Libertades
La violencia policial se disparó en pandemia y sus efectos perduran: “Pensábamos que íbamos a morir”

Las denuncias por malos tratos de los agentes aumentaron en más de un 120% en 2021.
Control de la policía nacional en la calle Bravo Murillo
Control de la policía nacional en la calle Bravo Murillo, Madrid. Álvaro Minguito
31 ene 2024 06:00

Han pasado tres años desde que ocurrió, pero a V. (pseudónimo para proteger la identidad de la entrevistada) aún le cuesta hablar de ello. Fue el 7 de febrero de 2021, uno de esos días en los que las restricciones por el covid se relajaban un poco más. Tenía miedo a salir a la calle, pero decidió dar el paso y quedar con sus amigas, que ese día venían de una manifestación contra el maltrato animal junto a sus perros. 

Volviendo a casa desde Legazpi se les hizo tarde. El toque de queda ya había vencido. Sin darse cuenta, llegaron al cruce de las calles Tomás Borrás y Embajadores, una zona situada en el centro de Madrid que estaba blindada por numerosos agentes de Policía Nacional. No lo sabían, pero allí acababa de fallecer un repartidor de Deliveroo en un accidente laboral.

No puede reconstruir con claridad todo lo que pasó a continuación, pero intenta hacerlo. La primera que se dirige a V. y a sus tres amigas es una agente nacional. “¿Qué os hace tanta gracia?”, le pregunta. Lo siguiente que recuerda es recibir un puñetazo, caer contra un bordillo y perder el conocimiento. Señala que sus amigas también son detenidas y golpeadas por los agentes, excepto una, a la que dejan ir para que vaya a buscar a los perros. Esta última es la que consigue varios de los vídeos de la agresión, donde se ve cómo V. es retenida por cinco agentes; uno de ellos la golpeó y otro la arrastró por el suelo, entre protestas de los vecinos.

Amnistía Internacional señala las “reticencias” de la Administración responsable a “la debida investigación de los hechos y de las alegaciones de los ciudadanos”

Después, iniciarán unas angustiosas horas donde primero se dirigiría a los calabozos de la comisaría de Arganzuela, posteriormente a la comisaría de Moratalaz y finalmente a los juzgados de Plaza Castilla. Durante el camino en coche patrulla, en uno de los frenazos, vuelca contra el suelo del coche, quedándose a los pies de su amiga, aún con los efectos de la conmoción del golpe. “Me estaba entrando un ataque de pánico y me dije: ‘Bueno, ha llegado tu momento. Te vas a morir’. Me quitaron completamente la voluntad, la libertad, todo. Éramos literalmente muñecos que podíamos morirnos ahí, en cualquier momento”, relata.

Las celdas donde la retuvieron estaban llenas de orina, pintadas de heces y restos de comida. Fue retenida junto a varias personas sin ningún tipo de medidas sanitarias. “Cada vez que les llamaba para pedirles algo, me golpeaban y me decían que me callara. Nos decían: ‘Sois escoria’. No sé si a nosotras o a las mujeres en general”, indica. Después vendría su abogado de oficio. “Un hombre que se presentó con una mascarilla de la Policía Nacional”, ha querido resaltar, quien les hizo firmar documentos sin explicación previa y que a día de hoy le reclama los costes de su servicio.

A día de hoy no entiende el por qué de sus detenciones. “No sé si es por nuestras pintas, porque creerían que veníamos de las manifestaciones de Hasél o por homosexuales. Es un shock que quien supuestamente te tiene que proteger te haga esto. No era antisistema, pero ahora lo soy”, declara. A finales de febrero se enfrentan al juicio por atentado a la autoridad. Por su parte, denunciaron los hechos, peritaje de torturas mediante la asociación especializada Sira. Sin embargo, sólo recibieron un archivo del Tribunal Supremo y otro del Tribunal Constitucional. 

El aumento de los abusos policiales en pandemia

El caso de V., cuyos efectos psíquicos y físicos perduran a día de hoy, forma parte del aumento de casos de abuso policial documentado por numerosas entidades, como Amnistía Internacional, entre 2020 y 2022. En palabras de la organización, el estado de alarma “confirmó la arbitrariedad de las fuerzas de seguridad para llevar a cabo su función con un enfoque principalmente coercitivo y sin criterios claros de actuación”, incidiendo en que estos hechos constatan “la necesidad urgente de reformar La Ley Orgánica de Seguridad Ciudadana”, en aquellos preceptos que limiten e interfieran con el ejercicio de los derechos humanos. 

