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Medio ambiente
La irrisoria multa a una constructora por talar sin permiso 214 árboles: 542 euros por ejemplar
Talar árboles sin autorización en la Comunidad de Madrid sale muy barato. La promotora inmobiliaria Aedas Homes, una de las más grandes del país, con una facturación superior a los 1.000 millones de euros en el cierre de su ejercicio fiscal 2023/24, tendrá que pagar una multa de 115.999 euros por haber talado 214 árboles en el bosque mediterráneo de Montegancedo, en Pozuelo de Alarcón. Es decir, 542 euros por ejemplar.
Así lo ha resuelto el Ayuntamiento —gobernado por el PP— en el pleno de este jueves, tras concluir que la empresa, dueña de esos terrenos, aprovechó la autorización municipal para desbrozar por el riesgo de incendios (de primavera de 2023) para talar una parte de los árboles que necesita remover para construir más de mil viviendas de lujo, un controvertido proyecto inmobiliario que está paralizado por orden judicial.
“Estamos frente a un daño ambiental grave cometido sin autorización alguna y ante una multa bajísima e irrisoria”, indica Helio Cobaleda, portavoz socialista
Además de la multa por la “falta grave” de cortar más de 200 pinos, tal como establece la Ley 8/2005 de Protección y Fomento del Arbolado Urbano de la Comunidad de Madrid, el Consistorio incluyó una indemnización de 147.370 euros, lo que hace una suma total de 263.369 euros (1.200 por árbol). “El daño causado por la tala es irreparable, pues no es posible reponer el arbolado destruido con otros de características similares”, se admite en el expediente sancionador.
Desde el PSOE y Más Madrid, los dos grupos parlamentarios que rechazan la construcción de este megaproyecto, han calificado de “nuevo escándalo” la resolución municipal. “Las cifras son irrisorias para la capacidad económica de una empresa como Aedas”, cuestiona en diálogo con El Salto, Helio Cobaleda, portavoz socialista.
El concejal explica que, de acogerse al pago voluntario, la multa de 155.999 euros se reducirá en un 40%, es decir, poco más de 70.000 euros. “Con la indemnización la sanción no supera los 200.000 euros, menos de la mitad del monto de uno de los mil pisos que pretenden construir. Migajas”, lamenta.
Sobre el por qué de una multa tan baja, Cobaleda explica que si bien el Ayuntamiento consideró a la tala de “muy grave”, lo que impondría un mínimo de 100.000 euros, el expediente sancionador sólo consideró que 82 de los ejemplares estaban sanos. Los otros 132 estaban “dañados o enfermos”, según las pericias realizadas por los técnicos municipales.
“Todo es vergonzoso. Fuimos los vecinos los que alertamos al Ayuntamiento de esta tala ilegal. Primero la negaron, aunque no tuvieron más remedio que reconocerla”, lamenta Ana Castro
“Esto está en dudas, no está nada claro. Además, el expediente tampoco incluye otros 30 árboles talados meses antes de esa intervención salvaje y a lo bestia que hizo Aedas cuando entró al bosque a hacer las tareas de limpieza. En definitiva, estamos frente a un daño ambiental grave cometido sin autorización alguna y ante una multa bajísima e irrisoria”, concluye el edil.
La bronca e impotencia también alcanza a los vecinos organizados que luchan por evitar que el hormigón, los ladrillos y el pavimento destruyan las encinas, alcornoques, coscojas, quejigos, pinos piñoneros y sabinas, un ecosistema “valioso, único e irremplazable” de la Comunidad de Madrid, en palabras del biólogo botánico Emilio Blanco, científico que participa de la resistencia ciudadana.
La tala de Aedas Home se enmarca en un megaproyecto inmobiliario de 690.000 metros cuadrados autorizado en este enorme y virgen pulmón verde
“Todo es vergonzoso. Fuimos los vecinos los que alertamos al Ayuntamiento de esta tala ilegal. Primero la negaron, aunque no tuvieron más remedio que reconocerla. La guinda es esta multa”, impugna Ana Castro, integrante de la plataforma Salvemos Montegancedo, colectivo activo desde 2021.
