Moción de censura Vox - foto de salida

La semana política
Que se ponga Tamames

La extrema derecha anuncia un principio de acuerdo para que Ramón Tamames, de 89 años, se presente como candidato independiente en una moción de censura. Mientras, el mundo sigue girando.
Pablo Elorduy
Foto de Dani Gago en la moción de censura de Vox en 2020.
4 feb 2023 05:17

La semana que el diario catalán La Directa publicó que un agente de la policía se había infiltrado en los movimientos sociales y que el Ministerio de Interior calificó la operación de “legítima y oportuna”, esa semana, el exdiputado Ramón Tamames recibió el encargo que iba a poner el corolario a su vida. 

Mientras se debatía sobre la Ley de garantía integral de la libertad sexual —y debatir es una palabra que cae en la frase como una pila de botón en una sopa de ajo—, el excomunista Ramón Tamames se dejaba querer por el partido de extrema derecha Vox para encabezar una moción de censura contra el Gobierno de Pedro Sánchez. Porque él debe pensar que lo vale.

Esta semana se ponía en marcha una próxima función, con un protagonista inopinado, salido del guardapolvo de la historia, jubilado cinco años antes de que se popularizara el servicio de mensajería Whatsapp. Echaba a rodar la segunda moción de censura de la legislatura, en el tiempo de descuento, con un protagonista infectado —hace ya años, toda su carrera, vaya— de un afán de protagonismo excesivo. Tamames, de quien se recordará su lucha contra el franquismo y se recordará menos que era el menos militante y el más profesional de aquellos cargos del Partido Comunista de España que florecieron y se hundieron con Santiago Carrillo. Tamames, al que el propio Carrillo tachaba de frívolo, a punto de cometer la gran y última frivolidad de su carrera.

La casualidad de encontrar a alguien dispuesto al numerito —los golpes de efecto en política suelen acontecer cuando dos ambiciones se encuentran a la misma hora en el mismo bulevar— permitirá a Tamames desarrollar durante dos horas, o el tiempo que necesite porque así lo determina el reglamento del Congreso, su plan para salvarnos de la catástrofe. Ya no hay que elegir entre tragedia y farsa, aparecen juntas, como en una de esas ensaladas vale todo.

Así que Tamames tendrá su momento, después de tantos años. Y volverá a sonar la melodía de la transición pacífica, del consenso y del aparcar las diferencias

Y la sociedad lo tendrá que aceptar e incluso poner una mueca seria. Porque la exposición de Tamames vendrá con la habitual reprimenda de quienes “hicieron la transición” a sus hijos (en masculino, claro) y nada como el tono de reconvención para provocar discursos sentidos sobre la polarización. Y el candidato presidencial por un día o dos, el presidenciable más random de la restauración democrática, recibirá todas las credenciales del tecnócrata que abandonó sus viajes ideales para remar hacia el pragmatismo, el viejo hombre de Estado —aunque nunca lo fue estrictamente— que se sacrifica para salvarnos de algo y echarnos en brazos de la derecha de toda la vida. Y lo tendremos que aguantar sin reírnos.

Porque la cosa es muy seria, y porque hay una añoranza entre cierto sector de la opinión pública por esos políticos profesionales italianos que se pretenden incoloros, y a eso —otra vez al “Gobierno de salvación”— jugará el viejo profesional del PCE, y eso le concederá Pedro Sánchez, que tendrá que contener su respuesta porque en este país no está permitido decirle a los viejos políticos que su tiempo ha caducado, como pasó la época del discman y el de betamax.

Así que Tamames tendrá su momento, después de tantos años. Y volverá a sonar la melodía de la transición pacífica, del consenso y del aparcar las diferencias. Y volverá a aparecer como un sacrificio colectivo lo que, en este caso pero en muchos otros también, fue fruto del cálculo de una carrera personal. Y volverá a parecer que España se rompe pero que siempre hay un camino a la derecha que endereza las costumbres y los valores. Y se producirá un pacto extraño entre uno de los protagonistas de la revuelta universitaria de 1956 y los herederos de la victoria franquista.

Mientras Tamames, la vieja estrella emergente del comunismo, desarrolle su bronca de señor de 89 años que no entiende el mundo que él dejó en tan buen estado, en la bancada de Vox aplaudirá Iván Espinosa de los Monteros, de los Espinosa de los Monteros que ganaron la guerra. Unidos en una encendida defensa de las políticas de recortes de derechos a personas migrantes, unidos en el miedo “al invierno demográfico” de los hombres blancos que tuvieron algún poder.

Historia
Xavier Domènech “El franquismo fue en gran parte una utopía empresarial”
El historiador Xavier Domènech defiende que fue el conflicto de clase lo que permitió la llegada de la democracia. Una afirmación a contracorriente de las lecturas que sitúan el consenso como motor de la transición política.


