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Personas sin hogar
Hasta 55 grados en el centro de acogida de personas sin hogar Puerta Abierta
En el centro de acogida residencial Puerta Abierta llevan tres veranos consecutivos sufriendo el problema de altas temperaturas dentro de algunas salas, que está poniendo en riesgo, no solo a las personas acogidas sino también al personal que allí trabaja. A la redacción de este periódico han llegado las quejas de los trabajadores que han constatado las altas temperaturas haciendo sus propias mediciones. En conversación con ellos, que prefieren mantener su anonimato, reportan haber documentado mediciones en días pasados, y por la evidente lectura de los termómetros, se pueden observar registros que van desde 49,3 grados centígrados hasta los 51,1 de una habitación y los 55,9 de un pasillo.
Alegan que a principio de este verano, cuando todavía no se registraba ninguna ola de calor, se estropeó el sistema de aire acondicionado y la empresa encargada de su mantenimiento lo solucionó rápidamente. Pero solo hay tres zonas del centro con sistema de refrigeración y en las habitaciones los trabajadores se ven obligados a poner ventiladores y sistemas portátiles para amortiguar.
“Estamos un poco alarmados porque en cualquier momento vamos a tener un disgusto, ya hemos tenido golpes de calor y otros incidentes, y esto va a ir a más porque el centro se calienta cada vez más”, admiten los trabajadores
El pasado día 25 de julio, cuando en Madrid se alcanzaron los 41 grados, uno de los días de más altas temperaturas de la segunda ola de calor del verano, el personal que allí trabaja cuenta a El Salto que registraron 55 grados en las habitaciones. Hay que recordar que Puerta Abierta es un centro residencial de personas sin hogar donde pernoctan y pasan todo el día, sobre todo en días de intenso calor, 180 personas con diversas patologías, desde cáncer hasta drogodependencias, diversos problemas de salud mental o de salud en general, ya que hay personas en situación de convalecencia sanitaria. “Estamos un poco alarmados porque en cualquier momento vamos a tener un disgusto, ya hemos tenido golpes de calor y otros incidentes, y esto va a ir a más porque el centro se calienta cada vez más”, subrayan. Los trabajadores explican que este recurso social además de ubicarse lejos de un núcleo urbano, casi en un descampado en La Peseta, cuenta con unas paredes de pladur, un material no necesariamente aislante del calor.
Ante una nueva ola de calor ya desarrollándose, los trabajadores solicitaron el pasado jueves una inspección de trabajo. Este sería el tercer año consecutivo que la piden en época de verano sin conseguir ninguna medida más que arreglar los aparatos de aire acondicionado que se estropean. Hasta el momento, es lo que ha hecho la empresa INGESAN, con la que el Ayuntamiento de Madrid tiene un contrato de mantenimiento para varios edificios en el distrito de Latina. “Les llamamos cada dos por tres, vienen y hacen ñapas pero no se arregla nada en profundidad”, reconocen.
Dado que el desperfecto se repite ya por varios años sospechan que el problema podría estar en que la propia instalación sea insuficiente para las necesidades del centro de acogida. Ante las continuas acometidas al problema de la climatización consideran que el Ayuntamiento solo ha puesto soluciones a corto plazo, “pero es que el problema persiste cada año y nosotros no sabemos qué hacer más”, admite el personal de Puerta Abierta. Además, añaden, solo pueden poner unos cuatro ventiladores o sistemas portátiles en todo el centro porque la red eléctrica no aguanta tanta potencia. “A nosotros como trabajadores también nos parece inhumano tener pacientes de cáncer, pacientes que se están muriendo por sus patologías, y tenerles que meter en una habitación a 50 grados”, sostienen.
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Una de las zonas con aire acondicionado es el hall pero donde, según explicaciones de los trabajadores, no se pueden sentar más de 20 personas. “Hemos habilitado el comedor también como zona de refrigeración pero es que hay un pingüino para todo el comedor que es enorme y que refrigera algo, a unos 30-35 grados, en comparación con el resto del centro que puede estar a 50 grados. Hemos hecho mediciones con un termómetro y por la tarde había habitaciones que marcaron cincuenta y pico grados o cincuenta y cinco”, puntualiza uno de los trabajadores de Puerta Abierta.
