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Industria armamentística
España explota la venta de armas a Australia, Corea del Sur y Singapur en un contexto de incremento de las tensiones con China
El Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI), principal fuente de datos sobre transferencias mundiales de armas, señala en su informe de los años 2016 a 2020 que la industria armamentística española sigue ocupando uno de los lugares preeminentes en la exportación de armamento.
Con el 3,2% de la venta a nivel global, el Estado español se sitúa por detrás de las grandes potencias armamentísticas, Estados Unidos y Rusia y por detrás de Francia, Alemania, China y Reino Unido. Eso sitúa a España como séptima exportadora a nivel global, pese a una reducción del 8,4% de sus exportaciones en el periodo de referencia frente a los cuatro años anteriores, de 2011 a 2016.
El principal comprador de armamento “español” en el periodo más reciente ha sido Australia. El país de las antípodas ha comprado a Australia dos buques de proyección estratégica, tres destructores de clase Hobart y dos barcos de aprovisionamiento en combate. El sprint para rearmarse por parte del Gobierno de Scott Morrison tiene como hoja de ruta un incremento del 28% del gasto militar en los próximos cinco años y como telón de fondo las tensiones regionales con China. Desde 2017, según SIPRI, Australia ha importado casi 1.500 millones de euros en armamento español, si bien SIPRI no refleja el valor financiero de los acuerdos, si no que evalúa el volumen de exportaciones e importaciones mediante un medidor propio, el TIV (por trend-indicator value).
En esas mismas coordenadas, el segundo gran importador de armamento en el periodo 2016-2020 ha sido Singapur, con material por 588 millones de dólares. Corea del Sur es otro de los clientes del complejo militar-industrial español. En cuatro años ha importado casi 400 millones, según el TIV.
La investigadora del gasto militar, Tica Font, del Centre Delàs, explicaba así sus temores sobre esa escalada de la tensión en el Pacífico en una entrevista con El Salto en verano de 2020: “Hay un elemento que a mí me preocupa especialmente. Está disputándose en estos momento la hegemonía mundial. En nivel de riqueza, China ya está superando a EE UU. La cuestión es que China no supera militarmente a Estados Unidos, pero Estados Unidos, como sea, tiene que parar la economía china. ¿Qué estamos observando? El gran incremento en gasto de defensa y en armas de todos los países que rodean a China. Corea del Sur, Singapur, Filipinas, Tailandia, Indonesia, Malasia, India, Pakistán, Vietnam… Se están rearmando e incrementando mucho sus presupuestos de defensa. Por tanto, la conflictividad se va a desplazar mucho mucho hacia Asia. Oriente Medio está muy inestable, temo que ahora toca desestabilizar Asia”.
Sólo entre 2019 y 2020, el gobierno aussie ha importado 2.843 millones a escala global. Eso, sin embargo, no le convierte en el primer comprador del mundo. China, India, Arabia Saudí y Qatar han destinado un buen bocado de sus presupuestos a la compra de armas.
España se consolida como país vendedor: las transferencias se sitúan en 4.506 millones, mientras que la importación de armamento se queda por debajo de cien millones.
Turquía, un país en un proceso intenso de persecución de la disidencia interna, en plena expansión hacia el territorio kurdo de Rojava y embarcado en la guerra de Siria, de la que estos días se cumple el décimo aniversario, fue otro de los grandes compradores de las armas “Marca España” en los últimos años de la pasada década. Según SIPRI, España autorizó la venta de 146 millones en armamento cada uno de los años 2017, 2018 y 2019. Entre 2017 y 2018, España autorizó la venta de 85 millones de euros en armamento a Arabia Saudí, país en conflicto en Yemen.
Según el instituto sueco, las transferencias internacionales de grandes armas se mantuvieron en el mismo nivel en los periodos 2011–15 y 2016–20, si bien se produjo un corrimiento de tierras entre distintos países. Los occidentales, Estados Unidos, Alemania y Francia, aumentaron su volumen de negocio, mientras que China y Rusia detuvieron el ritmo de exportaciones. Pese a la ligera relajación del panorama, “las transferencias internacionales de armas se mantienen cerca del nivel más alto desde el final de la guerra fría”, señalan desde SIPRI.
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Se mezclan cosas, una es la venta de armas a países en conflicto. Pero el volumen de negocio es muy bajo. Cómo dice unas líneas más arriba. El problema es moral y ilegal según leyes internacionales Además se utilizan para masacrar a civiles .Algo que el periodismo haría bien en definir, que es hoy una guerra.
La otra vender armas a Australia no, es en el mundo en que vivimos inmoral y el volumen de negocio muy alto.Es más difícil prescindir de un porrazo, teniendo en cuenta que hay trabajadores también.
La otra es que el que crea que puede doblegar o dialogar con un país cómo China,- con su actual potencial y una memoria histórica de humillaciones en el s.XX - país de ideas fijas desde hace unos 3.000 años.
Todos los expertos coinciden en que siempre ha funcionado igual con emperadores o comunistas, pues va listo.
No me gusta pero ahora mismo no veo muchas más pociones que el rearme, lo otro es hablar chino mandarín en menos de una década y de la ley trans a cursillos para geishas........espero que no se maliterpre el comentario.