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Laboral
La SEPI firmó el ERE de Alestis con el que despidió a trabajadores sindicalizados y trabajadoras que concilian
Limpiar, pulir y abrillantar. La empresa propone un despido colectivo, Comisiones Obreras y UGT negocian quiénes se van y el Estado firma el OK, a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). El ERE de la aeronáutica Alestis se encuentra a la espera de la sentencia de la Audiencia Nacional, donde los sindicatos CGT, ELA y LAB han impugnado un despido colectivo que, tal y como alertó Inspección de Trabajo, ha marginado a la planta de Araba, se ha cebado con sus mujeres trabajadoras y ha purgado a los trabajadores afiliados al Sindicato Andaluz de Trabajadores de la planta San Pablo de Sevilla.
La “falta de equidad” en el trato recibido por las seis plantas que destaca el informe de Trabajo se convierte en la palabra “castigo” en boca del comité de empresa de la planta vasca, considerada como conflictiva. Es la única que se opuso al ERE y solicitó un ERTE y reducciones de jornada laboral como solución coyuntural ante una situación inaudita en los últimos cien años y que se espera que la vacunación masiva resuelva. Tras el trabajo explicativo realizado por su comité de empresa, 114 trabajadores votaron en contra del ERE, dos a favor y cuatro se abstuvieron. Han sido despedidas todas las personas que iban en listas sindicales, menos una. La plantilla era equitativa: 54% mujeres, 46% hombres. El 64% de las despedidas son trabajadoras —36 de 55—. Otras 21 personas han salido vía bajas incentivadas y prejubilaciones.
El resto de despedidos de este ERE, efectivo desde el 1 de diciembre, son los 23 empleados de la planta de San Pablo (Sevilla) —más 32 bajas voluntarias—. El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía declaró el pasado julio nulo el despido de los trabajadores de una contrata de Alestis (la empresa LTK) que realizaban labores de logística y obligó a la compañía a readmitirlos inmediatamente. Habían sido despedidos tras organizar una huelga laboral. La CEO de Alestis, María Eugenia Clemente, incluso demandó al presidente de ese comité de empresa por intento de agresión y amenazas. Fue absuelto, ahora está despedido.
De las 374 salidas, 111 son prejubilaciones y 74 bajas incentivadas. Aunque hay acordados 148 despidos, solo se han ejecutado los de Vitoria y Sevilla; el resto se encuentran en un ERTE dentro del ERE
El Estado, responsable al 24%
Alestis está participada por el Estado en un 24% a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), tras aportar un capital de 13,5 millones en febrero de 2015. En 2019, volvió a invertir, cuando Airbus vendió Alestis al grupo Aciturri.
En España hay tres empresas de primer nivel (Tier 1, en la jerga del sector): Alestis, Aernova y Aciturri. En Francia solo una. El comité de empresa de Alestis en Araba intuye que el grupo burgalés Aciturri planea convertir en una a esas tres empresas. Por lo que, o bien la planta está abocada a un inminente cierre —con la mermada plantilla actual no les salen las cuentas para organizar turnos de trabajo—, o bien la empresa contratará a nuevos trabajadores, menos sindicalizados y menos maternos, cuando Airbus retome los pedidos.
Industria
La industria vasca: del ERTE al ERE
El 30 de septiembre termina el plazo de los ERTE asociados a fuerza mayor por la pandemia. La mayoría sindical vasca teme “un otoño caliente” en la industria, tras los anuncios de estas dos últimas semanas de ERE en las principales empresas de la industria vasca.
“En otro procedimiento de despido las compañías deben pagar más, por lo que aprovechan la pandemia para acceder de manera excesiva a ERE y despedir más barato”, resume Coral Jimeno, abogada de CGT
Menos indemnización
Un ERE en condiciones de pandemia resulta más barato que uno fuera de ella, al ahorrarse el calificativo de improcedente en el despido. “Las empresas siempre aprovechan la coyuntura. Casi todas han hecho ERTE acogiéndose a causas temporales y, las que han podido, a continuación han presentado un ERE. En otro procedimiento de despido las compañías tienen que pagar más, por lo que aprovechan la pandemia para acceder de manera excesiva a ERE y despedir más barato”, resume Coral Jimeno, la abogada de CGT que defendió el caso en la Audiencia Nacional. “Pedimos la nulidad del ERE por no estar ajustado a derecho al considerar que ha habido fraude de ley al no aportar documentación necesaria, ya que la empresa no alegó causas económicas, sino productivas basadas en previsiones”, agrega Gimeno, sin confiar en el resultado de la sentencia tras las valoraciones de la fiscal, que pareció no tener en cuenta el informe de Inspección de Trabajo. Representantes de Comisiones y UGT fueron testigos durante el juicio en la Audiencia Nacional.
