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Industria armamentística
Sigue el rastro del dinero: las empresas que ya ganan con el estallido provocado por Israel
Las acciones de distintas industrias armamentísticas se dispararon el 1 de octubre a partir de que se conocieran las represalias tomadas por Irán por los ataques israelíes en el Líbano y el asesinato de Hasán Nasralá, líder de Hezbolá. Lockheed Martin, Northrop Grumman y RTX, anteriormente conocida como Raytheon, registraron ayer subidas de entre el 2 y el 3% en el mercado estadounidense, en una jornada de bajadas generalizadas en los principales índices Dow Jones, S&P y Nasdaq.
Otro contratista de defensa estadounidense, L3Harris Technologies, “avanzó un 3%”, algo que CNBC también atribuyó las tendencias del mercado el martes a las “crecientes tensiones en Medio Oriente”. Las acciones de defensa subieron después de que la Casa Blanca advirtiera que el ataque con misiles balísticos por parte de Irán era “inminente”. También subieron las acciones de las petroleras. APA Corp subió un 5% y Halliburton un 3%.
En la UE, Rheinmetall, compañía que pretende desarrollar en Extremadura un sistema lanzamisiles de patente israelí, también experimentó una fuerte subida superior al 2% y ha subido un 6% en los últimos cinco días. BAE Systems ha crecido un 1,68%, la francesa Thales un 2,91% y Leonardo un 3,78.
Industria armamentística
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“Recuerden que a los miembros del Congreso se les permite poseer acciones en la industria bélica, de modo que cuando votan para enviar más bombas o enviar a nuestros seres queridos a la guerra, se benefician personalmente”, ha reaccionado la congresista demócrata por Michigan Rashida Tlaib.
Recientemente, el medio de comunicación Sludge ha presentado en un artículo los intereses de al menos cincuenta congresistas estadounidenses en las cien principales empresas de defensa de EE UU. “Más de 50 miembros del Congreso poseen acciones de contratistas de defensa cuyas ganancias se están disparando gracias a los gigantescos presupuestos del Pentágono y a los paquetes de armas suplementarios”, señalaba el citado artículo, que cifraba en 11 millones de dólares los intereses personales de estos políticos y sus familias en empresas como Honeywell (fabrica sensores usados por el Tzahal en Gaza) o RTX, que suministra drones también usados por el ejército israelí.
La semana pasada, el senador demócrata Bernie Sanders (Vermont) presentó una ley para bloquear la venta de armas a Israel por un valor total de 20.000 millones de dólares
En la actualidad, más de la mitad del presupuesto de defensa se destina a contratistas privados. Y ese presupuesto no ha dejado de crecer con la Administración de Joe Biden: para el año fiscal 2024, el presupuesto de defensa nacional aumentó el 20% con respecto al último presupuesto de defensa de la administración Trump: “En el año fiscal 2024, el Congreso aprobó un récord de 953.000 millones de dólares en fondos para defensa: en diciembre de 2023, aprobó 886.000 millones de dólares a través de la Ley de Autorización de Defensa Nacional, y luego, en abril, aprobó un proyecto de ley de asignaciones suplementarias para seguridad con 67.000 millones de dólares adicionales para el Pentágono”, refiere el artículo de Sludge.
La semana pasada, el senador demócrata Bernie Sanders (Vermont) presentó una ley para bloquear la venta de armas a Israel por un valor total de 20.000 millones de dólares. Junto a Tlaib y Cori Bush (demócrata por Missouri), Sanders ha sido el político más activo pidiendo un embargo de la venta a Israel. En primavera, Washington aseguró que había dejado de suministrar bombas de 2.000 libras al régimen de Tel Aviv, sin embargo, los indicios apuntan a que estas armas pesadas se emplearon en los bombardeos que acabaron con la vida de Nasralá, que expertos militares han calificado como de sin precedentes.
En julio, Amnistía Internacional publicó una investigación en la que probaba el uso de armas estadounidenses en, al menos, cuatro acciones que pueden juzgarse como crímenes de guerra. En los cuatro casos, Amnistía Internacional no encontró pruebas de que hubiera objetivos militares en los lugares o en sus alrededores.
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El negocio de los siglos. Las naciones piden préstamos para pagar el armamento, luego piden préstamos para reconstruir, los bancos se enriquecen, pero, ¿quién paga esos prestamos? Los ciudadanos, con nuestros impuestos. Nos esclavizan, trabajamos, y pagamos, para que nos maten a nosotros y a nuestros hijos.