Las quejas al Defensor del Pueblo por malos tratos policiales aumentaron en más de un 120% —de 17 a 2019 a 38 en 2020—, y las reclamaciones por trato incorrecto más de un 130% —de 89 en 2019 a 206 en 2020—. El informe de Amnistía relata hasta 61 casos de personas víctimas de violaciones contra los derechos humanos a manos de la policía en pleno estado de alarma, incluyendo testimonios de aquellas denunciadas sin mediar ningún tipo de apercibimiento, actuaciones policiales “muy poco profesionales”, como “bofetones, collejas o empujones a personas que no ofrecían ningún tipo de resistencia ni mostraban actitud violenta”. 

En 2021, el informe del Defensor del Pueblo indicaba que las situaciones en las que los requerimientos de identificación que realizan los agentes policiales generan quejas eran numerosas, generalmente por sospecha por parte de los ciudadanos de ser injustificadas. Ante las restricciones en el espacio público, las intervenciones policiales se trasladaron a otros territorios como los domicilios. El sonado caso del derribo de la puerta de una casa en la madrileña calle de Lagasca por parte de la policía ha sentado un precedente que facilita la intervención de las fuerzas de seguridad en el ámbito privado.

En mitad de este panorama, el citado organismo también señala las “reticencias” de la Administración responsable a “la debida investigación de los hechos y de las alegaciones de los ciudadanos”. Así lo confirma también Sònia Olivella del Centre per la Defensa dels Drets Humans Iridia, que cuenta con un servicio de atención gratuito al ciudadano ante casos de violencia institucional. 

“Los casos de violencia institucional y de denuncias por maltratos o torturas son procedimientos muy largos. A diferencia de otro tipo de casos penales, durante el procedimiento, en una ocasión como mínimo, el juzgado archiva esa investigación, entonces hay que recurrir y los tiempos son muy lentos. Son casos que tienen sus dificultades a la hora de una investigación judicial de los hechos”, indica la jurista. 

En los CIE durante la pandemia, se aisló a migrantes en celdas “con unas condiciones absolutamente inaceptables tanto a nivel sanitario como a nivel de prevención de la tortura a personas por causas médicas”

Mayores obstáculos en la investigación de los casos de violencia policial se juntan también con una mayor opacidad, especialmente en espacios de privación de libertad como prisiones y CIES (Centros de Internamiento de Extranjeros). El Observatorio del Sistema Penal de Barcelona certifica que los reclusos habían llegado a estar durante 30 horas seguidas sin salir de la celda. En este sentido, cabe destacar los efectos que puede tener este tipo de aislamiento, incluyendo problemas cardiovasculares, gastrointestinales, migrañas, deterioro de la vista, insomnio, letargia, debilidad y agravación de los problemas de salud preexistentes, hasta depresión, problemas cognitivos, alucinaciones, psicosis, la automutilación y el suicidio.

 “Había una mayor falta de control, vimos una situación empeorada de esta restricción de derechos. Al final cuando no puede haber mecanismos de control que son saludables en un sistema democrático es cuando tiene más espacio la violencia institucional”, señala. “En el CIE de Barcelona se habían producido aislamientos que nosotros entendemos absolutamente contrarios a la garantía mínima de derechos humanos y que además no tenían una previsión legal transparente, concreta y ajustada a los estándares internacionales. Se estaba aislando con unas condiciones absolutamente inaceptables tanto a nivel sanitario como a nivel de prevención de la tortura a personas por causas médicas”, añade. 

Ensañamiento contra colectivos más vulnerables

A través de los informes señalados, se ha reportado una intensificación de la arbitrariedad policial con los sectores poblacionales cuyos derechos son más vulnerados, incluyendo las personas viviendo en situación de pobreza, personas sinhogar denunciadas en múltiples ocasiones por “saltarse el confinamiento”, así como personas racializadas y migrantes. 

SOS Racismo Nafarroa señalaba en 2021 un aumento de los controles de identidad por perfil étnico habían aumentado durante la pandemia, algo que se traduce en “ un sesgo racista a la hora de controlar la movilidad, interponer denuncias y multas”. 