Pero es que, después de todo, Tamames no tendrá ninguna importancia. No será otra cosa que lo que los cinéfilos llaman un Mcguffin, un señuelo puesto en el atril del Congreso para provocar un sentimiento de nostalgia. Por el mundo que nos prometieron que fue, que nos recuerdan como si de verdad hubiera existido: en el que no había conflictos de clase ni se tenía que pelear con la patronal cualquier subida de salarios, ni Interior necesitaba infiltrar a nadie y los violadores no salían de la cárcel. Durante un par de jornadas, si no se lo piensa mejor, ese señor llegado del pasado dará el penoso espectáculo que suelen dar quienes se empeñan en recordar un mundo que no fue. Y los demás tendremos que poner cara de serios.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Solo para socias
Solo para socias Nueva carta mensual: “Redactor en crisis”, por Pablo Elorduy
Después de La Semana Política, el coordinador de Política de El Salto regresa a un formato periódico.
La semana política
La semana política Lo que pasó, pasó
Hora de algunas despedidas. Ada Colau tiene difícil volver a ser alcaldesa de Barcelona y la izquierda tiene difícil volver a convocar el espíritu de una época en la que pudieron cambiar muchas cosas.
La semana política
La Semana Política La nave del misterio electoral
La compra de votos en Melilla y otros puntos del Estado agita la última semana de campaña y muestra el auge del conspiracionismo.
Líbano
Líbano Cinco décadas sin paz ni justicia en Líbano
El país mediterráneo conmemora el 50 aniversario desde el inicio de la guerra civil, un conflicto cuyos crímenes no se han juzgado y cuyos desaparecidos no se han encontrado
València
València “‘El vol de Guillem’ ha supuesto la liberación de todos estos años de lucha”
Ricard Tàpera, autor del cuento, y Betlem Agulló, hermana de Guillem Agulló, que ha puesto voz a la historia, nos explican cómo ha sido el proceso de creación de esta obra coral, ilustrada por Helga Ambak.
La vida y ya
La vida y ya Días de vacaciones
No somos conscientes de que la lluvia depende, en un porcentaje altísimo, de ellas. Sin plantas hay menos lluvia. Sin lluvia las semillas no germinan. Así funciona.
Opinión
Opinión Poliamor de derechas, poliamor de izquierdas
La no-monogamia no puede ser simplemente una etiqueta identitaria o una preferencia personal, sino una práctica material que cuestiona la propiedad privada, la privatización de los cuidados y la reproducción de los roles de género

Últimas

Eventos
Taller de podcast El Salto invita a estudiantes a explorar las posibilidades del formato audiovisual
Proponemos un taller de guion y producción de programas para estudiantes de comunicación y periodismo los días 24 de abril y 8 de mayo.
El Salto n.78
El Salto 78 Nueva revista, viejas injusticias: hablemos de Violencia Institucional
En el último número de la revista de El Salto dedicamos la portada y nuestro “Panorama” a una de las violencias que sufren las mujeres solo por el hecho de serlo, la que aún a día de hoy emana de un sistema irracional y patriarcal.
Opinión
Space X Los viajes al espacio y el efecto Katy Perry
El 2024 fue el año más caliente desde que hay registros, mientras que Katy Perry y un puñado de millonarias nos deleitaron con su viaje espacial cortesía de Jeff Bezos.
Más noticias
Estados Unidos
Estados Unidos La buena sintonía entre Trump y Meloni
Como era de esperar, los mandatarios mostraron afinidades políticas e ideológicas. La italiana insistió en la idea de “fortalecer Occidente”.

Recomendadas

Economía social y solidaria
Tecnología Inteligencia Artificial y economía solidaria: ¿posibles aliadas?
¿Cómo debe relacionarse la economía solidaria con una tecnología que vulnera derechos humanos y ambientales constantemente? Cooperativas e investigadoras tecnológicas animan al movimiento a perderle el miedo y a utilizarla de manera crítica.
Multinacionales
Multinacionales Maersk y las rutas de complicidad con el genocidio israelí en Gaza
Crece la presión internacional contra la naviera danesa que está aprovisionando a Israel de armas para cometer el genocidio de Gaza en contra de las medidas cautelares tomadas por la Corte Internacional de Justicia.
Historia
Historia Cuando la solidaridad antifascista reunió a musulmanes, judíos y cristianos en la España republicana
Marc Almodóvar y Andreu Rosés rescatan a los combatientes árabes de la Brigadas Internacionales en el libro ‘Moros contra Franco. El antifascismo y la Guerra Civil española en el mundo árabe’.
Valencià
València Duelo colectivo y brecha de género, las consecuencias de la dana en la salud mental
Más allá de lo material, el sufrimiento mental continúa golpeando las vidas de l´Horta Sud. Mujeres cuidadoras y colectivos vulnerables encabezan un luto que todavía no ha encontrado descanso.