Los tribunales han arbitrado y el Ministerio de Trabajo es claro al respecto: durante la vigencia de un ERTE, la dirección de empresa no puede plantear un ERE, tal y como ha sucedido en Alestis. En el caso de los trabajadores afiliados al Sindicato Andaluz de Trabajadores, tras recibir la empresa la sentencia judicial con la obligación de readmitirles, “entraron en ERTE en continuidad, sin hacer turnos de quince días, como los compañeros de planta, y luego pasaron directamente al ERE”, alerta Ismael Sánchez, representante del SAT.
“Este despido es más barato que un improcedente y algo mejor que un procedente; me han pagado 25 días por año trabajando y vengo de contratos en los que estaba estipulado pagar 45”, explica Lydia Saez de Buruaga, trabajadora despedida en Araba
Lydia Saez de Buruaga llevaba 22 años trabajando en la planta de Araba, “toda una vida”, indica. Tiene 48 años, la edad tope para ser despedida. Solo se han salvado las personas mayores de 48 años y menores de 57 años. El resto han sido despedidos o prejubilados. Tiene un hijo de siete años, por el cual se acogió al plan de conciliación, la rebajaron de su cargo de responsable de sección y trabajaba en los turnos de mañana de 9.15 a 15.15h o de tarde 6 a 12h. Le han indemnizado con 30.000 euros, 25 días por año trabajado con un tope de 16 mensualidades. “Este despido es más barato que un improcedente y algo mejor que un procedente; vengo de los contratos en los que estaba estipulado pagar 45 días por año trabajado”, explica.
La empresa se ha ahorrado 20 días por año trabajado, casi la mitad. “Hay hombres que también concilian, pero las mujeres causamos más problemas a la empresa y esta plantilla no es típica, la mitad éramos mujeres y somos sobre todo nosotras las que hemos salido por la puerta”, advierte sobre el sexismo y el castigo a las trabajadoras que concilian del que advertía Inspección de Trabajo y han refrendado Comisiones Obreras, UGT y la SEPI.
Endika Ruiz de Eloizaga llevaba catorce años en Alesti. Era montador de piezas de las panzas de avión, oficial de segunda B. Tiene 40 años y le han indemnizado con unos 23.000 euros. “No estaba en las listas de sindicatos, pero todo el mundo que iba, se ha ido fuera menos uno, ha habido un castigo muy grande a la gente sindicalizadas y a las mujeres”, sostiene. Con otros compañeros, participa de la Asamblea de Despedidas de Alestis, que ha seguido movilizándose tras el ERE. Se han reunido con representantes parlamentarios de EH Bildu —los cuales consignaron una partida de 10 millones de los Presupuestos Generales para ayudas en la aeronáutica— y con Elkarrekin Podemos, que han intentado mediar para una reunión con el Ministerio de Trabajo.
Desde el Ministerio de Trabajo indican a El Salto que, ante un acuerdo pactado por las partes, no pueden mediar.
El informe de Trabajo, que no puede hacer otra cosa que aceptar el acuerdo del comité de empresa, recalca la confusión e incluso “contradicción” de la documentación aportada por Alestis para justificar el ERE
Laboral
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La representación de Comisiones Obreras y UGT
La mesa de negociación se conformó teniendo en cuenta la representación sindical de todas las plantas, por lo que el sindicato LAB quedó excluido y el SAT también. Los representantes de la mesa de negociación que votaron a favor del ERE fueron ocho de Comisiones Obreras y tres de UGT. CGT y ELA, con un representante cada uno, se opusieron. Por parte de la empresa, se sentaron a negociar siete delegados de Alestis, dos del SEPI y uno de Unicaja. Todos ratificaron el ERE.
El ERE se planteó con una cifra muy elevada, probablemente alejada de la realidad de la empresa con intención de crear un clima propicio para el resultado obtenido, advierten los sindicatos consultados: 585 trabajadores, de un total de 1.377. Se rebajó a 374 tras las negociaciones de octubre. A partir de ahí, las cifras se convierten en una maraña: de las 374 salidas, 111 son prejubilaciones y 74 bajas incentivadas (185 entre ambos), mientras que los despidos sobre el papel se elevan a 148 aunque en realidad 63 serán, o no serán, el 30 de septiembre de 2021. Los únicos despedidos hasta la fecha son los 55 de Vitoria, los 23 del SAT, cinco de la planta de Puerto Real y dos de Bahía.
El informe de Trabajo, que recuerda que no puede hacer otra cosa que aceptar el acuerdo del comité de empresa, recalca la “confusión” e incluso “contradicción” de la documentación aportada por Alestis para justificar el ERE, así como se extraña de que un ERE pase a ERTE a la espera de ejecutarse, si es que se ejecuta.
El abogado del Sindicato Andaluz de Trabajadores, Iván Díaz, adelanta a El Salto que, en caso de que la sentencia sea desestimatoria, su cliente interpondrá demandas a título individual por vulnerar el derecho fundamental de sindicarse. Como en la planta vasca, la expresión más repetida por su parte es “han hecho una limpia”.
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