La vecina de Pozuelo niega que la mayoría de los árboles estuviesen enfermos. Ella misma entró al bosque a los pocos días de la tala y comprobó que casi todos los troncos estaban “frescos y con resina”. “Esa ha sido la justificación de Aedas y claramente el Ayuntamiento ha comprado esa versión”, subraya.
Obras paralizadas por la justicia madrileña
La tala de Aedas Home se enmarca en un megaproyecto inmobiliario “sostenible” de 690.000 metros cuadrados de superficie que, con mucha polémica, el Ayuntamiento ha autorizado en este enorme y virgen pulmón verde.
La iniciativa está sobre la mesa desde abril de 2020, cuando, en plena pandemia, el municipio, uno de los más ricos de España (80.244 euros de renta bruta media, según datos de la Agencia Tributaria), tramitó la aprobación inicial de la reparcelación de la zona, con una inversión superior a los 300 millones de euros.
En 2019, Aedas Home y Pryconsa, el otro gigante de la construcción involucrado en el proyecto, presentaron un plan de obra para crear una “urbanización verde y respetuosa con la naturaleza”: 900 viviendas en altura y 150 chalets.
Lo cierto es que ya hay un daño irreparable: los más de 700 árboles talados entre 2023 (sin autorización) y 2024 (con autorización)
En 2022, la agrupación Ecologistas en Acción presentó un recurso contencioso administrativo ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid. El escrito alertaba del “valor ecológico” de Montegancedo —por su función de isla-refugio para la fauna y la flora al tratarse de un espacio libre rodeado de viviendas e infraestructuras—, el “valor social” al servir de área de esparcimiento y el “valor cultural”, ya que el bosque conserva restos de los polvorines de Retamares y otras edificaciones militares, construcciones que desempeñaron un importante papel durante la Guerra Civil.
En abril de este año, la Junta de Gobierno local reflotó la paralizada inversión y aprobó el proyecto de urbanización de manera definitiva, permitiéndole a los desarrolladores empezar, por ejemplo, a hacer las calles de la urbanización. El plan autorizado incluía la tala de 890 árboles. En junio, los promotores vallaron una parte del bosque e introdujeron las primeras retroexcavadoras.
“En plena época de cría, la más sensible para la fauna, vallaron el perímetro de Montegancedo y comenzó la tala de decenas encinas y pinos, la eliminación del matorral y movimientos de tierra para crear grandes explanaciones y las futuras calles del complejo de lujo”, denunció Ecologistas en Acción a través de un comunicado.
La organización presentó otro recurso ante la Justicia, una “medida cautelarísima urgente y positiva de suspensión” de los trabajos ante “el riesgo de un daño irreparable para el medio ambiente y el entorno paisajístico”.
En paralelo, el PSOE presentó un recurso de reposición para que se revea la medida y cifró en otros 500 la cantidad de árboles que la empresa taló cuando entró con las máquinas tras obtener el permiso de urbanización. El Ayuntamiento aceptó la petición administrativa y el 11 de julio paralizó las obras.
“Estamos hablando de ecosistemas, no de árboles sueltos. Si tú quitas eso, no es que puedas reponer los árboles y listo”, sentencia el biólogo Emilio Blanco
Veinte días más tarde, el Juzgado Contencioso-Administrativo número 9 ordenó la suspensión cautelar del proyecto de urbanización al concluir que Montegancedo es “un área de un gran valor botánico y ecológico y el hábitat ideal para una serie de especies de rapaces protegidas”.
“Parece evidente que si no se suspendiera la ejecución del proyecto de urbanización el recurso perdería su finalidad, ya que cuando se dictara sentencia, si fuera favorable a la recurrente, toda la zona habría desaparecido y perdido su valor botánico y ecológico, y la desaparición de las aves rapaces, sin que sea posible de ningún modo revertir la situación a su estado anterior”, se explicaba en el auto.
Lo cierto es que ya hay un daño irreparable: los más de 700 árboles talados entre 2023 (sin autorización) y 2024 (con autorización). “Estamos hablando de ecosistemas, no de árboles sueltos. Si tú quitas eso, no es que puedas reponer los árboles y listo. Estamos hablando de toda una comunidad de seres vivos. Esto es lo que muchas veces no se entiende”, sentencia el biólogo Emilio Blanco.