatía ciudadana”. Esto viene a decir que ante la petición reiterada de un proyecto más justo e inclusivo se responda con la burla y la humillación de los que lo piden. “Como nadie me hace caso, dejo de tener interés en defenderlo” .
La encuesta que presentó Pablo Matías en la Jornada, sin embargo, nos expuso un panorama muy distinto. Lo dejó muy claro: el 85 % de la población defiende el soterramiento y un 3% defiende el muro. Desde luego se demostró por parte de la geología que no hay ningún impedimento para soterrar y que, incluso si se lleva adelante el proyecto en superficie, los soterramientos previstos para peatones y vehículos podrían poder en riesgo las construcciones cercanas. ¿No se puede soterrar el tren y sí a los peatones y vehículos?
Profesionales y técnicos en la materia han trabajado durante varios meses con responsables del proyecto de Adif para llegar a un entendimiento del cual solo hemos recibido como respuesta el desprecio y la burla
Una ciudad como la de Navalmoral, que pretenda tener la mejor sanidad, la mejor educación, una mejor industria, no puede desarrollarse adecuadamente con un muro, con limitaciones y subterráneos ampliamente superados. Y el que lo siga afirmando nos está mintiendo descaradamente: “claro que el proyecto en superficie lleva un muro a cada lado de la línea”. Claro que además incumple las normativas respecto a la accesibilidad universal, la perspectiva de género y movilidad peatonal y ciclista, como bien se puso de manifiesto en la Jornada.
Todas las agendas urbanas, que precisamente impulsan la ciudad de los próximos años, señalan que se debe poner a las personas en el centro tanto en el presente como en el futuro. Y precisamente este futuro, para Navalmoral de la Mata, dispone de una infraestructura que soterrada lo puede permitir; que soterrada nos indica que con un ecobulevar la calidad de vida de las personas crece y garantiza un entorno urbano, seguro, sano e inclusivo.
Estas fueron las conclusiones principales de una nueva Jornada publica acerca del modelo de ciudad para los próximos cien años, y con esos objetivos no vamos a permitir ninguna política de carácter urbano que destruya tanto el tejido comercial, industrial, sanitario, cultural, educativo y la imprescindible cohesión social por la que los pueblos deben regirse.
Y toda la población esta dispuesta a volver a exigirlo tanto en las urnas del 28 de mayo como en otras manifestaciones que lo provoquen.