En el mismo año, la Unión Europea confirmaba esta evidencia: la Agencia Europea de los Derechos Fundamentales (FRA) constataba que los controles policiales “seguían teniendo una mayor incidencia en personas jóvenes, varones, ciudadanos que se identifican como miembros de una minoría étnica, o que profesaban la religión islámica o que no son heterosexuales”. En España, la agencia indica que en 2021, un 4% de la población general fue sometida a algún control policial en el último año, mientras que la media en personas de etnia gitana fue de un 32%, y en personas de origen norteafricano de un 14%.

En 2021, un 4% de la población fue sometida a algún control policial, mientras que la media en personas de etnia gitana fue de un 32%, y en personas de origen norteafricano de un 14%

En este sentido, el informe Racismo y xenofobia durante el estado de alarma en España del Equipo de Implementación del Decenio Internacional para los Afrodescendientes en España y Rights International Spain (RIS) recaba más de 70 incidentes racistas y prácticas institucionales discriminatorias llevadas a cabo en plena pandemia. Casos que posteriormente se presentarían a la ONU a través del Grupo de Trabajo de Expertos sobre los Afrodescendientes, el Relator Especial de las Naciones Unidas sobre las Minorías y la Agencia de los Derechos Fundamentales de la UE.

A pesar del aumento en la brutalidad de las actuaciones policiales, sus efectos no se han trasladado a una rendición de cuentas efectiva por parte de las autoridades. Muchas de las afectadas, como V., continúan a día de hoy luchando porque estas historias salgan a la luz, a pesar de que su reconocimiento por parte del Estado quede aún lejos de efectuarse. 

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Libertades
Manifiesto de la Plataforma de Abogacía en Defensa de la Acción Sindical Manifiesto de la Plataforma de Abogacía en Defensa de la Acción Sindical
El Derecho Laboral tiene y debe mantener un carácter tuitivo, es decir, protector de los trabajadores, principio que ha sido atacado en esta sentencia, debilitando la defensa de los derechos laborales.
Libertades
Derechos y libertades La justicia rechaza por tercera vez investigar posibles abusos sexuales en un caso de infiltración policial
La Audiencia Provincial de Barcelona descarta que una operación de infiltración en los movimientos sociales de Barcelona durante tres años, en la que el agente tuvo relaciones sexoafectivas con cinco mujeres, suponga un delito.
Libertades
Derechos y libertades Oleada de suicidios y revueltas en las cárceles italianas
En la cárcel de Trieste, 257 personas se hacinan en un espacio previsto para 150. Allí se desencadenaba la revuelta carcelaria más intensa de una oleada que se inició hace pocas semanas.
LIBERTAD, VERDAD, DEMOCRACIA
31/1/2024 15:47

Claro, se trata de la "transición" de determinadas instituciones pseudopúblicas (¿antipúblicas mejor dicho?) que aún no habían hecho desde los tiempos en lo que lo peor de la especie humana andaba sin ni siquiera ocultar su nombre, que no es otro que EL TERRORISMO Y GENOCIDIO DE ESTADO-PSEUDOESTADO QUE ES Y SIEMPRE SERÁ EL FRANQUISMO.
Esa "transición" se ve que la van a hacer ahora, pero hacia el NAZI-ESTALINISMO, es decir, TOTALITARISMO PURO Y DURO, incluyendo esos "campechanos" delitos tan nefandos y nefarios como son los de lesa humanidad, tales como la tortura, etc., etc., etc.
ESPAÑISTÁN, esto no sorprende a nadie, claro está.

0
0
Agus
31/1/2024 7:03

Si la justicia está derechizada, qué esperas de la policía. En pandemia el enemigo no era el virus sino la población civil.
Anda que no estaban creciditos los de las fuerzas del orden, daban más miedo que el coronavirus: con tanques en las calles, amonestando a ciudadanos por supuestas transgresiones de las normas de confinamiento, etc.

