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Huelga feminista
Una vecina de Iruñea, agredida por la Policía en el 8M de Burdeos
Los agentes lanzaron una granada disuasoria que cayó a los pies de una navarra en una manifestación pacífica que se saldó, además, con cuatro detenidas.
Diez menos cuarto de la noche el 8 de marzo en la Avenida Victor Hugo de Burdeos. Alrededor de 800 mujeres realizan una marcha pacífica no mixta por el Día de la Mujer Trabajadora, convocadas por el colectivo francés Le Collectif 8 mars Gironde (Colectivo 8 de marzo en Burdeos y la región de Gironde). Una furgoneta de la Policía aparece por detrás de la multitud y tres agentes se lanzan a por una de las manifestantes ante el asombro del resto, llevándola a rastras y utilizando gas pimienta y gas lacrimógeno para alejar a las compañeras que se acercaban a ver qué ocurría. Segundos después, una granada de dispersión cae a los pies de una vecina de Iruñea que se encontraba en la marcha, provocándole heridas graves y dejando a varias personas sin capacidad auditiva durante horas. A la detenida se le acusaba de haber pintado un graffiti.
“Fueron agresivos desde el primer momento. A pesar de que las personas encargadas de la seguridad les preguntaron qué ocurría, no les respondieron y fueron directos a arrestar a la manifestante”, explica esta vecina de Iruñea que prefiere no dar su nombre. De acuerdo con la versión de la víctima y como ha denunciado el colectivo en su comunicado, a pesar de haber una persona herida de gravedad, los policías siguieron apuntando a las demás manifestantes con pistolas de pelotas de goma. “El estado de shock era generalizado entre todas las mujeres de la marcha. Una vez la policía se fue, la militante herida fue llevada al hospital por los bomberos, allí estuvo en urgencias hasta la una de la mañana, cuando pudo al fin volver a su casa”, relata el texto.
"La Policía se dedicó a insultar a las manifestantes y a soltar algún comentario machista", critica la víctima
En el hospital, asegura, le dijeron que las heridas “eran muy superficiales y que con analgésico y curas en casa todos los días era suficiente”. Sin embargo, la lesión más profunda que la granada le había provocado en uno de los pies estaba amoratada e hinchada y al ver que el dolor no remitía con el tiempo, la militante volvió a su médico en España donde le dijeron que las heridas estaban infectadas y que requerían curas médicas diarias. En la actualidad, su estado le impide volver al país galo dado que los médicos han preferido vigilar su evolución.
La militante navarra va a interponer una denuncia contra la actuación policial desproporcionada de ese día: “Hemos recogido vídeos y testimonios y Le Planning Familial (movimiento feminista de Francia) también quiere poner una denuncia para que se haga una investigación policial desde dentro. Queremos denunciar que la reacción de la Policía el 8 de marzo fue violenta, desproporcionada y sin ningún motivo, ya que la manifestación en todo momento fue pacífica”.
Ocho agentes encapuchados vestidos de paisano detienen a tres jóvenes más
La policía ha argumentado que el motivo para realizar una intervención violenta fue que habían visto a dos de las integrantes realizando un graffiti. Las acusadas lo han reconocido, pero el manifiesto que denuncia la acción policial subraya la desproporción de la respuesta por parte de las fuerzas de seguridad. Aunque la marcha era ilegal, por no haber sido declarada previamente, las manifestantes aseguran que se había realizado así otros años sin ningún problema, incluso con algún gesto amable por parte de los agentes.
“Me contaron que, después del primer arresto violento, la Policía se dedicó a insultar a las manifestantes y a soltar algún comentario machista, pero no me han dicho mucho más porque tienen un juicio en diciembre y no quieren hablar mucho”, añade la víctima.
Tras el primer arresto, las manifestantes decidieron continuar hasta la comisaría principal para realizar una protesta pidiendo la liberación de la joven. La manifestante salió finalmente de las dependencias policiales con una citación judicial. Eran ya las once y media de la noche. Solo media hora más tarde, cuando la marcha se dirigía hacia el atrio rebautizado como Atrio por los Derechos de la Mujer, una decena de “policías armados y blindados”, según describe el comunicado, “sujetando perros bastante agresivos y alterados”, bloquearon el paso redirigiéndolas hasta la Plaza de la República donde se dispersó la marcha.
El comunicado explica cómo, minutos después, tres manifestantes que volvían a casa fueron interceptadas por tres coches de la policía civil y otro de la policía nacional. En ellos iban ocho agentes encapuchados, vestidos de paisano, armados con las pistolas de balas de goma y con “los perros azuzados para que se dirigieran hacia las mujeres con considerable agresividad” .
Las tres detenidas pasaron la noche en dependencias judiciales y se enfrentarán a un juicio en Francia el 6 de diciembre, dos acusadas de realizar el graffiti y, la otra, de llevar la cara tapada con un pañuelo morado. “En Burdeos hay cámaras por todo el centro de la ciudad así que en una declaración que hicieron en dependencias policiales el 11 de marzo, que tenían vídeos donde se las reconocía”, explica la mujer navarra herida. La cuarta detenida, la primera a la que la Policía arrestó, no está llamada a juicio por el momento, a la espera de que el fiscal francés decida si procede o no.