“Por desgracia en este mundo hasta que no haya un fallecido no se alarma la gente, pero no es necesario que pase algo así para actuar a tiempo”, defienden
Aún y con la gravedad constatan que “no hemos tenido un susto todavía y no sé por qué, pero el año pasado un residente murió. No murió en el centro pero debido a las altas temperaturas que había en las habitaciones decidió irse a un parque a dormir porque no aguantaba más. Allí se quedó dormido y le dio un infarto”. Reconocen que como la persona estaba en un parque a las tres de la tarde no se pudo correlacionar su deceso con la situación del centro. “Por desgracia en este mundo hasta que no haya un fallecido no se alarma la gente, pero no es necesario que pase algo así para actuar a tiempo”, defienden.
“En estos momentos, el aire acondicionado del Centro de Acogida Puerta Abierta funciona con normalidad. Esta semana se han producido incidencias puntuales con el climatizador que fueron subsanadas en el mismo día”, fue la respuesta a la consulta que El Salto realizó el viernes pasado al Área de Políticas Sociales, Familia e Igualdad sobre la situación que denuncia el personal de Puerta Abierta. El Salto insistió en preguntar sobre qué otras medidas se van a implementar para evitar que se repitan estos episodios de altas temperaturas en el interior del Puerta Abierta, pero el área se limitó a decir que “la climatización ha funcionado y en cuanto se ha producido algún problema se ha solucionado al momento”.
“Yo lamento que en algún momento fallen las instalaciones, que como es lógico fallan cuando hay calor, no van a fallar cuando está el frío”, declaró el delegado de Políticas Sociales
Este martes el delegado responsable del área José Fernández, se ratificó en que son problemas puntuales y que se ha intervenido en su solución pero no hizo mención a ninguna alternativa al problema generalizado de infraestructuras, probablemente insuficientes, que tiene el centro de acogida y que denuncian los propios trabajadores. “Yo lamento que en algún momento fallen las instalaciones, que como es lógico fallan cuando hay calor, no van a fallar cuando está el frío”, declaró Fernández.
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Otros problemas de infraestructura en Puerta Abierta
En sentido contrario a lo que afirma el Área de Políticas Sociales, los trabajadores insisten a este medio que la situación no es puntual y ven cierta discriminación del Ayuntamiento a la hora de atender el problema ya que cuando hay desperfectos en residencias o en escuelas infantiles, las familias hacen una presión social importante “pero con nosotros pasa que no hay familiares que peleen por ellos y somos nosotros, los trabajadores, los únicos que tenemos esa cierta preocupación por su salud”, expresan.
Y es que la climatización en el interior, siempre de acuerdo con el testimonio de los trabajadores, no es el única problemática cuya disfunción se ha repetido durante los tres últimos años. Quienes atienden a las personas usuarias en Puerta Abierta aseguran que las tuberías de agua caliente y fría son también un problema ya que el agua sale ardiendo en verano, y en invierno sale helada. “Encima, tenemos que ducharles en sitios con 50 grados con agua hirviendo. De hecho, tanto en invierno como en verano en muchas ocasiones tenemos que usar jarras para ducharles porque es imposible duchar una persona con el chorro directamente”, agrega el trabajador.
En definitiva, el personal de Puerta Abierta considera que el centro no tiene las condiciones necesarias para atender adecuadamente a las personas, muchas en situación de calle, que llegan al centro de acogida ubicado en el distrito de Latina, a pesar de que en diciembre de 2021 el Ayuntamiento de Madrid aprobó un nuevo contrato de gestión para los años 2022, 2023 y 2024, por 8,2 millones de euros, es decir un 22% más de inversión, para el Puerta Abierta. El edificio es una construcción de poco más de diez años, pero a años vista y por los problemas continuos de infraestructura que se denuncian, no parece que cumpla con las necesidades para atender a una población social tan vulnerable. Los trabajadores de Puerta Abierta solo piden mayor atención y soluciones definitivas a los defectos de infraestructura que tiene este centro de acogida.