0
0
Militarismo
Alejandro Pozo “El oportunismo de la industria militar española aprovechando lo que pasa en Gaza es grave”
Este investigador sobre paz, conflictos armados, desarme y acción humanitaria denuncia que el rearme ya está teniendo lugar y que el Ejecutivo escamotea información sobre las relaciones comerciales de la industria con Israel.
Francia
Francia Marine Le Pen es condenada por malversación y no podrá concurrir a las elecciones de 2027
Un caso de corrupción con los asistentes del Parlamento europeo golpea a la ultraderecha francesa. Le Pen y su partido, Agrupación Nacional, son condenados por el Tribunal Penal de París.
Precariedad laboral
Precariedad laboral Europa presiona de nuevo a España para que modifique la indemnización por despido improcedente
El Consejo de Europa concluye que el sistema español viola la Carta Social Europea al considerar que la compensación española no repara el daño a los trabajadores ni disuade de hacerlo.
Myanmar
Terremoto Myanmar: un país bajo los escombros
Con el cronómetro en contra, los equipos de rescate de Myanmar continúan buscando bajo los escombros a los supervivientes del que ya se considera el peor terremoto sufrido en las últimas siete décadas en el país.
Opinión
Vivienda Abrazar la reacción para salvar la propiedad privada
La rearticulación de las posiciones políticas de las clases propietarias con los discursos de extrema derecha alumbran la hipótesis del rentismo nativista.
Comunidad de Madrid
Comunidad de Madrid Los trabajadores de Metro celebran el nuevo convenio pese al temor de perder empleos por las automatizaciones
“Es el mejor acuerdo que he visto en 43 años que llevo trabajando aquí”, explica el representante de Solidaridad Obrera en la mesa negociadora, Braulio del Pozo, que destaca que se recupera en parte el poder adquisitivo de la plantilla.

Últimas

Sexualidad
Consultorio de sexualidad Los mil y un orgasmos femeninos
El clítoris, la vagina y el cérvix están inervados por distintos nervios que, al ser activados en distintas combinaciones, producen sensaciones diversas.
Que no te lo cuenten
Que No Te Lo Cuenten De amenazas ambientales y memoria histórica
VV.AA.
La ciudadanía gallega y extremeña alza la voz contra proyectos que amenazan sus territorios y medioambiente.
Opinión
Opinión Sonará tu nombre cuando nazca el mío
No fue hasta que empecé a habitar mi propio cuerpo que entendí que podía contar mi historia. Una carta de amor travesti en el Día de la Visibilidad Trans.
Análisis
Análisis Inmigración, trenes e ilusiones de soberanía
El mayor beneficiario de la situación política en Catalunya sigue siendo el PSC, que ve cómo la definitiva irrupción demoscópica de Aliança Catalana reduce el campo de los principales partidos del independentismo.
Más noticias
Dependencia
Dependencia Los cuidados necesitarán entre 300.000 y 600.000 trabajadores más en cinco años
Las empleadas de residencias y ayuda a domicilio reclaman mejoras en esas nuevas plazas. “Debemos tener un sistema de cuidados universal y público, debe ser un derecho y no un negocio”, piden desde el sindicato ELA.
La vida y ya
La vida y ya Cinco chimpancés
Les dijo que cuando se caza a una cría en su entorno natural, de media se mata a diez chimpancés de su grupo.

Recomendadas

Galicia
Galicia Bimba y Lola se aleja de las fibras textiles de Altri con la salida del presidente de Greenalia de su consejo
El presidente de Greenalia y antiguo consejero delegado de Inditex, José María Castellano, abandona su puesto en la empresa cerrando una puerta más a la salida de la celulosa supuestamente creada para fibras textiles.
Redes sociales
El asesino de los CEO El fenómeno fan Luigi Mangione, ¿por qué tanta gente apoya a un asesino?
El caso del chico de clase alta que disparó sobre un CEO de una aseguradora médica ha desatado una ola cultural y de apoyo como no se había visto antes.
Literatura
Silvia Nanclares “Moratalaz nace como barrio franquista, solo que no contaban con la presión vecinal”
Con ‘Nunca voló tan alto tu televisor’ la escritora madrileña regresa a su barrio y examina lo que quedaba debajo de la cáscara de progreso que supuso la construcción del edificio de Torrespaña, aun hoy uno de los más reconocibles de la ciudad.
Cómic
Cómic Un gran poder conlleva una gran responsabilidad: ¿los superhéroes de cómic son de derechas o de izquierdas?
¿Encarna Superman a la socialdemocracia liberal, es Batman un militante anarcocapitalista y el Capitán América la bandera del nacionalismo? La respuesta no es tan sencilla si se repasa la historia del género.