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Presupuestos Generales del Estado
Los pensionistas vascos no se fían del acuerdo de PNV y PP y preparan una primavera caliente
La mayoría de las plataformas no se deja seducir por el acuerdo alcanzado entre el PNV y Rajoy, al que califican de “parche electoral”. “Esta va a ser una pelea larga”, señalan desde este movimiento.
Todo empezó con unos carteles reciclados. “Los teníamos guardados en un garaje, a raíz de una lucha anterior por unas parcelas municipales. Cuando salió el tema de las pensiones, se nos ocurrió reutilizarlos”, cuenta José Ángel Vivanco, un jubilado del barrio de Cruces, en Barakaldo. La idea surgió en vísperas de la primera concentración que se convocó en esa localidad vasca para protestar contra el mísero aumento decretado por el gobierno de Rajoy. Aquella movilización se celebró el 15 de enero. Desde entonces, las pancartas improvisadas no han tenido tregua: semana a semana, miles de pensionistas barakaldeses han tomado las calles para pelear por sus derechos.
No ha habido tregua ni tampoco lo habrá. El publicitado acuerdo entre el Partido Nacionalista Vasco (PNV) y La Moncloa en torno a las pensiones —vendido por la formación nacionalista como un logro cuasi histórico, pese a sus efectos limitados— no ha logrado apaciguar los ánimos de Vivanco y sus compañeros de batalla. No habrá paz en Barakaldo, ni tampoco en el resto del País Vasco. “Es un parche preelectoral”, sintetiza este militante del movimiento pensionista en el barrio de Cruces. El mensaje es claro y rotundo: ni se rinden, ni se van para casa.
“Nos estamos preparando para una pelea larga”, comenta a El Salto Jon Fano, militante de la plataforma Pentsionistak Martxan. Este colectivo tampoco se ha dejado seducir por las supuestas bondades del acuerdo alcanzado entre el partido de Ortuzar y el gobierno de Rajoy. O lo que es lo mismo, sus integrantes ni piensan replantearse las medidas de lucha que ya estaban sobre la mesa antes de que el PNV negociara su apoyo a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) y que continuarán vigentes, independientemente de que finalmente se aprueben o no las cuentas de Rajoy.
“Ese acuerdo no será más que un retraso de la situación en la que estamos actualmente. Así que seguiremos movilizándonos, porque no se soluciona la raíz del problema”, afirma Vivanco, quien apunta hacia el fondo de la cuestión: “las últimas reformas laborales, que precarizaron las condiciones y provocaron que haya gente que trabaje de ocho a diez horas diarias y cobre menos que muchas y muchos pensionistas”.
Más allá de las soluciones o carencias del pacto entre PNV y PP, lo cierto es que su simple anuncio amenazó con convertirse en un factor de desmovilización entre el movimiento pensionista vasco, un colectivo que resulta especialmente sensible a los anuncios formulados desde el partido de Urkullu —que tiene un buen caladero de votos entre las franjas de más edad—. Sin embargo, la mayor parte de las plataformas de pensionistas —a excepción de uno de los colectivos que funcionan en Gipuzkoa— ha decidido mantener el calendario de movilizaciones previsto, e incluso prevé intensificarlo.
“Buscan desactivarnos”
Jon Fano está convencido de que el acuerdo alcanzado entre Ortuzar y Rajoy buscaba “desmovilizar” a los jubilados. Ese efecto de desmovilización se hacía especialmente goloso en la Comunidad Autónoma Vasca, uno de los lugares del Estado donde mayor impacto han tenido las protestas. “Obviamente, aquí se busca desactivar y generar división en el movimiento”, afirma el integrante de Pentsionistak Martxan. En cualquier caso, Fano asegura que tanto en las reuniones realizada durante los últimos días “en todas las provincias” han constatado que “el efecto (del pacto) no va a ser muy grande”.Así lo demostraron el pasado sábado 5 con las movilizaciones realizadas en las principales ciudades y así volverán a hacerlo el próximo 26 de mayo con una nueva ola de manifestaciones. A Fano se le ocurren 250 mil razones para movilizarse, tantas como las personas que perciben pensiones inferiores a 700 euros en Euskal Herria. El 70% de ellas son mujeres.