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Memoria histórica
25 marzo de 1936 / 25 Marzo de 2025: aniversario de la reforma agraria en Badajoz

Cuando escribí “La columna de la muerte” (Crítica, 2003) me di cuenta de que faltaba algún elemento para comprender lo ocurrido en Badajoz. Frente a otras provincias y regiones de carácter agrario Badajoz tuvo una historia especial: la represión fue mucho mayor. Nada que ver con Cáceres, la otra provincia extremeña. La subida de la columna había constituido un paseo militar que encontró oposición en todos sitios, oposición que poco pudo hacer frente a las fuerzas africanas al mando de Franco y sus conmilitones Yagüe, Castejón, Asensio, Tella, etc.
La clave la capté cuando, años después, por iniciativa del profesor Antonio Miguel Bernal realicé la tesis doctoral sobre la reforma agraria en Badajoz: título (“La primavera del Frente Popular. Los campesinos de Badajoz y el origen de la guerra civil (marzo-julio de 1936” (Crítica, 2007). Fue entonces cuando me di cuenta de la singularidad de la provincia extremeña. Lo relatado en La columna de la muerte solo cobraba sentido si se investigaba lo ocurrido entre febrero y julio de 1936. Y es que existen dos períodos claramente diferenciables divididos por las elecciones de febrero de 1936 en donde encaja la fecha clave del 25 de marzo de ese año con la ocupación masiva de fincas. No se olvide que Badajoz contaba con cerca de treinta mil fincas y que el absentismo fue una de las características de la región, extendiendo con ello el fenómeno del caciquismo.
Memoria histórica
Memoria histórica La columna de la muerte, el terror de camino a Madrid
Para captar la actitud de la derecha hay que tener en cuenta que la reforma llevada a cabo se efectuó sin violencia y sin esquilmar totalmente a los propietarios. Todo el proceso se comunicó a estos, a los que se concedió un plazo para que autorizasen el proceso. Simplemente se trató de devolver a los campesinos lo que históricamente les pertenecía para su propia supervivencia. Esto cobra sentido si se tiene en cuenta el predominio del latifundio en diversas regiones. Baste decir que había términos municipales que pertenecían a un solo propietario. Naturalmente cabe imaginar la actitud de las derechas ante semejante decisión. De su importancia bastará decir que, de los territorios donde primaba el latifundio, solo en Badajoz se llevó a cabo una reforma semejante. Un libro de un representante máximo de la derecha extremeña, “Seis meses de anarquía en Extremadura”, de Baldomero Díaz de Entresotos (propietario y registrador de la propiedad), dejó claro que según un militar conocido suyo: “Esto solo se arregla a tiros, ¿sabes?”. Las elecciones de febrero del 36 dejaron claro que la izquierda había triunfado. Fue este hecho el que decidió a la derecha a optar definitivamente por el golpe militar.
La ocupación de tierras fue perfectamente planeada y se efectuó pacíficamente levantándose un acta de cada una. La actitud del gobierno fue clara desde el principio cuando al día siguiente dejó sin efecto todas las ocupaciones dejándolo todo en manos del Instituto de Reforma Agraria. Finalmente los ayuntamientos llegaron a acuerdos con las delegaciones locales de Reforma Agraria. Podemos hacernos un idea de la dimensión de estos hechos con decir –no son datos totales- que fueron 1502 fincas las ocupadas (195.090 has) por 41.499 yunteros. De agosto de 1933 a febrero de 1936 fueron asentados alrededor de 100.000 campesinos. Tema aparte de gran importancia fue el rescate de los bienes comunales.
Badajoz quedó convertida en una provincia de tercera categoría que ya no se recuperaría jamás y el “25 de marzo”, fecha clave de la historia extremeña, pasaría al olvido para siempre. Entre 1960 y 1975 Extremadura perdería un millón y medio de habitantes
Es esto lo que explica la respuesta desmedida de la derecha. Había que arrancar de cuajo aquellas iniciativas. Y todo ello a pesar de que la conflictividad social bajó en el primer semestre de 1936. Sin embargo, la movilización fascista fue en aumento hasta la sublevación del 18 de julio, en que llegan a Cádiz y Sevilla las columnas africanas y se moviliza la aviación de la base de Tablada. Debe quedar claro que la represión habida en el suroeste no vengaba otra anterior y que lo que vino tras el avance fascista fue una contrarrevolución agraria a la que iba unida una contrarreforma agraria cuyo resultado fue la devolución de 456.503 has. A esto se añadió un gran saqueo de los domicilios y propiedades de todas las personas asociadas al proceso anterior.
La etapa del Frente Popular es mucho más que un simple preludio de la guerra civil. Incluso hay quienes olvidan que hubo un golpe militar, cuyo fracaso parcial, condujo precisamente al conflicto armado. Durante los meses del Frente Popular la izquierda no cedió a la violencia, ya que era mucho lo que estaba en juego. Los golpistas acabaron con la vida de miles de personas en un largo ciclo que va de 1936 a 1945. La provincia quedó desecha y tras la terrible posguerra, que coincide con los años de la II Guerra Mundial, se produjo un proceso migratorio que llevó lejos de la provincia e incluso a algunos países europeos a decenas de miles de personas.
Badajoz quedó convertida en una provincia de tercera categoría que ya no se recuperaría jamás y el “25 de marzo”, fecha clave de la historia extremeña, pasaría al olvido para siempre. Entre 1960 y 1975 Extremadura perdería un millón y medio de habitantes, la mayor parte de Badajoz. Por iniciativa de Rodríguez Ibarra el Día de Extremadura pasaría a ser el día de la Virgen de Guadalupe, designada reina de las Españas desde 1928 por el cardenal Segura en presencia de Alfonso XIII.
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Si hay una fecha clara que celebrar en Extremadura es sin duda el 25 de marzo. Si algo nos puede enorgullecer, estimular y representar es ese movimiento jornalero y campesino que nos devuelve otra autoimagen. Eso somos y eso seremos! Viva el 25 de marzo!