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Suecia
Jimmie! Jimmie! Jimmie!: La extrema derecha sueca y sus “brillos, brillos”
Cuando Jimmie Åkesson se unió, en 1995, después de haber militado en el conservador Partido Moderado (M), a Demócratas de Suecia (SD), el partido era una formación abiertamente neofascista. Hoy, tras 17 años como líder de SD, Åkesson no solo ha llevado al partido a ser la segunda fuerza política del país con el 20% de los votos, sino que lo ha consolidado como una de las formaciones de extrema derecha más exitosas de toda Europa, capaz de dar el sorpasso a M como primera fuerza de derechas.
Estocolmo, 2010
En las elecciones de 2010, SD consiguió entrar en el Parlamento por primera vez. Recibió un 5,7% de los votos y 20 escaños tras una campaña en la que utilizaron un polémico spot electoral, en el que se veía a un grupo de mujeres musulmanas con burka adelantar a una anciana con un andador para apropiarse de su pensión. Poco tiempo después, Jordi Évole viajó a Estocolmo para entrevistar a Åkesson en Salvados. Éste, cada vez que maquillaba el discurso del partido para parecer más moderado de lo que en realidad es, era interrumpido con un “brillos, brillos”, e inmediatamente, Évole le aplicaba maquillaje en la cara, como para minimizar el brillo ante la cámara y otorgarle un efecto mate a su rostro. “No somos un partido extremista ni xenófobo”, afirmaba Åkesson. “Brillos, brillos”. Polvos en la frente. “Gracias”, decía Åkesson. La escena se repitió varias veces, hasta que Åkesson y su equipo pillaron el juego.
En su campaña de 2010, SD utilizó un polémico spot electoral, en el que se veía a un grupo de mujeres musulmanas con burka adelantar a una anciana con un andador para apropiarse de su pensión
Sölvesborg, 1998-2022
Åkesson, nacido en 1979 —el mismo año que ABBA grabó la célebre canción Gimme! Gimme! Gimme! (A Man After Midnight)— fue elegido concejal en el ayuntamiento de Sölvesborg con tan sólo 19 años. Ese mismo 1998, también se convirtió en vicepresidente de las juventudes del partido, y poco después, de 2000 a 2005, presidente. De ahí saltó a la dirección del SD, donde aún sigue. Según la revista Expo, Åkesson asegura que cuando se afilió a SD, sus filas ya estaban desnazificadas. “Brillos, brillos”. Como cuenta Expo, el dirigente de SD Jerker Magnusson, o Tina Hallgren-Bengtsson, que ayudó a Åkesson durante la puesta en marcha de las juventudes del partido en el condado de Blekinge, participaron en una quema de libros “judíos” en Höör ataviada con un uniforme nazi.
Pero esos no son resquicios del pasado. Cada X tiempo, el partido se ha visto inmerso en algún escándalo. Altercados racistas, tuits xenófobos, boutades antisemitas, la conmemoración de la invasión nazi de Polonia... Un informe publicado a finales de agosto por la empresa de investigación sueca Acta Publica señala que 214 de los 289 candidatos de SD a municipios, condados o al Parlamento en 2022, tienen una conexión activa o antecedentes con la extrema derecha.
Suecia
Del ‘Folkhemmet’ a la escuela de Chicago: el gran volantazo de la socialdemocracia sueca
Åkesson y sus allegados son los grandes artífices del rebranding, aunque el rechazo al extranjero, al diferente, a lo diferente, siga siendo la base programática de SD. La estrategia consistió en presentar al SD como una formación nacionalista, socialmente conservadora y crítica con la inmigración. “Brillos, brillos”. SD es un partido co-fundado por el veterano de las Waffen-SS y viejo militante del Partido Nacionalsocialista Obrero (SSS), Gustaf Ekström, heredero de un grupo neonazi, la organización ultraderechista Bevara Sverige Svensk (Mantener Suecia sueca). De hecho, el primer líder de SD fue Anders Klarström, camisa vieja del neonazi Partido del Reich Nórdico.
“Brillos, brillos”. SD también es heredero del Partido del Progreso (FsP), una formación creada a imagen y semejanza del partido homónimo danés liderado por el profesor de Derecho Tributario Mogens Glistrup, que en los años setenta, puso las bases del populismo de derechas moderno fundando un exitoso partido cuyo programa era básicamente la protesta fiscal y la exigencia de un Estado del bienestar sólo para los autóctonos.
Hace más o menos una década, el Partido Moderado dejó de desafiar el marco nativista y autoritario utilizado por la SD, para argumentar que ellos eran simplemente más competentes políticamente que la extrema derecha.
El escritor y periodista en Expo Stieg Larsson identificó a la islamofobia —que asocian con las criminalidad— y al racismo vinculado a viejas ideas como “nación étnica y culturalmente homogénea”, como los principales elementos que caracterizan al partido desde sus inicios. Pero hay más, a diferencia de otras extremas derechas con acento nacional-católico, SD, con un discurso inclusivo hacia las personas LGBTI, ha sabido instrumentalizar habilidosamente estos posicionamientos como una defensa progresista de los derechos civiles contra el Islam.
Blanqueamiento y abrazo
La SD ha superado a M, porque la derecha tradicional la ha blanqueado comprando su relato. Cuenta Anders R. Jupskås, director adjunto del Centro de Investigación sobre el Extremismo de la Universidad de Oslo, que desde hace más o menos una década, M dejó de desafiar el marco nativista y autoritario utilizado por SD, para argumentar que ellos, los moderados, eran simplemente más competentes políticamente que la extrema derecha. Luego, M, el partido liderado por Ulf Kristersson, con la esperanza de finalmente reingresar al gobierno después de muchos años en la oposición, ya no descartó ni descarta una colaboración formal con el SD. Además, M también afirma que SD ha madurado —es respetable—: por ejemplo, SD apoya la membresía de Suecia en la OTAN y no se ha opuesto vehemente a las condiciones de Turquía.